Satori Zen...

martes, 31 de agosto de 2010

 




Según la Filosofía Zen...Para vivir la verdadera realidad de forma armoniosa con el universo es
necesario alcanzar el "satori zen" o "iluminación inmediata". Tras una
acumulación de conceptos y argumentaciones se llega al límite de carga
admisible y el edificio se derrumba en sí y entonces se abre un nuevo
cielo a lo lejos.Se trata de una especie de catástrofe espiritual
que se presenta súbitamente. Estamos, entonces en el verdadero punto de
arranque hacia la iluminación...
Para ello hemos de:

1/
Deshacernos de todas las imágenes ilusorias continuamente repetidas
sobre las que ha cristalizado durante tanto tiempo nuestra voluntad y
que nos han proporcionado tantas angustias y preocupaciones.
2/ Olvidarnos de nuestro "yo", siempre tomado tan a pecho y siempre origen de sufrimiento.
3/ Desterrar todas las obsesiones que continuamente nos crispan, paralizan y absorben nuestra energía
"En
el misterio de la paz interior no se puede entrar racionalmente, con la
lógica. Sólo es posible a través de la ininteligibilidad"

Una
vez alcanzado el satori, las excitaciones exteriores ya no provocan
deseos contradictorios de manera que el hombre, a partir de entonces, ya
no sufre con las miserias de la vida.
La ascensión al satori lleva
consigo la disipación de todas las dudas e indecisiones. Ya no hay nada
de lo que evadirse. Las complicaciones pasadas y presentes, siempre para
nuestro intelecto, gravosas e innumerables, ya no valen la pena.

Hasta
entonces, nuestros esquemas mentales sometidos al reino de la tiniebla
impenetrable nos han impedido el disfrute de la vida. El nuevo
descubrimiento zen a través de la iluminación hace que el espíritu se
sienta libre y en libertad; es sinónimo de espontaneidad, lo opuesto a
la afectación.
La afectación, el engolamiento, los aires místicos son síntomas del fracaso en la búsqueda de la verdad.

El
zen huye del artificio y de la intencionalidad. Lo "perfectamente
natural", "lo no afectado" son muestras de la liberación. El espíritu
ahora universalista , integrado en el cosmos, ya no se siente
comprometido por y con nada y sin apegarse a nada se coloca libremente
en una omnipresencia perfecta que equivale a una especie de perfecta
inmovilidad.

"Aplacad todas vuestras ansias, sed como ceniza fría
y plantas marchitas; mantened la boca estrechamente cerrada, hasta que
crezca en ella el musgo, sed inmaculados como puro lienzo blanco. Sed
fríos e inanimados como un incensario en un santuario abandonado.
Símbolo del estado de la nada absoluta."

El "satori" es, pues el
estado donde cada uno encuentra el lugar que le corresponde en el flujo
de la vida, identificándose con todo lo existente y amado. Alcanzar el
"satori" equivale a descubrir el significado de la propia existencia.
Experimentar el estado natural de la mente, del que emanan todas las
buenas acciones y la armonía. Llegar a ser verdaderamente "humano",
relacionándose con los demás con una conciencia y comprensión intuitiva
totalmente desinteresadas.
El "satori" es un estado interno, lleno
de claridad y paz en el que logra en cada persona identificarse con todo
lo que a uno le rodea y contemplar a la gente sin juzgarla. Para el
hombre "iluminado" el "yo" pasa a no existir, alcanzando un estado de
"pobreza" y "vacuidad" equiparable a una experiencia mística (el
satori).