El color de la música y el baile de los sentidos...

sábado, 10 de julio de 2010

 




"Aquellos que no podían oír la música tomaban por locos a los que bailaban".
Ángela Monet...

Igual que la músicade las esferas hay cosas que no puedes ver, pertenecen a planos de la realidad que no puedes percibir y sin embargo existen y a veces son
tomados por locos aquellos que pueden conectarse con ellos y
transmitirnos sus experiencias. La música de la esferas existe, sólo que
pocos son capaces de percibirla y cuando bailan a su son pueden ser
tomados por locos por quienes no la oyen. Existen otros planos de la
realidad, lo real abarca bastante más que lo que podemos ver, oír,
tocar, oler, gustar o sentir. Cada vez es más frecuente que las personas
descubran sus extrasentidos y sus capacidades desde la telepatía a la
telekinesis pasando por la capacidad de ver otros planos de la realidad,
de ver el pasado o el futuro de otras personas o de sí mismos, pueden
ser más auditivos y tener un oído excepcional que capta sonidos que
otros humanos no oyen y que puede alcanzar incluso a oírla la música de
las esferas, a la que algunos llaman música celestial o podría ser que
sean kinestésicos y tengan a menudo percepciones de las cosas, las
sientan en su cuerpo y esa sea su guía y los hay que huelen esencias que
van desde los seres que ya murieron a la de los distintos ángeles, pues
cada uno de ellos tiene su aroma. Finalmente están los que saben y no
saben por qué saben, pero la cuestión es que lo saben con una certeza
interna, con tal claridad que aunque todo a su alrededor parezca indicar
lo contrario, ellos saben que tal cosa es así y no de otro modo.
Hablaremos en cada uno de los casos distintos tipos de percepción
extrasensorial como clarividencia, clariaudiencia, clarisensibilidad,
clarisapiencia... Lo único cierto es que la clarisapiencia es superior a
las demás, pero también hay que tener en cuenta que el clarisapiente no
tiene ningún barómetro que le ayude a comprobar sus certezas y que debe
aprender a través de la lógica y el sentido crítico de su propia
experiencia sobre el don que se va desarrollando paulatinamente en él.
Muchos seres humanos
han nacido con estos dones, pero del mismo modo que hemos recibido una
extensa formación académica que ha cultivado nuestra mente, pero nuestra
educación emocional ha sido nula y estamos pagando un precio muy alto
por ser analfabetos emocionales, nuestras capacidades espirituales no
solo no han sido consideradas en nuestra educación, sino que la presión
social ha sido tan fuerte para negar lo que los niños veían, oían,
percibían o sabían que sus capacidades poco a poco se van cerrando,
porque la presión del entorno es tan intense que el niño a duras penas
puede soportarla y cuando alcanza los siete años muchas veces se han
cerrado estas percepciones extrasensoriales, a veces para no voverse a
abrir jamás. Otras veces se entabla un lucha titánica entre la persona y
lo que la sociedad dice sobre lo percibe, siente, escucha, huele, ve o
sabe y el sujeto está como en un potro de tortura medieval, como si le
estuvieran estirando de las cuatro extremidades al mismo tiempo,
creándole un sufrimiento tremendo. A la persona le quedan entonces dos
opciones, seguir lo que su claripercepción le dice o cerrarse por
completo a ella y cuando toma esta última opción no es para ser
precisamente más feliz, pues el resultado habrá sido haberse negado a sí
mismo para lograr la tranquilidad externa, de donde difícilmente puede
llegarle la paz, porque la verdadera paz nace en nuestro interior y es
fruto de estar en armonía con nosotros mismos y, en consecuencia, con
todo lo que nos rodea.
Algunos seres
humanos, tras un largo periodo en el que han quedado sordos, ciegos y
han dejado de tener cualquier clase de percepción, de pronto, mucho
tiempo después despiertan, a veces de forma abrupta, otras pausada, unas
veces de forma espontánea y natural, otra como consecuencia de
prácticas espirituales continuadas como la meditación. Ahora hay muchos
seres humanos en este proceso y no saben ni cómo orientarse ni dónde
encontrar guía, porque la sociedad ha estado negando durante muchos
siglos la existencia de tales capacidades, atribuidas unas veces a
santos o otras veces a brujos y la realidad es que cualquier ser humano
ha nacido con estas capacidades, aunque unos las tengan en mayor medida
que otros.
¿Qué hacer ante esta
tesitura? Permítete sentir, ver, oír, oler o simplemente saber y aplica
a tus experiencias la lógica y el sentido crítico. Todo aquello que
percibes lo recibes por alguna razón, tiene un sentido y no
necesariamente significa comunicarlo a los demás. Conviene discernir qué
información es para cambiar algo de tu vida ue cambia tu futuro, para
prepararte para él, para acompañar a una persona amiga en una
circunstancia que se le presentará, pero que si no queremos restarle su
aprendizaje y, por tanto, su libertad, no debemos comunicárselo. En cada
caso deberemos aplicar nuestro sentido común y a través de las
distintas experiencias irnos autoeducando en una clase de experiencias
par alas que los maestros son tan escasos que encontrar uno es como
hallar una aguja en un pajar. Por ello, la solución es autoentrenarse y
aprendder de nuestros propios errores aplicando nuestra lógica y nuestra
capacidad crítica...

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