EL gUeRrErO De La lUz...

sábado, 21 de agosto de 2010

 


Todo guerrero de la luz ya tuvo alguna vez miedo de entrar en combate...
Todo guerrero de la luz ya traicionó y mintió en el pasado...
Todo guerrero de la luz ya recorrió un camino que no le pertenecía...
Todo guerrero de la luz ya sufrió por cosas sin importancia..
Todo guerrero de la luz ya creyó que no era un guerrero de la luz.
Todo guerrero de la luz ya falló en sus obligaciones espirituales.
Todo guerrero de la luz ya dijo sí cuando quería decir no.
Todo guerrero de la luz ya hirió a alguien a quien amaba.
Por eso es un guerrero de la luz; porque pasó por todo eso y no perdió la esperanza de ser mejor de lo que era.
Un guerrero de la luz comparte su mundo con las personas que ama.
Procura animarlas a hacer lo
que les gustaría pero no se atreven; en estos momentos, el adversario
aparece con dos tablas en la mano.
En una de las tablas, está
escrito: “Piensa más en ti mismo. Conserva las bendiciones para ti
mismo, o acabarás perdiéndolo todo.”
En la otra tabla, lee: “¿Quién eres tú para ayudar a los otros? ¿No será que no consigues ver tus propios defectos?”
Un guerrero sabe que tiene defectos. Pero sabe también que no puede crecer solo, distanciándose de sus compañeros.
Entonces arroja las dos tablas
al suelo, aún reconociendo que tienen un fondo de verdad. Ellas se
transforman en polvo, y el guerrero continúa animando a quien está
cerca.
El guerrero de la luz a veces actúa como el agua, y fluye entre los obstáculos que encuentra.
En ciertos momentos, resistir
significa ser destruido; entonces, él se adapta a las circunstancias.
Acepta sin protestar que las piedras del camino tracen su rumbo a
través de las montañas.
En esto reside la fuerza el
agua; jamás puede ser quebrada por un martillo, ni herida por un
cuchillo. La más poderosa espada del mundo es incapaz de dejar una
cicatriz sobre su superficie.
El agua de un río se adapta al
camino más factible, sin olvidar su objetivo: el mar. Frágil en su
nacimiento, lentamente va adquiriendo la fuerza de los otros ríos que
encuentra.
Y a partir de un determinado momento, su poder es total.
Para el guerrero de la luz, no existe nada abstracto.
Todo es concreto, y todo le
concierne. Él no está sentado en el confort de su tienda, observando lo
que sucede en el mundo; acepta cada desafío como una oportunidad que se
le presenta para transformarse a sí mismo.
Algunos
de sus compañeros pasan la vida criticando la falta de elección, o
comentando las decisiones ajenas. El guerrero, sin embargo, transforma
su pensamiento en acción.
Algunas
veces yerra el objetivo, y paga, sin protestar, el precio de su error.
Otras veces se desvía del camino, y pierde mucho tiempo regresando al
destino original.
Pero un guerrero no se distrae...

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