El poder del Rayo...

martes, 19 de octubre de 2010

 





ELECTROKINESIS


La electrokinesis es una habilidad que nos permite controlar y generar electricidad con nuestra mente. Depende de el nivel de control sobre tu mente podrás tardar más o menos tiempo en aprender unas bases de este poder. Quienes ya sepan manipular la realidad con telekinesia es posible que le resulte algo más fácil. La electrokinesis no se gana de la noche a la mañana, así que no te ofusques si no lo logras con un par de días de entrenamiento. Necesitarás por lo menos dos semanas. A continuación pongo una serie de ejercicios que deberías realizar en tu entrenamiento como electrokinético. Paso 1: Ganando electrokinesis: Lo primero de todo es aprender a sentir la electricidad. Para ello recomiendo haber hecho un largo tiempo de meditación previamente. Es necesario tener la mente en un estado "abierto" y dispuesto a aprender. Acomódate en un ambiente relajado y cierra los ojos. Es importante que tengas ciertos conocimientos y dominio sobre la energía pues posiblemente deberás usarla. Ahora disponte a sentir la energía en tu cuerpo. A continuación coge una pila de batería, que es donde está guardada la energía eléctrica que vamos a utilizar en este ejercicio (no, no vamos a convertir la electricidad de la pila en una tormenta eléctrica que destruya el mundo, no te hagas ilusiones). Agarra la pila con una mano, de manera que tengas el dedo índice en uno de los extremos y el pulgar en el otro. Ya estás en contacto con los dos polos de la pila. Ahora debes disponerte a sentir las cargas eléctricas acumuladas en el interior de la pila, minúsculas y sutiles, pero presentes. Debes sentir el dinamismo de las cargas. La electricidad es movimiento. Realmente es difícil explicar la sensación que se siente al aprender a ganar electrokinesis. Simplemente debes familiarizarte con la electricidad. Paso 2: Conviértete en un generador humano. Un generador es un dispositivo que convierte diferentes tipos de energía en energía eléctrica. Gracias a tu mente vas a convertirte en un generador humano. Nota: se requiere tener cierto conocimiento y control sobre la energía. Relaja tu cuerpo y vacía tu mente y cárgate de energía como ya sabes hacer. Nótala fluyendo a través de tu cuerpo, fuerte y resistente. Suele ayudar imaginarla de un color que tú asocies a la electricidad como el azul. Nota como por tu cuerpo recorren relámpagos como corrientes que puedes controlar. Esto no quiere decir que te sientas como si hubieses metido los dedos en el enchufe. Me refiero a que debes tener una sensación de poder y control sobre la energía eléctrica que has acumulado. Debes mentalizarte de que tu mente es capaz de controlarla. Es necesario que cojas una bombilla (unos 40W) y la agarres con firmeza (pero sin apretar) con una mano. Sujétala con los dedos por la zona en que se enrosca. Utiliza la energía que has conseguido almacenar en tu cuerpo para convertirla en energía eléctrica que corra y fluya a través de la bombilla para que esta se encienda. NO ES DIFICIL SI TIENES CIERTOS CONOCIMIENTOS Y EXPERIENCIAS SOBRE LA MANIPULACIÓN DE LA REALIDAD. Debes visualizarlo y hacer que ocurra. Recomiendo que estas practicas las realices en un cuarto a oscuras, para que si la bombilla se enciende lo mas mínimo lo percibas. Con este ejercicio fomentaras la aparición de la electrokinesis en ti. No podrás más que dar pequeños calambres a la gente, encender bombillas o hacer que el pelo quede electrizado. Poco más. Se trata tan sólo de que aprendas a acumular cierta energía eléctrica y que la conviertas en una pequeña carga de electricidad que puedas controlar. Paso 3: rayo en manos. Este es el ejercicio que supongo que todos estáis esperando. Es esencial que antes hayáis logrado realizar con corrección el ejercicio anterior. Ahora se trata de aprender a crear cargas eléctricas mayores (como pequeñas bolas de electricidad o pequeños rayos), controlarlas y dirigirlas. Vamos a intentar crear un pequeño rayo entre las manos o bola eléctrica a partir de una psiball. Ahora que ya has aprendido a sentir la energía de tu cuerpo, convertirla en energía eléctrica y ésta a su vez transformarla en corriente eléctrica vamos a hacerlo pero en un mayor nivel. Primero haz una psiball. Coloca tus manos a una cierta distancia para hacer una psiball. Almacena entre ellas energía "virgen" (quiero decir energía que de momento no es de ningún tipo específico). Una vez lo hayas hecho siente las corrientes eléctricas de tu cuerpo y del ambiente y usa esa sensación para transformar la energía que hay entre tus manos en energía eléctrica. Ahora separa las cargas. Positiva a un lado, negativa al otro. De este modo crea una corriente eléctrica que se materialice lentamente en tu mano. Debes darle intensidad hasta que en tu mano aparezcan rayos visibles de corriente. Una vez lo consigas dale una forma que elijas (o bien de rayo que va de mano a mano o bien de esfera) y mantenla. De momento lo primero es lograrlo, mantenerlo sin cansarte mucho y deshacerlo. Una vez hayas logrado este ejercicio varias veces aprende a lanzarlo. Elige un objeto de la habitación y nota allí energía eléctrica, o mejor dicho, crea un punto "diana" dotado de energía eléctrica. Ahora une la electricidad que hay en tu mano con el punto diana que has creado de manera que el rayo de tu mano vaya hasta él. Conclusión: La electrokinesis, como cualquier otro poder, necesita tiempo, esfuerzo y perseverancia. Si te especializas en este poder y lo usas ira creciendo y cada vez será más fácil y más automático. Los usos pueden ser variados: desde cargar baterías, descargarlas, crear una fuente de luz eléctrica o lanzar rayos. Este poder puede ser peligroso, así que es mejor darle un buen uso. Es un poder activo y debe ser usado para hacer cosas buenas como el resto de los poderes, pero la elección está en ti...

El EsPeJo...

 





«El genio es como la iluminación, que aparece después del desenmarañamiento del caos interior y que se realiza en la meditación solitaria. Es como el despertar del ser secreto y todopoderoso que dormita en cada uno de nosotros. Corrientemente se dice que el genio es sublime, nosotros precisamos que es "sublimado". Cuando el artista alcanza el trance creador, se vuelve como un hombre ebrio que habla consigo mismo y que ya no se preocupa por ser oído o por no serlo, pues su mensaje expresa el esclarecimiento de las tinieblas interiores y sirve ante todo a su propia naturaleza, al ser la verdadera libertad la recompensa a su identificación con la Unidad primera». L. Cattiaux.




EL ESPEJo... EL MENSAJE REENCONTRADO. LIBRO XIX


"Sí, en esos días, derramaré mi Espíritu
sobre mis servidores y servidoras,
y profetizarán." JESUS.

"El que es de Dios oye la palabra de Dios,
es porque no sois de Dios que no la oís." JESUS.

NUE VITREE
EL ESPEJO

1. Los profetas nos han hablado de la substancia y de la esencia de Dios, (pero nosotros escudriñamos sus textos para descubrir en ellos la historia, la moral, la poesía o la adivinación! ¡Oh, estúpida ceguera de los inteligentes y de los sabios! ¡Oh, mediocridad satisfecha de los creyentes! 1'. No adaptemos las Escrituras santas a nuestros pequeños pensamientos, ya que al final todo irá mal para nosotros. Dobleguemos, más bien, nuestros deseos a la palabra de Dios para gozar de la protección y de la ayuda del Todopoderoso. "Si nos aferramos ciegamente a nuestras opiniones, ¿cómo podrá Dios instruirnos en la vida?"

2. ¿Quién sabrá coger en la trampa la vida del Altísimo? ¿Quién sabrá madurarla y quién sabrá comerla a fin de volverse como ella, puro, libre y eterno? 2'. Son bellos pensamientos, dice la gente superficial cuando hojea el Libro, pero los que están instruidos piensan: "Son las cerraduras y las llaves de la puerta de la vida."

3. Si frecuentamos a los brutos, los malvados, los astutos o los impíos, nos volveremos como ellos. Razón de más, si frecuentamos a Dios y a sus verdaderos amigos, también seremos hechos a su imagen y saborearemos la bebida de la vida pura. 3'. El Libro habla a la intuición, al amor y a la memoria profunda, y no a la inteligencia, a la voluntad y a la razón superficial de los hombres. "Lo que dice el Libro es grande, pero lo que induce en cada uno de nosotros es inconmensurable."

4. Los Sabios y los santos auténticos atribuyen sólo a Dios el mérito y la alabanza de todo lo que hacen en su NOMBRE. "¡Oh, perfecta humildad del conocimiento verdadero!" 4'. La ciencia de la naturaleza conduce al conocimiento substancial, y la ciencia de Dios conduce al conocimiento esencial. Quien posee estos dos tesoros es heredero del Señor eterno y viviente.

5. La religión y la iniciación transmiten una enseñanza preciosa; nos corresponde resucitarla por nuestra fe, animarla por nuestro amor y manifestarla por nuestro conocimiento. "Los falsos creyentes son mil veces más repulsivos que los brutos impíos." 5'. ¿Qué dirán los hipócritas de aquél que llama a Jesucristo su hermano mayor? "El silencio, luego la calumnia, después la persecución si les es permitido, ya que habiéndolos abandonado Dios, ahora es el demonio quien los inspira."

6. El Libro bien puede contener la verdad, pero si nuestros corazones no participan de ella, es como un tesoro inútil ante el cual todos mueren de hambre y de sed. 6'. No pensemos: "Nos haremos ricos y luego buscaremos a Dios". Más bien, digamos: "Buscaremos a Dios y luego seremos ricos". 6''. No nos sentemos a la mesa ante una multitud de manjares y bebidas complicados; preparemos más bien una bandeja con una comida y una bebida sencillas como el pan y el vino que contentaron a nuestros Sabios padres.

7. Como no soportamos la verdad simple, desnuda y perfecta es necesario que el Señor la adorne con follajes y flores para contentarnos. Pero también le ha puesto espinas a fin de alejar a los superficiales y a los inconstantes. "La corona del Señor bien puede dejar tuertos a los imprudentes y a los presuntuosos que se lanzan desconsideradamente a su cabeza, en lugar de adorar sus pies santos y perfectos." 7'. Si somos pusilánimes en nuestra búsqueda y si tememos examinar el fundamento de todas las cosas creadas, nunca encontraremos ni saborearemos a Dios aquí abajo. "¡Cuán débiles, tristes y pobres somos cuando el Señor está ausente de nosotros mismos, y henos aquí animados, alegres y colmados cuando habita de nuevo en nuestros corazones!"

8. El Libro confirma las Escrituras santas como un hijo abnegado responde por sus padres bien amados. 8'. Dios se ha hecho hombre en la carne de Adán para que nosotros seamos hechos Dios en el oro de Cristo.

9. "Cuanto más demos, más recibiremos." Así, el enriquecimiento viene de la libre circulación de bienes y el empobrecimiento viene de su inmovilización. 9'. Quien ama a Dios y su creación también será amado por todos los seres, ya que amando salvaremos y seremos salvados.

10. Quien espera sentarse en el banquete divino no debe extrañarse de no recibir aquí abajo las migas que colman a los transeúntes ajenos al amor. "¡Oh, fidelidad de la primera hora y de la última!" 10'. Quien maldice a los ricos y a los poderosos se priva de llegar a ser algún día como ellos, so pena de maldecirse a sí mismo; pero el que desprecia a los pobres ya se ha condenado a la soledad de la muerte. "¡Oh, cómo lava el don secreto la mancha del pecado!"

11. Quienquiera que seamos y hagamos lo que hagamos, mantengamos el espíritu y el corazón fijos en Dios a fin de no perdernos en las tinieblas de este mundo. 11'. Procuremos que nuestro pensamiento último esté siempre en Dios a fin de purificar nuestras visiones durante el recogimiento de la vigilia, durante el del sueño y durante el de la muerte.

12. Quien adora a Dios en espíritu y en acto tiene la seguridad de no equivocarse aquí abajo ni en otra parte. 12'. Quien busca a Dios va a la soledad de la naturaleza. Quien ha encontrado a Dios vuelve a la sociedad de los hombres.

13. No hay obstáculo infranqueable para quien cultiva la buena voluntad en Dios, ya que los terrores de la noche se desvanecen ante la luz del Perfecto. 13'. Nuestro Señor, que habita la vida, no nos abandonará en la hora difícil de la separación y del despojamiento, con tal de que brillemos al menos como luciérnagas en la noche del mundo.

14. Si los mediocres aún pueden germinar, sólo puede ser por el calor del amor fraternal. ¿Quién no querría intentar salvar a los más desheredados de entre los humanos? 14'. ¡Que los Sabios y los santos que nos han puesto en la vía de Dios sean bendecidos para siempre en el seno purísimo y muy viviente del único Esplendor!

15. Quien reconoce sus errores desarma a sus enemigos y los transforma en aliados. 15'. Todo lo que amamos nos sirve y nos libera. Todo lo que odiamos se nos escapa y nos oprime al final.

16. Dios bien nos busca a pesar nuestro, cuando nos ocultamos de él. ¿Por qué no lo buscaríamos a pesar suyo, cuando nos esquiva? 16'. El bautismo del agua nos libera y nos purifica, pero el bautismo del Espíritu Santo nos fecunda y nos anima plenamente.

17. Legiones de ignorantes nos explican la sabiduría profana. Cantidad de sabios nos imponen la ciencia extranjera. Tropeles de inteligentes nos desvelan los secretos de la creación. Una multitud de valerosos nos promete la felicidad para mañana. Millones de delirantes multiplican la locura de todos. Millares de falsos profetas nos describen sus tinieblas. 17'. Y vosotros, pobres rebeldes que os agitáis, que aulláis y maldecís en el exilio de la muerte, se os considera geniales y no tenéis ni siquiera la inteligencia de buscar en silencio y con paciencia la salida de vuestra prisión tenebrosa y helada. Tropezáis con la superficie de las palabras y de las cosas, y lanzáis inútilmente palabras y cosas a la superficie del mundo.

18. Y nosotros, aturdidos por sus gritos y gesticulaciones, seguimos pereciendo en la ignorancia y en el miedo, en la duda y en el odio, en la soledad y en el desespero, en la esclavitud y en la miseria, en la vejez y en la enfermedad, pues, como ellos, hemos perdido el conocimiento divino y repudiado la conciencia de Dios, creyendo estúpidamente ordenar el caos con nuestra inteligencia, con nuestra razón y con nuestra voluntad irrisorias. 18'. Sois tan poco perspicaces como vuestro consejero el demonio, que juzgó estúpidamente por la apariencia al primer hombre que Dios le presentó. Vosotros que glorificáis diariamente el odio, Dios ya os ha excluido de la tierra de los vivos y os odiaréis cada vez más hasta la dispersión final. "¡Qué brutal e inesperada es la caída de los malvados! ¡Y cómo perdona Dios a los que vuelven a él libremente!"

19. El hedor del pecado es lo que nos ha conducido a la fosa. Pero la bendición de Dios es lo que nos salvará de la muerte, y el amor calorífico del Señor es lo que nos confirmará en el esplendor de la vida. 19'. Nuestro semejante y nosotros mismos formamos el mismo ser y contenemos la misma luz. Es un secreto de Dios al que muy pocos se acercan y que sólo algunos elegidos poseen enteramente, ya que las almas permanecen distintas incluso en el seno del único.

20. A cada uno le corresponde buscar a Cristo, encontrarlo y albergarlo para ser salvado, transformado y perfeccionado en él. 20'. El oro celeste es lo que debemos encarnar (después de habernos desembarazado de la podredumbre del pecado), a fin de ser afianzados en la vida eterna.

21. Los estúpidos y los ignorantes siempre quieren tener razón en todo porque confían en ellos mismos o en los demás. Los Sabios y los santos aceptan fácilmente estar equivocados ya que se remiten a Dios, que conoce exactamente el fundamento de todas las cosas. 21'. Consultemos al Señor y obedezcámosle en todo si queremos conservar la vida, la salud, la paz, el honor y los bienes que nos ha consentido aquí abajo. "Los santos de Dios irradian el amor para todas sus criaturas"

22. Muchos están llenos de buenas intenciones hacia las santas Escrituras, pero están igualmente llenos de ignorancia en lo que concierne a su significado esencial. 22'. Si poseyéramos una simplicidad y una fe capaces de experimentar lo inverosímil, penetraríamos en el secreto de las palabras divinas y reencontraríamos la inmortalidad del jardín de Dios.

23. Las estrellas, la luna y el sol brillan sobre el mundo, mientras que los inteligentes y los sabios disputan y deliran acerca del Dios invisible que envía la vida y que la atrae hacia sí. 23'. El que es puro, luminoso y viviente no se preocupa por ello; no obstante, ilumina en el espesor de la noche. "Ser y olvidarlo" 23". El Espíritu de Dios, volviendo sobre sí mismo, produce la luz.

24. Cuando hayamos asido al Señor por su cabellera dorada, cuando haya transfigurado nuestra miserable cabaña en palacio, cuando se haya convertido en nuestro compañero victorioso e indefectible, entonces bendeciremos con conocimiento de causa las Escrituras santas de todas las naciones y alabaremos a Dios y a su obra sin libros ni instructores. 24'. Es fácil amonestar a los pecadores, fustigar a los hipócritas y golpear a los impíos, pero es difícil convertirlos por el ejemplo y salvarlos por el amor cuando no se conoce visiblemente la unidad de la que han salido y a la que volverán. "Quien conoce el misterio de Dios ama naturalmente a su prójimo sin vacilación ni esfuerzo"

25. Toda la creación nos es ofrecida por Dios, basta con que escojamos y sembremos para cosechar en abundancia, ya sea las obras de vida, ya sea las obras de muerte. 25'. En todas partes hay sabios que escudriñan las santas Escrituras, por doquier inteligentes que profanan los misterios de Dios, y ni un santo que purifique el cuerpo terrestre, y ni un Sabio que realice la encarnación divina.

26. La tierra es negra y se volverá aún más negra, luego se blanqueará poco a poco y reaparecerán los astros, las estrellas innumerables, la luna pura y blanca y el sol vivo y dorado, que serán los signos de la encarnación triunfante sobre la muerte. 26'. La mano del hombre es la que dispone la tierra, pero la naturaleza es la que opera y Dios es quien anima. "Si amamos y bendecimos constantemente a Dios y su creación, él también nos amará y nos bendecirá siempre a través de ella"

27. Volvámonos benévolos y corteses con nuestro prójimo y enviemos buenos pensamientos incluso a nuestros enemigos para que se conviertan a Dios en su corazón. Pues las maldiciones no pueden más que hundirles en sus opiniones y en sus odios oscuros. No obstante, guardémonos de ellos mientras su maldad no se haya apagado. 27'. Los malvados provienen de nuestra falta de bondad, los pobres de nuestra falta de caridad, los incrédulos de nuestra falta de fe, los rebeldes de nuestra falta de obediencia y así con todo lo demás. He aquí por qué siempre es culpa nuestra y nunca de los demás, al contrario de lo que solemos creer.

28. ¡Oh, irrisión!, el Señor nos ha dado el Libro en primer lugar, y los extranjeros lo reciben antes que nosotros, pues, creyéndonos inteligentes en el mundo, nos hemos vuelto estúpidos ante Dios. 28'. Cuanto más conozcamos nuestra indignidad, más espantados estaremos por la inmensidad de la misericordia del Señor y por la grandeza del don que nos concede. 28". ¿Quién se lavará en el fuego y en el agua a fin de volver a ser puro y blanco como la sal de la vida?

29. Si Dios está mal servido, alejémonos de los malos servidores, pero no rechacemos al Señor como hacen los ignorantes, que opinan groseramente sobre lo de dentro según las apariencias de lo de fuera. 29'. Quien se siente libre y rico en Dios no se lamenta más de su pobreza ni de la esclavitud de este mundo, pues ya saborea las arras de la vida eterna. "¡Embriagante promesa! ¡Increíble donación!"

30. Debemos esforzarnos en imitar a Dios, que no constriñe nada ni a nadie en nombre de su verdad y de su justicia, sino que lo madura todo pacientemente por la suavidad de su gracia y de su amor. 30'. La buena voluntad en Dios nos libra de las coacciones del mundo, ya que nos permite entender la enseñanza del Señor y suscita la acción de su Providencia oculta.

31. La sabiduría de los hombres no es la sabiduría de Dios, ya que una mira lo de fuera mientras la otra considera lo de dentro. 31'. El agua viene del cuerpo y el cuerpo viene igualmente del agua, y ambos se unen en la gloria del Salvador perfectísimo.

32. No condenemos ni rechacemos a los extraviados, pues no hace mucho aún estábamos entre ellos. Roguemos más bien para que vengan con nosotros mediante la gracia liberadora y mediante el amor unitivo del Altísimo. 32'. Cuando el Señor nos visita, henos aquí como dioses iluminados, pero cuando nos deja, henos aquí como bestias estúpidas. )Quién puede prever el momento de su venida y quién puede predecir el tiempo de su partida?

33. La gracia, el amor y la fe engendran las obras vivas; cuando desaparecen, el deber, la ley y la coacción hacen las obras muertas. 33'. Nuestros deseos son diez mil cosas esparcidas y muertas, la voluntad de Dios es una sola cosa concentrada y viva.

34. Si bendecimos a Dios y su creación, la vida se abrirá a nosotros y nos recibirá en su seno. Si lo maldecimos todo, la vida se cerrará a nosotros y permaneceremos abandonados en la muerte. 34'. Nuestros santos maestros espirituales son los instrumentos de la bendición de Dios. Honrémosles y roguémosles en el Señor para que nos conduzcan hasta la santa luz de Dios, que tanta falta nos hace aquí abajo.

35. ¿Quién irá hasta el final de la palabra del Señor? ¿Quién penetrará la verdad luminosa de los Escritos santos? ¿Quién practicará la ciencia divina sobre la tierra? ¿Quién entrará vivo en el reino de la eternidad? 35'. Señor, besamos tu tierra santificada, sembramos tu corazón oculto y recogemos preciosamente tu gloria incomparable que nos hace vivir eternamente.

36. Si poseemos la gracia y el amor y si los practicamos para con todos, podemos ignorar la ley y el deber, pero si aún no vivimos en Dios, la ley y el deber deben guiarnos como el bastón duro y seco guía los pasos del ciego. 36'. La plegaria y la alabanza que suben hacia Dios recaen sobre nosotros en bendiciones multiplicadas, como los buenos pensamientos que enviamos a los vivos y a los desaparecidos nos vuelven en dones inesperados.

37. Un sólo versículo iluminará a uno, mientras que otro no verá nada en todo el Libro. "No hay porqué ni cómo para aquello que ES." 37'. ¡Cómo hace germinar al creyente la palabra del Señor y cómo endurece al impío! "¡Oh, profundidad!, ¡oh, misterio!, ¡oh, juicio secreto del Perfecto!"

38. Seamos de los que no se las componen, sino que tienen fe en el Dios que ordena el caos. - Seamos de los que no exigen nada, sino que buscan la vida eterna. - Seamos de los que no se apoderan, sino que ruegan a aquel que colma de bendiciones. - Seamos de los que no envidian, sino que se alegran de los dones del Dios de amor. - Seamos de los que no se agitan, sino que obran con el Dios de resurrección. - Seamos de los que no condenan, sino que piden perdón a Dios para todos. - Seamos de los que no acumulan, sino que imitan al Dios de caridad. - Seamos de los que no se pelean, sino que esperan pacientemente con el Dios que separa y une. Seamos de los que no matan, sino que manifiestan la vida de Dios uniendo el cielo y la tierra. 38'. Los ingratos y los impíos no están cerca de Dios, pero los aduladores y los hipócritas tampoco. - Los libertinos y los perezosos no están cerca de Dios, pero los moralistas y los trabajadores tampoco. - Los ignorantes y los estúpidos no están cerca de Dios, pero los sabios y los inteligentes tampoco. - Los rebeldes y los blasfemos no están cerca de Dios, pero los resignados y los recitadores tampoco. - Los vividores y los pródigos no están cerca de Dios, pero los reprimidos y los ahorradores tampoco. - Los malvados y los furiosos no están cerca de Dios, pero los bien intencionados y los llorones tampoco. - Los justos y los conocedores están cerca de Dios, pero los caritativos y los sencillos también lo están y, por encima de todo, los que tienen la buena voluntad en Dios.

39. Examinemos en qué tienen razón los demás y en qué estamos equivocados nosotros. De esta manera, el acuerdo llegará fácilmente por la aproximación de los semejantes y el alejamiento de los contrarios. 39'. Todo lo que pensamos, nombramos y hacemos se corporifica y se precipita hacia nosotros. Tengamos, pues, mucho cuidado con nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestras acciones a fin de no crear nuestra propia desgracia sin saberlo.

40. Los hipócritas, los orgullosos y los malvados se destruyen mutuamente y blasfeman contra el verbo de Dios, ya sea bendiciendo el crimen, ya sea maldiciendo el amor, pues los que se han hinchado van a ser vaciados por la tempestad, y los que se han endurecido van a ser aplastados bajo la muela. Falsos hermanos contra hermanos enemigos. Falsos devotos contra devotos de ciencia muerta. 40'. El Señor no abandona a los suyos, a los que le aman en su corazón y son sumisos a la sabiduría oculta. La red de la desgracia y de la exterminación no se cerrará sobre ellos, ya que la humildad de su amor y de su conocimiento pasará, incluso, a través de las mallas apretadas de la muerte. "¡Qué miserable es nuestro amor por el Señor y cuán nula es nuestra fe en su Providencia!"

41. Muchos quieren hacer creer que saben más que nadie acerca de los misterios de Dios, citando a tontas y a locas las magníficas palabras de los profetas y de los Sabios, e interpretándolas según sus miserables pensamientos del momento. 41'. ¡Oh, irrisión!: se pelean con la luz de las palabras santas y Sabias y, sin embargo, se estancan en las tinieblas. ¡Oh, crueldad!: se golpean con sentencias de vida y se pudren cada día más en el estercolero, ya que ahora los sordos nos aleccionan y los ciegos nos muestran la vía santa.

42. Así, uno moraliza y otro emascula. Este diseca y aquel empaja, y todos parecen pingüinos explicando la Escritura santa a otros pingüinos. 42'. La práctica de la palabra y de la ciencia de Dios es lo que nos salvará de la muerte, y no nuestras buenas intenciones, nuestras bellas palabras o nuestros grandes trabajos.

43. Todo lo que pidamos con fe y perseverancia se realizará algún día ante nuestros ojos, aquí abajo. 43'. Vigilemos, pues, atentamente todo lo que entra y todo lo que sale, para no caer en la trampa de las apariencias engañosas de este mundo.

44. Hagamos todo lo necesario para agradar a Dios y soportemos pacientemente los juicios ciegos del mundo, sin desafío ni justificación profana. 44'. El Libro aún será nuevo y presente cuando todas las orgullosas producciones del mundo hayan vuelto a la nada.

45. ¡Oh, cómo borran el pecado del mundo el buen pensamiento, la buena palabra y la buena acción! ¡Oh, cuánto liberan el alma del creyente la alabanza, la plegaria y la caridad en Dios! 45'. Quien nos ha dado el ser también nos lo puede volver a tomar y a dárnoslo todo de nuevo. ¿Quién puede creer esto en su corazón antes de haberlo visto con sus propios ojos?

46. ¿Cuál será el ridículo de todos los que nos habrán explicado la palabra de Dios sin haberla comprendido ellos mismos? Y ¿cuál será su seguridad ante la evidencia manifestada en el último día? 46'. Quien ha sembrado el buen grano espera con confianza el tiempo de la cosecha. (No creamos penetrar fácilmente la palabra inspirada de Dios si ella misma no nos ha penetrado primero.)

47. ¡Los incrédulos nos han llamado "hombre feliz", pues el amor del Señor nos ha hecho brillar incluso ante los ciegos! 47'. El templo del Señor es su gracia dentro de nuestro corazón, y el sacrificio es su amor por nosotros y es nuestro amor por él.

48. Querrán afiliarnos a iglesias, sectas o sociedades secretas para explicar lo inexplicable, ya que incluso los creyentes han dejado de creer que Dios aún es capaz de hablar directamente a sus hijos. 48'. No buscamos esclavos, ni sectarios, ni ovejas, buscamos hombres y mujeres capaces de vivir santa y libremente en Dios. Pues el tiempo de los rebaños ya pasó y el de la libertad llega.

49. La sabiduría de Dios es la libertad y la abundancia de la vida ofrecida gratuitamente a los hombres sencillos y rectos. La sabiduría del mundo es el ruido y la vanidad de las palabras huecas con las que los ciegos se tranquilizan en su noche. 49'. El ateo piensa sobrevivir por su trabajo y su inteligencia. El religioso cree salvarse por su esperanza y su resignación. Apenas un Sabio o dos por siglo operan el milagro de Dios aquí abajo y entran vivos en la eternidad. (Exageramos su número adrede.)

50. Más valdría no haber nacido nunca antes que despreciar la vida que nos ha sido dada por Dios y que hemos oscurecido estúpidamente. 50'. La razón de Dios está más allá del absurdo, la razón de los hombres permanece siempre más acá.

51. Ni un céntimo y la reprobación de todos a cambio de la verdad desnuda. El dinero y la ayuda del mundo entero a cambio
de la mentira disfrazada. 51'. Ser colmado por Dios y vivir ignorado del mundo, y no ser colmado por el mundo y vivir ignorado de Dios.

52. Los brutos, al menos, proporcionan el reposo del espíritu, mientras que los hipócritas destruyen la fe y los delirantes comunican la locura del demonio. Feliz quien encuentra a un creyente de Dios y habla del único con él, y bienaventurado quien llega hasta un santo de Dios y le escucha hablar del Señor de amor. Muy afortunado, sobre todo, quien descubre a un Sabio de Dios y permanece en su silencio divino. 52'. Señor, enséñanos la humildad de tu santa búsqueda, colócanos una pesada carga sobre la espalda y tierra en la boca hasta que consideremos el tocón de donde hemos sido sacados y hasta que tu bendición nos libere del hedor del pecado y de la oscuridad de la muerte. Señor, por compasión, haz que callemos y que no expliquemos nada profana y vanamente a nadie.

53. Satán está aquí para perder a los malvados, pero también está aquí para devolver a Dios las almas iluminadas por el amor y el conocimiento. 53'. No hay nada oscuro ni oculto en el amor de Dios, pero en su ciencia todo es profundidad y misterio.

54. ¿Acaso sabemos quien es ese niño pequeño que ahora muere ante nosotros de peste? ¿Acaso no es el anciano acaparador que hizo morir de miseria a la cuarta parte de la ciudad? ¿Quién juzga aquí la justicia de Dios con la vista penetrante de un topo? ¿Quién condena la sabiduría del Altísimo con la seguridad inconmovible de un leño? 54'. ¡Oh, infortunio!, los ciegos se han erigido en jueces severos y los sordos se han vuelto ejecutores despiadados. Por eso, la fe y la caridad se han alejado de todos, y la desgracia y la confusión culminan ahora en un mundo desfigurado por el pecado, por el odio y por el miedo. "¿Quién puede creer firmemente en la protección del único? Y ¿quién puede esperar locamente su santísimo don?"

55. ¡Oh, cuán sutil es el maligno, cómo razona y qué bien informado está sobre el mundo! ¡Oh, cómo se disfraza el engañador, cómo se insinúa y cuán hábil es para coger en la trampa a las criaturas de Dios! 55'. Seamos imanes de vida y no imanes de muerte, y sepamos que todo lo que pensamos se corporifica en nosotros y alrededor nuestro y se alimenta de nuestras palabras y de nuestros actos.

56. Tentador bien nombrado, ¡cómo nos pones a prueba en la hoguera de la envidia y del orgullo! Tú dices "YO", pero nosotros contestamos "DIOS". ¡Oh, enemigo!, ¿quién nos salvará del vértigo de tu faz entenebrecida, si no es el amor de nuestro Señor resplandeciente y purísimo? 56'. Así pues, tengamos mucho cuidado con lo que pensamos y con lo que decimos, ya que si es el bien, el bien aparecerá y si es el mal, el mal vendrá igualmente. "Sólo el amor de Dios nos colma y nos satisface verdaderamente. Todo lo demás nos decepciona y aburre rápidamente. Pero además, su santa ciencia es, sin duda, lo que nos salva de la muerte aquí abajo."

57. El que persigue las cosas del mundo queda muy decepcionado al final de su carrera, pero el que no busca nada se deseca en su triste mediocridad. 57'. El que busca incansablemente a Dios y su verdad tiene una oportunidad de encontrarlos aquí abajo y la santa seguridad de acercarse a ellos en el cielo.

58. Confiémonos al Señor, que borrará nuestra pena y multiplicará nuestra alegría, y no nos confiemos al mundo, que envidiará nuestra alegría y rechazará nuestra pena. 58'. Si amamos a Dios en la humanidad y en la naturaleza, Dios nos amará también en los hombres y a través de toda su creación.

59. Después de que todo sea consumido, la gracia, la justicia, la simplicidad, la obediencia, el perdón y el amor germinarán de nuevo, y nuestro Dios reposará visiblemente en sus santos, y todos los salvados se darán el beso de paz sobre una tierra blanqueada y reconciliada por la resurrección. 59'. El Libro podría extenderse al infinito; basta con que nos haya hecho tocar la raíz sagrada del comienzo y entrever la santa luz del Perfecto, ya que el Señor en persona será la palabra viva del final para sus Sabios y para sus santos.

60. El mundo esencial y substancial será separado del mundo excremencial, y el primero será glorificado con los santos de Dios, mientras que el segundo será desechado con los rebeldes y los malvados. 60'. En el comienzo crepuscular del fin, las estrellas serán reunidas para formar con el sol, la luna y los santos la tierra de los vivos fecundada por Dios; y a continuación habrá el medio tenebroso del fin.

61. No encontraremos a Dios por las especulaciones de la inteligencia ni por el trabajo de nuestras manos. Encontraremos a Dios únicamente imitando a Dios, pues la siembra de nuestra muerte prepara la cosecha de nuestra vida. 61'. Después, la luz volverá poco a poco y la reina y el rey del cielo aparecerán en el esplendor divino, y habrá el fin resplandeciente del fin, anunciado y bendecido por los profetas del Señor Dios.

62. Nuestra razón, nuestro valor y nuestro trabajo son impotentes para abrirnos las puertas de la vida si la bendición y la inspiración divinas no los acompañan. 62'. El Señor abre el entendimiento de quien es dócil a su voz, y todo le sale bien sin esfuerzo, pero ciega al insensato que sólo escucha su propio consejo y le conduce a su perdición.

63. ¿Por qué trabajar duramente y por qué combatir ferozmente para obtener la sombra de la vida, cuando el Señor nos ofrece con generosidad la realidad divina que nunca se agota? 63'. No fuerces a la Deseada, amigo mío, pues si ha de venir a ti, se manifestará por sí misma. El Señor sabe lo que hace y tú aún lo ignoras.

64. Es bueno ofrecer un presente al maestro espiritual, pero ¿quién es el discípulo inteligente que le enviará un buen pensamiento de amor? 64'. Quien bendice en su corazón a Dios y a sus santos hace brillar visiblemente una parcela de la vestidura del único.

65. Seamos como huérfanos que buscan febrilmente a su Señor día y noche, y después volvámonos como odres vacíos que esperan ser llenados del néctar de los cielos. 65'. A un viviente se le perdona todo, excepto estar presente entre los agonizantes de este mundo. "¡Oh, sacrificio santísimo de los Hijos del único!"

66. Hemos caído en la fosa de inmundicias y hemos tragado la basura tenebrosa. ¿Quién nos liberará ahora del hedor del pecado que nos sumerge por todas partes? ¿Quién nos curará del veneno virulento que corroe nuestros corazones y apaga nuestro espíritu? ¿Quién separará la sanies de la carne del Dios viviente? 66'. ¡Oh, Señor miraculoso!, abre nuestros corazones a tu santo rocío y vuelve a habitarnos en el esplendor primero, si no, estamos perdidos para siempre y nadie se compadecerá aquí abajo de nuestro desconsolado lamento. "Lávanos, lluvia de los cielos, y siémbranos, sol glorioso."

67. Nuestra presunción imbécil es, desde luego, lo que nos impide reconocer la obra grandiosa del Señor de vida y de luz, y nuestra atenta y santa humildad es, desde luego, lo que nos permite descubrirla en el mundo. 67'. Primero, admiraremos las obras de los hombres durante nuestro sueño; luego, admiraremos las obras de la naturaleza cuando empecemos a ver claro. Finalmente, admiraremos las de Dios cuando estemos del todo despiertos.

68. El pecado y la caída es haber comido el fruto envenenado del árbol doble, es haber absorbido la substancia viva con la mugre muerta y es seguir haciéndolo. 68'. La regeneración y la redención es descubrir y comer el fruto puro del árbol único que expulsará de nosotros el hedor, la oscuridad y la inercia fatal de la muerte.

"Habrá una reunión de salvados, como lo ha dicho IAVE. JOEL.
Buscad a Dios, vosotros, humildes del país que habéis practicado su ley.
Buscad la justicia, buscad la humildad. Quizás estéis a cubierto el día de la cólera de Dios. SOFONIAS".
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EL POZO. LIBRO XXIV. EL MENSAJE REENCONTRADO.

Ve, observa e interroga al labrador, y aprende de él que se cosecha lo que se siembra.
ISIS.
El sabe lo que entra en el seno de la tierra y lo que sale de él. Sabe lo que desciende de los cielos y lo que sube a ellos.
CORÁN.
RÉTIVE NUE EL POZO
1. El que nos alimenta no nos critica, pero los que nos dejan perecer nos prodigan sus juicios y sus condenaciones sin medida, pues se creen superiores en el mundo. 1'. Hipócritas que juzgáis, os abstenéis de ayudar a vivir a los que condenáis. Seréis juzgados del mismo modo. Dios os quitará toda oportunidad de salvación y os corromperéis en la desesperación de la muerte.
2. No es como nosotros, por lo tanto está loco, dicen los impíos. 2'. No son como yo, por lo tanto están muertos, dice el Señor de vida.
3. Buscando el mundo agonizante, nos convertimos en imanes de muerte y moriremos.
3'. Buscando al Único viviente, nos convertiremos en imanes de vida y viviremos.
4. Oh, mi Señor!, no oyes a los pastores ignorantes que, para halagar a los mediocres y a los hipócritas, aclaman en el lugar santo la ciencia profana y a sus sabios mercenarios?
La violencia, la ignorancia y la vanidad han invadido sus manos, sus espíritus y sus corazones, y helos aquí extraviando y corrompiendo los rebaños confiados a su protección.
Ilumina a estos ciegos, buen Señor, o vuélvelos mudos, a fin de que la violencia de la ciencia impía no destruya tus imágenes santas y preciosas.
Oh, ven, santo Señor!, con tu látigo y tu báculo, con tu vara y tu espada, con tu criba que tría y que separa el buen grano de la cizaña.
Este es el versículo de la reunión y de la advertencia, que será repetido tres veces 4'. Si todavía hay hombres inteligentes e inspirados de Dios en las iglesias, estos examinarán sus Escrituras hasta el fundamento secreto donde brilla la piedra inquebrantable e imperecedera establecida por Dios, establecida de Dios, establecida en Dios.
Estos leerán el Libro con atención, y la alabanza de sus corazones subirá hacia el Altísimo como la pura llama de la ofrenda santa.
Estos denunciarán sin temor la ciencia maldita que violenta la naturaleza, los seres y las cosas, y que vende cara la muerte a todos. Estos harán recordar la ciencia de Dios que no violenta nada ni a nadie y que da la vida gratuitamente a todos.
Benditos sean los verdaderos servidores del Altísimo!
5. Los últimos santos no halagarán a los mediocres ni a los rebeldes que les presionan, pues la calidad de los últimos vivientes será para ellos más preciosa que la multitud de muertos incurables.
5'. No basta con que una voz de Dios se alce en el mundo para denunciar y desmontar las prestigiosas empresas del maligno? O es que ya no quedan vivos para oírla?
6. Los hombres bien pueden distraerse algunas veces con sus obras, pero jamás deben tomarlas en serio, pues son vanas y muertas. Sólo la obra de Dios está viva para siempre. 6'. Cuando la ciencia de Dios sea manifestada, todos los trabajos y todas las invenciones de los hombres serán abandonados por inútiles. Sólo los réprobos permanecerán sometidos a trabajos serviles a causa de su orgullo ciego.
7. Busquemos los lugares benditos donde el sol, la luna y las estrellas brillan, y donde los elementos y la tierra auxiliadores animan a los humildes buscadores de Dios. 7'. La miseria en el frío sólo es pobreza al sol y puede convertirse en riqueza infinita ante Dios si cosechamos el oro que el Señor derrama en abundancia sobre el mundo entenebrecido.
8. Ya no hay soledad, ni tristeza, ni abandono para el que conversa en su corazón con el Perfecto. 8'. Si deseamos que Dios nos escoja, no omitamos escogerle también, y si queremos que nos elija en su reino, no olvidemos elegirlo primero en nuestros corazones.
9. Dios tiene paciencia con la impaciencia de sus profetas, pues quiere dar a todos los extraviados el mayor número posible de oportunidades de volver a él. 9'. Ha sido dicho: "Mil años de hombre son como un día para Dios, y un día del Único es como mil años para los hombres".
10. Cuántos se preparan para entrar en el reposo de Dios, abandonando la agitación falaz del mundo y sus preocupaciones infinitamente renovadas? 10'. Cuántos entran en la soledad de su corazón a fin de rezar, alabar y contemplar al Dios viviente que basta para todo?
11. Cuántos se retiran a la montaña santa a fin de conocer al compañero imperecedero, al amigo indefectible, al Único Señor del cielo que da la vida sin mezcla? 11'. Cuántos cuecen en secreto el misterioso y santo rocío que viene del cielo a fin de manifestar al Salvador admirable que libera de la muerte?
12. Intentamos emerger del montón de los que agonizan ante Dios, no para hundir a nuestros hermanos en la cloaca, sino para ayudarles a salir también de las tinieblas de la muerte.
"No vendrán tal vez con nosotros hacia el esplendor que brilla en el cielo?"
12'. Todas nuestras obras son irrisorias ante la obra de vida del Altísimo.
Acaso no hubiésemos hecho mejor en adorarlo en silencio, antes que escribir el Libro para la ignorante vanidad de este tiempo falsamente inteligente y falsamente sabio?
13. La palabra esencial y substancial transmitida por el maestro es lo que nos hace herederos del Altísimo, a condición de que la recibamos santamente con gratitud y no profanamente con malicia. 13'. Algunos santos abnegados y un Sabio conocedor podrían enseñar de nuevo a los creyentes el camino que salva del exilio y de la muerte de este mundo, si los corazones de los hombres no estuvieran tan profundamente sepultados bajo la mugre del pecado.
14. Los rebaños salvajes son diezmados por las fieras, pero los rebaños guardados acaban en el matadero.
Así pues, que los creyentes se sostengan individualmente en Dios sin exponerse inútilmente en el mundo. 14'. Líbranos, buen Señor, de la sórdida batalla por una vida agonizante en un mundo podrido, y haznos herederos de tu luz incorruptible, viva y eterna, a fin de que te adoremos en la locura del amor que da y recibe sin medida.
15. Los impotentes que recitan oraciones ya hechas creen vanidosamente ser los únicos en rezar como es debido, pues ignoran la alabanza a Dios que brota espontáneamente del corazón del santo inspirado.
"Dios juzgará a los moribundos que rechazan a sus vivos y rechazará a los muertos que maltratan a sus enviados." 15'. El agua brota algunas veces de la roca en el desierto, pero es más a menudo un espejismo engañoso que una realidad palpable y vivificante. No nos durmamos en el ronroneo de las iglesias y de los claustros; luchemos en ellos por nuestra liberación uniéndonos de corazón con el Señor de amor, de poesía y de ciencia verdadera.
16. Seremos conocidos y estaremos vivos en el cielo gracias a la obra de Dios que no perece, pues nuestras obras personales desaparecerán con el mundo transitorio y nuestro recuerdo aquí abajo perecerá con el tiempo.
"El reino del Perfecto es inmutable y su Señor no miente." 16'. El Libro no es para los corderos que balan ni para los lobos rapaces. Es para los libres hijos de Dios que bendicen al Señor en sus corazones y que buscan febrilmente su gracia, su amor y su salvación, antes del furor de la nube incandescente que consumirá todas las cosas impuras.
17. No nos las demos de importantes, ni de despreciativos, ni de salvados, ni de puros, a fin de no resultar odiosos ante el Señor y, sobre todo, a fin de no volver al Señor odioso en el mundo. 17'. Cuanto más cerca estemos del Señor de vida más lo ocultaremos en el mundo, a fin de no profanar el amor del Único.
"La gente "bien" según el mundo no es la gente "bien" según Dios."
18. Los sermoneadores han conseguido que el mundo se asquee de Dios y los bienpensantes han logrado que se le odie. Gran éxito, en verdad, del que se felicitan imbécilmente como malos servidores que han echado a los invitados de su amo, pensando sentarse a la mesa en su lugar. Serán ignominiosamente expulsados y reemplazados por nuevos ayudantes más fieles e inteligentes. 18'. Los mediocres y los hipócritas sumergen las iglesias, y los ateos dominan en el mundo. Cómo van a subsistir los creyentes verídicos si el Señor no viene rápidamente a socorrerlos?
Quién ha visto jamás una buena cosecha germinar y crecer en un campo de piedras? Sin embargo, todo es posible para el Señor de vida y de amor, que siembra sin medir, incluso en la ceniza muerta.
19. Recibamos con humildad, pero también con efusión y amor a los que vienen a pedirnos información sobre Dios y su salvación, y recomendémosles la lectura asidua de las Escrituras santas y Sabias, en vez de hastiarlos con sermones aburridos y con opiniones arrogantes.
19'. Servidor de Dios, amigo de Dios, hijo de Dios, amante de Dios, son títulos envidiables, verídicos, únicos y secretos. Todos los demás son, comparativamente, como el título de preso reincidente, del que no cabe enorgullecerse.

20. Un buen ejemplo de vida en el amor del Señor vale más que todos los discursos preparados y que todas las banalidades soltadas sin inspiración. 20'. Los que rechazan el Libro rechazan su propia vida sin saberlo.Quién les destapará los oídos si no quieren oír? Y quién les abrirá los ojos si no quieren ver? Acaso no se impone por sí misma la evidencia de la obra celeste a los creyentes iluminados?
21. El Libro es para quienes les es dado recibirlo. Es la justicia de Dios, que supera el entendimiento de los hombres. 21'. Antes que nada, los profetas nos recuerdan el que es, el que vive, el que permanece inmutable en sí mismo por la eternidad.
22. Los hipócritas, los mediocres y los ateos bien pueden rechazar el Libro; los creyentes libres lo propagarán con la ayuda del Espíritu Santo que lo ha inspirado, y su multitud cubrirá toda la tierra si permanecen unidos en Dios en sus corazones y si no violentan a nadie en su fe. 22'. La Madre lava nuestras escorias y el Padre se alía a nuestra pureza, pues su gloria es llameante y pura como la del sol. Así, debemos consumir en nosotros todo pecado y lavar toda mancha, a fin de que pueda habitarnos y resucitarnos en su esplendor celeste.
23. De qué sirve triunfar aquí abajo, si es para triunfar en el barro de la muerte que finalmente nos mata? Triunfo irrisorio tras el cual los astutos y los imbéciles corren locamente en este mundo. 23'. Qué dolorosa sorpresa al final de los tiempos, cuando vean a los que despreciaban a causa de su fe obtener la vida eterna, mientras que ellos mismos sólo recogerán una agonía mantenida con parsimonia!

23''. Oh, ricos imbéciles, que despreciáis a los santos y a los pobres de Dios dejándoles perecer de miseria en el mundo!, algún día mendigaréis vuestros excrementos como comida, y la podredumbre os servirá de lecho y de vestido.
24. La libertad de los hijos de Dios es una libertad interior que lo dice y lo hace todo en la inocencia reencontrada y guardada. 24'. Oh, tú, el Resplandeciente!, permite que te encontremos y te comamos, a fin de que vivamos en tu eternidad y en tu gloria sin par.
25. Pidamos lo que nos corresponde en derecho, pero no lo exijamos, a fin de no obstaculizar el juicio de Dios. 25'. El que vive inocentemente la verdad de Dios no es contradicho por nadie.
26. Si buscamos el mundo, trabajemos lo más posible. Si buscamos a Dios, reposemos todo lo que podamos. 26'. Cada cual admira su pequeña persona y cada cual está orgulloso de sus pequeños trabajos, sin ver que Dios y su obra son los únicos inmortales y admirables.
27. No hemos solicitado la sumisión ni la admiración de nadie y no nos hemos impuesto a nadie.
"Quién nos seguirá libremente hasta el Señor de resurrección?" 27'. La renuncia perfecta es lo que nos abre las puertas del reino de Dios. La indigencia perfecta es lo que nos colma de la bendición de Dios. El vacío perfecto es lo que nos llena del amor de Dios.
28. Quien conozca un libro semejante a éste, que lo publique ante Dios y ante los hombres, si puede. Si no, que publique lo que ha oído y lo que ha visto en su corazón después de haberlo leído. 28'. Lo que es fijo viene de la tierra.
Lo que es movedizo viene del agua.
Lo que es humoso viene del aire.
Lo que es graso viene del fuego.
29. Hay algo más absurdo y más trágico que la suerte de los impíos, que se niegan a pedir nada a Dios en sus corazones endurecidos por el orgullo? 29'. Se proclaman fuertes y libres en el mundo, pero mueren como las bestias en el abandono y en la decadencia sin esperanza.

30. Por qué los que nos hablan de Dios se creen obligados a adoptar ese tono pedante o esos trémolos de perros apaleados? 30'. Improvisemos nuestra predicación a fin de que sea vivida en Dios, o bien callemos humildemente en el mundo.
31. Lo propio del hombre es asombrarse de la creación y buscar al creador.
Lo propio de la bestia es no preocuparse por ello y no buscar más que a sí misma. 31'. Muchos niegan, muchos dudan, muchos creen, algunos buscan, algunos comprenden, algunos encuentran, uno o dos viven y alcanzan la unidad del Único en el cielo.

32. Nuestro honor es haber hecho recordar la promesa de Dios, garantizada por su amor y realizada por su ciencia en su gloria transformante. 32'. El Libro que exalta la gloria, el amor y la ciencia de Dios será la salvaguardia de los creyentes. Quienes lo rechacen perecerán en la vana espera de aquel que se encarna ante sus ojos de ciego.
33. Ni los creyentes ni los ateos sospechan que existe la ciencia de Dios oculta tras los símbolos, los escritos y las figuras de la religiones reveladas. Los que creen en ella intentan apropiársela por la astucia y la violencia. Algunos la piden a Dios en su corazón y apenas uno o dos la obtienen en el siglo. 33'. El maestro, al visitar la morada del discípulo, lo rompió todo salvo una botella, luego quemó lo que podía arder excepto las santas Escrituras, después apagó las cenizas con agua excepto un tizón. Finalmente, abrió todas las ventanas excepto la que miraba al Norte, después salió por el Sur sin decir una palabra.
34. Ya no hay trabajos molestos ni desespero ni derrota para el que obtiene la ayuda del Señor en los aprietos de este mundo. 34'. Más vale tender la mano y disfrutar de la libertad y de la alegría de los hijos de Dios, que poseer los bienes del mundo y carecer del principal alimento celeste.
35. Cómo no dudar de Dios en este mundo mezclado de muerte? Y cómo escapar a la desolación de este exilio en la esclavitud, en la miseria y en la agonía perpetuamente renovadas?
35'. Los incrédulos cuentan con ellos mismos para organizarse aquí abajo. Los creyentes cuentan con Dios para salvarse del exilio de este mundo. He aquí toda la diferencia entre la razón de los sentidos y la locura de la fe.
36. Si Dios no nos otorga el don de creer, no podemos creer por nosotros mismos ni, sobre todo, permanecer en la fe en la vida salva e imperecedera, que él nos ha prometido como recompensa por nuestra fidelidad a su ley. 36'. Podemos llorar por los impíos, no podemos juzgarlos y aún menos condenarlos, pues el Señor es quien nos escoge y nos habita según su voluntad y no según la nuestra.

37. El signo verdadero de los hijos de Dios es que lo piden todo a su Padre sin titubear y sin dudar. 37'. !Oh, santo Genitor!, consume en nosotros la putrefacta extranjera y líbranos de las escorias tenebrosas, a fin de que luzcamos en la luz de vida donde haces tu nido.
38. Demasiadas preocupaciones, demasiadas molestias y demasiadas tentaciones nos acosan aquí abajo para que podamos consagrarnos en paz al estudio de la palabra de Dios y a la búsqueda de su salvación. 38'. Así pues, primero roguemos a fin de que Dios allane los senderos de nuestra búsqueda y a fin de que nos descargue de las preocupaciones ajenas, volviendo nuestra fe más fuerte que la evidencia de nuestra ciega razón.
39. Sea cual sea nuestra seguridad y sea cual sea nuestro desamparo, pongámonos todos los días de nuestra vida, junto con nuestros asuntos, en manos del Señor de sabiduría: el único que puede darnos la victoria y la paz que no perecen.
39'. No rechazemos lo que nos parece oscuro al comienzo, pues sin duda es lo que nos iluminará al final.
" Oh, santa luz, que consiente habitar nuestra muerte a fin de resucitar nuestra vida!"
40. Vosotros que tenéis sed de justicia y de honradez, vosotros que buscáis la paz y la amistad, vosotros que esperáis la libertad y el amor, venid libremente al Señor y a su salvación, sin preocuparos de los obstáculos levantados por los muertos entre Dios y los hombres. 40'. No estamos aquí para esperar que los hombres vengan hacia nosotros en templos muertos, estamos aquí para ir hacia los hombres y para instalar a Dios en sus corazones vivos.
41. Intercambiemos piadosamente nuestras oraciones, a fin de que el Señor las bendiga doblemente. 41'. "Resignaos y morid", es la palabra del enemigo.
"Buscadme y vivid, es la palabra del amigo.
42. Ya que la mugre, la podredumbre, la esclavitud, el sufrimiento, la mentira y la muerte están inextricablemente ligados a este mundo, qué otra cosa podemos esperar sino el absurdo al querernos organizar en él, al querer dominar en él, o bien, al aceptar corrompernos en él o al esperar perecer en él, aunque sea santamente? 42'.Acaso la única solución eficaz no es buscar solamente la salvación de vida, transmitida por el Señor descendido del cielo y encarnado entre nosotros para nuestra reintegración en la vida eterna y pura? No está dicho:"Buscad primero el reino de Dios y su justo empleo, y todo lo demás os será dado por añadidura"?
43. La decadencia de las religiones y de las iniciaciones proviene de que los guardianes, los creyentes y los buscadores toman los símbolos, las figuras y los ritos por el misterio mismo, cuando de hecho no son más que sus imágenes y sus recuerdos. 43'. El reino de Dios no es una abstracción ni una imagen, ni un vago ideal. Es la única realidad viva y palpable que salva de la muerte, desde ahora, aquí abajo.
Comprenderemos al fin?
44. Más vale creer estúpidamente en la inverosimilitud de la revelación divina que demostrar inteligentemente su imposibilidad aparente. 44'. La ciencia profana realiza todos los días prodigios increíbles, sería impotente la ciencia de Dios para salvarnos de la muerte?
45. Los impíos creen vanamente adquirir por la fuerza lo que se niegan a pedir humildemente a Dios. Ciertamente, acabarán desmenuzados por su propia violencia. 45'. Quizás ha llegado el momento de prepararnos para atravesar la hoguera del fuego desencadenado? Quién volverá a salir indemne de ella como la simiente de Dios?
46. Deseamos que nadie utilice el Libro para juzgar o condenar desde fuera, pues siempre es inútil tener razón frente a alguien y a menudo es peligroso. 46'. Hacemos observar que todos los comentarios de las palabras inscritas en el Libro son incompletos, pues los reflejos de la cosa no son la cosa misma.
47. Si la revelación de la salvación se extraviara o cesara aquí abajo, quién nos libraría de la agonía del mundo? 47'. Salvemos nuestras santas Escrituras de la desaparición, a fin de que nos salven también de la muerte extranjera.
48. Unámonos un pequeño número de escogidos por el corazón y prometámonos ante Dios: socorro, amor y fidelidad en este mundo exiliado. Así el Señor en persona bendecirá nuestras empresas y guiará nuestra búsqueda.
"Si somos golpeados, volvamos a Dios y si somos colmados, saltemos hacia él." 48'. Si no buscamos la salvación de Dios con constancia, con perseverancia, con obstinación, con estupidez, con delirio, no obtendremos más que la corteza de las cosas santas.
"No debemos suplicar al mundo para obtener una parcela de las cosas muertas que vende tan caras a todos?
49. Los orgullosos del mundo sí sospechan que la verdad de Dios existe, pero fingen burlarse de ella en público, cuando de hecho se esfuerzan en violentarla en secreto con sus maquinaciones tenebrosas y criminales. 49'. Oh, superinteligentes que os admiráis con complacencia en la mugre del pecado, vuestra malicia y vuestro orgullo os excluyen para siempre de la luz de vida donde habita el Señor santo!
50. Todas las explicaciones y todas las experiencias del mundo y de nosotros mismos son ilusorias, pues nos dejan ignorantes, miserables y agonizantes como antes.
Sólo el amor y la ciencia del Altísimo pueden salvarnos de las tinieblas de la muerte. 50'. Todos los sabios y todos los genios del mundo sólo examinan el mundo y sólo conocen el mundo tenebroso; así pues, se contentan con las recompensas irrisorias del mundo y van al olvido y a la muerte del mundo como los animales que desprecian y explotan.
51. Todo lo que los orgullosos piensan de los humildes buscadores de Dios y todo lo que les hacen padecer es como una lápida que fijan sobre su propia espalda de malditos. 51'. La desobediencia y la absorción de un fruto mezclado es lo que nos ha precipitado en la muerte. La obediencia y la absorción de un fruto puro es lo que nos restablecerá en la vida.
52. Todos quieren mejorar su suerte de agonizantes, pero muy pocos intentan escapar definitivamente de esta condición lamentable. 52'. Todos se apasionan por los asuntos del mundo impermanente, muy pocos piensan en estudiar la revelación prodigiosa de los Hijos de Dios.
53. Las santas Escrituras, que enseñan a salir de la muerte, aburren mortalmente a los muertos. Por el contrario, todo lo que les hunde en la muerte les apasiona y entusiasma sin medida. 53'. Los apasionados de Dios encontrarán a Dios y su vida. Los apasionados del mundo encontrarán el mundo y su muerte agonizante.
"La frecuentación de Dios es lo que nos hará encontrar la paz de la casa de Dios."
54. Pocos humanos sienten curiosidad por la revelación del misterio de la caída y de la redención, pues pocos hombres han conservado el recuerdo y el sabor de la vida imperecedera y pura del comienzo. 54'. Sólo obtendremos lo que deseemos y pidamos verdaderamente, pero sólo seremos colmados por la vida eterna corporificada en Dios.
55. Se nos ha ordenado creer y amar. No se nos ha prohibido buscar y conocer, sino todo lo contrario. 55'. La fe y el amor nos guardan con seguridad hasta el día del perdón. La investigación y el saber nos conducen, desde aquí abajo, a la vida eterna o bien a la muerte sin retorno.
56. Ay de los que se instalan en el barro de este mundo y se duermen en su mugre!, pues no verán lucir la luz del Perfecto. 56'. Ay de los que se olvidan en la ociosidad o en el trabajo, en el placer o en la desesperación!, pues su lote será la muerte de donde no se vuelve.
Buscadme y vivid.
AMOS.
Oh! Quién me hará saber dónde encontrarle y llegar hasta su trono?
JOB.



Louis Cattiaux

Ángel de pies descalzos...

 



Duerme, hijo de la luna,
mientras la noche silente canta
una hermosa canción de cuna.
...¡Duerme...! Que las estrellas
calentarán el frío nocturno
que has de sentir al dormir desnudo;
no te preocupes que los árboles crearán
las mantas que arroparán tu cuerpo mutilado
por las cicatrices que la vida
ha dejado en tu piel,
al tratar de buscar
esos deseos y sueños,
detrás de unas monedas de plata
que pagan el valor injusto de tu niñez.

Duerme...
Mientras el aire
fresco de esta noche
susurra en tus mejillas
la caricias que no has de sentir,
hijo de nadie;
abandonado por tu antepasados
y recogido por mis brazos.

¡Duerme!
Que mañana será un nuevo día
y tendrás que pintar en tu rostro alegrías
para tener a mano el pan a la merced
del resto de tu caminar.

¡Duerme!
Mientras yo estaré aquí susurrando
la canción más bella del mundo
para que duermas feliz,
observándote dormir
con gran devoción,
vigilando tus pasos
para que nada te pase,
hijo del sol,
ángel de pies descalzos.

Junior Lora Fernández
(República Dominicana)

Poema del libro: "Corazones con esperanza"

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Corazones con esperanza es un libro solidario que ha reunido a autores de diversos países en un poemario dedicado a todos los niños del mundo. Letras que llevan un mensaje de amor, alegría, reflexión y optimismo. Los fondos de la venta serán destinados para la construcción de un hogar para niños de la calle en Minas Gerais (Brasil). Colabora para que tengan una mejor calidad de vida.

"Compra un libro y construye un sueño, ayúdalos a cambiar su futuro"

Más información y maneras de ayudar en:

http://www.librovirtual.org/librosolidario

http://corazonesconesperanza.blogspot.com/

Video de la Campaña: http://www.youtube.com/watch?v=QLtFFLR8ByM&feature=player_embedded

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"En este mundo sólo hay dos tipos de países: aquellos en los que hay más pies que zapatos y aquellos en los que hay más zapatos que pies"... Anónimo...

El Mensaje Reencontrado. Libro XXV. VIT EN URÉE. LA PIEDRA...

 





LIBRO XXV

El libro que has recibido del cielo aumentará la ceguera de muchos de ellos, pero no te alarmes por la suerte de los infieles.

CORÁN.

Yo he venido a este mundo para un jui­cio, a fin de que los que no ven vean y los que ven se vuelvan ciegos.

JESÚS.

VIT EN URÉE

1. Quien alcanza al Señor de vida aquí abajo es como un holgazán al que todos los trabajadores del mundo no podrían igualar con todos sus trabajos.


LA PIEDRA

1'. (Qué trabajador el que no se toma un respiro ni de día ni de noche en la búsqueda de la vida imperecedera! (Qué holgazán el que reposa en la unidad viviente del Único!

2. Todas las realizaciones intelectuales son ilusorias, porque no expulsan la agonía de la muerte que nos estrecha aquí abajo.


2'. Sólo la encarnación palpable del Señor de vida puede liberarnos de todo mal y de toda muerte.

3. Un dedo aplastado, y he aquí que todas nuestras bellas filosofías estallan en gritos de dolor y en gesticulaciones locas.


3'. Cuando le clavaban clavos en las manos y en los pies, no analizaba nada y no enseñaba nada; pero seguía perdonando.

4. (Oh, los bellos discursos! (Oh, los sutiles pensamientos! (Oh, el sabio edificio! (Oh, la vacuidad del espíritu! (Oh, la sabiduría del vacío! (Oh, la trascendencia de la nada!


4'. El sol y la luna nos iluminan, la lluvia y el rocío nos riegan, pero nadie comprende la prodigiosa doctrina de Dios que basta para todo.

5. Un puntapié juiciosamen­te dado en el trasero, hace volver afortunadamente a los hombres de los peores extravíos de la abstracción.


5'. (Cuán satisfechos están de sí mismos los monos sabios que cacarean sobre el vacío! Tan sólo ven la sombra del palo y helos aquí encaramados de nuevo en el árbol de la objetividad.

6. Las religiones establecidas por los hombres nos proponen la desencarnación en la eternidad del limbo.


6'. La religión revelada de Dios nos propone la encarnación en la eternidad de la vida manifestada.

7. Ya que toda la creación intenta sobrevivir a sí misma constantemente,por qué sólo nosotros buscaríamos la aniquilación en la muerte?


7'. Es bueno tener esperanza en la salvación futura rogando a Dios con perseverancia. Es mejor buscar la salva­ción inmediata pidiendo la ayuda de Dios día y noche.

8. A pesar de todas las filosofías de los hombres, una pierna rota es una pierna rota.


8'. Con la salvación de Dios, incluso un muerto puede volver a vivir. (Es realmente increíble!

9. (Cuán generosa es la naturaleza, cuán libre es, cuán variada es, cuán sencilla es y cuán oculta está!


9'. Demasiadas reglas en nuestras cabe­zas, demasiados compases en nuestras manos, demasiadas balanzas en nuestros corazones.

10. Muy astutos, habéis encontrado el jabón para limpiar la piel, pero la mugre de dentro permanece sin remedio ante vuestra malicia.


10'. )Cómo podría disponer del poder divino el que no se ha vuelto otra vez como un niño inofensivo?

11. Ciertos hipócritas nos predican la humildad con una pretensión tal, que no podemos evitar reírnos viéndolos agitarse en el barro donde se las dan de maestros triunfantes.


11'. Luego, ya no reímos, porque de estos falsos humildes trans­pira una falsa dulzura, una falsa seguridad, una falsa humildad y una falsa sumisión, que son el hedor del demonio oculto bajo el velo de la falsa santidad.

12. Hipócritas vanidosos, guardad vues­tras lecciones para vosotros mismos y ponedlas en práctica, así ya no tendréis que predicarlas a los demás.


12'. Reconocemos a los hipócritas en que jamás confiesan sus faltas y en que jamás se ríen de ellos mismos.

13. Nadie debe utilizar el Libro para aleccionar o para reprender a otro, si no lo pide.


13'. La vía se basta a sí misma, pues su olor es suave y su luz es persuasiva.

14. Es cruel que la revelación de Dios haya engendrado finalmente entre los creyentes un sectarismo tan obcecado que obstaculiza la revelación misma.

"Cuanto más instruidos se creen, más ignorantes se vuelven."


14'. Es un duro castigo guardar la corteza e ignorar la almendra a causa de una fidelidad ciega y sorda.

"La idolatría de las personas impide la comprensión profunda del misterio divino y su realización aquí abajo."

15. Penetrar es un buen comienzo.

Ser penetrado es un buen final.


15'. Abrir es un mejor comienzo.

Ser abierto es un mejor final.

16. Los que dicen: "Tened paciencia y morid" son criminales si no añaden: "Triunfad y vivid".


16'. Los que dicen: "Triunfad y vivid" son criminales si antes no dicen: "Tened paciencia y morid".

17. Los clérigos han oscurecido la revelación prodigiosa del Único Esplendor de vida, pero la han conservado intacta, mientras que los ignorantes que han salido de ella han amputado y desfigurado la revelación profunda del secreto de la encarnación salvadora.

"Corresponde a los creyentes ahondar en el tesoro guardado, en vez de acostarse encima."


17'. Las filosofías de hombre no son más que arreglos con el mundo donde agoniza­mos; son incapaces de devolvernos la vida pura del comienzo. Más vale ignorarlo todo que obstaculizar con pretenciosas explicaciones la doctrina del cielo que nos resucita milagrosamente.

18. El santo se desencarna de la muerte del mundo. El Sabio se reencarna en la vida de Dios.


18'. )Quién es el ignorante que los opone?

)Quién es el conocedor que los une?

19. Muchos espíritus débiles se paran en la muerte del Señor y no conciben clara­mente su resurrección gloriosa. Son sinceros, pero también son siniestros en extremo.


19'. Debemos seguir al Señor más allá de la muerte sobre la cruz del mundo, hasta la resurrección gloriosa y hasta la coronación celeste. )Está claro?

20. La humildad precede.


20'. El triunfo sigue.

21. La santidad prepara.


21'. La sabiduría realiza.

22. Las tinieblas incuban.


22'. La luz brota.

23. La muerte separa.


23'. La resurrección reúne.

24. El exilio nos instruye.


24'. El retorno nos fija.

25. Nadie puede ir a Dios sin renunciar voluntariamente a la parte del mundo mezclado que ha recibido en reparto.


25'. El que no muere al mundo no puede resucitar en Dios, es la ley que zanja pero que no reparte.

26. El misterio de Cristo es el misterio de Dios hecho hombre y el misterio del hombre rehecho Dios.


26'. El que pretende llegar al secreto de la resurrección divina sin pasar por la muerte del mundo mixto se precipita hacia el crimen y el desastre irrepara­ble.

27. La vida del Sabio sale de la muerte del santo como la vida de la mariposa sale de la muerte de la oruga, que se vuelve crisálida y, después, milagro de resurrección.


27'. Igualmente, nuestras vidas volverán a salir del caos de la disolución tene­brosa, donde se renueva el divino miste­rio de la creación de Dios. (Que los que saben reflexionar examinen este espejo oscuro!

28. Los sencillos discípulos nos señalan con el dedo el misterio de la encarnación divina.


28'. Los fieles discípulos nos conducen pacientemente al misterio del nacimiento divino.

29. Los santos discípulos proclaman en el mundo el misterio de la muerte divina.


29'. Los Sabios discípulos nos murmuran al oído­ el misterio de la resurrec­ción divina.

30. Hemos abandonado la vida celeste atravesando las tinieblas de la muerte.


30'. Es imposible alcanzar de nuevo la vida celeste sin volver a atravesar las tinie­blas de la muerte.

31. No nos corresponde cortar la madera seca que estorba en el gran árbol de vida plantado en el mundo. La sangre nueva, que viene del cielo en sacrificio santo, hará reverdecer lo que ha permanecido vivo, y la leña muerta caerá por sí misma.


31'. La idolatría y el sectarismo es tomar las apariencias de la revelación por la realidad del misterio de vida regenerada.

"Todos los profetas aprueban el Libro que los confirma, y el Señor bendice el Libro que lo consagra."

32. Quien habla a Dios en su corazón no disputa en el mundo a propósito de la persona de sus enviados.


32'. A fuerza de disputar sobre la preeminencia de las copas, los creyentes se olvidan de probar la ambrosía divina que contienen.

33. )Abriremos la vista a los que se han puesto una venda sobre los ojos?


33'. Hablamos de los creyentes que se fijan en las personas y no en los miste­rios.

34. )Abriremos el oído a los que se han puesto tapones en las orejas?


34'. Hablamos de los creyentes que se aferran a la letra y olvidan el espíritu.

35. )Abriremos el espíritu a los que se han puesto un saco sobre la cabeza y colocado un peso sobre el corazón?


35'. Hablamos de los creyentes que se duermen en los ritos y en las leyes descuidando el amor y el conocimiento de Dios.

36. Ahora pregonamos lo que antiguamen­te se susurraba al oído, porque toda prudencia se ha vuelto inútil. La igno­rancia de los hombres en lo que concierne a las cosas santas y Sabias, )no ha llegado al colmo?


36'.)Acaso no se habla abiertamente de los secretos de Dios ante las bestias brutas? Actualmente, los puercos se apartan por sí mismos de la más pequeña gota de rocío y los perros ya no olfatean el olor de las cosas santas.

37. Dios no pide esclavos establecidos en la muerte, sino hijos liberados en la vida. (Que los que se sientan esclavos se comporten como esclavos, pero que no condenen a los que, sintiéndose hijos, se comportan como hijos!


37'. )Los muertos y los agonizan­tes instalados en este siglo serán acaso los que leerán el Libro de la renovación de la vida? (No!, sino sus hijos, que desean el don palpable y no las promesas lejanas.

38. Muchos creyentes nos recitan su hermosa lección acerca de la sangre de Cristo que salva de la muerte, pero )saben de quién hablan y de qué se trata realmente? Que busquen primero al Señor y, cuando lo hayan encontrado, actuarán en lugar de disputar vanamente.


38'. )No harían mejor en buscar la sangre de este rey del cielo y vivir, en lugar de detenerse en los hábitos de la verdad y corromperse en la muerte?

"Predicar la fórmula del agua no es dar de beber a los que tienen sed."

39. Los incrédulos tienen ganas de abrirles el cráneo, lo cual es grave.


39'. Los conocedores tienen ganas de abrirles el espíritu, lo cual es aún más grave.



39''. El Señor Dios, )abrirá, quizás, el corazón a algunos?


40. Cristo está vivo y vuelve algunas veces sobre la tierra, pero pocos lo ven, pocos lo reciben y pocos lo saborean en verdad.

Revelación in­creíble, que nos hace temblar de alegría y de es­peranza.


40'. Los creyentes libres pueden reci­birlo y vivir, los demás se escandalizan y rechazan el don divino, porque se han establecido en la muerte y han relegado la actualidad del Señor al limbo del olvido.

41. Los creyentes orgullosos han clavado al maestro dorado en nombre de la ley antigua que explicaba y realizaba ante ellos.


41'. Los creyentes vanidosos ni siquiera verían al maestro santo y Sabio si expli­cara y realizara de nuevo el evangelio ante ellos.

42. (Oh, maldición de la ceguera de los creyentes demasiado sabios en la letra!


42'. (Oh, doble maldición de la ceguera de los creyentes demasiado ignorantes del espíritu!

43. Cuanto más nos acercamos a Dios, más nos alejamos del mundo; es la señal que no engaña, porque cuanto más nos acerca­mos al mundo, más nos alejamos también del Único.


43'. No predicamos una doctrina de abandono y de disolución en la muerte, predicamos una doctrina de purificación y de coagulación en la vida.

44. Las pasiones mundanas se oponen categóricamente a la búsqueda del Señor de vida.


44'. (Apartaos de Dios, políticos y patriotas, financieros y sabios, secta­rios y moralistas, conquistadores y dominadores!

45. De ningún modo se debe violentar al que se niega a reconocer a Dios, porque sería hundirle en una muerte todavía más opaca.


45'. Los fracasos y las privaciones sólo sirven útilmente a los que tienen la voluntad de buscar a Dios, porque esto les evita perderse en el mundo.

46. Lo que decimos de los representantes actuales de las iglesias es para el bien de todos, basta con leer atentamente el Libro, pues nuestra búsqueda es la prenda de nuestro amor por el misterio señorial.


46'. No estamos aquí para encadenar a los prisioneros ni para rematar a los enfermos, sino más bien para liberarlos y curarlos en el amor del bello Señor de resurrección.

47. La iglesia del Señor de vida nos es querida y preciosa como la piedra sobre la cual está fundada, y rogamos a Dios para que sus representan­tes vuelvan a la simplicidad de aquel que la ha establecido.


47'. Esto debe abrir los ojos a muchos de los que se aferran vanamente a las ruinas muertas y no ven el corazón vivo de su fundación.

48. La sangre del Bienamado es una sangre que salva y que se salva. )No vemos, no oímos la santa cohorte de los transfigurados y de los resucitados que bendicen a Dios en su corazón por la eternidad?


48'. Los buscadores apacibles serán salvados, pero los violentos también, porque la sangre del Señor de vida ca­lienta o quema alternativamente, como el fuego del cielo que fecunda y como el fuego de la tierra que purga.

49. La caída del hombre tiene una fina­lidad divinamente elevada, que es la adquisición de un cuerpo bajo y su glori­ficación en Dios.


49'. Los que predican el rechazo del cuerpo también pierden el espíritu y tienen que volver a soportar la encarna­ción en unas tinieblas todavía más opa­cas.

50. Dejemos vivir libremente entre nosotros a los que se dedican al estudio de los misterios de Dios y mantengámoslos modestamente, a fin de que la bendición de Dios se desborde también sobre noso­tros.


50'. Cristo ha dejado a sus discípulos conocidos la custodia de su palabra santa, pero también ha dejado a sus discí­pulos secretos la custodia de su palabra Sabia.

51. Los que transmiten lo de fuera de la revelación divina no deben envidiar, ni renegar, ni perseguir a los que transmiten lo de dentro, pues son hermanos en la unidad del secreto del Único.


51'. Una y otra palabra se completan en la unidad de la revelación divina, como los discípulos conocidos y desconocidos se completan en la unidad de la comunión de vida.

52. El que posee el espíritu de vida condensado en la sangre rutilante del Salvador celeste identifica los símbolos, las personas y los ritos en la única verdad de vida.


52'. Quisiéramos no escandalizar a los creyentes yendo más allá de las imágenes, las personas y los ritos que esconden el misterio de la regeneración de la humani­dad y de la creación extraviadas.

53. No hay salvación para los brutos que se complacen en la bestialidad y en los excrementos del mundo.


53'. Eso está reservado para los senci­llos hijos de Dios que siguen su vía recta.

54. No importa si no sabemos el porqué ni el cómo del misterio de vida, mientras saboreemos su fruto santo que salva de la muerte."Hay los creyentes. Hay los posee­dores, y hay los conocedores."


54'. Sólo uno conoce el porqué, es el que ES. Algunos conocen el cómo, son los que operan. Un pequeño número conoce el sabor, son los que reciben. Muchos cono­cen el calor, son los que creen.

55. Quien no crea en Dios no se acercará a Dios.


55'. Quien no crea en la ciencia de Dios no encontrará a Dios.

56. Dios tiende las manos hacia todos sus hijos, pero los que creen haber llegado a la cumbre de la escalera de la revelación ya no tienden las suyas hacia él, y así permanecen parados en su ascen­sión y hacen discursos para predicar a los demás lo que ellos mismos no conocen en realidad.


56'. Nadie puede acceder a un escalón superior si no lo ve o si no lo siente con la suficiente claridad como para atreverse a abandonar el escalón infe­rior, sin peligro de encontrarse en el vacío y volver a caer en la muerte. Así, no debemos forzar ni violentar a nadie en la superación de las imágenes de su fe, so pena de esterilizarle o hacerle caer.

57. Os proponemos subir y profundizar. No os proponemos que os durmáis en el mundo, aunque sea sobre la almohada de la fe. (Que los que quieran dormir duerman, y que nos ahorren sus vanas explicaciones y sus vanos sermones!


57'. )No ha dicho el maestro: "Nadie puede ir al Padre si el Padre no lo atrae hacia él"? (Pues bien!, ahora os decimos: "Nadie puede encontrar al Señor del cielo si no lo encarna en sí mismo".

58. Las RAÍCES del árbol de vida...


58'. Son como el TRIO VIL que une el cielo y la tierra.

Soy negra pero bella, hijas de Jerusa­lén, como las tiendas de Cedar, como los pabellones de Salomón.

No os fijéis en mi negra tez, es el sol que me ha quemado.

SALOMÓN.

Sin nombre, está en el origen del cielo y de la tierra; con un nombre, es la madre de todos los seres.

LAO TSE.
EL MENSAJE REENCONTRADO...

La BÚsQuEdA dEL SeCrEtO...

 


Es una gran ventaja no estar obligado a correr miserablemente tras nuestra propia vida cuando se busca la pura vida celeste, y puedes sentirte agradecido por tener una buena posición en este sentido...

Si todo lo demás te parece vano y te aburre es porque estás listo para ir a donde hay que ir, es decir, al Reino de Dios, pues todo lo demás te será dado por añadidura. Mientras se espera encontrar el Reino, uno puede realmente reventar de miseria aquí abajo en medio de la indiferencia de los inteligentes que sólo alientan las búsquedas vanas, vale decir, razonables como la bomba atómica, por ejemplo, o la literatura pornográfica, o la que está castrada. O sea, ¡toda clase de cortezas muertas! ¿Cómo puede el mundo esperar beneficiarse del conocimiento de los hijos de Dios, mientras se oriente hacia los hijos del diablo y sus obras sorprendentes pero muertas y que sólo engendran la muerte…?

A ratos me pregunto cómo no me volví loco de angustia y pena en esta búsqueda enloquecedora; he necesitado un aguante físico y una templanza moral realmente únicas para resistir y no ser volatilizado de un lado u otro. Y no menciono... las inauditas dificultades respecto a la vida material en este mundo oscurecido y feroz que, ellas solas, hubiesen bastado para derribar a hombres fuertes. ¡Además, vino a ser como trece huevos en una docena, como un cariñoso regalo del Altísimo para alguien a quien quiere!

¿Cómo podrías apreciar algo que te es dado sin pena ni búsqueda?... Dios pone a prueba mucho tiempo a sus elegidos... hasta el límite de sus fuerzas y de su paciencia, hasta los límites de la desesperación. ¿Sabes que sólo algunos preferidos entre los mayores santos de todos los tiempos han obtenido el conocimiento último y posesivo? ¿Sabes que los que sólo se han beneficiado de dicho conocimiento sin poseerlo, también han esperado mucho tiempo y sufrido mil repulsas? Basta con que reces. Dios no es sordo ni tonto pero es exigente, prudente y lento. Lo que está en juego es tan fantástico e insensato que si tuviésemos plena conciencia de él posiblemente no nos atreveríamos a pedirlo, como ocurre con los que no pueden creérselo por su enormidad e inverosimilitud. Debes necesariamente empaparte de las palabras de los maestros, antes de que este jeroglífico empiece a desenredarse en tu cerebro.

La Iglesia actúa sabiamente al prohibir a sus feligreses la búsqueda del secreto del Universo. Es demasiado peligroso, demasiado agotador, demasiado terrible y si Dios en persona no te empuja hacia ello de una manera irresistible y no te inspira directamente, es inútil arriesgarse en el laberinto donde la locura nos acecha y devora 99 veces de cada 100.

El secreto está en ti y los auténticos libros santos no son sino espejos muy imperfectos en los que puedes reconocerlo orando como un loco. Y, por favor, créeme, ni la erudición, ni la ciencia, ni siquiera la inteligencia consiguen algo si el Señor no te murmura la cosa al oído.

Es demasiado fácil y es lo que repele a los buscadores acostumbrados a las grandes dificultades, a las grandes sutilezas, a los enormes trabajos, pues no pueden creer, por su locura orgullosa, que Dios lo da gratuitamente a sus hijos reposados y atentos.

¿Comprendes lo que significa sin malicia? ¡Sin corteza!

En nuestra búsqueda del Señor no debemos dejarnos escandalizar por nada ni por nadie, pues podríamos pasar al lado de la revelación tantas veces como nos velaríamos los ojos y nos taparíamos los oídos.

Felices los que creen sin haber visto, pues verán y saborearán más que nadie...

El MeNsAjE PrOfÉtIcO dE Louis Cattiaux...

 









Buzo ebrio de todos los dolores, ando errante tristemente

vestido con la piel de las bestias en este mundo exiliado de las grandes pesadeces,

donde los hombres, apagados por la caída, se obstinan.

L. Cattiaux.

Una lógica oscura y certera parece conducir este mundo hacia una meta desconocida, pero sin duda alguna catastrófica. El optimismo ingenuo del siglo pasado, ha dejado paso lentamente a una gran inquietud, las más de las veces inconsciente para los millones de individuos que componen nuestra civilización, una inquietud que por lo general se manifiesta por una inestabilidad creciente y una rebelión general de los espíritus y de los corazones.

Al igual que aquellos grandes ríos que se desecan a medida que avanzan hacia el desierto, los manantiales de la vida parecen agotarse (1) según aumenta la inteligencia del hombre; nos referimos a su maldad, a esta luz fría como la de nuestras lámparas eléctricas, que alumbran sin calor como fuegos muertos. (2)

Existe otra inteligencia, la verdadera, que el hombre percibe con sus antenas, no las de la radio o de la televisión, sino con sus antenas naturales, que le permiten comunicar con el profundo manantial de la vida oculta en la naturaleza, para llevarlo progresivamente hacia la luz viva y nutritiva.

Los grandes rebaños salvajes de la estepa no disponen de ningún radar, sino que tienen guías a los que obedecen y siguen. Por lo general son los individuos más ancianos y más sagaces los que poseen las antenas más receptivas. Ellos son los que prevén las tormentas y los ciclones, los que saben, según las estaciones, dónde se encuentran los mejores pastos y también los que descubren las trampas y huelen el peligro. Son los videntes del rebaño y el rebaño los sigue con seguridad. Pero nuestras antenas están como atrofiadas, hasta el punto de haberse convertido en órganos muertos, vestigios inútiles de una humanidad ya pasada. Pronto habrán desaparecido por completo. No nos sentimos seguros en ninguna parte. ¿No se aplicarían a nuestra época, mas que a ninguna otra, estas palabras del profeta Isaías?:

«Yahweh ha extendido sobre vosotros un espíritu de letargo; ha cerrado vuestros ojos, los profetas, ha echado un velo sobre vuestras cabezas, los videntes». (Isaías, XXIX, 10)

Y si, por casualidad, todavía hubiera entre nosotros un individuo que guardara intacta esta facultad tan valiosa de abrevarse en el manantial de las aguas puras del Sol y de la Luna, o que lo hubiera reencontrado tras una larga búsqueda, ¿qué suerte le reservaríamos? ¿Qué suerte le reservaríamos si se revelase a nosotros tal como es, es decir, psíquica y físicamente tan distinto? ¿Lo someteríamos a la benéfica acción del psicoanálisis con el loable objetivo, seguramente, de readaptarlo? Cattiaux, amigo mío, tu oscuridad en el mundo y su ceguera te fueron una extraña salvaguardia.

Quizá existen todavía, sobre la tierra adormecida, algunos hombres que velan y que interrogan a los astros como los magos de antaño. Para estos escribimos estas líneas, exclusivamente para ellos, pues han recibido el don del cielo de poder creer lo increíble. Dispersados en las tinieblas, nos son desconocidos. Sin embargo y sin saberlo, brillan como luciérnagas reflejando en la tierra oscurecida, la claridad de las estrellas. ¿Quién sabe si los ángeles de Dios no vendrán a recogerlos uno por uno, para reunirlos en el regazo de la Virgen, antes de la gran tribulación que ciertamente viene, esta gran tribulación tantas veces anunciada y siempre pospuesta, pero cuya proximidad resulta cada vez más evidente a aquellos que todavía son capaces de prestar atención?

Louis Cattiaux vivía en París, en la calle Casimir Périer, a la sombra de la Iglesia de Santa Clotilde frente a una tranquila plazoleta provinciana. En sus tarjetas ponía: Louis Cattiaux, poeta, pintor y boticario. En su misterioso taller de pintura a pie de calle, pintaba telas extrañas y magníficas, vírgenes hieráticas, rodeadas de símbolos olvidados. Las pintaba utilizando una materia rica, densa, coloreada al extremo. Afirmaba haber reencontrado el secreto de la antigua materia pictórica de los hermanos Van Eyck, este secreto del oficio que los pintores de antes se transmitían de boca a oreja y de maestro a discípulo. Su arte tenía algo sagrado, sus telas parecían pentáculos; la gente también lo tomaba por mago. Era asimismo sanador y proporcionaba a quienes se lo pedían miríficas pomadas no carentes de efectos curativos.

Su minúsculo taller de pintura, mágicamente decorado, parecía encerrar el universo entero. Allí se respiraba el perfume de algún jardín de Edén guardado muy interiormente; y uno volvía con frecuencia, sin saber demasiado por qué, quizá sencillamente imantado por el calor. Pues lo que emanaba de este hombre era un calor nunca alcanzado, totalmente distinto de la simple cordialidad, y también como el presentimiento de un secreto inmenso, vivo, celosamente guardado, como el pez filosófico que nada en agua profunda. Vivía cándidamente, con sobriedad, con pobreza según los hombres, alegre y feliz como un niño y como tal, sin malicia. Vivía como un buen padre de familia entre su mujer que amaba y su hijo que acariciaba a menudo y con ternura; pues este hombre tenía un hijo: un hijo que, cuando su padre lo tomaba en brazos y lo mimaba cariñosamente diciéndole: ¡Jesusito gordo!, respondía miau con tanta gracia. ¡Era un gato mágico, por supuesto…!

Sus amigos se preguntaban: «¿Quién es este hombre?», y sin poder responder con precisión a la pregunta, decían: «no es como nosotros». -Cattiaux, ¿cuál era, pues, esta vida secreta que resplandecía en ti? ¿Acaso habías descubierto la joya de eternidad? ¿Habías penetrado el enigma de este mundo?

¿Queréis saber qué es este mundo?, solía preguntar. Imaginad un campo de concentración modélico; es una imagen que nos es familiar; un campo de concentración concebido y realizado según los últimos descubrimientos de la técnica y la ciencia psicológica, en el que el trabajo -perfectamente inútil además-, sería racionalizado al extremo pero sobre todo, en el que cada prisionero sería su propio guardián y el de su vecino:

«¿Quién es el más grande de entre los prisioneros de la celda tenebrosa y hedionda?

¿Quién es el más estimable de entre los que se pudren en el callejón sin salida de la muerte?

¿Quién es el más conocido, pero quién es el mejor?

¿Quién es el más honrado, pero quién es el más útil?

¿Quién es el más inteligente, pero quién es el santo y quién es el Sabio?

¿Quién es el salvado y quién es el salvador?

¿Quién sirve y quién es servido verdaderamente?

¿El que comparte su pan o el que lo hace para todos?

¿El que limpia el calabozo o el que lo organiza?

¿El que consuela o el que cuida?

¿El que ruega por la liberación de todos o el que sufre con los condenados?

¿El que se rebela en la esclavitud o el que se instala en ella?

¿El que predica la buena conducta o el que muestra la salida oculta?

¿El que quiere forzar las cerraduras de la muerte o el que busca la llave que las abre todas?»

(El Mensaje Reencontrado XVIII, 10) (3)

Louis Cattiaux se calificaba de buena gana como «holgazán de Dios», de ese Dios que lo creó todo de la nada. Sin embargo, mientras no se ha encontrado a ese Dios, su búsqueda es el trabajo más penoso y doloroso que existe en el mundo. ¿Acaso no es Dios ese «Inútil» que buscamos y que con seguridad encontraremos cuando estemos reducidos a la nada, al menos en cuanto a nuestras cortezas tenebrosas? El corazón molido como la ceniza, del que hablan las Escrituras, no sería entonces una imagen de estilo.

«Quien alcanza al Señor de vida aquí abajo es como un holgazán al que todos los trabajadores del mundo no podrían igualar con todos sus trabajos.

¡Qué trabajador el que no se toma ni un respiro ni de día ni de noche en la búsqueda de la vida imperecedera! ¡Qué holgazán el que reposa en la unidad viviente del Único!» (4)

Si Cattiaux se había lanzado tan apasionadamente a la búsqueda del «Único», es porque no sabía que hacer en lo que él llamaba: nuestro exilio de aquí abajo, en el que se sentía totalmente extraño y al que nunca pudo adaptarse.

No por nada lloramos en el momento de nuestra entrada en esta cárcel de concentración y nuestro primer grito es un grito de dolor.

Aún habiendo soportado con valentía los trabajos, fatigas, decepciones, las pacientes investigaciones de un pobre pintor parisino, ignorado y sin apoyo, Cattiaux se avergonzaba de trabajar en el mundo y para el mundo. Sus cualidades naturales, afirmaba, le predisponían a vivir en el jardín del Edén, exclusivamente. Toda su rebelión interior, la había dirigido hacia lo que llamaba un extravío lamentable, tras el cual había venido a encarnarse aquí abajo. Consideraba vano todo trabajo mundano que fuera más allá del mantenimiento de la vida encarnada; del mismo modo, casi todos le consideraban a él como vano e inútil:

«Has perdido tu vida, decían mirando mis manos vacías, y nadie oía al dios que cantaba en mi corazón.» (5)

Hacia el final de su vida, le hemos oído muchas veces repetir esta sentencia de un maestro sufí:

«No pido más que un campo donde la locura pueda retozar libremente.»

Este holgazán murió en París, a la edad de 49 años, el 16 de julio de 1953 de una «extraña y fulgurante enfermedad» (6) totalmente inesperada. Había realizado en esta tierra una obra que el tiempo se encargará de mostrar a la luz del día.

Su obra pictórica merecería por sí sola un estudio exhaustivo. Condensó su experiencia artística en una obra todavía inédita: Physique et Metaphisique de la Peinture.

Nos ha dejado poemas cuya profundidad es sorprendente: Les Poèmes Zen, Les Poèmes du Fainéant, Les Poèmes Tristes que llevan por epígrafe: «el Atleta que se desviste ante una asamblea de jorobados no debe esperar cumplidos»; Les Poèmes de la Résonance, de la Connaissance, y por último, Les Poèmes Alchimiques, de los que ofrecemos un extracto a continuación:

La Joya

«Antigua soledad de las selvas primordiales donde brilla la esmeralda emanada de las estrellas, quien te encontró posee el secreto divino, que un maestro cierto nos legó en el pan y el vino.»

De su obra principal, El Mensaje Reencontrado, queremos hablar aquí. Quizá habrá que esperar todavía, antes de que este mensaje profético pueda quebrar el muro de la indiferencia que lo encierra y difundirse en el mundo. Cabe preguntarse si esa obra, madurada durante quince años en el silencio y el abandono, nos entregará el secreto de esa vida aparentemente inútil.

«No hemos nacido en una familia rica y nadie nos ha instruido en los misterios de Dios. Hemos tenido que descubrir, solo, las Sabias y santas Escrituras y hemos tenido que estudiarlas en la pobreza y en el abandono, a fin de que nadie se crea olvidado, sea cual sea su estado aquí abajo.

No hemos escrito el Libro en la paz ni en la seguridad de un santo retiro. Lo hemos escrito desde el principio hasta el fin en medio de la cloaca en fermentación de la gran ciudad, a fin de que nadie se crea abandonado, sea cual sea su situación aquí abajo.»

(M. R. XXVII, 57)

Hemos hablado adrede de un mensaje profético. No hay otras palabras para calificar un libro tan singular y original, tanto por el fondo como por la forma, es decir, de origen tan evidente. En efecto, el profeta es un original en el sentido más concreto que se pueda dar a este término. Es ciertamente bajo este aspecto, que trasciende a todos los demás, como se dibujará cada vez con más precisión en el futuro la figura de Louis Cattiaux.

Pocos días antes de morir, escribía en el libro XXXX y último de El Mensaje Reencontrado lo siguiente:

«Iré a ti con las manos llenas de tu vendimia y la espalda encorvada por el peso de tu cosecha y mi alegría será recibir tu beso de vida y comunicarlo a los niños que me has confiado, ¡oh Señor que colmas la santa obediencia!

Iré a ti con el corazón purificado y el espíritu claro dentro de tu cuerpo resucitado, si me envías tu salvación desde este mundo, Señor de amor y de conocimiento verdaderos; porque sólo tu esplendor es recibido por tu esplendor y sólo tu santa unidad se funde en el Único.»

(M. R. XXXX, 1)

Si hemos de creer al apóstol Pablo, el ejercicio de la misión profética debe proseguirse mientras dure la cristiandad, es decir hasta el fin de los tiempos. En efecto, ¿acaso no ha escrito: Aspirad al don de profecía como al más excelente? (I Cor. XIV, 1-5)

Su misma excelencia ¿no designa a este don como la realización cristiana más perfecta? Sin embargo, por razones que serían demasiado largas de examinar aquí, (7) este don del Espíritu Santo se convierte cada vez en algo más escaso a medida que la humanidad prosigue su carrera descendente que terminará al final del ciclo presente por otro diluvio (8).

Se ha convertido en algo tan escaso porque cada vez hay menos hombres cualificados para recibirlo, guardarlo y madurarlo. Y por lo general ya ni sabemos qué es un profeta y cuál es su misión. Incluso quizá el mero hecho de mencionar esta palabra hará sonreír. No tenemos que convencer a nadie. Basta con que algunos se reconozcan y se reencuentren. Pero nos ha sido recomendado también poner a prueba los espíritus para saber si son de Dios. Particularmente en los últimos tiempos, los falsos profetas serán numerosos y seductores; de hecho, en la actualidad hay muchos. Quizá El Mensaje Reencontrado nos dará la ocasión de ejercer nuestro juicio y distinguir los verdadero de lo falso.

«Sometiéndonos de antemano al juicio de Dios, al juicio de los Hijos de Dios, al juicio de los amigos de Dios y al juicio de los profetas de Dios, no podemos temer el juicio de los inteligentes del mundo ni el de los poderosos del mundo, ni el de los sabios del mundo, ni el de los hipócritas y de los ignorantes que ahora nos entierran.»

(M. R. XXVII, 49’)

Este candor tan inesperado, esta ausencia total de malicia en la expresión tienen algo que resulta «chocante» en el siglo XX. Si son ciertas, y al lector le concierne juzgarlo, no pueden explicarse más que por la posesión de un inmenso secreto; pues el verdadero candor del hombre vuelto niño es una gnosis que se guarda. Hemos aludido anteriormente a una imagen que no es nueva: la del mundo considerado como una prisión modélica. Cattiaux era muy consciente de ello: tanto su vida como sus escritos son un testimonio. Sin embargo, si lo había redescubierto en él y fuera de él, no fue porque hubiera hecho la trágica experiencia de la que nos habla el autor de la Vingt-cinquième heure por ejemplo. Los personajes de Georgiu no se habrían quejado nunca de su suerte aquí abajo, si no se les hubiera arrastrado a pesar suyo a este drama abominable de los campos de concentración, de las reclusiones administrativas, de las liberaciones automáticas.

Cattiaux llevaba aparentemente la vida de «un burgués de París», de un burgués un poco mago, es verdad, artista y original, pero, por encima de todo, de un hombre que no había salido nunca de su barrio, que vivía la «vida de cada día», al amparo de los grandes torbellinos socio-políticos que sumergieron a millones de hombres en la desesperación y la rebelión. El conflicto que se desarrollaba en él era mucho más profundo. Era el drama del combate con el ángel. Aquel que lo emprende no puede terminarlo ventajosamente sino poniéndose de acuerdo con su adversario al final de esta larga noche de angustias, en el momento en que los geománticos ven elevarse al oriente su Fortuna Mayor, por una vía que poco antes era oscura (Dante, Purgatorio, XIX). Es entonces cuando el exilio de aquí abajo se vuelve cruel para este tipo de vencedor, cualquiera que sea su posición en el mundo de la desemejanza; ¿dónde encontraría a partir de ahora aliados y amigos?

Parece como si el escritor sagrado, en las primeras páginas del libro del Éxodo, hubiera querido proporcionarnos una síntesis de la historia del mundo y de la misión profética, cuando nos habla del descenso de los hijos de Abaham a Egipto, de la terrible estancia que tuvieron allí y, por último, de su salida, bajo las órdenes de Moisés. El apóstol Pablo nos lo vuelve a decir: lo que está escrito allí es para instruirnos y para servirnos de aviso (I Cor. X, 11). Las Escrituras nos dicen que los hijos de Israel, que bajaron a Egipto con Jacob su padre, se hicieron poderosos allí tras la muerte de José y se multiplicaron. Observemos, en primer lugar, que en esta paternidad, el texto sagrado nos sugiere la existencia de un misterio: El número de almas que salió del muslo de Jacob era de setenta (9). Estas fueron las setenta almas que fueron a Egipto con Jacob. Luego se multiplicaron, tras la muerte de José. Tras su muerte, los hijos de Israel empezaron a crecer y, como si germinaran, se multiplicaron…(10) como si fuera necesario que José muriera para provocar la germinación y el crecimiento de sus descendientes. Paralelamente a este crecimiento, se produjo a su vez otro fenómeno: Se erigió un nuevo rey sobre Egipto, que no conocía a José y los egipcios establecieron sobre Israel jefes de trabajos forzados a fin de agotarle mediante trabajos penosos y vanos. Le sometieron al trabajo obligado, amargándole la vida, haciéndole trabajar duramente el mortero y la piedra.

«Estas cosas no han sido escritas con un objetivo histórico, escribe Orígenes,(11) no vayamos a creer que los libros santos nos cuentan la historia de los egipcios…es para ti que escuchas… para que sepas reconocer que se ha alzado en ti un nuevo rey que desconoce a José. Es un rey de Egipto, te fuerza a dedicarte a sus ocupaciones, te hace trabajar para él la piedra y el mortero. Te impone jefes y supervisores, te conduce con el látigo y el palo a realizar trabajos de la tierra, quiere que le construyas ciudades. Te obliga a recorrer el siglo, turbar tierras y mares por afán de lucro. Este rey de Egipto es el que te hace pisotear el foro para juicios, disputar con los tuyos por un puñado de tierra… cometer en tu casa bajezas y crueldades fuera de ella, infamias en tu propia conciencia. ¿Te das cuenta de que cometes tales actos? Tienes que saber que combates para el rey de Egipto, es decir que actúas bajo el impulso del espíritu de este mundo…»

Es la oposición de dos reinos, el de la luz y el de las tinieblas, cuyo príncipe «ya está juzgado» por la vanidad de sus obras. A medida que la luz de Israel, al alejarse de su origen, germina y crece, a su alrededor se va produciendo como por reacción, un endurecimiento de la corteza que la envuelve, una encarnación en una materia cada vez más grosera, y que la oprime, y la ahoga, oponiéndose ciegamente a su manifestación en el mundo.

«Cuando los sordos y los ciegos dominan en el mundo, los métodos groseros suplantan a los métodos sutiles.»

(M. R. XXVIII, 11)

escribe el autor dEl Mensaje Reencontrado; por ello, también los «los hombres sutiles» se encuentran prisioneros y exilados en el mundo. Busquemos pues para descubrir quiénes son aquí abajo, los Israelitas oprimidos. No todos son descendientes de los patriarcas, sino sólo los «que fueron a Egipto con José». Aquellos están mezclados con los egipcios como el buen grano y la cizaña y nada les distingue a primera vista, nada, si no es su deseo secreto, pues estamos hechos de la tela de la que están tejidos los sueños, dijo Shakespeare glosando a su manera la enseñanza de las epístolas: La fe es la sustancia de las cosas que esperamos. Los verdaderos Israelitas no lo son según el cuerpo sino según el espíritu. (12)

«La falta consiste en dejar en el abandono y en la indigencia a los buscadores de Dios. Pero el crimen consiste en forzarles a los trabajos del mundo bajo el pretexto hipócrita de utilizarlos o salvarlos.»

(M. R. XXVII, 50)

Y Dios dijo a Moisés en la zarza ardiente:

«He visto el sufrimiento de mi pueblo que está en Egipto y he oído el grito provocado por sus opresores, pues conozco sus penas… el grito de los hijos de Israel ha llegado hasta mí y he visto la opresión que pesa sobre ellos a causa de los egipcios… y ahora ve, te envío al Faraón para hacer salir mi pueblo, los hijos de Israel.»

Y desde la zarza ardiente, Yahweh comunica a Moisés su Nombre. Esta escena del libro del Éxodo nos instruye sobre los misterios de la vocación profética. ¿Hacia quién envía Dios al profeta? Hacia su pueblo que está en Egipto. ¿Cuál es su pueblo? Aquel que gime y grita hacia Dios. ¿Cuál es la misión del profeta? Hacer salir al pueblo y conducirlo a tierra santa. ¿Cómo se va a realizar este reconocimiento entre el «profeta» y aquellos hacia quienes ha sido enviado? Moisés se hace reconocer en primer lugar por los Antiguo Sabios, es decir, por los jefes espirituales del pueblo, gracias a ciertos «signos».

Pero esto no es lo esencial, pues Jesús se quejaba amargamente de esta generación malvada que pedía un signo. Hay sobre todo ciertas afinidades misteriosas entre la Palabra y aquellos a quienes va dirigida, y aquí tocamos los misterios de la elección que son también los de nuestra libertad. Escucharán tu voz, dijo Dios a Moisés. Los milagros y prodigios realizados a la vista de todos por Moisés, tenían como objetivo presionar al Faraón, hacer que se tambaleara el poder de su imperio sobre Israel, pero no salvarlo. Por otra parte, los milagros de Jesús tenían como objetivo reconfortar a los creyentes y confirmarlos en su fe, y leemos que allí donde no había fe, tampoco había curaciones. El enviado de Dios no se presenta de forma espectacular. Ningún signo, ninguna ropa particular, ninguna aureola de luz profana lo designa a nuestros ojos. Todo ello es inútil, pues no va hacia el mundo sino en el mundo, sencillamente hacia los suyos, hacia sus hermanos que están en Egipto.

«Heme aquí… hablo y vuestra alma se estremece al reconocer antiguas palabras: una voz que está en vosotros y que se había callado desde hace mucho tiempo, responde a la llamada de la mía…» (13)

«Ciertamente, Cristo es único en Dios, pero sus formas son múltiples en la creación. Así, lo reconoceremos primero por la obra y el peso, y después por la palabra; pero nunca por la apariencia.»

(M. R. XXXI, 18)

«¿Acaso no reconoceremos la palabra inspirada que resuena en la plenitud del verbo de entre las palabras delirantes que resuenan en el vacío del mundo profano?»

(M. R. XXXIV, 66)

Aquellos que han sido escogidos se han escogido a sí mismos en virtud de la mirada profunda que los ilumina a través de las cortezas de la generación carnal y corruptible, esta generación malvada. Es un juicio infalible: se da al que tiene.

Si Dios no nos da el don de creer, «podemos llorar sobre los impíos, no podemos creer por nosotros mismos…no podemos juzgarlos…»

Tras los misterios de la elección y del reconocimiento, vienen los de la salida del pueblo santificado, o mejor dicho, del pueblo de santos, bajo el mando de Moisés, «fuera de la tierra oscura y hacia la Tierra santa donde nada perece» (M. R. XXXIV, 13)

«Durante la noche, una columna de luz guía sus pasos, durante el día, una nube los cubre y los oculta de la mirada de sus perseguidores» (Ex. XIII, 22)

La claridad que ilumina el camino de la gnosis es una guía segura para aquellos que la siguen tras haberla conocido una vez, pero es también para los impíos, hipócritas y violentos, una nube que les ciega conduciéndoles a la disolución en las aguas del Mar Rojo. Por ello también los libros santos y las enseñanzas de los antiguos sabios tienen al menos dos sentidos: un sentido aparente, el vestido de sombra, y un sentido oculto, el núcleo de luz. (14) ¿No es también esta misma luz el astro que condujo a los reyes magos desde un país lejano hasta el nacimiento del hijo de Dios?

«¡Oh, vosotros que esperáis la salvación de Dios, despertad en el mundo!

Y buscad la luz secreta de las palabras de vida, en vez de contentaros con su vestidura de sombra.»

(M. R. XXXV, 77)

¿No se ha escrito también a propósito de esta luz secreta:

«Y la vida era la luz de los hombres y la luz luce en las tinieblas y las tinieblas no la han recibido?

Por ello, aquellos que hacen las obras de las tinieblas dicen en su noche: mostradnos algo y creeremos, acreditando así todavía más su ceguera. Pero, ya lo sabemos, esta luz ilumina un camino y este camino lleva al nacimiento del hijo de Dios, es decir, al Sol de Justicia, del que está escrito que germinará de la tierra.

¿Quién puede diferenciar el fuego del fuego? ¿Quién puede manifestar y encarnar el sol en la estrella de la mañana salida de la tierra tenebrosa?»

(M. R. I, 18)

«Quien siembra y cosecha la luz del sol posee la más alta virtud y el mayor tesoro del mundo total.»

(M. R. III, 40)

Son las bodas del Cielo y de la Tierra.

«Ni la moral del mundo ni su licencia nos librarán de la muerte.

La ciencia de Dios no admite ningún progreso, porque es perfecta desde el comienzo.

Solamente el amor encarnado del Perfecto que reina en el cielo.

Y su luz ilumina al creyente que acuerda el cielo con la tierra.»

(M. R. XXXV, 78 y 79)

En la cima del Sinaí, Yahweh dijo a Moisés:

«Juntarás al pectoral del juicio el Urim y el Tummim y estarán sobre el corazón de Aaron cuando se presente ante Yahweh ya así Aaron llevará constantemente sobre su corazón ante Yahweh, el juicio de los hijos de Israel.»

(Éxodo, XXVIII, 30)

Así Urim, significa Luz y Tumim, Perfección. He aquí el comienzo y el fin, pues la perfección de la luz no es otra cosa que el fruto muy pesado del Sol, esa luz corporificada, el cuerpo adorable y glorioso del Hijo de Dios ante quien todos serán juzgados: tanto los vivos como los muertos. ¿Y quiénes son los vivos?

«Algunos elegidos de Dios han recibido, ya en este mundo, el don espiritual y corporal del Altísimo antes del fin de los tiempos.

Estos son los hijos queridos de Dios, en los cuales ha puesto toda su confianza, y los grandes testigos de su juicio.»

(M. R. XXXIV, 15)

«La salvación de Dios es la ciencia más experimental que pueda haber, pues es la ciencia del Dios que ha creado el mundo y los universos que lo rodean, ¡y éste no delira abstractamente en el vacío!

Volvemos a decir la revelación enorme por ser increíble: Dios envía su esencia santísima que se encarna en la purísima substancia del mundo para la salvación de toda la creación caída. Comprenda quien pueda.

Experimente quien quiera.

Consideremos la NAVIDAD. Penetremos la NAVIDAD. Imitemos la NAVIDAD. Adoremos la NAVIDAD. Cantemos la NAVIDAD.»

(M:R: XXXVII, 53)

San Agustín hacía alusión a estos mismos misterios del juicio en sus instrucciones de catequesis al hermano Deogratias:

«Pues vendrá en el esplendor de su potencia, aquel que condescendió en primer lugar venir en la bajeza de la naturaleza humana y separará todos los santos de aquellos que no lo son, no sólo de aquellos que rehusaron creer en él, sino también de aquellos que creyeron, pero en vano y sin frutos» (15)

Puesto que la fe sin las obras es una fe muerta.

He aquí de nuevo, sobre estos mismos misterios, un fragmento de El mensaje reencontrado:

Como el mono que permanece prisionero de la calabaza, con la mano obstinadamente cerrada sobre el cebo, también a nosotros nos bastaría con soltar el puñado de barro que apretamos estúpidamente en este mundo para ser devueltos a nuestra libertad primera. Sin embargo, todos se burlan de los monos y nadie entrevé su propia codicia.

Mi señor me preguntó una vez: «¿Qué me traerás en el día del juicio?», y yo contesté: «Tu, en tu secreto en mí». Entonces dijo: «Está bien. Ve pues, germina, madura y fructifica para mi cosecha», y lloré amargamente de estar aún recubierto por el barro de la tierra extranjera.

(M. R. XX, 9)

Vendrá el día en el que lo oculto será puesto al descubierto; en el que los misterios sepultados bajo las piedras de nuestras catedrales antiguas serán manifestados, en el que la virgen negra que dormita silenciosamente en las criptas húmedas se alegrará de nuevo como la nieve florecida.

Jesús dijo a la multitud, hablando de Juan Bautista:

«Es aquel del que está escrito: he aquí que envío mi mensajero ante vosotros para precederos y prepararos la vía. En verdad os lo digo, entre los hijos de las mujeres no ha habido nunca un hombre mayor que Juan Bautista, sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él.»

(Mat. XI, 10)

Y San Pablo dijo, hablando de los profetas:

«Han errado de acá para allá recubiertos de pieles de cordero y de cabras, desprovistos de todo, perseguidos, maltratados; aquellos de los que el mundo no era digno.»

(Heb. XI, 37 y 38)

Aunque hayan errado en este mundo, cubiertos de la piel de bestia de los hijos de Adán, han caminado sin embargo como asnos portadores del Santo Sacramento, cargados del tesoro del rey de los cielos. Aquellos que rechazan el asno a causa de sus orejas grandes y de su pelo áspero, muestran con ello que se dejan cegar una vez más por las apariencias del mundo.

«Felices quienes recuerdan que el Señor nació en un humilde establo, bienaventurados quienes reencuentran su huella en este mundo y muy felices quienes le calientan de nuevo como asnos sabios».

(M. R. XXXX, 16)

Los misterios del profetismo son, como su propio nombre indica, los de la palabra, aquella palabra que fue comunicada a Moisés en la zarza ardiente. Pero la palabra de Dios no vuelve a él sin haber germinado y vegetado. (16)

«La palabra de Dios procede de su NOMBRE y vuelve a su NOMBRE. Sale fluida y vuelve sólida.

¡El Señor de los mundos toma cuerpo a su vez!

¡Oh, Milagro!, ¡oh, misterio!, ¡oh, perfección!, ¡oh, Todo que madura!»

(M. R. XXXI, 44)

Este Nombre inefable e inaudito para los mortales es el que da la existencia y la vida a todas las cosas. Es el que mata pero también el que renueva todo cuando canta la nueva primavera de la Resurrección. Es también este Nombre el que bendice o maldice según la manera en la que el se presenta a nosotros y según la manera en la que nos presentamos a él. Pues posee un anverso y un reverso. Como la esfinge de la fábula que devora a los transeúntes poco clarividentes, Yahweh nos es presentado por los profetas bíblicos, revestido de terror, de cólera y de muerte. Somos los transeúntes de este mundo y todos, algún día, tendremos que responder a la pregunta fatídica. ¿Qué haremos entonces? Está escrito que los hombres mueren por no haber observado las obras de Yahweh (17), y sin embargo, este mismo Dios, cargado de cólera, terrible y destructor, ¿acaso no es llamado también Dios de los vivientes? Asimismo, los profetas nos han hablado de lo que podríamos llamar «las dos caras de Dios», nos han predicho la historia del mundo y su desarrollo hasta la disolución final; pero, paralelamente a esto, de la evolución de la Santa Piedra hasta su coagulación final; de esta piedra que rechazaron aquellos que edificaban y que se convertirá para ellos en una piedra de escándalo, pues han edificado en la vanidad. Y estos serán como un sueño, dice el salmista, que Yahweh disipa la despertar, de esta Piedra, por último, contra la cual las puertas del Cheol no prevalecerán.

«Dios forma y disuelve imágenes, pero salva algunas por medio del Hijo, que es semejante al Padre.»

(M. R. XX, 47)

La trampa de este mundo consiste en correr sin cesar tras las apariencias engañosas, en vez de buscar a aquel que las anima todas, decía Louis Cattiaux. Sin embargo, ¿quién podrá alcanzar el Corazón muy puro y santo que vive en el centro de todas las cosas si él mismo no viene en un don de amor? ¿Acaso el Sagrado Corazón no está rodeado de un círculo de espinas protectoras, como la frente del Señor? Y, ¿cuántos, por demasiada prisa y violencia se han herido y desgarrado cruelmente? y, ¿cuántos han muerto en el camino a causa de sus heridas? ¿No es necesario primero que él queme estas espinas con el fuego de su amor a fin de que podamos alcanzarle en la dulzura de las cenizas nutritivas, allí donde ya nada es combustible? Dios dijo a Moisés, desde el Seno de la zarza ardiente: No te acerque aquí, quítate las sandalias, pues el lugar en el que estás es una tierra santa. Y Moisés escondió su rostro ya que temía mirar a Dios. Todas estas cosas fueron escritas de nuevo para nuestra instrucción y nada fue dicho inútilmente. La pureza que permite hollar la tierra santa y la claridad de la mirada, eso también es un don de amor.

Un maestro del hermetismo de la Edad Media escribió que no podemos conocer a Yahweh si primero no lo hemos disuelto, purificado, desprendido del velo mosaico y del aspecto de cólera y si, por una iluminación divina ulterior, no hemos sacado de Dios su corazón y su alma que es Cristo. Esto se realiza gracias al Espíritu Santo, que purifica nuestros corazones como una agua pura; más incluso, los ilumina como un fuego divino. Y entonces, el Dios irritado «se te aparecerá apaciguado».

«En este día, dirán: Una viña que produce un vino generoso, ¡cantadla! Soy Yo, Yahweh, quien la custodia; la riego en todo los tiempos; para que nadie penetre en ella, día y noche la guardo; ya no tengo cólera. ¿Quién me dará zarzas y espinas para combatir? Caminaré contra ellas y las quemaré. O bien, hagan las paces conmigo, que conmigo hagan las paces. (18)

Y Jesús dijo: Soy la viña y mi padre es el viñador… soy la cepa y vosotros sois los sarmientos… permaneced en mí y yo en vosotros…»

IEOUA

«Como esas estrellas que súbitamente se inflaman en la noche del cosmos, el corazón divino explota sin mesura cuando un sabio penetra hasta él.» (19)

Se nos podría reprochar, con mucho tino, una falta de pudor muy evidente si reuniéramos aquí todos los versículos de El mensaje reencontrado, descubriendo la experiencia que el autor hizo de estos misterios terriblemente santos. El lector curioso los reconocerá fácilmente.

«La verdad de Dios corre al encuentro del que la busca con un corazón humilde y purificado.

Pero huye de los que creen poderla violentar, se esconde de los que la desdeñan y abandona a los que la perjudican».

(M. R. XXXI, 12)

El que lea hasta el final el Libro de los contrarios y sepa unirlos en el NOMBRE único, doble, cuádruple y óctuple parecerá Sabio a los Sabios, santo a los santos y loco a los locos.

«Así, muchos han disertado magníficamente acerca de Dios, de sus atributos y de su creación, pero ¿cuántos han entrevisto la orla de su manto y cuántos han besado la huella de sus pasos? Pero, ¿cuántos, entonces, han contemplado el esplendor de su cuerpo y cuántos, ¡oh, estupor!, han saboreado las delicias de su corazón?»

(M. R. XIII, 38)

Nos hemos esforzado en hacer hincapié en este aspecto del Mensaje «Catesiano» que nos habla precisamente de esta coagulación de la Santa Piedra. Pero no podemos desdeñar otra faceta de su libro. Nos lo acerca más, nos lo hace más accesible, quizá: nos habla de la disolución próxima del mundo presente, de este siglo que vuelve al polvo.

Cattiaux había escrito a modo de epígrafe, al principio del libro XXXIX, este aviso dirigido a los pequeños pastores de la Salette por la dama de Luz:

«Al primer golpe de su espada fulminante, las montañas y la tierra entera temblarán de espanto, porque los desórdenes y los crímenes de los hombres traspasan la bóveda de los cielos.»

Lo que queremos decir al respecto quizá no sea del gusto de todos; el escepticismo en estos temas es quizá también un juicio de Dios. El Mensaje Reencontrado contiene múltiples profecías precisas sobre lo que podríamos llamar los últimos tiempos del mundo actual. Están repartidas a lo largo de toda la obra. Sin embargo, en la primavera del pasado año,(20) esta amenaza debió parecerle muy próxima y fue cuando escribió el Libro XXXIX cuyo tono perentorio y acuciante no escapará a nadie:

«Los sabios oficiales, herederos y descendientes de los sopladores rabiosos, que fueron los primeros en forzar el fuego, la naturaleza, a los seres y las cosas, ahora son más honrados y recompensados que nadie, porque son los sacerdotes de la ciencia del maldito que tiene el mundo entre sus garras…

Que lo encadena bajo el pretexto de liberarlo, que lo envenena bajo la máscara de la beneficencia, que lo embrutece con la promesa de distraerlo, que lo sumerge en las tinieblas prometiéndole la luz, que le priva del Dios de vida haciéndose pasar por él, e imponiendo la muerte a todos.

No es por casualidad que los demonios del Infierno están representados accionando sin parar fuelles de fragua que fuerzan el fuego donde se queman los condenados.

Ahí estamos, pero nuestra situación es tan idéntica a la imagen antigua que ya no podemos conocer el estado en que nos ha precipitado la ciencia del maligno.

¿Hay algo más estúpido que la máquina? Y ¿no estamos bajo el reinado de la máquina ciega y sorda? Y ¿no adoramos la máquina que nos mastica bestialmente?

¿Hay algo más estúpido que el Estado anónimo? Y ¿no estamos bajo el reinado de la Bestia ciega y sorda? Y ¿no adoramos a la Bestia que nos tritura ciegamente?

Los magos oficiales del Faraón son más fuertes que nunca en el mundo. Sólo han cambiado de apariencias y de astucias, de nombres y de métodos, pero sus prodigios siguen asombrando al mundo y lo mantienen en la esclavitud de la muerte.

La ciencia profana ha conquistado incluso el corazón de los religiosos, que se alían con ella sin darse cuenta que los devora sin perdón.

Porque han despreciado la ciencia de Dios que se ha retirado de ellos, y ahora son ridiculizados por la ciencia del demonio a la que adoran públicamente.

El tiempo de las máquinas apenas empieza y todos están seducidos, sin darse cuenta de que las máquinas son obras muertas que no producen más que la muerte.

Y todos creen servirse de las máquinas sin darse cuenta de que son ellos quienes sirven a las máquinas como esclavos embrutecidos por la muerte.

Ahora, todos defienden la causa del rebelde y ensalzan su obra maldita. Sacerdotes e incrédulos, monjes y laicos, sabios e ignorantes, artistas y obreros, ricos y pobres, sanos y enfermos, bienpensantes e impíos, jefes y peones, todos aplauden al fuego que va a devorarlos.

Los impíos dicen: «Hemos sustituido a Dios por nuestra ciencia», y los creyentes añaden: «Dios ha dado la ciencia al hombre para que se libere», pero ni unos ni otros ven el abismo abierto bajo sus pies ni el humo que sube y va a sepultarlos para siempre.

¡Oh, dolor! Nuestra voz es ahogada por la multitud de lisiados que se hunden alegremente en la muerte hedionda del infierno, y permanecemos solos, sin medios ni auxilio para hacer oír la advertencia última del Señor de justicia que nos envía al mundo, como el grano bajo la rueda del molino.

¡Oh, castigo cruel! El Libro de la liberación permanece desconocido, mientras que la inmundicia misma es regiamente financiada por los ricos del mundo, mientras que la fe muerta rebosa de los dones de los bienpensantes, mientras que las obras de muerte son alentadas por los bienintencionados que sirven al demonio sin querer saberlo.

¡Oh!, ¿quién dirá con nosotros la urgencia de arrepentimiento? Y ¿quién vendrá a ayudarnos a reunir la simiente del mundo nuevo?

¡Oh!, ¿quién lanzará con nosotros el grito de alarma antes de que el absurdo engulla el mundo? Y ¿quién rogará al Señor de perdón, a fin de que el Libro aparezca antes del golpe centelleante de su rayo que retumba?»

(M. R. XXXIX, 28-36)

Hay una diferencia esencial entre videncia y profecía. El profeta es siempre vidente, sin embargo el vidente no es profeta. Aunque este tipo de definiciones es siempre delicado y necesariamente incompleto, podemos afirmar que la videncia es generalmente una aptitud natural que permite ver en el mundo sutil -que los ocultistas modernos llaman astral- los acontecimientos futuros que están en gestación. Es un papel puramente pasivo y, necesariamente, bastante limitado, aunque pueda haber un gran número de matices y grados de realización. En el ejercicio de la videncia interviene el discernimiento de los espíritus, que no todos los videntes ejercen con igual éxito. El vidente es capaz de predecir, sin embargo es incapaz de profetizar. Por el contrario, la profecía es un don del Espíritu Santo: el sujeto juega un papel a la vez pasivo y activo, puesto que si bien comulga con la conciencia cósmica, por otro lado fija el porvenir por el mero hecho de «proferir» la palabra, y el futuro, así fijado por la palabra profética, se convierte en el fatum de los antiguos (21)

Hoy en día, espíritus iluminados como René Guénon y Raymond Abellio (22) nos han anunciado, apoyándose en las ciencias tradicionales, el fin inminente del ciclo actual de la historia. Para Abellio por ejemplo, esta disolución del mundo actual vendrá sin duda por una catástrofe de tipo geológico, un nuevo diluvio, análogo a los que destruyeron antaño la Lemuria y la Atlántida. El Mensaje Reencontrado nos da un aviso parecido:

Desde que se nos amenaza con el fin próximo del mundo y que nada ocurre, ya no creemos en esta broma pesada, dicen los impíos. Ahora, dejadnos en paz y dejad que nos organicemos por nosotros mismos en este mundo que nos pertenece.

Desgraciadamente, no saben que las plegarias, las lágrimas y el sacrificio de los santos y de su patrona son lo único que ha retenido hasta ahora el brazo de la cólera de Dios, pero el peso aumenta en proporción a nuestra negación de Dios, y ahora es enorme y se vuelve insostenible, incluso para los más fuertes.

«Incluso los crujidos de la cólera de Dios, que balancea antes de abatirse sobre el mundo, no serán comprendidos por los hombres revelados contra Dios.

Incluso el fragor de la cólera de Dios, que hierve antes de sumergir el mundo, no será comprendido por los hombres ocupados de sí mismos».

(M. R. XXXIX, 42 y 43)

«Amigos míos, ¿no veis la agitación del absurdo que se amontona ante vosotros por todas partes en el mundo, en un equilibrio imposible?

¿No veis la negación universal del verdadero Señor de vida, en beneficio de aquel que falsifica y desencarna toda vida para saciarse de ella?»

(M. R. XXXIX, 46)

En su obra, Abellio imagina la creación de una «Orden», similar en algunos puntos a las grandes órdenes religiosas de la Iglesia Católica, que respondería con más exactitud a las nuevas exigencias. Pues actualmente el problema, dice, ya no consiste en salvar a este mundo sino sencillamente en salvar y agrupar al pequeño grupo de hombres cualificados para poder formar el nuevo mundo postdiluviano. Aunque no conozcamos al Sr. Abellio -si no es por sus escritos- hemos querido hacer hincapié sobre este testimonio nuevo de la gran inquietud que invade paulatinamente a aquellos que todavía tienen los ojos abiertos.

Algunos nos han hecho la siguiente pregunta: «¿Tenía el autor de El Mensaje Reencontrado la intención de fundar una nueva religión?» Responderemos que ninguna idea le fue más ajena que ésta, a causa del carácter puramente «profano» de la que está impregnada. Además, no ha habido más que una única religión desde el comienzo del mundo. El autor escribió este libro para servir a los creyentes en la unidad y no para añadir algo más a la confusión de las lenguas.

Además, es imposible hablar, respecto a El Mensaje Reencontrado, de «revelación nueva», en el sentido en que no se puede añadir ni suprimir nada a lo «dado» de la revelación tradicional, que es completa. Esto es una tradición constante en la Iglesia y nadie puede apartarse de ella sin caer a su vez en las aberraciones y extravíos del falso profetismo. En este terreno no hay «progreso» ni «evolución». Nos hemos esforzado precisamente en enseñar, en la medida de lo posible y en el marco restringido de este estudio, la conformidad de la inspiración de El Mensaje Reencontrado con la de las Escrituras y es esta conformidad la que la legitima y autentifica: Las palabras de los sabios son como aguijones y sus obras como clavos hincados profundamente; nos son dadas por un único Pastor (Ecc. XII, 11).

Sólo se puede hablar legítimamente de revelación nueva en el sentido de un velo nuevo que cubre el mismo misterio antiguo que permanece siempre eternamente idéntico a sí mismo.

«¡Oh, pura esencia, incluida en la pura substancia, que gimes en el hombre caído!, permite que el Libro que habla de nuevo de tu amor aparezca en el mundo, a fin de que tus niños enlutados perciban una vez más tu llamada antes del juicio aterrador que viene.

¡Oh, Amada que contienes al Amado!, permite que el Libro de tu esplendor imante de nuevo a la multitud de tus hijos caídos en el barro, que yerran miserablemente tranquilizándose con tu antigua promesa, sin hacer nada para penetrarla ni para ponerla en práctica verdaderamente.

¡Oh, Padre-Madre-Hijo santísimos!, quieras iluminar a tus agonizantes antes de que sea demasiado tarde».

(M. R. XXXIX, 8)

Todavía no hemos agotado el tema. Sería por lo demás una labor imposible. No hemos hecho nada más que rendir testimonio de lo que hemos leído y oído. Esperamos que aquellos a quienes el autor ha dedicado el Libro nos disculpen por nuestra indigencia. El Mensaje Reencontrado lleva, en efecto, dos dedicatorias. Una es general, aunque se dirija sólo a un número muy reducido: Este libro no es para todos, sino sólo para quienes les es dado creer lo increíble. La segunda dedicatoria es más particular; sin embargo atañe a un gran número de hombres de nuestro globo: Este Mensaje está especialmente dedicado a los pueblos negros cuyo advenimiento en el mundo está anunciado. Tras haber sido durante tanto tiempo esclavos o considerados como niños bajo tutoría, los pueblos negros serán libres, poderosos y dominarán a sus antiguos amos. Para ellos, especialmente, ha sido escrito este libro, bajo la inspiración del Espíritu.

Cuando el mago Merlín (23) descendió a la azul Bretaña para instaurar la búsqueda del Grial, según la orden recibida de Dios, sus aliados le reconocieron y le acogieron con alegría, aunque su origen era oscuro. Con frecuencia se divertía cambiando de forma para desconcertar a los extranjeros, para extraviar a sus enemigos; pero sus amigos se reían de ello y también se regocijaban con él, puesto que sabían reconocerle perfectamente bajo cualquiera de sus aspectos: ora era un ciervo astado, ora, un hombre salvaje barbudo, o un joven y bello mozalbete. El mago era maestro de las formas y apariencias, puesto que todas le pertenecían.

Pero si el cuento nos narra todo lo que hizo Merlín para el Grial y cómo reveló su existencia y búsqueda a los caballeros del rey Artús, también nos habla, en último término, de sus locos amores con Viviana, su inmortal amiga.

¿Por dónde la estuvo buscando tan apasionadamente y durante cuánto tiempo? ¿En las ruinas de Komper, en las cuevas olvidadas, en las orillas de Painport?

La encontró cuando ya no la buscaba.

Y fue en el bosque de Brocelianda, junto a una fuente clara en la que la arena brillaba como plata fina. Su nombre significaba Nada haría con ello.(24)

Ya con la primera mirada, Merlín reconoció a Viviana y Viviana a Merlín y, tras haberla visto, se enamoró de ella. Al fin y al cabo, ¿acaso no era el único que podía verla? Tantos otros no habían hecho más que mirar y pasar de largo. Le prometió que se volverían a ver en la vigilia de San Juan. No obstante, el cuento no nos habla en absoluto de sus retozos amorosos.

Se reencontraron junto a la fuente, en el magnífico vergel llamado el «Repaire de Liesse» que Merlín había suscitado de forma mágica para su amiga. En cada uno de sus encuentros Merlín sentía crecer su amor hacia Viviana por la bella acogida que ésta le hacía. Era como una imantación cada vez más fuerte. Un día, y siempre gracias a su arte de magia, Merlín ofreció a Viviana un misterioso palacio situado en medio de un lago, el lago de Diana. Nunca nadie que no sea de su casa lo vería, pues es invisible para cualquiera y los ojos de los demás no ven allí más que agua. Y si por desgracia cualquier ladrón, queriendo robar este secreto, entrara por envidia o traición, moriría ahogado pensando entrar en él. -«¡Por Dios, bello amigo, dijo Viviana, nunca se ha oído hablar de una morada tan secreta y tan bella!».

Pero Viviana estaba celosa. Quería poseer toda la ciencia mágica de Merlín, y Merlín no pudo resistir la tentación de enseñársela poco a poco. Como Viviana era «gran sacerdotisa en las siete artes», lo ponía todo por escrito y no pensaba más que en enseñar. ¿Acaso no es ella el alfabeto de los profetas? (M. R., Letanía 36).

«Señor, le preguntó un día, todavía hay algo que desearía saber: ¿Cómo podría yo encerrar a un hombre sin torres, ni muros y sin hierros, de forma que no pudiera escaparse sin mi consentimiento? -Marlín agachó la cabeza suspirando-. ¿Qué os ocurre, Señor?, preguntó Viviana.

Ya sé en que pensáis, y que queréis encerrarme para siempre jamás y como os amo por encima de todas las cosas, tendré que hacer vuestra voluntad».

Tan gran amor, ¿no exigiría acaso que Merlín hiciera la voluntad de Viviana y Viviana la de Merlín?

-«Dama mía, dijo Merlín, la próxima vez que vuelva, os enseñaré lo que deseáis».

Y con tristeza Merlín volvió hacia sus amigos, a la corte del rey Artús, pues sabía que ésta era la última vez y que ya no los volvería a ver más. Así pues, cuando llegó el día del encuentro con Viviana, Merlín comunicó a los reyes su intención de partir para siempre. Pero no entendieron lo que les decía. No obstante, cuando el rey vio que habían transcurrido siete semanas y que Merlín no aparecía, recordó con amargura las palabras que su amigo le había dicho y permaneció durante mucho tiempo pensativo y sombrío.

A unas horas de allí, el Caballero Gauvain, sobrino del rey, mientras recorría el bosque de Brocelianda en busca de Merlín, oyó una voz lejana que le llamaba y se encontró ante «una especie de vapor que, por aéreo y translúcido que fuera» impedía el paso a su caballo.

«¡Ay, Gauvain! dijo Merlín, no me volveréis a ver nunca más y después de vos, no hablaré a nadie más que a mi señora. El mundo no posee torre más fuerte que la prisión de aire donde ella me tiene encerrado…

-¿Qué?, bello y querido amigo, dijo Gauvain, ¡vos, el más sabio de todos los hombres!

-¡Eso no!, pero sí el más loco, añadió Merlín, pues ya sabía lo que me iba a ocurrir. Un día que erraba con mi señora por el bosque, el sueño se apoderó de mí cuando estaba al pie de un arbusto espinoso, la cabeza en su regazo; entonces mi señora se levantó y con su velo hizo un círculo alrededor del arbusto; cuando desperté, me hallaba en un magnífico lecho en la habitación más bella y cerrada que jamás haya existido.

-¡Ah, Señora, le dije, me habéis engañado! Ahora, ¡qué será de mí si no estáis aquí, junto a mí?

-Amigo mío, estaré aquí muy a menudo y en vuestros brazos, pues me tendréis a partir de ahora lista para vuestro placer»; «Y en efecto, no hay noche ni día que no disfrute de su compañía. Y estoy más loco que nunca, pues la quiero más que a mi propia libertad».

Un día hablábamos de esta leyenda, si leyenda es, al autor de El Mensaje Reencontrado.

-Es curioso, nos respondió, lo que me decís de Viviana, pues tengo la esperanza de poder desaparecer un día, disuelto por el hada Viviana, y resucitar gloriosamente en ella.

«Releamos sin cansarnos las palabras santas y Sabias, pues cada tiempo será para nuestros corazones como un rocío siempre más abundante y siempre más nutritivo.

Todo el Universo y nosotros mismos somos tinieblas y muerte sin tu amor, Señor

Mientras que sin nuestro amor, permaneces vivo y resplandeciente para siempre ante nuestra agonía miserable.

!Oh, mi Señor y mi Dios!, por tu amor por nosotros, que es infalible, permite que jamás desfallezca nuestro amor por ti. ¡Oh, mi Rey!, haz que nuestros rostros ya no se aparten de tu rostro, hasta que entres en nosotros y hasta que penetremos en ti para siempre». (25)

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1. Todo vuelve al polvo, solvet saeculum in favilla, nos enseña la liturgia católica; seguramente hay aquí más que una imagen, si pensamos, por ejemplo, en las más recientes realizaciones de la ciencia atómica: El siglo se disolverá en polvo…

2. La inteligencia de Dios que no es fecundada se convierte en malicia.

3. El Mensaje Reencontrado, Louis Cattiaux, Ed. Sirio, Málaga, 1987. Por facilidad, utilizaremos la abreviatura M. R. cuando nos refiramos a esta obra.

4. M. R. XXV, 1.

5. L. Cattiaux: Poèmes de la Connaissance.

6. Según la expresión de uno de sus amigo, Jean Rousselot, en Echo d’Oran.

7. A este respecto, véase René Guénon: Le Règne de la Quantité et les Signes des Temps, Gallimar, París, 1945 (Taducción española de Ediciones Paidós)

8. Raymond Abellio se ha preocupado por este tema en un libro reciente. Volveremos a ello posteriormente: R. Abellio, Vers un nouveau prophetisme. N.R.F., 1953.

9. Vulgata: Erant igitur omnes animae eorum qui egressi sunt de femore Jacob.

10. Vulgata: Quo mortuo… Filii Israel creverunt et quasi germinantes multiplicati sunt… Esta imagen recuerda el trabajo del fermento o de la levadura en una pasta o al grano de trigo en la tierra.

11. I Hom. in Ex., trad. P. Fortier S. J. Coll. Sources Chrétiennes, Editions du Cerf, París, 1947. Ver también Pablo, Rom. I, 18 y Lucas XI, 52.

12. Juan I, 47. He aquí un verdadero Israelita en el que no hay ningún artificio.

13. Cagliostro ante sus jueces.

14. El sentido «derecho» y el sentido «siniestro».

15. De Catéchizandis Rudibus, 44.

16. Isaías, LV, 10 y 11: Y al modo que la lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven allá sino que empapan la tierra y la penetran, y la fecundan a fin de que dé simiente que sembrar y pan que comer: así será de mi palabra una vez salida de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que obrará todo aquello que yo quiero, y ejecutará aquellas cosas para las que yo la envié.

17. Es decir su Arte.

18. Isaías XXVII, 2 y 5; Lucas XII, 58; Mateo V, 25. Los antiguos maestros pitagóricos aludían a esta misma revelación cuando hablaban de la disonancia de una nota falsa, de una falta de armonía en ese mundo sublunar. Tenemos que recordar las palabras de Sócrates: Debes esforzarte en trabajar en armonía. Para los pitagóricos, el filósofo es un músico perfecto, tras haber sido durante mucho tiempo un buen filólogo.

19. Louis Cattiaux: Poèmes de la Connaissance.

20. N. de T. Este artículo fue publicado en el año 1954, un año después de la muerte de Louis Cattiaux.

21. Dios dijo: Cumplo la palabra de mis servidores, Isaías LXIV, 26. 23.

22. Véase notas 8 y 9.

23. Hemos seguido muy de cerca e incluso a veces textualmente, la magnífica versión de Jacques Boulenger: Les Romans de la Table Ronde, Plon, París, 1948.

24. I Cor. I, 27: Lo que el mundo considera insensato es lo que Dios escogió para confundir a los sabios y lo que el mundo considera como nada, Dios lo escogió para confundir a los fuertes y Dios escogió aquello que es despreciable y sin consideración, lo que es nada en el mundo, para reducir a la nada aquello que es, a fin de que ningún mortal se glorifique ante Dios.

25. M. R., XXXVI, 108.
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LOS VEINTICUATRO PRIMEROS FRAGMENTOS DEL "FLORILEGIO EPISTOLAR". LOUIS CATTIAUX

1. La Encarnación

En cuanto a la encarnación, piensa en aquellos que se han llamado a sí mismos hijos del cielo (1). No es por casualidad, y la historia de Cristo sería mucho más original, si no estuviera detrás la historia de Osiris, de su pasión y su resurrección, cuidadosamente enterrada por la Iglesia actual. No se perfecciona ninguna tradición, aún cuando se fuera Rosa+Cruz; a lo sumo, podemos decaparla, sacarla del olvido de las fábulas, deshuesarla, liberarla, pero no podemos añadir nada; esto es, precisamente, lo que proclamaba Cristo.

2. Del avance espiritual

No hay avance espiritual, ya que si avanzo, no soy yo, es Él: y ¿cómo podría Él avanzar o retroceder? A lo sumo, podrá encontrarse cada vez más intacto, desnudo y despojado de toda escoria, de todo yo particular y separativo. ¿Estaré yo orgulloso de Él o estará Él orgulloso de mí? Ni lo uno ni lo otro. Él está contento de Sí, eso es todo y es suficiente: en este momento estamos contentos juntos, lo que constituye todo el misterio que no puede decirse.

3. De la agonía de Dios

Dios agoniza en ti mientras estés asociado a la muerte. Está claro a pesar de la mezcolanza de la cosa. Dios agoniza en toda la creación visible, mientras ésta participe de las tinieblas del exterior, que se introdujeron de forma fortuita por la puerta entreabierta imprudentemente por Adán y Eva.

4. Los nombres secretos

«Aquél que modela la luz con su voz» (2) es quien dispone de la luz concentrada y quien puede crear con Dios: cosa que puede parecer formidable e inimaginable, puesto que en tal caso es coadjutor de Dios.

De otro modo, y en un menor grado, es posible modelar la luz esparcida por resonancia, lo que se hace por los nombres secretos

Así, si descubres uno de los nombres secretos dados por Adán a los seres creados por Dios, puedes disponer de este ser o de esta cosa, a condición de enunciarlo como es debido.

5. La Jerusalén celeste

...En cuanto a la Jerusalén celeste muy pocos la han visto aquí abajo y muy pocos la han saboreado, pero casi nadie conoce su origen escondido y la manera en que se manifiesta en el mundo visible. Quienes han dispuesto realmente de ella eran dueños de los milagros y, de alguna forma, de la creación, es decir, coadjutores de Dios. Imagina qué hombres; debería decir qué dioses eran y, aún mejor dicho son, para obtener esta confianza última del Unico. Todas las religiones, todo el ocultismo gira en torno a este secreto formidable, y los ritos y prácticas de toda clase que subsisten recuerdan, en primer lugar, el misterio de la Vida y de Su manifestación diferenciada de las tinieblas.

Así, muchos han hablado y hablan de oídas, y una ínfima minoría habla de visu, si así puede decirse, y son éstos a quienes hay que estudiar por encima de todo.

...Todo esto es una realidad sublime y no una quimera, pero la verdadera realidad parece ser una pura quimera para todos; tanto nos sobrepasa la cosa.

6. La ciencia de Dios aísla de sus semejantes a quien la posee

...No todos están destinados a acercarse a los misterios de Dios... La ciencia de Dios es un secreto que Le pertenece propiamente y que sólo da a Sus hijos queridos después de haberlos probado durante largo tiempo. Para ellos, resulta muy doloroso no poder hacerse oír por sus hermanos humanos. Observa cuánto ha sufrido también nuestro bello Señor y maestro por su soledad entre sus hermanos humanos y qué amargas y tristes son a veces sus palabras. Así pues, debemos realizar en solitario nuestra búsqueda y encomendarnos a Dios, que juzga el interior de los corazones y da Su don a quien quiere, sin tener en cuenta nuestras pequeñas pretensiones.

7. La maldición del trabajo profano

...Acabo de pasar doce días recorriendo granjas y caminos enlodados para vender vino con un representante, y he experimentado la vida embrutecedora que no deja ni ocio ni fuerza para la búsqueda del Señor. Este trabajo es una verdadera maldición, pues por la noche, cuando me duermo, estoy tan agotado que me es imposible leer ni una sola página de libro, incluso me resulta imposible rezar. Así pues la santa holgazanería es absolutamente necesaria para que el Señor se haga oír a través nuestro, y el domingo es santo para los trabajadores.

...La peor tentación de este mundo es la distracción que nos aleja de la búsqueda del misterio divino. Así, tengo mucha razón cuando digo: «Ejercitaos en no hacer nada», a fin de ser libres para buscar la encarnación divina. Mi reciente experiencia es, de hecho, una confirmación total de este principio: hay que vaciarse del mundo, si uno desea ser llenado de Dios.

Al tener mujer, un gato y una casa, a pesar de todo he de ocuparme del mundo, cosa muy desagradable.

8. Los artistas en el mundo actual

...Los artistas viven sólo por una élite, y hoy en día ya no hay élite, por este motivo me convierto en comerciante de vinos, pues eso aún gusta a los esclavos enriquecidos, mientras que han olvidado las artes y el Arte...

9. La renuncia necesaria

...Antes de obtener el secreto de la vida y el secreto de Dios escondido en la vida, se ha de haber renunciado necesariamente a toda curiosidad exterior y a toda malicia, y conocer en uno mismo la unidad del gran Ser, a fin de no tener la tentación de autodestruirse creyendo matar a los demás.

10. La actualidad del misterio Crístico

...Hay una cosa que pareces no sospechar: es la actualidad del misterio Crístico, que es el misterio alquímico en esencia e incluso en substancia. Cristo ha venido antes, durante y después. Actualmente puede venir en el mundo. Puede encarnarse de nuevo, pero en una substancia pura de toda escoria, es decir, no contaminada por el pecado de Eva y de Adán, lo que no le impide morir de nuevo y resucitar más glorioso y más poderoso que nunca. Es el verdadero Cristo, el viviente de eternidad que habita en el sol.

11. La puerta

...La puerta no se abre en la plegaria, sino solamente en el silencio de todo el ser a cero, estado muy difícil de obtener, es decir: sin fe y sin duda, sin esperanza y sin pesar, sin deseo de conocer, ni siquiera a Dios, y desligado de todo lo creado y lo increado.

Es como un gran vacío en sí mismo, sin eco, sin dolor y sin alegría, un gran reposo como el limbo, la perfecta vacuidad, la supresión absoluta. Entonces es cuando dice su palabrita y cuando muestra su presencia, en el momento en que todo nos es realmente indiferente. Así pues, no busques demasiado, no ruegues demasiado, pues la verdadera adoración es callarse y no moverse, a fin de ver y oír. En este momento, Él se vuelve familiar y fácil, pues el ser es devuelto al ser y el no-ser al no-ser. Aquí te digo el secreto de los secretos místicos que es la indiferencia trascendente después de la búsqueda loca, el único punto de equilibrio donde aquel que es puede manifestarse sin nadie más que Él mismo. Así pues, es la supresión completa, la muerte del alma, del espíritu y el olvido del cuerpo, dejando sitio al Único, que no está a la derecha ni a la izquierda, ni arriba ni abajo, sino sólo en el reposo del centro...

Todo lo que te digo está experimentado y es posible que posea múltiples nombres en toda clase de lenguas, pero los conozco poco, lo importante es ejercitar la cosa en sí.

Se ha hablado mucho contra el quietismo, pero me parece que es precisamente porque la parte dedicada a Dios es demasiado grande y demasiado bella y porque hay una cierta y gran hipocresía en aquellos que denuncian un estado donde el yo se ha perdido en beneficio del Dios único y universal. ¡Siempre quieren ayudarse y no quieren que Dios les ayude!

12. La fe que mueve montañas

...Esta cita de san Marcos XI, 22 a 24, nos recuerda cruelmente nuestra debilidad en la fe que trasciende la razón y actúa sobre los mismos elementos. Puedes observar cuán difícil es el ejercicio de la fe que mueve montañas y cuántos obstáculos se levantarán entre ella y ti. Sin embargo, otra rara virtud está implicada en las palabras de san Marcos, y es la paciencia, ya que es posible leer entre líneas: «Creed que lo obtendréis y lo veréis realizarse», en esta vida o en la otra, se podría añadir.

…En definitiva, debemos ejercitar nuestra fe de forma práctica y lo más posible. Es una ascesis verdadera y provechosa, pues es la que más nos acerca al reino y nos prepara para usar santamente de la piedra celeste, otorgada a ciertos elegidos de Dios y comunicada a los buenos hijos con el permiso expreso del Señor de vida, en quien la fe y el poder no son más que una palabra creadora.

13. La buena voluntad y la verdadera libertad

Nuestro trabajo, nuestros trabajos son nulos ante Dios y totalmente irrisorios, sean cuales sean nuestras pretensiones sobre el tema, y al escribir girémonos hacia Dios (3), en vez de ofrezcámoslos a Dios, recalco la vanidad de dichos trabajos e insisto en el retorno necesario a Dios, es decir, en interrumpir y renunciar a dichos trabajos que constituyen todo lo demás, para ir al Reino, que se encuentra todo en uno mismo. Al ofrecer nuestro trabajo a Dios, en cierto modo, seguimos creyendo en él y esperando de él la salvación, de una forma más o menos inconsciente. Es una buena voluntad, por supuesto, pero se trata de la buena voluntad en nosotros mismos, y no de la buena voluntad en Dios, que renuncia a sí mismo para contar sólo con Dios.

...Los enemigos más peligrosos del género humano exiliado sobre esta tierra, son los hombres más sinceros, los más obedientes y sobre todo, los que tienen mejor voluntad (en sí mismos), pues son estos precisamente, los que primero organizan la cárcel y buscan todo lo demás, olvidando el sabor del Reino de Dios y el de la libertad de los hijos de Dios que debería tener prelación sobre todo lo demás.

Ha aparecido un libro que lleva por título El universo concentracionario y A... ha captado en seguida el paralelismo existente con las sociedades de hormigas y abejas, ¡maravillosamente disciplinadas en la nada y girando locamente como engranajes perfectos, sin evasión posible por la eternidad de la creación!

...He ido al matadero esta mañana y se me ha ocurrido pintar una serie de oficios que titularé La condición humana. La vida encarnada es poca cosa para el hombre y para Dios, he aquí lo que no queremos ver con franqueza, a pesar de todas las evidencias que nos rodean. El hecho de comprender esto da una gran libertad de acción y reposo...

...Os envío mi buen pensamiento
de aprendiz de evadido...

14. Los mediocres

...Nunca pude rezar ni meditar en la mili, en medio de brutos e indiferentes y no conozco a nadie que haya conseguido una ascesis teniendo que sufrir el contacto envilecedor de los mediocres. El mismo maestro los ha evitado cuidadosamente, («dejad a los muertos enterrar a sus muertos...» ). Así pues, considero una locura y un peligro seguro el hecho de querer desafiar el ambiente deprimente, incluso el deletéreo de los seres y lugares vulgares. También creo en la necesidad del aislamiento físico y espiritual y en frecuentar únicamente al prójimo, a fin de protegerse de la influencia invisible pero envilecedora de los muertos voluntarios. No creo en esta clase de desafío, como tampoco creo en el sistema que consiste, bajo pretexto de inmunización, en alimentarse de podredumbre.

...Hay santos que han podido vivir en la soledad o entre los pobres, los humildes y los desdichados, pero ¿quién es aquél que ha sobrevivido al contacto diario con los groseros, los eruditos (del mundo), los razonantes razonables o los ricos hediondos? Uno puede frecuentar a los leprosos sin coger la lepra o a los pestilentes sin contagiarse, pero ¿se puede frecuentar a los mediocres y los muertos sin morir?

¿Y cómo podríamos llegar a la locura de desafiar lo que ha hecho huir a los más grandes? ¿Es que las frutas sanas curan las frutas podridas? ¿No ocurre precisamente lo contrario? Para ser curado basta con quererlo, pero ¿y los que no quieren curarse?

15. La voluntad del hombre

Cada cual se paga lo que quiere en este mundo y, a menudo, esto impide recibir gratuitamente los dones inauditos de Dios. Así, la voluntad del hombre es mala, porque elige o desea según la apariencia y no según la vida escondida.

Reconoce el peligro de la voluntad del hombre, esta voluntad que se camufla tras objetivos ascéticos... y que quiebra a uno mismo y a los demás sin otro resultado que la rigidez cadavérica. Pablo es muy fuerte cuando proclama su mayor fuerza incluso dentro de su mayor debilidad. Todo es hermoso y justo en las Escrituras, pero la aplicación está llena de trampas elaboradas por nuestra voluntad particular, que siempre quiere tener razón aún en contra de la naturaleza y de Dios.

...Desgraciadamente, incluso cuando uno arde, la ruta todavía es larga, penosa y decepcionante en este gran Arte, pues aunque todo está bien indicado figurativa y, a veces, textualmente, no lo está formalmente y parece que muchos han fracasado en el umbral del jardín secreto, al tomar el continente por el contenido, otros han encontrado realmente a la Virgen pero jamás han sabido cómo fecundarla...

Estar atento a lo que se dice y a lo que se enseña es un signo excelente, pero hay que reflexionar mucho antes de ponerse manos a la obra, por miedo a tomar la corteza por la almendra, o querer sobrepasar el trabajo de la madre Naturaleza, pues es nuestra buena voluntad en nosotros mismos lo que nos extravía.

Observa, pues, lo que produce la tierra vegetal e inducirás lo que puede producir la tierra mineral fecundada por el cielo. El estudio del origen de los filones en las montañas debe ser un buen ejercicio preparatorio...

...Creo que nunca debemos violentarnos, como hacen algunos ascetas bien intencionados pero mal instruidos. Basta con la buena voluntad constante que opera todas las transmutaciones necesarias. Cómo me río cuando veo a esa buena gente de Iglesia o a laicos, resistir al demonio y combatirlo en lugar de rezar por él, lo que es mucho más eficaz y mucho menos arriesgado. Uno siempre lleva la peor parte cuando lucha y la mejor cuando presta ayuda. Pero el orgullo de los más humillados aún quiere combatir. Recuerda bien esto y no temas demasiado en caer, como en el judo. Es mejor aprender a caer que ser quebrado de pie. Muchos que se creen muy fuertes están cayendo así, a mi alrededor en este momento.

16. Los filósofos herméticos

...Son nuestro deseo y nuestra fe los que imantan la gracia y el amor de Dios, y su don permanece secreto. Todos los filósofos herméticos han tenido como enemigos a los racionalistas y a los hijos del mundo, debería decir del inmundo, y es muy natural, puesto que ellos son hijos de Dios, en consecuencia mondados.

17. La cualidad dEl Mensaje Reencontrado

...Es el libro escrito en el mundo para los que quieren salir del mundo caído, pero es un libro escrito en el exilio por alguien que ha conocido y soportado las mismas dificultades que cualquier lector, y ello, a fin de que todo el que lo lea se anime pensando que quien lo ha escrito ha experimentado las mismas dificultades que él, es decir, sin un apoyo extraordinario, sin fortuna, sin recomendaciones, también sin bajezas y sin compromisos, con los trabajos diarios y las inquietudes cotidianas, con obstáculos renovados y con la lasitud y desesperación de todos los hombres que luchan aquí abajo. En fin, un libro escrito por un verdadero hermano que ha sufrido todo lo que soportan los hombres en general. Un semejante, incluso un inferior, lo que es reconfortante a pesar de todo, ya que así la cosa no es inasequible sino, por así decirlo, puesta al alcance del más desgraciado. He aquí porque es bueno, e incluso excelente que se sepa que me enfado, que reniego y que, si se tercia, me peleo, que si no estoy en la cárcel es por casualidad, al igual que la mayoría de gente honrada; que he estado enfermo y desesperado, ignorado y rechazado, etc. como el primero y el último de los hombres descarriados aquí abajo... y ahora vendrá el tiempo en que otra obra será escrita, pero del todo diferente, es decir, como la alabanza al Dios salvador y como la victoria que salva de toda caída, libro que será escrito en la única luz de vida exenta de toda tiniebla, para los salvados y ya no para todos...

...Espero que El Mensaje Reencontrado ayude a algunos humanos a soportar la pesada carga de esta vida exilada; así no habré escrito en vano, ni hablado inútilmente de mi Señor. Desgraciadamente, veo con claridad, es decir, de una forma demasiado cruel, que no he hecho nada comparado con todo lo que hay que hacer y lo que sufren y desesperan todos los humanos exilados, pues la muerte nos habita y éste es el único pecado que hace que nada pueda arreglarse aquí abajo.

18. La igualdad social

...Sin la menor duda, resulta una cruel anarquía colocar a alguien al azar en un cuerpo aparentemente organizado como el ejército o la nación, y es un peligro nivelarlo todo en nombre de una igualdad ilusoria y establecer una jerarquía basada en los diplomas, que son, ellos mismos, tests incompletos y totalmente falsos puesto que no tienen en cuenta las complejas e innatas aptitudes del individuo. Así pues, la inteligencia consiste en orientar a cada cual hacia el lugar más útil para él mismo y para todos, antes de ahogar sus dones y sus capacidades en nombre de ideas convencionales, como se hace aún demasiado a menudo en todas partes.

...Temo que las cargas e imposiciones diversas que aumentan continuamente, me obliguen a acudir al paro... Es una estupidez demoniaca que, en nombre de la justicia social, se aplaste a los individuos libres, se les persiga y desanime hasta que hayan desaparecido totalmente. Es el sistema soviético que utiliza racionalmente a todo el mundo, suprimiendo la posibilidad de buscar la salvación de Dios para cualquiera. Debemos rezar a fin de que Dios otorgue a uno de entre nosotros la posibilidad de salvar a los otros, antes de que la mano de Leviatán caiga sobre nosotros.

19. Navidad de 1952

En esta víspera de Navidad, más que los otros años, mi corazón está triste y no sé por qué. ¿Quizá sea inconscientemente, al pensar en el gran sacrificio del Señor descendido del cielo que regocija a tanta gente? Sin duda y lógicamente, estaré también cada vez más alegre en la Ascensión del mismo Señor, que tanto entristeció a sus amigos, ya que no puedo ver, ni pensar, ni decir ni hacer nada como todo el mundo aquí abajo y eso es un motivo de asombro para mí mismo.

...En este día misterioso del nacimiento de la piedra solar... es entristecedor comprobar que la humanidad entera continúa de manera piadosa celebrando dicho prodigio sin saber de qué se trata exactamente, como una cosa que sucedió hace siglos, sin ni siquiera llegar a sospechar por un instante que este milagro puede perfectamente reproducirse en la época actual. Si pudiera devolver esta esperanza a los hombres desesperados, con el permiso de Dios, ciertamente haría una gran cosa.

...Si soy, como todo parece indicarlo, uno entre los últimos profetas de Dios, ruego a fin de poder cumplir perfectamente mi misión, que consiste en devolver a los hombres desesperados y desorientados la esperanza en la salvación de Dios y la prueba de su proximidad oculta, con el fin de reunirlos en la vía que conduce a la vida sin mezcla.

20. La tentación

...Debemos crearnos a nosotros mismos y no lo que nos rodea, y el hecho de desperdiciar nuestra fuerza en estos juegos inútiles es como el pecado de Onán (4) que tiró su simiente al suelo.

La tentación es múltiple por definición y a la vez, siempre dispersora, extranjera y exterior. Por esta razón nunca sacia ni consuela. Así pues, has juzgado bien al hablar de profanación a propósito de la aplicación exterior de la fuerza-pensamiento y has adivinado la Madre universal que se presta al deseo de Dios y al del hombre, pero pocos poseen en realidad este poder y casi todos ejecutan con sus manos o con las máquinas en lugar de crear con el espíritu.

21. El alma

Hay que poseer el propio cuerpo en espíritu y el propio espíritu en cuerpo, siendo el alma como el centro de la rueda y la unificación por excelencia, es decir, el amor, por encima de la misma intuición y de la ciencia. Reconocerás fácilmente la vía real de Cristo, que ha enseñado con la verdad, aunque de una forma un poco oscura a causa de nuestro entendimiento limitado. Cuando poseas tu alma, lo tendrás todo para siempre.

22. Los cristianos bien-pensantes

Estoy sorprendido al verlos defender a Cristo con tanta pasión y regularidad. Se diría que temen que Él solo no se haga comprender, o bien que necesite ser sostenido como un campeón de boxeo. ¿Tan seguros están de su verdad para defenderla de esa manera? Inconscientemente, ¿no intentan asegurarse de ella arrastrando a los demás? Todo lo que les preocupa, no me preocupa y siempre me sorprenden un poco sus demostraciones católicas que para mí son la señal de una duda secreta y latente.

Necesitas la audacia de mostrarte tal como eres, lleno de dudas y contradicciones. Quizá entonces todo se depositará suavemente y verás claro sin esfuerzo.

También recelo de su voluntad terrible de ser bien-pensantes en el verdadero sentido de la palabra. Sería mejor que examinaran con atención sus blasfemias para ver que también son una broma, en lugar de reprimirlas queriendo ser buenos creyentes y buenos cristianos, según la única, la señora verdad bien suya. ¡qué suerte, ¿no? ser cristiano, a pesar de todo! Dicho sea entre nosotros. Y además, ser francés, dueño de un castillo, con tirantes, ¿por qué no?

¡Oh pobreza, oh humildad, oh sabiduría! ¿dónde están tu pasaporte y tus huellas digitales? ¿Y qué le dirás a Cristo cuándo te pregunte por qué lo has vuelto tan odioso a todo el mundo, a fuerza de idolatría ciega y furiosa? Y estos cristianos tan seguros de ellos mismos, ¿qué dirán, cuándo desde los infiernos, en los que se seguirán debatiendo, puedan ver a los paganos sentados a la derecha de Dios? Todos ellos han convertido a la cristiandad en ipecacuana y los vivos que subsisten en el mundo la vomitarían si no supieran lo que se esconde detrás.

…Aún siendo el último de los sinvergüenzas, serías una maravilla a los ojos de Dios y esto es la santidad; es comprender y agarrar esto hasta vivirlo todos los días de nuestra vida, ¡sin poder razonar nada más! La caridad, el amor, la sabiduría es ser innoble y no desesperarse por ello a fin de no ofender a Dios que nos ha hecho. Ves qué fácil es y cómo hay motivo para sentirse orgulloso; cuánto me cansan los cristianos con su santidad teatral y su predestinación de elegidos.

23. La Iglesia

No ataco a la Iglesia, al contrario, la he elegido como la única capaz de asumir la misión de Cristo y es por ello que pido la imprudencia, la generosidad y la vida de los primeros tiempos en el momento que parece que llegamos a los últimos. Juzgo a la Iglesia de los hombres y no a la Iglesia de Cristo, y no está prohibido lavarla y quitarle la mugre que se acumula, incluso cuando ésta se vuelve venerable; ¡qué decir de las úlceras que la roen! ¿No irías a socorrer a tu madre enferma y abandonada a la muerte? ¿Prefieres lavarte las manos como Pilatos, diciendo: esto sólo concierne a Dios? He aquí la plaga, precisamente, que es la pusilanimidad de los cristianos actuales, que rehusan ocuparse de la casa de Dios y dejan que todo se deslice hacia la muerte.

24. La alquimia

La alquimia sólo está permitida a los que, en verdad, están suficientemente desprendidos como para recibir el poder, la riqueza y la vida desvelada, sin tener nunca la tentación de servirse de ella contra alguien, sea para aplastar a los demás, sea para glorificarse personalmente.

Desgraciadamente, muchos de los que se acercan a ella, lo hacen con un espíritu de lucro que los extravía irremediablemente y toda su malicia se vuelve en su contra, los arruina de todas las maneras y les hace patear ante el muro de la razón razonante durante toda su vida, a pesar de su notable fe en la realidad de la ciencia divina. Por ello debemos rogar y atraer a los maestros que han poseído dicha ciencia santa, en profundidad, a fin de que nos inspiren en la búsqueda, tan larga y tan difícil, que apenas uno o dos hombres entre millares de individuos lo consiguen sin la instrucción de un maestro viviente, quiero decir encarnado, ya que precisamente, los maestros son los vivientes por excelencia, al igual que Cristo.

...La vida es corta, el arte es largo y difícil, y todos los hombres se ocupan de las cosas vanas del mundo. Por eso hay tan pocos vivientes.

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1. Según la tradición taoísta, los sabios eran llamados hijos del cielo.

2. Ver Louis Cattiaux, El Mensaje Reencontrado, ed. Sirio, Málaga, X, 63’.

3. Alusión a Louis Cattiaux, op. cit., XX, 6".

4. Génesis XXXVIII, 9.
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EL MENSAJE REENCONTRADO LOUIS CATTIAUX LIBRO XI. RIVE TÉNUE TIERRA VIVA

Eres una tierra que no ha sido purificada, que no ha sido lavada por la lluvia.
EZEQUIEL.
Este libro ha sido compuesto por Isis para su hermano Osiris, a fin de hacer revivir su alma, reanimar su cuerpo y devolver el vigor y la juventud a todos sus miembros divinos, a fin de que, finalmente, sea reunido con el Sol, su padre.
SAHU.

RIVE TÉNUE TIERRA VIVA

1. El hombre más loco puede volverse Sabio si Dios le ilumina, pero el Sabio no podría volverse insensato porque es el Señor quien le sostiene. 1'. Más vale parecer idiota alabando a Dios que pasar por inteligente negando la evidencia de la vida.


2. El trabajo que conviene a los ignorantes y que los mantiene en la obediencia y en el orden no podría aplicarse a los hombres instruidos y dueños de sí mismos. 2'. Si no encontramos a Dios durante nuestra vigilia, tampoco lo poseeremos durante nuestro sueño.


3. Las sutilezas intelectuales son nimiedades respecto al conocimiento del mundo total. 3'. Arrojemos nuestra ciencia al fuego y nos producirá por fin algo bueno, como la simplicidad de las cenizas.



4. El Sabio y el loco no dudan, sin embargo, uno posee y el otro es poseído. 4'. Abandonemos toda vana malicia y Dios aparecerá desnudo ante nuestros ojos deslumbrados.


5. La vida en Dios primero es dulzura, alegría y liberación, luego se pierde en la contemplación del Ser sin análisis posible. 5'. Quien alcanza a Dios en espíritu y en cuerpo es como la quintaesencia del cielo y de la tierra.


6. La gran rebeldía es buscar a Dios sin cesar.
El verdadero éxito es alcanzarlo sin retorno. 6'. En el lugar oculto, la joya luminosa vive actualmente.
"Haciendo el bien, el mal desaparece por sí mismo. Combatiendo el mal, se corre el gran riesgo de hundirse en él todavía más."


7. Quien se imagina obrar mal u obrar bien según los hombres peca por ignorancia.
Quien está instruido dispone las cosas y deja a Dios el cuidado de realizar su obra. 7'. No hay ley para quien habita la ley, pues él es ya la ley y el amor con el Único.
"Que los ignorantes no expliquen nada y la vida estará menos dividida."


8. La alegría de Dios está en la unión de los Sabios y en la plegaria de los santos, como está en la inspiración de los artistas, en los juegos de los niños y en los cantos de toda la naturaleza. 8'. Aquel que es verídico rápidamente es liberado del mundo de los mediocres, pues la luz se separa por sí misma de las tinieblas que la rodean.



9. El Libro es polvo y ceniza comparado con la viva realidad de Dios. Sin embargo, da el medio para reconocer el manantial del cielo y de la tierra. 9'. El conocimiento libera al Sabio y la fe salva al santo, pero es el amor lo que los une en Dios.


10. La moral de los hombres Sabios no viola las leyes naturales. 10'. Son nuestras manos las que preparan la tierra, pero la bendición del Señor es la que le hace producir su fruto.


11. Lo que halaga al bruto puede torturar al santo y lo que complace al Sabio puede repugnar al hombre vulgar. 11'. Olvidaré a los que no se han acordado de mí, dice el Único.


12. Una vida de trabajo, de placer, de reposo, de sufrimiento, de resignación o de rebeldía no vale ni un minuto consagrado a buscar a Dios en uno mismo.
12'. Quien atraviese la barrera del fuego líquido alcanzará el verdadero conocimiento del amor.


13. La resignación es como la renuncia a Dios, pues nos mantiene en la mugre que nos separa de él. 13'. Entreguémoslo todo a Dios y poseeremos el mundo sin perjuicio.


14. La felicidad está donde no hay ni separación, ni cambio, ni muerte. 14'. ¿Cómo podría haber reposo para el Sabio mientras una porción del Ser permanece exiliada en la muerte?



15. Quien sabe a donde conduce la muerte ha llenado bien su vida. 15'. Dios ofrece la luz y sólo a ella recibe.


16. El buen médico ayuda a la naturaleza, y el Sabio es paciente con todos los hombres. 16'. Hay que servirse del fin de todo para conocer el comienzo de todo.



17. Ninguna creencia debería ser convertida en una obligación.
Dios odia a los perseguidores y a los mediocres. 17'. Si encontráis a Dios, no lo pregonéis y sobre todo no intentéis convencer a nadie.


18. El Sabio y el loco ignoran el miedo, sin embargo, uno domina la muerte y el otro es su alimento. 18'. El absurdo es lo que libera de las prisiones del espíritu.


19. Cuando quieran convertiros en héroes, no estaréis lejos de convertiros en muertos. 19'. Desata antes de que arranquen.


20. La desgracia salva a aquellos que la rutina arrastraba hacia la muerte. 20'. El exceso de amor es lo que nos reconduce a Dios, y jamás la mediocridad satisfecha de sí misma.



21. El sueño, la oración, el amor, el trabajo y la droga hacen olvidar la desgracia por un tiempo, pero sólo el conocimiento de Dios nos libera de ella para siempre. 21'. Todo lo que el hombre ha arrastrado en su caída será rehabilitado con él y la creación revivirá apaciguada en el seno del Único Esplendor.


22. Reprender a un insensato es hundirlo en su locura y hacerse un enemigo gratuitamente. 22'. No golpeemos sino por compasión y únicamente para instruir cuando el Señor formalmente lo exija.


23. Discutir con alguien inferior es ponerse a su altura y perder toda oportunidad de ser escuchado. 23'. El viviente va a los muertos para salvarlos, pero éstos intentan estúpidamente matarle, pues no reconocen la luz que habita el Universo.


24. Quien tiene verdaderamente razón jamás intenta demostrarlo, pues sabe que ni siquiera la desgracia es comprendida. 24'. La santidad es la confianza en Dios, la generosidad para con todos, la abundancia en todo, la alegría con uno mismo.



25. La zarza y el malvado se apartan con el bastón; quien mete ahí la mano se enreda y se desgarra inútilmente. 25'. La sabiduría última es como la inocencia primera, con esta única diferencia: que una se conoce y que la otra se ignora.



26. El conocimiento primero y último es lo que constituye la enseñanza de todos los libros santos.
"¡Oh, tesoro inestimable pisoteado por los hombres ignorantes!".
26'. Que los creyentes que aman el Libro oren en sus corazones y digan: "Que quien nos ha hablado de tu gracia, de tu amor y de tu ciencia esté ebrio de ti para siempre, ¡oh Señor!".



27. Pocos hombres se perfeccionan en la paz, pues muchos se aburren y se ablandan en ella; y pocos son enseñados por la desgracia, porque casi todos se agarrotan o se desesperan en ella. 27'. Jugamos con todo lo que creemos ser, pero sólo conservaremos lo que verdaderamente es.
"La incombustible pureza."


28. ¿Quién liberará su alma de la tierra extranjera? Y, ¿quién hará descender al Señor en la tierra santa? 28'. Cuando la forma desaparece, la substancia del agua emerge del caos y manifiesta la esencia del fuego divino.


29. Por la locura del amor es como nos acercamos a Dios, y por la razón del mundo es como nos alejamos de él.
29'. Observemos el espectáculo del mundo hasta reír o hasta llorar, pero no participemos jamás seriamente en él, so pena de perdernos en su noche.



30. Dios vive y se mueve más allá de toda razón humana. 30'. La más pequeña experiencia de Dios vale más que todas las teologías del mundo.


31. Si queremos llegar hasta el Padre y recibir la herencia prometida, primero hemos de dejar de ser huérfanos en las tinieblas de la muerte y, en segundo lugar, nos hemos de fijar en la Madre santa donde el amor nos madurará.
31'. Lo propio del amor es la confianza y el don ilimitado de si mismo en la libertad del Ser. Pero cuando aparece la más mínima coacción desaparecen enseguida el amor y la libertad.


32. El mal no tiene existencia intrínseca, aparece como el ralentizador de cualquier parcela de vida que se aleja del manantial del bien eterno, que es el Ser Dios.
32'. Un correctivo para los demás y una injusticia para uno mismo: tal parece la desgracia para los ignorantes.



33. Los soles mueren y renacen en el agua y en la tierra nutricias. 33'. Lo que ha sido desunido por el fuego sólo puede ser reunido por él.


34. No nos comprometamos por nadie. Sólo Dios puede asumir una carga tal, pues sabe liberar de las redes de la muerte. 34'. La malicia nos ha perdido, la simplicidad nos salvará y habitaremos de nuevo en el jardín de las delicias.


35. La libertad en demasía conduce al ignorante a la esclavitud de la muerte.
35'. Si algo nos contraría examinemos si es útil a los demás o a nosotros mismos.


36. Sólo el que ha salido de la muerte conoce el valor del reposo en la vida reencontrada. 36'. ¡Oh esplendor!, ¡oh vida!, ¡oh núcleo!, a ti es a quien adoramos, ¡oh, Eterno de las eternidades!


37. No violemos los límites que Dios nos ha fijado a fin de no hundirnos en una muerte más opaca. 37'. Seamos ante Dios como un cadáver en las manos del embalsamador que prepara la resurrección.
38. El final de nuestra rebeldía será el final de nuestra agitación. Un día, la desgracia nos cansará y nos acordaremos de Dios y volveremos a él. 38'. Los sabios de este mundo se humillarán ante el sencillo que posee a Dios y su luz.


39. Dios sonríe ante la rebeldía de los hombres, pues sabe que volverán más Sabios y más amantes después de su migración en las tinieblas de la muerte.
39'. Quien conoce y posee la verdad no se cansa intentando tener razón frente a nadie.


40. Nos podemos perder eternamente si el absurdo no nos detiene en el camino del extravío y si el amor no nos reconduce a nuestro origen santo. 40'. Para algunos, Dios es una sublime realidad.
Para otros, parece ser una locura increíble.
"Los inteligentes han rechazado el Libro y los sabios del mundo no lo han comprendido en absoluto."



41. Dios no castiga a nadie, la desgracia sólo es el efecto de nuestro alejamiento del manantial primero. 41'. La verdad resplandece eternamente, pero su vestidura terrestre es oscura.


42. Quien entrega todos sus dones a Dios alcanza la simplicidad divina, que es como la humildad perfecta. 42'. Cuando demos y cuando recibamos sin preocupación, estaremos cerca de Dios.


43. La desgracia es ilusoria respecto al Ser, sin embargo, ella es la que reconduce al hombre a su manantial. 43'. Las leyes de Dios y las de la naturaleza oprimen a quienes las violan y liberan a los que las observan.



44. El sabio conoce muchas cosas, pero no posee ninguna.
El Sabio posee sólo una y conoce todas las demás. 44'. Ascendiendo y descendiendo es como descubriremos el movimiento y el reposo de Dios.


45. No tomemos partido por nada ni por nadie, busquemos a Dios que es más urgente que todo el mundo entero.
45'. El Sabio actúa gratuitamente porque sabe que todo está en Dios.


46. El hombre toma conciencia en la separación, en la ausencia y en el retorno.
46'. Permanecemos unidos en Dios, pero somos varios en el mundo, según los lugares y según los tiempos.


47. Dios es quien manda y la deidad quien ejecuta.
El hombre es quien siembra y la mujer es quien da a luz. 47'. Así como el agua ha servido para formar todas las cosas, todas las cosas volverán a ser como el agua.


48. Destruyendo a los seres y las cosas no encontraremos jamás a Dios, sino que nos fraccionaremos y nos hundiremos aún más en la muerte. 48'. Los hijos del Único imitan la obra del Padre y ya viven en paz en el mundo presente.


49. Las hábiles dialécticas no extravían a los conocedores, pues la luz santa orienta todos sus pensamientos hacia el Único. 49'. La obra es lo que provoca las discusiones, y no éstas las que engendran aquella.


50. Nuestra fe es como el perfume y como el recuerdo del invisible mar del mundo, donde reposa el Perfecto. 50'. El Sabio y el santo no se cansan de admirar y de alabar la creación de Dios.


51. El amor de Dios es como el recuerdo intenso de nuestra libertad y de nuestra unidad primera en la pureza del cielo. 51'. La realización del deseo está en función de la precisión de la imagen concebida, de la potencia de proyección del deseo y de la regularidad paciente de la plegaria.
52. La luz de nuestros corazones grita hacia Dios a través de las tinieblas del cuerpo que la aprisionan, y el Padre libera a la extraviada, y el Hijo aparece en el esplendor de la unión. 52'. Hay una gran belleza y una gran virtud en la obra del Señor, por eso él trabaja siempre sobre ella y no la rechaza.



53. El ignorante desconoce la instrucción antigua y enturbia la verdad presente.
53'. Hay inteligencia en reconocer el origen de la desgracia que nos derriba hasta el suelo.


54. Cuando no se puede enmendar el árbol estéril, el fuego lo devuelve a las cenizas nutritivas y al agua fecundante. 54'. La única perfección es ascenso, descenso y reposo.



55. Nadie acabará con el que dice no, salvo la absurdidad de este no evidenciado en la muerte. 55'. La santidad es como una maldición para los que la han visto, la han oído y no la han reconocido.


56. He admirado la paciencia luminosa de la vida y he alabado a quien la madura hasta el reposo de Dios. 56'. La inteligencia del agua y la memoria de la tierra forman el cuerpo-espíritu del Universo, pero el amor del fuego es lo que le confiere el alma viva.


57. Esforzémonos en devenir inmensos a fin de recibir a Dios en su totalidad.
57'. No hay nada que comprender allí donde todo debe ser sentido.


58. El conocimiento verdadero implica la posesión, la absorción y la transmutación.
58'. Es la naturaleza divina lo que nos consuela, lo que nos cura, lo que nos instruye y lo que nos salva.



59. Quien lo ha dejado todo venir y lo ha dejado todo partir puede volverse útilmente hacia Dios, pues ya está en él.
59'. La bendición de Dios fluirá sobre el que está desnudo, y la gracia de dentro y la de fuera no formarán más que una sola agua.


60. Los amigos de Dios son poderosos, pero parecen gusanos. Poseen todas las cosas y se les trata como a miserables. Moran con la sabiduría y el mundo los cree locos. Desbordan de amor y parecen duros. 60'. La expresión más completa del amor es la generosidad y la paciencia para con todos los seres de la creación.
A ejemplo del Señor que comemos y que nos come, el Sabio enseña la luz de vida a los seres extraviados en la muerte.



61. El mejor pensamiento, la más bella acción son los que más nos aproximan a la gratuidad divina. 61'. La aceptación, el desapego y el olvido de uno mismo son la perfección del amor en Dios.


62. El amor de Dios es el comienzo del saber, y su posesión es el fin de la ciencia.
62'. El primer deber es hacer que aparezca Dios en uno mismo; el segundo es contribuir a manifestarlo en los demás.


63. La timidez es casi siempre un orgullo que se oculta.
¿Quién mendigará su vida al Altísimo?
63'. Quien se ha librado de la voluntad de obrar bien y del miedo de obrar mal está cerca de la libertad de Dios.


64. El que se contiene es un Sabio, pero el que se violenta es un loco. 64'. El santo que quiere ir a Dios debe liberarse de las ataduras del pecado y de las de la virtud.


65. Todos los maestros han sido tratados de orgullosos por los que no podían seguirles, pero ellos sonríen sin responder, pues saben que se han olvidado en Dios para siempre. 65'. Observemos a los muertos de este mundo para comprender a qué sueño insensato se parece su ignorancia de Dios.



66. La gracia es lo que libera, el amor es lo que reúne, el conocimiento es lo que perfecciona y la unión es lo que procura el reposo. 66'. La sabiduría no ha empezado ni acabará jamás. En ella se manifiesta el amor en unidad.


67. Cuando la boca se agita, escuchemos las palabras del corazón y conoceremos la verdad respecto a los que nos hablan. 67'. El débil que dice sí y que nunca actúa acumula el desprecio de los hombres y se separa de Dios, pues la tabla podrida no sirve ni para el agua ni para el fuego.


68. Las obligaciones del mundo parecen muy poco urgentes a quien busca a Dios. 68'. El que es instruido pide a Dios. El que no lo está se dirige a los hombres.



69. Pocos hombres han sido favorecidos aquí abajo con el conocimiento posesivo, pues pocos santos de entre los mejores son capaces de adquirir el poder divino sin perjuicio para ellos mismos ni para los demás. 69'. Estar poseído por Dios es ser santo.
Poseer a Dios es ser Sabio.
Pero penetrar a Dios es ser insensato.



70. Cuando alcancemos a Dios no omitamos entregárselo todo; si no le perderíamos enseguida. 70'. Nuestro amor y nuestro conocimiento se fundirán en la unión divina y el reposo vivo será nuestra recompensa.



71. El lenguaje puede cambiar, el espíritu del Libro no envejecerá, pues enseña el comienzo y el fin de la creación aparente y oculta. 71'. El Libro es para el más sutil y para el más espeso, pues participa del cielo y de la tierra. Cada uno extraerá de él según su capacidad.


72. Vencer al mundo combatiéndolo o huyendo de él, tal es la alternativa aparente que se ofrece a todos si queremos evitar los aplastamientos, las desgarraduras y el enfangamiento.
Sin embargo, el Sabio conoce una tercera solución que libera de todo mal, de toda servidumbre y de toda ignorancia, pues es la que separa pacientemente en nosotros la vida de la muerte. 72'. La perfección del Uno manifestado emana de la unión de la joya de oro y del loto luminoso, surgidos por la potencia del soplo divino del caos tenebroso y oculto.
"El último en nacer es el hijo querido del Padre y de la Madre y el hermano bienamado de las grandes almas."


Insensato, lo que siembras no recobra vida si antes no muere...El cuerpo es sembrado corruptible y resucita incorruptible. Es sembrado despreciable y resucita glorioso, es sembrado enfermo y resucita lleno de fuerza. Es sembrado animal y resucita espiritual...

Lo que está abajo es como lo que está arriba y lo que está arriba es como lo que está abajo, para hacer el milagro de una sola cosa...


HERMES TRISMEGISTO...