Jesús...

miércoles, 4 de mayo de 2011

 


Jesús, a la edad de diecinueve años, entró en el monasterio Esenio situado en las proximidades del Monte Serbal, instituto muy visitado por los sabios que desde Persia y la India iban a Egipto, y donde existía una magnífica biblioteca de obras ocultas, indas muchas de ellas, de las regiones más allá del Himalaya. Desde este lugar de mís ...tico saber, pasó más tarde a Egipto. Había sido plenamente instruido en las doctrinas secretas que constituían entre los esenios la verdadera fuente de vida; y en Egipto fue iniciado como discípulo de esa sublime Logia de donde salen los Fundadores de todas las grandes religiones, pues Egipto ha seguido siendo uno de los grandes centros que hay en el mundo, para la guardia de los Misterios verdaderos de los cuales sólo son débiles y lejanos reflejos todos los Misterios semi-públicos.

La majestuosa gracia y hermosura de su nítida pureza formaban en torno suyo radiante aureola, y sus cortas palabras, dulces y amorosas, despertaban aún en los más duros temporal gentileza, y en los más rígidos pasajera ternura. Así vivió veintinueve años de vida mortal, creciendo de gracia en gracia.Con pureza y devoción tan sobrehumanas, estaba en condiciones para servir de templo a un Poder más elevado, para ser la morada de una Presencia poderosa. Había sonado la hora de que se realizase una de las Manifestaciones Divinas que de tiempo en tiempo vienen en auxilio de la humanidad, cuando -para apresurar la evolución espiritual se necesita un nuevo impulso, cuando la Aurora de una nueva civilización va a despuntar. Estaba entonces el mundo occidental en la matriz del tiempo, a punto de nacer, y estaba la superraza teutónica dispuesta a empuñar el cetro del imperio que se caía de las manos trémulas de Roma; pero antes que emprendiese su jornada, debía aparecer un Salvador del Mundo y colocarse junto a la cuna del Hércules niño y bendecirlo.Un poderoso "Hijo de Dios" debía encarnar en la tierra, un Instructor supremo, "lleno de gracia y de verdad" , que poseía la Sabiduría Divina en su más plena medida, que era en realidad "el Verbo" encarnado, Luz y Vida desbordadas, Fuente positiva de Aguas vivas. Señor de Compasión y de Sabiduría -éste era Su nombre-, que desde Sus estancias en los Lugares Ocultos bajó al mundo de los hombres...