El principio imposible de vida/muerte...

domingo, 17 de julio de 2011

 





Pues he aquí que el reino de los cielos está en medio de vosotros.
Lucas 17,21

La idea principal de la nueva Alquimia, el cordel que liga todas las ideas que presentamos aquí, se encuentra en el concepto de la unidad: la gran inseparabilidad de las cosas. Tomado literalmente, esto significa, como veremos, que los conceptos mismos de un cielo aparte de la Tierra, de una mente aparte del cuerpo, de un libre albedrío aparte del determinismo, de una vida aparte de la muerte, y de hecho toda dualidad, toda pareja de opuestos en la que proponemos un adentro y un afuera, una frontera, una nación, una isla, una membrana, una distinción; todo eso y más, no son datos primarios.

Sin embargo, nos esforzamos inconscientemente por guardar enterrado este secreto dentro de nosotros. Trabajamos sin darnos cuenta por mantener el statu quo. Dicho de otro modo, optamos inconscientemente por vivir sujetos a la ilusión de que todo es tal como lo vemos. Ésta no sólo es una verdad fundamental para ti y para mí, sino que es el secreto profundo de la existencia del universo: esconderse del propio yo esencial. Es el gran truco de Dios, y si funciona es sólo porque nosotros accedemos a creernos el truco. Si somos capaces de dejar de creerlo durante un minuto, durante un segundo, aunque sea durante un milisegundo, y de permitir que nuestra consciencia advierta que nos hemos detenido, nos daremos cuenta del truco.

En algún momento de nuestras vidas, de alguna manera, en alguna parte, por un solo instante, se devela el gran misterio. Dios, el mago, levanta el telón, nos enseña ligeramente el truco y nosotros captamos un atisbo de ilusión. Pero no gritamos: Caramba!. El local no se llena de exclamaciones de asombro. Algo se vuelve distinguible de la nada en un solo acto creativo, pero nos engañamos a nosotros mismos para no ver. Y así sigue la cosa. El aire no se llena de aplausos. Nos quedamos sentados contemplando el espectáculo, liberamos un suspiro de alivio y nos decimos inconscientemente: Esto no lo entenderemos nunca, más nos vale aceptarlo sin más.

En realidad, todas las distinciones surgen de tales actos. Y la mayoría de nosotros solemos mantenernos inconscientes y aferrarnos a la ilusión hasta el último nanosegundo de nuestra existencia. Contemplamos la frontera que separa el mar y la tierra, que separa el aire, la tierra y el agua. Contemplamos la corteza efervescente de arena, agua y aire, y recordamos las distinciones. Y del mismo modo, vivimos nuestra vidas con la idea tranquilizadora de que existe una membrana invisible que nos separa a nosotros de ese mundo que está allí fuera; de que aquí dentro, en nuestras mentes, en nuestros mundos interiores de la imaginación, estamos solos y a salvo. Ninguna persona o cosa puede entrometerse de ninguna manera en nuestros mundos mentales individuales. Todos los sentidos de nuestros cuerpos nos dicen constantemente que esto es la verdad, que cada uno de nosotros está solo. No tenemos en cuenta ninguna información, ningún pensamiento, ninguna percepción, ningún relato de imaginación, ningún relato de otra persona que se oponga a nuestra presentación sensorial de los mundos separados del allí fuera y del aquí dentro. Miramos con escepticismo a las personas que nos dicen otra cosa, y lo más probable es que las tachemos de necios errados o incluso de locos.

Actualmente, muchos de nosotros, atrapados en este dilema entre la ilusión y la realidad, quisiéramos creer que la separación es una ilusión. En tal caso, tenemos suerte!.

Lo que sabían los alquimistas...

Las distinciones no son reales. Son los susurros pasajeros de una realidad potencial que todo lo alcanza, sutil y no expresiva. El mundo no está hecho de tareas separadas. La mente no está separada de la materia. Y tú no estás separado de ningún otro ser, animal, vegetal, vivo, muerto, o que sea aparentemente materia inanimada. El reino de los cielos y la isla del infierno se encuentran dentro de ti. Todo lo que has querido saber siempre se encuentra dentro de ti. Se encuentra dentro de ti una vasta potencialidad que se incita a sí mismo a levantarse y a convertirse en algo. Dentro de ti, como una serpiente enroscada que espera levantarse de tus sombras más profundas, se encuentra todo momento creativo que existe, que ha existido y que existirá.

Pero la marea acaba por bajar, como la del mar que baña las costas. El agua vuelve al mar. La orilla se hace valer. Todas las distinciones desaparecen tarde o temprano. Ninguna frontera perdura para siempre. Nada perdura. Todo vuelve al gran mar de la unidad. La vida, la muerte y todas las pautas se mueven de manera vibrátil. Puedes concebir esto como el principio imposible de vida/muerte.

Hasta el espacio y el tiempo (la palestra donde pasamos nuestras vidas) no sólo son reales, sino que son proyecciones que vienen de algo mucho más profundo y misterioso. Hasta esta misma palestra desaparecerá. Este pensamiento imposible, sin extensión espacial, no pensante, que no dura ni un segundo ni una eternidad, ni siquiera la menor pizca de tiempo ni el más largo de los eones, esta profundidad, esta luz/oscuridad que está más allá de lo que puede representarse como vacío, este principio paradójico de vida/muerte, este anhelo profundo, aparece como una nube, como un recuerdo, como una leve perturbación, y se desarrolla como tal. Pero a nosotros nos da la impresión de que cobra existencia sin más, sin el menor pensamiento ni aviso.

El gran oleaje, siempre ondulante, se hace valer una vez más. El mar baña la orilla. Es una ilusión producida por la necesidad misma de que el acto que da la existencia al universo requiere de esta ilusión.

Pero la requiere? Y si la noción misma de encontrar la verdad fuera puramente imaginaria?

Los antiguos alquimistas que percibieron el vacío.

La inseparabilidad es escurridiza; en la mayoría de los casos resulta imperceptible para nuestros sentidos, y es difícil de describir. No obstante, en todo el mundo antiguo hubo muchos alquimistas independientes entre sí que percibieron la presencia de este principio imposible, no dividido de vida/muerte que existen simultáneamente.

De manera no muy distinta de algunos científicos de nuestros días, de pensamiento profundo, que buscan en sus descubrimientos de nuevos principios de inseparabilidad el significado oculto de la vida y respuestas a los misterios del universo, los alquimistas buscaban maneras de salvar el aparente abismo que implica toda distinción. Buscaban el mal que estaba detrás de todo bien. Cuando quedaban convencidos de su visión, llegaban a creer que toda separación, descubierta o percibida, era ilusoria. Y por ello buscaron un camino que los condujera al reino de la inseparabilidad. Querían tener en las manos la paradoja de la existencia. Querían ver las dos caras de la moneda a la vez. Todo su trabajo, todos sus esfuerzos experimentales, tenían un único objetivo: destrozar la membrana de la separabilidad. Para conseguirlo no sólo debían trabajar en su arte alquímico, sino que debían trabajar también sobre sí mismos, replanteándose constantemente los límites de lo aceptable dentro de los que se sentían cómodos.

Disolver la antigua membrana.

Por tanto, la antigua alquimia tenía tanto que ver con el dominio de uno mismo como con el dominio de las leyes físicas de la naturaleza. Este dominio exigía paciencia, observación y, sobre todo, devoción. Un antiguo alquimista, Juan de Rupescisia, escribió en el siglo XIV que la alquimia es el secreto del dominio de fijar el Sol en nuestro propio cielo, para que brille allí y arroje luz, y el principio de la luz, sobre nuestros cuerpos.

Disolver la membrana. Los antiguos alquimistas buscaron disolver la barrera entre la realidad que ellos veían que era una ilusión, y lo imaginario que pensaban que era real.

Para descubrir este secreto, los alquimistas tenían que aprender a dominar el arte de disolver todas las barreras de la separabilidad. Entre estas barreras se contaban, sobre todo, todas las ideas o conceptos que apuntaran a una distinción sensorial entre el allí fuera y el aquí adentro. Por tanto, la membrana más notable que tenían que disolver era la que separaba la mente de la materia. Aspiraban a aclararse a sí mismos la invalidez de la distinción entre el mundo real y el mundo imaginal. Para ello, tenían que descubrir el modo de pasar de manera consciente y voluntaria de uno de los reinos al otro. Esta tarea no era sencilla a causa de la ley de la inercia.

La ley secreta de la resistencia: la inercia...

Para los alquimistas, la inercia no sólo llenaba aparentemente el mundo exterior, tendiendo a mantener las cosas en sus lugares respectivos y separados, sino que también llenaba el mundo interior del pensamiento y de la percepción, tendiendo a hacerles aceptar como hecho objetivo aquello que podía repetirse una y otra vez. El mismo Isaac Newton, que también era alquimista, descubrió el principio universal de la inercia, que lo llevó a formular las leyes mecánicas objetivas del movimiento.

Para conseguir la ruptura que supone superar la inercia mental se precisa una manera nueva de pensar. Con una forma nueva de pensar aparecen maneras nuevas de evaluar lo que pensamos. Y con estos nuevos instrumentos de evaluación surgen nuevas formas de sentir. Cuando hablo de sentir no me refiero a lo que se percibe por el sentido del tacto. Uso el término con el significado que le daba Carl Jung. Sentir significa pasar por un devenir asegurado y duradero, ser conscientes de una vivencia aquí dentro a lo largo del tiempo, pero sin ser conscientes del tiempo que dura este sentir; ser conscientes, a lo largo de un período de tiempo, de un tipo o cualidad concreta de un estado físico, mental o emocional. La cualidad duradera de un sentimiento tiene una importancia extrema en lo que sigue.

Cuando te ha surgido una nueva manera de sentir acerca de tus pensamientos, empiezas a percibir el mundo allí fuera con ojos nuevos: de manera creativa, informativa, nueva; como un niño. Con el surgimiento de nuevas sensaciones iluminadas, empiezas a tener intuiciones más profundas. Estas intuiciones surgen en forma de ideas, nociones, predicciones del futuro o reevaluaciones del pasado. Aparecen en forma de visiones. Y cada pensamiento nuevo instituye un ciclo. El ciclo recorre unas fases, como las del Sol y la Luna, del pensar al sentir, del sentir al percibir, del percibir al intuir, y ahí vuelve a comenzar el ciclo. La repetición del ciclo forma una energía vibratoria que se repite físicamente en el cuerpo. Si no hay nada que lo interrumpa, constituye un recuerdo al que se puede acceder, como quien acude a un barril de cerveza a llenar su jarra.

De esta manera cíclica se forman todos los recuerdos, se estabilizan todas las impresiones en forma de hechos, se forman todas las opiniones sobre el mundo y todas las opiniones sobre ti mismo en ese mundo. Cuando se interrumpe el ciclo, cuando se disuelve su hábito adictivo, comienza un nuevo ciclo. Como se verá, el ciclo completo tiene todo lo necesario para pasar a formar parte de la realidad: tiene inercia, tiene resistencia y si se alimenta de ciclos energéticos que están en fase con él, se desarrolla y vive. Si se desarrolla y vive sin trabas, se convierte en un arquetipo y posee al usuario con tanta seguridad como un demonio poseería a un filósofo medieval empeñado en penetrar en los secretos de Dios, cueste lo que cueste.

Un secreto así se revelaba continuamente a los antiguos alquimistas y los poseía. Se les aparecía en sueños o les surgía en sus pensamientos cuando ellos revolvían la materia en sus laboratorios. Recibían un atisbo de que lo que pasaba aquí, en la Tierra (en el mundo inferior), estaba vinculado con lo que pasaba en los cielos (el mundo superior), y de que lo que tenía lugar en el mundo interior de la psique transforma el mundo exterior de las estrellas, las personas, los lugares y las cosas. Habían visto cómo podía transformarse la información en materia. Y habían visto lo inverso. Habían discernido el principio de la vida y la muerte. Se habían aventurado en el vacío y habían traspasado la membrana de la inercia.

El misticismo antiguo y la ciencia moderna...

Podríamos considerar que estos antiguos místicos estaban errados. Quizás lo estuvieran, en el sentido de que no conocían la ciencia moderna. Pero en lo que respecta al principio esencial vida/muerte, daban en el clavo, hablando desde el punto de vista científico. Un mundo imaginal abstracto interior tenía que ejercer un efecto de causación sobre el mundo material exterior, y viceversa. Lo que es abajo es como lo que es arriba. Lo que es afuera es como lo que es adentro. Los estados soberanos de lo imaginal y de lo real están conectados entre sí estrechamente.

Este hecho de la naturaleza, que se sospechaba desde hacía mucho tiempo pero que se dudó y se enterró, vuelve a salir a la superficie en esta era basada en la ciencia a la que llamamos era de la información. Nos conduce a una visión nueva de la realidad; a una visión en que la realidad imaginal, subjetiva o virtual de la ciencia y la realidad física, exterior u objetiva de la materia están vinculadas entre sí inseparablemente. Como veremos en seguida, este vínculo trasciende el tiempo y el espacio.

Dado que este vínculo es exterior al reino espacio-temporal, muchas personas inteligentes creen que la respuesta al acertijo de la relación entre el mundo exterior de la sustancia y el mundo interior del conocimiento no se encuentra en el mundo de la ciencia, sino que debe buscarse únicamente en el mundo metafísico de la espiritualidad. No obstante, y tal como veremos aquí, estos dos mundos están unidos entre sí, fuera del espacio y del tiempo, para constituir una visión del mundo única, constituyendo una unión tan íntima como la del propio espacio y el tiempo en la teoría de la relatividad de Einstein-Minkowski. Están vinculados tan estrechamente como la mente y la materia, como lo real y lo imaginal. La mente no está en el cerebro; el cerebro no está en la mente. Podemos concebirlos, en cierto sentido, como dos países fronterizos, o como regiones o hemisferios del mundo. Desde perspectivas separadas, cada uno puede considerarse como si estuviera contenido por el otro. Desde el exterior, aparecen como una unidad.

Aun actualmente nos resulta difícil creer que el mundo imaginal ejerce un efecto de causación sobre el mundo real. Por otra parte, nos cuesta poco trabajo creer que el mundo material influye sobre el mental. Al fin y al cabo, sabemos que las drogas y los medicamentos que alteran la mente pueden hacer cambiar los estados de ánimo, hacer que el dolor se disipe aparentemente e incluso aliviar las enfermedades. La medicación puede transformar el cerebro de una persona que padece esquizofrenia de manera que produzca una mente de funcionamiento aparentemente normal.

La locura de los alquimistas...

Hoy día no está muy clara la frontera que separa al loco del ingenioso. También los antiguos alquimistas tenían que cargar con la etiqueta de locos. Todo lo que tocaban los alquimistas quedaba rodeado de una aureola de locura. De hecho, para muchos que presenciaban sus actos, ser alquimistas era estar loco. Esto se debía a que para conseguir sus aparentes milagros los alquimistas debían viajar a lugares de la mente a los que pocos se atrevían a llegar. Y según la leyenda, al llegar allí tenían que hacer frente a un embaucador, a un engañador, que estaba en la frontera que separa la realidad de la imaginación, iluminada por la Luna.

Pero cómo conseguían realizar los antiguos alquimistas su aparente magia? Cómo cruzaban la frontera, sorteando al embaucador que estaba siempre presente en el límite? No cabe duda de que, metafóricamente, debían dejarse guiar por la luz de la Luna. Y tenían que esperar ver al embaucador, que los dejaría pasar cuando ellos lo hubieran reconocido como a una imagen de sí mismos.

Su visión del mundo iluminada por la Luna, toda su manera de ver el mundo, suponía que:

Cielo arriba
Cielo abajo
Estrellas arriba
Estrellas abajo
Todo lo que es arriba
También es abajo
Capta esto
Y regocíjate.

Los alquimistas veían los mundos superior e inferior como analogías de los mundos interior (personal) y exterior (externo), de lo que hoy llamamos lo subjetivo y lo objetivo. En nuestra nueva alquimia, estos mundos están conectados por líneas de relato múltiples, por historias de posibilidad relacionadas con la idea de la física cuántica de los caminos de acción. Resulta que podemos alterar estas líneas de relato con sólo que nos arriesguemos a plantarnos cara al embaucador en cada uno de los puntos del camino.

Cuando te desplazas por tu propia línea de relato, los objetos mentales (los contenidos de una realidad virtual dentro del reino subjetivo, que suelen aparecer en tus sueños como personajes oscuros) cobran vida y se te aparecen como nuevas imágenes, pensamientos, sentimientos e intuiciones. Estas imágenes te pueden arrastrar como si te llevara una ola gigante.

La línea de relato conecta el mundo de allí fuera con el mundo de aquí dentro. La onda de la vida desplaza al yo desde los objetos mentales de la línea de relato hasta el reino físico, donde anima las contrapartidas materiales. Entonces, las contrapartidas materiales reaccionan y devuelven por esas mismas líneas de relato una onda reflejada que establece una conexión entre la realidad virtual interior y el campo físico exterior. Esta respuesta de onda imaginal de iniciación/onda física reflejada produce un bucle en el tiempo, en el que la actividad física se produce antes o después de que aparezca el objeto mental. Cuando la actividad física se produce después, tú lo experimentas como el cumplimiento de un deseo. Cuando se produce antes, lo ves como un dejá vu, o tienes una sensación interior de saber lo que va a pasar.

Acuérdate del primer ser, Adán Kadmón. De sus ojos, boca, nariz y oídos emanó la luz primigenia ilimitada. En un gran misterio abrumador, surgieron entonces de la nada unos recipientes especiales que recogieron esta luz primigenia. Estos recipientes eran materia primigenia o seminal. Eran los primeros actos de limitación.

Para convertirte en este Adán debes ser consciente de este misterio de la luz contenida. Debes acceder a la línea de relato del tiempo, acudir al pozo de lo imaginal y dar el primer paso hacia la magia y hacia un despertar sagrado. Este paso fue y es el principio de algo, en lugar de nada. Fue y es el acto primigenio de la creación. Fue y es la formación de la herramienta más poderosa que se ha creado jamás: la palabra...

Fred Alan Wolf...

La Realidad...

 


Enfréntate a la realidad como un niño pequeño, abandona la idea preconcebida,sigue con humildad cualquier abismo adonde la naturaleza te conduzca o no aprenderás nada...

Thomas Huxley...

Auto-Conciencia...

 


"Si se logra entender la relación íntima entre nuestras acciones y sus consecuencias para uno mismo y los demás, nos transformaremos automáticamente en cuidadosos y concienzudos. Esto es lo que significa tener auto-consciencia. " Lama Yeshe...

Creo...

 



NO CREO en conseguir a una persona que nos “llene la vida”, CREO en una vida llena para poder compartir la felicidad con otra persona. NO CREO en que el amor lo genera alguien, CREO en que el amor está en nosotros, si hemos llegado a crecer lo suficien …te como para desarrollarlo y mantenerlo, y que de pronto se dispara por personas que comparten pensamientos y sentimientos.
NO CREO en la exclusividad de dar y estar, CREO en una actitud frente a la vida integral, con diferentes expresiones pero sin condiciones. NO CREO en el “amor” a primera vista ni en “creer en alguien” en muy poco tiempo, CREO en hablar el mismo idioma, en el “feeling”, en la comodidad de estar cerca, en conexiones de energía, como los ríos que se unen en un mismo curso.
NO CREO en el amor de hoy prometido para toda la vida, CREO en el respeto y en la sinceridad. En el amor maduro que nos deja espacio para crecer juntos… CREO en el amor que dos deciden, en el amor que nos da la gana de compartirlo… sin presiones… sin exigencias.
NO CREO en esfuerzos “unilaterales” por llegar. CREO en la naturaleza del fluir y coincidir. El estar centrados para escuchar hasta donde podemos llegar. Para equilibrar sin sufrir. NO CREO en amar sufriendo, CREO en amar con armonía. En que el amor es más y nunca menos. En el “te quiero” sin porqué…… NO CREO en amores que coartan, en amores que frenan. CREO en las relaciones que nos apoyan en los malos momentos, que leen la mirada… que sonríen con el alma… que están…!
NO CREO en callarse por no dañar…, CREO en la comunicación como la mejor vía para construir, coincidir y decidir. CREO en la absoluta sinceridad al decir “te amo” y también al decir “me voy”. CREO en que la vida la construimos nosotros y CREO en la frase que dice…”La vida es 10% lo que nos sucede y 90% cómo reaccionamos a ello”, y lo único que nos puede asegurar que así sea, es tener la valentía de enfrentarla sin miedos en el presente ya que el mañana podrían no estar… CREO completa y ciegamente en el AMOR Puro, integro, incondicional, cálido, ése que es tan profundo, como sensación, como belleza, como entrega, que en esencia no se diferencia del maternal, del fraternal, de la amistad, del de pareja. CREO que debemos asegurarnos cómo lo hacemos llegar, porque nos toca puntos distintos, pero al final es uno solo… el que está en nosotros como consecuencia de tener mente, emoción, sentimientos y corazón.

Antonio Ruiz Suñer...

Votos de Bodhisattva...

viernes, 8 de julio de 2011

 


Que pueda ser un guardián para los que necesitan protección, una guía para los que caminan, un bote, una balsa, un puente para los que desean atravesar un río...

Que pueda ser una luz en la oscuridad, un lugar de reposo para los que están agotados, una medicina sanadora para todos los que están enfermos, una vasija de abundancía, un árbol de milagros...

Y para las innumerables multitudes de seres vivientes, que pueda aportarles el sustento y la iluminación perdurables como la tierra y el cielo, hasta que todos los seres se liberen del sufrimiento y todos estén despiertos.

Shantideva...

Ensayo sobre la certeza...

jueves, 7 de julio de 2011

 




Equivocarse es al fin una opción más.
Porque no?
En que manual de instrucciones dice que siempre habrá de lograrse el paso a paso con éxito?
La exepción a la regla merece la imperiosa necesidad de ser ejercitada.
El quiebre de las normas, ayuda a comprenderlas, a desligarse de ellas, a poseerlas, a hacerles culto, a detestarlas...
A adjudicarse las propias y desterrar las inútiles.
No existe la desición perfecta, ni la acertada.
Nunca sabremos con exactitud, lo que deberíamos haber hecho.
No nos es dada la certeza de las pequeñas cosas.
Ni la simpleza del camino correcto, ya que debiera definirse el termino correcto y su inclusión en el lenguaje humano, adjudicaría a cada motivo tantas opciones como personas.
Ni siquiera la adecuada toma de desiciones, nos revelará formulas mágicas.
Porque es posible, que a pesar de la experiencia, una y otra vez, perdamos la convicción de haber elegido bien o tropecemos por costumbre y varias veces, con la misma piedra.
Es que al momento de definir, estaremos solos... Seremos un punto en el espacio insignificante de las dudas...
Quizás solo nos tienda una mano cálida la intuición.
Pero la deriva, retardará la desición con su falta de brújulas.
Congelará nuestra respiración al minuto de decidir...
Definiciones que pueden cambiar, tal vez, y a través de un monosílabo el curso de nuestras vidas.
La corriente hacia donde se dirige el agua torrencial de nuestro río...
La meta hacia el encuentro de dos minutos de felicidad. Sin atajos, por la autopista directa. Sin peajes ni condiciones.
El corazón no sabe de razones, como el alma no entiende de conveniencias y cálculos.
Se piensa o se siente.
Ambas cosas solo desnudarán incompatibilidad de acción.
Confusión en alza. Incertidumbre estática. Parálisis sin sentido.
El consuelo se vislumbra al entender que todo pasa, el tiempo y el porque de las cosas estan condicionadas a una duración propia que decantará quebrando indefectiblemente la eternidad de la pregunta.
El sí, no tardará en llegar.
Nos es dada solo una vida.
Somos responsables de volverla diamante pulido, volcán en erupcción, ruleta rusa o planicie en el desierto.
No podremos, los humanos, pasar el resto de los días sumergiendo la búsqueda de los sueños en las equivocadas aguas de la conformidad...
No es justo engañarse tanto...
No es acertado, enceguecerse ante la maravillosa posibilidad de tomar vuelo...
No es adecuado por miedo a vivir, matar antes del intento...
Apenas puede uno sostener, lo que opacado por la verdad, no tardará en caer...

Coni Salgado...

BOTAS NUEVAS ...

 


De pronto, caminaba por la calle y pensaba...

¿Qué lleva a esperar que otros nos aprueben ideas compartidas o nos refuten pensamientos inválidos?

¿Por qué las personas esperan respuestas, por pequeñas que sean, y en ocasiones, sin haber formulado ninguna pregunta?
Y aún así, es necesaria la comunicación, porque el silencio sabe a desprecio...

¿Qué hace el hombre con su vulnerabilidad, con su perjuro de estar en ninguna parte, y desear estadísticamente a cada una en cada lado y a cada lado, centrando en él todas las miradas ...?

Y..Qué hay de la mujer, con su eterna necesidad de ser amada... de ser única ante los ojos del hombre que la derrite, aunque disfrace la tristeza y sepa en lo profundo de su sexo que no existe tal verdad, que se inclina a una utopía con reminiscencias de mundos fantásticos y cuentos de hadas desterrados por los tiempos que corren descartables...

Lo cierto, es que de un segundo al otro, las luces de los autos me enceguecieron, la noche caía tíbia sobre mis párpados húmedos, crucé la cartera de cuero marrón a través de mi cuerpo y olvide todo lo que acabo de escribir...

Y seguí caminando, como siempre…
Miraba el suelo cuando las baldosas rotas me asignaron el camino desviándome a la entrada del local.
Ingresé al espacio amplio iluminado, y me compré un par de botas color púrpura.
...Y ya no me importo el precio, ni el hombre, ni mis preguntas, ni la pobreza mundial, ni el desfasaje de valores cayendo torrencial sobre mi tarjeta de crédito ardiente de cuotas imposibles ... el consumismo me tomó por las narices induciéndome a acreditarme de posesiones materiales de moda carentes de sentido
verdadero...incomparables al valor de los sueños de tu boca en mis labios míos, tan tuyos...

Y a pesar de esta reflexión ausente, al momento exacto del despliegue de la estúpida debilidad femenina, y catárticamente y casi sin probarlas dije : me las llevo!

Tengo ahora botas nuevas para caminar la vida... y demasiadas preguntas pisándome los talones...

Coni Salgado...

El guerrero...

 


Para los guerreros de la luz, no hay tal cosa como amor imposible...
Ellos no se dejan intimidar por el silencio, o por el rechazo...

Ellos saben que - detrás de la máscara de hielo la gente usa - hay un corazón de fuego...

Es por eso que los guerreros afrontan riesgos, más que otros...

Que incansablemente buscan el amor - incluso si esto significa escuchar, muchas veces, la palabra "no", regresar a casa derrotado, sentirse rechazado en cuerpo y alma...

Los guerreros no dejan que el desaliento los venza... Sin amor, la vida no tiene sentido...

Paulo Cohelo...

CUANDO AMAS LO QUE ERES

 




Cuando amas lo que eres,
no hay cosa inconquistable ni inalcanzable. Cuando realmente te amas a ti mismo, vives solamente en la luz de tu propia risa y viajas solamente por el camino de la alegría. Cuando estás enamorado de ti mismo, entonces, esa luz, esa fuerza unificada, esa felicidad, esa alegría, ese jubiloso estado de ser, se extiende a toda la humanidad. Cuando el amor abunda dentro de tu maravilloso ser, el mundo, con todos sus desagrados, se convierte en algo hermoso, y la vida se llena de sentido y alegría. No hay amor más sublime en la vida que el amor del Yo.

No existe amor más grande, pues a partir del abrazo del Yo existe la libertad. Y es en esa libertad donde nace la alegría. Y gracias a ese nacimiento, Dios es visto, conocido y abrazado. El amor más profundo, más grande y más significativo es el amor del Yo puro e inocente, la magnífica criatura que se sienta entre la paredes de la carne y que se mueve y contempla, crea, permite y es...

Y cuando tú ames lo que eres, sin importar cómo seas, entonces conocerás esta magnífica esencia que yo amo, que se haya detrás de todos los rostros y dentro de todas las cosas. Entonces amarás como Dios ama. Así es fácil amar y perdonar. Así es fácil ver a Dios en toda la vida...

Ramtha..

La Voz del Universo...Ciudades Intraterrenas...

 


Interior del Planeta:



Bajo la corteza del planeta existen dos grandes continentes: Agarta y El Dorado. La entrada principal del continente Agarta se encuentra en el Polo Norte, mientras que la de El Dorado, se encuentra en el Polo Sur. Los dos continentes comunican por medio de túneles subterráneos, recorridos con aparatos, científica y tecnológicamente, perfectos.



El Dorado, aún siendo hasta hoy la ilusión y el sueño no satisfecho de numerosos exploradores, no ha surgido de la calenturienta imaginación de algún soñador, no es fruto de la fantasía, no es mito ni simbolismo: El Dorado existe realmente, cual ciudad subterránea, de ciencia ficción, forjada en oro purismo ha sido construida mucho tiempo antes de la desaparición de la Atlántida -todavía antes de que los habitantes de aquel continente degenerasen-, utiliza ciencia y medios recibidos de los confederados intergalácticos, señores de la luz, de las características multidimensionales.



Su base operativa se encontraba en la isla de Poseidón, con el fin de instruir a los Atlantes sobre la Ley Cósmica y para realizar los presupuestos ideales con el intento de integrar al planeta Tierra en la confederación. Su progresiva degeneración impidió tal proyecto.



Algunos Atlantes realizados, no contaminados por la degeneración fueron, por su elección, destinados a poblar El Dorado. A otros, no suficientemente idóneos, les fue concedido emigrar, antes de que aconteciese el cataclismo, a oriente y a occidente -América Central, África Oriental, Egipto, Mesopotamia-.



Actualmente, en El Dorado, existen una fecunda colaboración y una imponente actividad con el fin de salvar al planeta de una catástrofe nuclear.



La “Ciudad de Oro” es una parte de aquel paraíso terrestre, otro mítico lugar de bíblica memoria, perdido por la humanidad, y que tiene vida propia, independiente de la vida en la superficie, alimentada por la energía de un sol central, artificial, emanando luz dorada; este se encuentra en el corazón del planeta. Con una lujuriosa y rica vegetación, con lagos y ríos de agua cristalina purísima, con animales pacíficos y serviciales, con edificios confortables tutelados por estructuras de seguridad, de ciencia ficción, contra eventuales actos vandálicos de los terrestres, e instruidos por dinamismos particulares.



Sin embargo, El Dorado no está totalmente aislado del resto del planeta; tiene numerosas vías de comunicación, amplios y comodísimos túneles que permiten a los sofisticadísimos medios, de que dispone la Ciudad de Oro, alcanzar la superficie. Las principales salidas, las más utilizadas comúnmente por sus habitantes para sus misiones, son los dos polos. Otras salidas secundarias existen en muchos puntos de la Tierra, entre ellas, el Triángulo de las Bermudas y el lago Titicaca de Perú.



En El Dorado también existe un cosmo puerto capaz de acoger numerosas naves espaciales provenientes de los espacios externos.



Algunos exploradores de nuestro tiempo, aventurándose en las inmensas extensiones de hielo del Ártico y del Antártico, a la búsqueda, posiblemente, del punto focal de los Polos, narraron haberse encontrado fortuitamente ante una población de gigantes y de haberse adentrado en una zona rica en vegetación lujuriosa, no ciertamente polar, iluminada por una radiante luz dorada proveniente de una fuente, para ellos desconocida y acariciada por un clima benignísimo de eterna primavera. Naturalmente sus relatos fueron tomados como fantasías o alucinaciones. Pero no son pocos los testimonios de algunas poblaciones del Ártico, que, a menudo, narran ver enormes astronaves salir y entrar en lugares misteriosos de los que no encuentran trazas; mientras las poblaciones peruanas de las zonas andinas narran encontrarse periódicamente, desde tiempo inmemorial, con los Señores de la Luz, de dialogar con ellos llamándoles grandes padres, de recibirlos como huéspedes de honor y, sobre todo, de saber quiénes son y de donde provienen. Se ha hablado, repetidas veces, de hombres dioses, de descendientes de las razas del pasado, de instructores de la humanidad presentes, de incógnito, sobre la tierra. Gracias a las revelaciones de estos enviados especiales, instructores del mundo, sabemos que el pueblo del El Dorado está compuesto, en su mayoría, por terrestres, cuidadosamente elegidos, viviendo en fraterna comunión con habitantes de otros planetas que hacen parte de la confederación. Las coordinaciones de todas las estructuras sociales están confiadas a científicos, entre los cuales figura el eminente físico Ettore Mayorana y otros colegas suyos, desaparecidos misteriosamente de la superficie de la tierra. Con ellos trabajan otros científicos de la Confederación, a quienes será confiado el cometido, un mañana, de dirigir y administrar la evolución científica del planeta.



El pueblo de la Ciudad de Oro además de disfrutar de la libertad incondicional de atravesar tiempo espacio, también disfruta el privilegio de transmitir un particular código genético G.N.A. a los que van a nacer, los cuales conservan la incorruptibilidad.



En casos excepcionales, o cuando determinados programas lo exigen, algunos de ellos pueden salir a la superficie, confundirse con los hombres de la tierra volviéndose irreconocibles, vivir sus costumbres, escoger una mujer seleccionada antes y particularmente predispuesta, y fecundarla con el fin de introducir en el lugar seres portadores de su genética evolutiva.



Tal proceso acaece en ciclos particularmente importantes, referentes a la evolución de la humanidad, y esta fecundación ya está en curso desde hace años. En este final de siglo se han realizado muchas manipulaciones genéticas, de notable interés, en los que van a nacer.



Hay intervenciones directas e intervenciones indirectas: las primeras son intervenciones realizadas directamente por el pueblo de El Dorado, las otras son intervenciones realizadas a través de sujetos, masculinos, terrestres idóneos para transmitir el semen de la genética superior.



Las intervenciones indirectas, sin embargo, pueden malograrse.



Los regidores de esta obra cósmica son los Elohim, potencias creadoras de forma y sustancia, patrones de la luz y portadores de la Inteligencia Omnicreante. Son arquetipos y guías de la Confederación Intergaláctica. Su naturaleza es astral y poseen capacidades multidimensionales. Viven en los astros pero, si quieren, pueden crearse un cuerpo físico. Son ellos que han hecho al hombre a su imagen y semejanza.



En la Ciudad de Oro no existen ni templos ni iglesias, no se ofician ritos, ni se realizan cultos, ya que la ley, la religión del pueblo de El Dorado es:“ama a tu prójimo como a ti mismo”, la justicia, la paz, el amor, la fraternidad están en el corazón de todo habitante.



El Dorado, en un futuro ya próximo, volverá a emerger, del corazón del planeta, para acoger al nuevo pueblo y a la nueva civilización, mientras las tierras de la actual “civilización” terrestre conocerán la profundidad de los abismos en el cíclico alternarse de la Ley de Flujo y Reflujo, cual purificación y “renovación” de toda cosa.



Hoara Comunica:



“Cuando la existencia del hombre terrestre comenzaba a instruirse en forma organizativa social, sobre el planeta Marte, como vosotros lo llamáis, ya existía, desde hacía tiempo, una floreciente, madura civilización instituida e instruida por un grupo de colonizadores provenientes de la Confederación Intergaláctica, de la cual nosotros hacemos parte desde hace quince mil millones de años de vuestro tiempo.



El pueblo atlantideo primero y los egipcios después, recibieron de estos colonizadores válidas relaciones de conocimiento, tanto sobre la astrofísica como sobre la metafísica. También tuvieron nociones bien precisas sobre otros campos del saber cosmo físico y cosmo dinámico. Con precaución, al pueblo atlantideo le fue concedido el conocimiento de una “particular ciencia espacial”, de una técnica capaz de psiquizar la materia aparentemente inerte y de efectuar alquimias y otras.



Pero, ya que prevaleció la naturaleza corruptible del hombre y de sus perversos instintos, las precauciones tomadas fueron puestas en evidencia. Los Elohim, los únicos a poder decidir, sentenciaron una severa intervención punitiva, después de haber concedido, a la parte mejor y realizada, el ponerse a salvo.



Y, he aquí a los egipcios y otros emigrantes en América del centro y del sur, con todo su equipaje cultural, a su tiempo recibido y nuevamente manifestado.



La fuerza degenerante, desgraciadamente, sólo estaba amodorrada.



Cuando los primeros astronautas terrestres pongan pie sobre el planeta Marte, tendrán el modo de reestructurar esta historia. Recibirán la sorpresa de no poder considerarse los únicos seres inteligentes de todo lo creado.



Tendrán la posibilidad de meditar y deducir...”


Tomado del libro:El Águila de Oro-Eugenio Siragusa

La vision penetrante...

 


Observación pura, lucidez alerta, escucha vigilante, llamada de atención, son términos usados por Krishnamurti para designar este instrumento por excelencia del despertar. La atención se despliega como un estar-en-el-mundo-en-el-instan​te, la presencia a lo que es, sin pantallas y sin máscaras. Lugar de un escuchar infinito donde el mundo no se repite jamás, donde “el pensamiento más profundo ama la vida más viviente”.

Acogida plenamente sensible de lo que nos rodea, contemplación y compasión, la atención es al mismo tiempo – en el mismo flujo – investigación apasionada de sí mismo. Y por esto, el espacio de una libertad posible. En efecto, es por el contraste con la atención que se descubre nuestro apego a las interferencias del ego. Ver, en el mejor sentido de la palabra, es liberarse de ello. Este ver pone en juego una acción que ya no se fundamenta en la sola punzante repetición del pensamiento. Esta manera soberana de ir en cada instante a lo más verdadero, no exige – paradójicamente – ni esfuerzo ni voluntad. Ello se cumple de hecho en el olvido del yo, “en el olvido de las palabras”. Es a la concentración – percibida aquí como el estrechamiento del campo de la consciencia con fines egocéntricos – lo que el diseño libre es al diseño impuesto:

“Cuando pones realmente atención, no hay una acción fundamentada en la memoria. En cambio, si te concentras, tú haces un esfuerzo, actuando siempre a partir de la memoria, como un tocadiscos repetitivo”

Donde la concentración cierra, la atención abre. La una empobrece, la otra acrecienta. La una quiere circunscribir, la otra busca comprender. La una filtra el mundo a imagen de la persona, la otra no tiene más objeto que su despliegue impersonal. Para Krishnamurti, ver es percibir en el espacio de un instante la verdad de un evento:

“El acto de ver es instantáneo, no es “yo aprenderé a ver”. Si tú dices “yo aprenderé”, tú ya has introducido el tiempo”.

Para que esto pueda surgir, uno no se ejercita. La lucidez no podría ser el fruto de un procedimiento habitual:

“Estar lúcido, observar simplemente tus pensamientos, saber simplemente lo que piensas y sientes, sin condenación, sin defensa, sin justificación. En la lucidez no hay un llegar a ser, sino simplemente observación, una observación silenciosa.”

Quién podría no hacer oídos sordos a lo más viviente, a lo más verdadero de sí mismo? Quién podría conocerse en la forma más simple y completa?

“Debes tener la capacidad de explorar, no aquella capacidad que se adquiere con el tiempo como el aprendizaje de una técnica, sino esa capacidad que brota cuando estás verdadera y profundamente comprometido, porque descubrir es una cuestión de vida o muerte…”

Quien está atento es como un aprendiz, más allá de toda medida. Es el alumno de la realidad en estado de escucha extrema. Presto a esa “no-saciedad de lo esencial” que evoca Simone Weil. Plenitud fundamentalmente desinteresada – se piensa en el “sin finalidad y sin provecho” del budismo zen o en “la acción sin fruto” predicada por el Bhagavad Guita – tan presente a su objeto que no hay lugar en ella para
un sujeto.

“Ve lo que se produce cuando se observa con todo el ser, con la totalidad de la energía. Verás que en esa intensidad no existe el observador; no hay más que atención. Es la inatención la que separa al observador de la cosa observada.”

En Krishnamurti, todo cuestionamiento brota de una lucidez constante de un hecho (estamos atados a las cosas, somos violentos, envidiosos, temerosos, etc.) y no de una idea. Y para comprender este hecho, es necesario observarlo de frente, sin demora ni rodeos, concederle una atención total e instantánea, fuera de toda esa red de fugas y evasiones que hemos tejido:

“Sólo se puede enfrentar un hecho en el presente. Si no se le permite estar presente, porque se huye de él, no se podrá reencontrarlo jamás.”

Así – y esto cada uno puede verificarlo – huir del temor no hace más que acrecentarlo. Al contrario, quien está plenamente presente, cara a cara con lo inmediato, no conoce el temor, “Si te entregas a tu propia presencia, no hay lugar para el temor”. Este sólo puede surgir cuando interviene el pensamiento. La verdadera inteligencia, según Krishnamurti, no es más que la total liberación del temor.

“Mientras no se esté liberado del temor, se pueden escalar las más altas montañas, inventar toda clase de dioses, igual se vive en las tinieblas.”

Uno recuerda la frase apaciguadora que lanza Jesús a los apóstoles sobre el Monte Tabor: ” No tengáis miedo !” (Mateo 17, 7). A quien le interroga: ” Podré ser liberado del temor ?, Krishnamurti responde:

“Tú eres el temor; tú y el temor no sois dos cosas separadas. La separación no es más que el temor mismo. Cuando veas que tú eres el temor, que tú y él no son dos cosas distintas, el temor desaparece. Entonces, ya no son necesarias las fórmulas y las creencias, porque no se vive sino con lo que es, y con la verdad de lo que es.”

Cambio total, reversión, reflexión. Por qué tengo miedo? Porque el miedo es parte integrante de mí. Si yo soy el miedo, ningún otro yo podría actuar sobre él, negarlo, rehusarlo, reprimirlo, combatirlo… Yo no puedo más que observar, sin proyectos ni prejuicios. “La atención misma que se concede a un problema – insiste Krishnamurti – es la energía que lo resuelve”, La intensidad de la observación, anulando la distancia entre
el miedo y el yo, pone fin en el acto a la dualidad. Dicho de otra manera, la energía, concentrada por entero en la observación, deja de nutrir la influencia del miedo. Nace otro movimiento, un no -movimiento por el cual el observador no se experimenta ya como separado de lo observado. A los ojos de aquel que ve, la impresión que nos hace el mundo no es diferente del peregrinaje al interior de sí.

Para Krishnamurti, mientras no tratemos de ver más allá del yo, no podremos encontrar aquello que no tiene principio ni fin. La sola enseñanza verdadera es: “Examínate, obsérvate y supérate”.

Extirpar las raíces del miedo, es justamente penetrar de un extremo a otro nuestro teatro de sombras para confrontarse con lo que es. En este sentido, la atención es percepción de la verdadera naturaleza de las cosas, a la vez una apreciación y una visión penetrante, pero quién ve si no la visión? Tal como no hay pensador observando el pensamiento, porque el pensador es el pensamiento, la visión aparece cuando desaparece el observador, “este constructor de imágenes, esta colección de memorias y de ideas, este paquete de abstracciones”. Quién medita si no la meditación?

“La meditación pone fin al pensamiento, pero no por la acción de aquel que medita, porque el que medita no es otro que la meditación… Deja que esta cualidad meditativa venga a ti. Si ella no viene, no la persigas”.

Es un llamado fluyente que se opone a la crispación de una vía puramente intelectual, en la que el espíritu está literalmente separado del corazón. Visión de conjunto, toma de consciencia “sin elección”, es decir, sin ajustarse a un modelo particular, más allá del gusto o disgusto. “La visión penetrante no deja cicatrices en la memoria.” Reversión de nuevo, No sabríamos ir de lo conocido a lo desconocido, pero, desde que tenemos consciencia, estamos preparados para lo desconocido. Posibilidad inaudita de un descondicionamiento tan absoluto como instantáneo. En la apertura de la atención florece simplemente la libertad, la cual es siempre inicial e iniciadora,

“Reflexionar sobre la posibilidad de ser libre no nos lleva a ninguna parte, Se debe comenzar por ser libre.”

Extraìdo de:La vision penetrante de Krishnamurti...

EL SENTIDO OCULTO DE LA VIDA....

 




El Universo, de alguna forma, ya sea según las modernas teorías del Big Bang, o las antiguas teorías religiosas que afirmaban que había salido de una parte del rostro de Brahma o había sido creado por determinado Dios, alguna vez tuvo comienzo. El Universo está en marcha...

Los antiguos pensaban -y los filósofos podemos corroborarlo con nuestro pensamiento- que aquello que los hindúes llamaban Sadhana, el sentido de la vida, existe, porque está presente en todos los seres vivos.

Siempre trato de que mis discípulos observen el fuego y el agua: si vertemos un poco de agua en cualquier sitio, esa agua empezará a caer, o bien a desplazarse, a marchar; tiene una sabiduría, está buscando algo, va hacia algún lugar, y marcha, marcha sin detenerse; y cuando no puede marchar en línea recta, se desvía, hace meandros, rodea las piedras y las montañas hasta llegar inexorablemente al mar. ¿Y qué pasa cuando llega al mar? El calor evapora el agua y se forman nubes; esas nubes flotan en el aire hasta que, en determinado momento, caen convertidas en lluvia. Y otra vez en agua, y cuando cae al suelo busca de nuevo llegar al mar. Y si el agua tiene esa sabiduría de poder vivir, buscar, encontrar, sublimarse, volver otra vez por más experiencias y culminar ese ciclo, ¿por qué nosotros no hemos de responder a la misma ley de la Vida? Si incluso nuestro cuerpo está hecho en gran parte de agua, ¿por qué no buscará también el mismo fin, y por qué nuestra alma no irá, como dice Plotino, al Alma del Mundo, a algún plano, en alguna vibración donde esté más cómoda que aquí?

No será similar esto de encarnar y desencarnar, de nacer y morir? Cuando nacemos, hay como una nube que de alguna manera condensa nuestras almas en gotitas; cada uno somos una gota, y esas gotas se reúnen, caminan, todos juntos formamos sociedad, nos unimos,formamos grupos, hasta que llega el momento en que desembocamos en ese mar donde «aparentemente» nos disolvemos. Y tal vez haya una Fuerza cósmica que nos eleve otra vez, que nos convierta de nuevo en aquellos espíritus que descienden sobre la Tierra.

Lo que expongo es una posibilidad lógica, aunque en la Antigüedad era considerada una verdad irrebatible. Hay una muy vieja hipótesis que afirma que todo esto tiene una razón, porque si no fuese así, ¿no pensáis que la Vida sería de una crueldad inmensa? Estaríamos en medio de una verdadera locura. Imaginad: nos ponen en el escenario del mundo, en España, en Tanzania o en cualquier lugar en que hayamos nacido; aparecemos, somos niñitos, nos dicen éstos son mamá, papá, tío, abuelita; nos llevan al colegio, estudiamos, vivimos, amamos, odiamos, tenemos problemas y cuando aprendemos a vivir, la misma mano que nos trajo, nos empieza a sacar de la vida. Cuando tenemos más experiencia, cuando realmente podríamos manejar las cosas, entonces nos quitan y nos vamos.

Si todo esto no tuviese un sentido, si no tuviese una continuidad, este mundo estaría loco...

Observemos una planta, la más normal, cualquiera que tengáis en vuestras casas y veréis la inmensa inteligencia con que fue diseñada. Hoy se habla de los paneles térmicos para aprovechar la luz solar, sí, pero desde el período precarbonífero ya había paneles térmicos para aprovechar la luz solar: eran las hojas de las plantas. Las hojas de las plantas aprovecharon la luz solar para la fotosíntesis; además, a través del sistema de capilaridad (descubierto por los físicos hace pocos cientos de años), las plantas pueden lograr que sus jugos vitales vayan desde las raíces hasta las hojas, se renueven y bajen de nuevo hasta las raíces; o sea, que todo está tremendamente, magníficamente pensado. Detengámonos ahora en un animal, por ejemplo una pantera o un tigre. ¿Por qué el tigre tiene rayas, por qué la pantera en Brasil tiene manchas? El tigre tiene rayas porque vive entre los bambúes y configuran un camuflaje que hace que no se le vea prácticamente. La pantera de Brasil tiene manchas porque vive en una selva donde hay flores, hay hojas, y esas flores y hojas de distintos colores oscuros y dorados, hacen que ella se confunda también dentro de ese panorama.

Todo esto quiere decir que hay otras inteligencias que las nuestras que están pensando, o han pensado, los Arquetipos que rigen a las plantas y a los animales. ¿Y qué me decís, por ejemplo, de los minerales? ¿Habéis visto las rocas, las piedras, los cristales, habéis visto de qué manera están perfectamente diseñados, mejor tal vez que la Gran Pirámide? ¿Y cómo es que la Naturaleza, con una sola sustancia, el carbono, ha podido crear el confuso granito y el transparente diamante? Eso demuestra que hay un pensamiento a través de toda la Naturaleza que nos rige, que todo está perfectamente pensado.



Aquel o Aquello que ideó las curiosas tracciones que permiten moverse a las amebas, que los pájaros tengan los huesos huecos para ser más livianos y poder volar, que diseñó las escamas de los peces para que puedan penetrar más fácilmente en el agua, que les dotó de una vejiga natatoria para subir y bajar como los modernos submarinos; aquel que ha pensado todo eso, ¿por qué no habría de haber pensado no sólo nuestra constitución física, sino también nuestra constitución psicológica, mental y, ultérrimamente, nuestra finalidad?

¿Por qué creer que esta Inteligencia Cósmica se ha preocupado por las plantas, los animales, los minerales y no se ha preocupado por los hombres, si nosotros también somos seres vivos? La Vida existe y está pensada por Alguien, por Algo, está perfectamente calculada. ¿Por qué? ¿Para qué se ha utilizado tanto y con tanta intensidad el Pensamiento en dar a todas las cosas esta armonía maravillosa? Tiene que ser para algo. Nadie hace un puente si nadie va a caminar encima.

Nadie hace un barco si nadie va a navegar en él. Nadie hace una silla si nadie se va a sentar en ella. Es evidente que nuestra construcción orgánica y la construcción orgánica de la Naturaleza, están hechas para algo, para ser aprovechadas por algo que va a durar más que el objeto en sí, algo que va a poder utilizarlas. Y a «aquello» que va a utilizarlas, nosotros los filósofos, le llamamos Alma, el Espíritu que pasa a través de las cosas.

Es evidente que inmersos como estamos en esta cárcel de carne, en nuestros problemas económicos, familiares, vitales, es muy difícil a veces reflexionar sobre estas cuestiones. Yo recuerdo un trozo del libro de Ovidio Nasón, El arte de amar, que me impresionó mucho la primera vez que lo leí. Ovidio era, como sabéis, uno de los grandes poetas de la época del Emperador Augusto y, digamos que era un poco -en España creo que se diría así – juerguista, le gustaba salir con mujeres por la noche, beber, acostarse muy tarde (o mejor dicho, muy temprano, cuando ya había salido el sol)… Pero, claro, además de ser así, era Ovidio. El nos cuenta, entre otras muchas cosas, lo que le pasó con una de sus amadas a quién le inventó un nombre (en aquella vieja época existía el honor de no mencionar los nombres de las damas, sino inventarlos; una buena costumbre). La llamaba Corina; no sabemos quién era. Dice Ovidio que llegó en una ocasión al palacio de Corina, una dama de la alta sociedad romana que poseía tesoros preciosos, entre ellos, un papagayo llegado tal vez de las indias que sabía hablar. El papagayo repetía todo lo que ella le decía, contestaba, hablaba con ella, era una gran compañía. Ovidio llega y ve a Corina llorando mientras sostiene el papagayo aparentemente muerto. El papagayo está caído sobre sus manos y Corina llora. Ovidio le pregunta: Corina ¿por qué lloras? Y ella respondió: ¿Te acuerdas de este papagayo que hablaba con nosotros, que repetía nuestras palabras de amor, nuestros cantos, que era una maravillosa joya, verde como una esmeralda? Hoy es un montón de plumas, nada más. ¿Dónde está el papagayo? ¿Qué pasa? ¿Por qué terminan las cosas? Ovidio trata de consolarla, de iniciarla en cosas que Corina no sabe, y le dice: has de saber, Corina, que hay un cielo donde están los hombres y también hay un cielo para los animales. Hay una pequeña banda entre el cielo de los hombres y el de los animales en donde están los animales superiores, aquellos que incluso pueden hablar al hombre y repetir sus palabras y allí consuelan a esos animales recordándoles la voz de sus amos; luego vuelven otra vez a la Tierra a acompañar a los hombres. Corina llora y dice: «No, a mí no me cuentes esto; aquí hay simplemente un montón de plumas verdes, ya no está más mi papagayo, ya no vive más». Y entonces, el papagayo, en el último esfuerzo antes de morir, levanta su pequeña cabeza, mira a Corina y le dice: «Corina, Corina, la muerte no existe».





Es muy bello encontrar estos viejos ejemplos. Es muy bello pensar que a veces los animales, las plantas y los árboles mueren en paz, porque tienen un conocimiento que nosotros hemos perdido al haber intelectualizado demasiado la vida. Hemos perdido el conocimiento de nuestra propia eternidad, hemos perdido el conocimiento de nuestra vida interior, hemos perdido el conocimiento de nuestra Alma inmortal.

Hoy tenemos que retomar ese conocimiento, porque en el fondo y a pesar de todos nuestros avances tecnológicos, a veces estamos tristes; y a pesar de vivir en megalópolis, estar entre las gentes, poder conversar y leer periódicos, ver la televisión o escuchar la radio, a veces nos sentimos muy solos, enormemente solos. A veces quisiéramos que alguien nos dijese alguna cosa, como ese papagayo, que la muerte no existe, que esta Vida tiene un sentido, que tiene una direccionalidad; y es evidente que la tiene.

Si vosotros veis una flecha en el aire, ¿no pensarías que surgió de un arco y que va hacia un blanco? Lo que nosotros estamos viendo en la Vida es una flecha en el aire, y esa flecha fue lanzada por un Divino Arquero. Alguna vez, con un sonido inconcebible, fuimos lanzados a través del tiempo y del espacio, pero vamos a llegar a un blanco, vamos a llegar a algún lugar. Toda nuestra Vida tiene sentido, tienen sentido nuestras alegrías porque nos confortan para seguir viviendo, y tienen sentido también nuestros pesares y nuestras lágrimas porque nos permiten recoger experiencias, nos hacen un poco más sabios, tal vez hasta un poco más buenos.

Quienes hayan compartido risas, saben qué bueno es eso para el entusiasmo y quienes hayan compartido lágrimas saben qué bueno es eso para la unión de las almas. Porque en esta Vida y en esta Naturaleza nada hay realmente malo, todo es bueno en el seno de su Oculto Sentido...

Retazos de la Conferencia "El Sentido Oculto de la Vida" Prof. Jorge A. Livraga

Sos Real...?...Quien Sos...

domingo, 3 de julio de 2011

 


Sos real ? quién sos ? de dónde venís ? a dónde vas ?
Tu lengua es pluma de escritor y escribe con rapidez...
tienes una forma selecta entre todos los hijos de los hombres,
derramada está la gracia en tus labios
por eso Dios te ha bendecido por ... la eternidad...
cíñete tu espada sobre tu costado
con tu gloria y tu belleza
comprende, camina a la victoria y reina..
por la verdad, la mansedumbre y la justicia..
te conducirá a conseguir maravillas tu diestra..
toda gloria de la hija del rey está en su belleza interna...
tu nombre será recordado en todos los tiempos de los tiempos...y los pueblos por esto confesarán tu nombre...

Transcribo palabras que me han dedicado a manera de poema...de bendiciòn...o quizàs de buena fortuna,que merecen ser perpetuadas...Gracias M.F.C...

Asi Sea!

La gravedad...

 


La gravedad,es lo ùnico que me retiene por eso la sufro tanto..."Umbrales de Alejandro Lanús - Aforismos"

Todo lo que no se inicia...

 


Todo lo que no se inicia es infinito... -"Umbrales de Alejandro Lanús - Aforismos"

Los intereses...

 


Los intereses individuales,someten a los proyectos comunes... -"Umbrales de Alejandro Lanús - Aforismos"

Nadie sabe...

 


Nadie sabe que hacer,con lo que hay que hacer...Asì està el mundo!...Sin nadie que haga lo que hay que hacer... -"Umbrales de Alejandro Lanús - Aforismos"

Sin conciencia del tiempo...

 


Sin conciencia del tiempo el tiempo no existirìa... -"Umbrales de Alejandro Lanús - Aforismos"

Sin Utopìa...

 


Sin Utopìa no hay esperanza... -"Umbrales de Alejandro Lanús - Aforismos"

El Ajedres nos revela...

 


El Ajedres nos revela que una dama es màs audàz que un rey...-"Umbrales de Alejandro Lanús - Aforismos"

Los Apegos...

 


Los Apegos no reconocen transformaciones... -"Umbrales de Alejandro Lanús - Aforismos"

Mi Muerte...

 


Mi Muerte como la de muchos,es la no conciencia...-"Umbrales de Alejandro Lanús - Aforismos"

Mi Desprolijidad...

 


Mi Desprolijidad,emprolija mis pensamiento como si supiera de equilibrio... -"Umbrales de Alejandro Lanús - Aforismos"

Adonde...

 


Adonde miran mis ojos,nuestro espacio no llega...Umbrales de Alejandro Lanús - Aforismos"

El Lugar...

 


El Lugar al que siempre has temido,es aquel donde existimos... -"Umbrales de Alejandro Lanús - Aforismos"

Dos Gotas...

 


Dos gotas como dos ojos,caen en mi Recostado,recibo la lecciòn... -"Umbrales de Alejandro Lanús - Aforismos"

Me Hallè...

 


Me Hallè luego de haber incinerado los trajes del engaño...-"Umbrales de Alejandro Lanús - Aforismos"

Ser...

 


Cada vez que me veo Ser, me doy cuenta de que Soy más que lo que veo y, por lo tanto, nada que pueda ver...

Como obtener provecho del "Tiempo..."

 




El tiempo nos parece largo o corto, dependiendo de si lo consideramos lleno o vacío. Podemos compararlo con un hilo en el que están ensartadas una serie de cuentas. Cuando ellas están muy juntas, no vemos el hilo. Cuando están separadas, por ser pocas, veremos trozos del hilo que las une.

A la vez que nos quejamos de estar aburrido por tareas pesadas, también lo hacemos de tener poco tiempo disponible. Cuando estamos conscientes del paso del tiempo, nos aburrimos. Cuando no estamos conscientes de ello, por la gran cantidad de acontecimientos que ocurren, el tiempo pasa muy rápido.

Por lo general, las cuentas están enhebradas en nuestro hilo del tiempo por accidente. No escogemos, ni creamos, ni controlamos los eventos que nos suceden. Ellos se ensartan solos, algunos son brillantes y coloreados, tal vez con algo de oro o piedras valiosas, pero la mayoría son de vidrio común. Habitualmente no nos damos el trabajo de colocarnos en las circunstancias en las que se están creando estas cuentas, o sea, en el origen de los eventos. Y lo que es más extraño es que, aun en circunstancias ricas en acontecimientos para algunas personas, otras encuentran que para ellas nada sucede. Un hombre o una mujer pueden vivir una vida aburrida y sin motivaciones aun en las más románticas circunstancias, simplemente porque para ellos nada está sucediendo.

La queja de los perezosos de que nunca tienen tiempo para cumplir todas sus obligaciones es, por supuesto, injustificada. Su remedio sería simple: mantenerse ocupado. Pero para la gente muy activa, cuyas vidas están llenas y que, sin embargo, quisieran todavía hacer más, sus quejas por falta de tiempo son razonables. Quien vive a toda velocidad, teniendo ocupado cada momento de su tiempo, no se queja de que la vida esté vacía, sino de que es demasiado corta. Veinticuatro horas diarias, menos el forzado paréntesis de sueño nocturno, es una disponibilidad de tiempo demasiado pequeña para todas las cosas que el individuo quiere hacer y para las que tiene la oportunidad, pero no el tiempo. Cuál sería el remedio para ese feliz y, a la vez, infortunado estado de cosas? No podemos ampliar nuestro tiempo agregando más horas a cada día.

Tendríamos que considerar la posibilidad de doblar o triplicar el hilo sin modificar su longitud. Según la analogía del hilo y las cuentas ensartadas en él, es obvio que no es posible ensartar más cuentas de las que el hilo puede contener. De la misma manera, no podemos llenar nuestro tiempo con más actividad de la que es capaz de soportar un determinado número de horas. Pero, volviendo a la analogía, podemos visualizar con facilidad el hecho de colocar un segundo, y aun un tercer hilo, ampliando la capacidad del collar para colocar más cuentas, transformando en una superficie lo que antes fue una simple línea.

Qué es el Tiempo, según lo entendemos ordinariamente? Una sucesión de eventos, uno tras el otro. En cada momento somos llamados a hacer una elección entre un número de posibilidades por realizar y cada elección significa sacrificar el resto no elegido. El Tiempo como sucesión es, entonces, la actualización de una entre muchas posibilidades en cada momento sucesivo. Si pudiéramos actualizar dos, o tres posibilidades simultáneamente, podríamos vivir a la vez en dos o tres diferentes flujos de tiempo. Nuestra vida, sin ser más larga de lo que era antes, podría, sin embargo, contener mucho más tiempo. Sería como vivir varias vidas en forma paralela.

Cómo hacerlo? No se trata de acumular más eventos en una simple línea. Con una prisa febril y apurándose mucho, es posible llenar apretadamente un solo hilo, y esto con eventos de naturaleza común y poco frágiles de apilar. Por otra parte, a primera vista parece imposible multiplicar los hilos de modo de poder elegir varias posibilidades a la vez, en especial en aquellos casos en que parecen excluirse mutuamente.

La principal dificultad, sin embargo, es nuestro entrenamiento actual que nos ha condicionado a considerar el tiempo como una simple secuencia de hechos. Naturalmente, estamos convencidos de que es así, Lo primero que hay que hacer es estar consciente simultáneamente de acontecimientos que tenemos la costumbre de percibir en forma secuencial y no al mismo tiempo.

Por ejemplo, nada es más cierto que en cada momento de nuestra vida de vigilia recibimos cientos de impresiones sensoriales, efectuamos cientos de movimientos más o menos obvios, y estamos sujetos a cientos de sensaciones internas, como contracciones musculares, respiración, cambios de temperatura y de presión sanguínea, entre otros. Al producirse algún motivo particular que nos lleve a observar y ser consciente de alguno de ellos, los aislamos del resto y le prestamos atención. Pero ordinariamente ni siquiera hacemos eso. Para la consciencia que tenemos de la maravillosa vida de sensación de nuestro cuerpo, igual daría que no tuviéramos cuerpo en absoluto o que fuéramos sonámbulos. Excepto en ocasiones especiales en que nuestro cuerpo insiste en atraer nuestra atención sobre él – a través de alguna dolencia – lo tratamos como una mera máquina sin un real valor que merezca que nos preocupemos de él.

Podría suponerse que el caso seria diferente con nuestra vida de sentimientos y con la de pensamientos. Pero un análisis objetivo demuestra que estamos tan dormidos respecto a nuestra vida emocional e intelectual como lo estamos para nuestra vida física. Es verdad que algunas personas están más conscientes – y otras menos – de una de ellas más que de las otras dos. La gente intelectual está más consciente de sus pensamientos que de su vida emocional y física. La gente emocional está más consciente de sus sentimientos. La gente sensual está más consciente de su vida física. Pero hay que considerar, en primer lugar, que ninguno de estos especialistas está consciente de más de una fracción de la vida en la cual se especializa. El intelectual está consciente de solamente algunos procesos de su mente; el artista está consciente de sólo algunas de sus afluencias emocionales; el sensual sólo percibe algunas de sus sensaciones físicas. En segundo lugar, muy poca gente puede ser consciente simultáneamente de dos de estos aspectos, aun en forma intermitente y parcial. Y aún más, pocos todavía podrían llegar a ser simultáneamente conscientes de los tres.

Ahora, si asumimos que cada uno de estos tres modos o clases de experiencia es un hilo de tiempo, y que cada hilo está siendo llenado con cuentas en forma ininterrumpida, es evidente que podemos, al menos, triplicar nuestro tiempo, y consecuentemente nuestra vida, al llegar a ser simultáneamente conscientes de estas tres sucesiones de eventos. En otras palabras, al llegar a ser simultáneamente conscientes de nuestros movimientos y sensaciones físicas, de nuestros sentimientos y de nuestros pensamientos, estaríamos tratando en realidad con tres vidas a la vez, actualizando tres posibilidades en cada momento.

Naturalmente, esto no es fácil. Hay que empezar por tratar de estar atento a los movimientos y a las sensaciones físicas mientras están sucediendo. Tratar de sentir cada vez más la realidad de lo que el cuerpo está haciendo. Después, tratar de notar las cambiantes corrientes de sentimiento, sin dejar de seguir estando atento a las manifestaciones físicas. Finalmente, tratar de ser conscientes de los flujos de pensamientos, incorporando estas observaciones a las previamente efectuadas sobre la vida física y emocional.

Al hacer esto, si se persiste en ello, es posible triplicar el tiempo y enriquecer la vida al llenarla de contenido. El método no es introspectivo ni analítico. No requiere pensar acerca de ello, sino solamente estar atento. Estar totalmente atento es estar totalmente consciente...

A. R. Orage

El Misterio de la Dualidad...

 




El Misterio de la Unidad por la Dualidad está simbolizado por el Uno dentro del Cero. La línea recta dentro del Círculo representa la Unidad; el ángulo de dos líneas distintas que, partiendo de un único punto se alejan y divergen, representa la Dualidad. De esta manera, vemos que la Dualidad tiene su orige ...n en la Unidad.

El punto central en el que las dos líneas se juntan es el séptimo mundo o mundo de la Realidad, mientras que las dos líneas que atraviesan los seis mundos inferiores a la Realidad se llaman mundos de la manifestación o apariencia de la Realidad. Son la sustancia de la Esencia, la forma del ser y la materia en contraposición al Espíritu.

Desde el momento en que la Unidad se bifurca, se convierte en Creación; pero la consciencia de la Unidad, que es el Alma del mundo, se manifiesta en la Dualidad que desciende del séptimo Cielo. Mediante la Dualidad se forman: el Cielo y la Tierra; el bien y el mal; la luz y la sombra; el espíritu y la materia; el Jakin y el Bohaz; el Yang y el Yin; el Sol y la luz; la expansión y la reunión; la necesidad y la libertad; el Padre y la Madre; Adán y Eva, etcétera.

En el mismo cuerpo se manifiesta la Dualidad en todo el organismo; sin embargo, esta Dualidad se concilia en el centro cerebral, en la nariz, la lengua, el ombligo, el falo. La Divinidad Única tiene dos condiciones como base de su manifestación: el Universo y el Hombre. La Unidad de la dualidad, en el cerebro del hombre, es el principio de la Creación; la Unidad de la Dualidad en la base inferior de la médula o en el IO cabalístico, es el regreso a la Divinidad. Desde el momento en el que el Yo Soy junta alrededor de sí a sus vehículos de materia, oscurece su consciencia en su propio plano, pero la comunica a sus vehículos.


Nacimiento de Venus

El plano físico es el inferior, en el cual el ser humano encarna en el cuerpo material. El segundo es el deseo inferior, el cuerpo de los instintos y pasiones, es el cuerpo de atracción o posesión. El tercero es el de la emoción o del deseo superior, que se caracteriza por el deseo de unión. El cuarto es el mental inferior; es el de la memoria que da fijeza a los demás planos superiores. El quinto es el mental superior, sede de las cualidades. El sexto es el plano espiritual, el de la tendencia. El séptimo y último es el plano de la Unidad con el Ser Recóndito; en él no hay diferenciación: Todo es Uno y Uno es Todo.

De manera que el hombre está compuesto por siete aspectos distintos en su ser, y cada uno de ellos posee los átomos de cada aspecto, que habitan en él. El Yo Soy emana del séptimo plano de la Unidad, o cabeza, a modo de electricidad, la fuerza vital en forma dual: protectora y pasiva o receptora: masculina y femenina. Sin embargo, estos dos polos no se encuentran en parte alguna, se pierden en el espacio, y para limitar o utilizar sus fuerzas, es útil unirlas en circuito. La Unión de los Polos es el misterio de la Creación. Mientras están separados, significan emanaciones del Ser Recóndito, pero cuando se unen, desarrollan una Creación que se encamina de regreso hacia la Unidad Superior.

El hombre es el polo positivo de la Fuerza Vital que está fluyendo del Yo Soy; pero esta fuerza, en vez de perderse en el espacio infinito, después de realizar su obra en el cuerpo masculino, tiende a unirse con un ser femenino para producir el circuito y regresar por él a la Divinidad. En el punto de Unión, el Iniciado puede apoderarse de esa fuerza y emplearla en todos los siete planos anteriormente enumerados.

Dijimos que el séptimo plano es la Unidad del Todo; pero desde el séptimo hacia abajo comienzan las polaridades de la sexualidad, en las que tienen que fluir hasta llegar al plano físico; entonces, el hombre debe convertirse en canal masculino y positivo de la Fuerza Vital, y la mujer, en canal pasivo, negativo y femenino. De esto se deduce que el ser humano, en principio, es asexual o andrógino; así fue en el principio y así ha de ser en el final.



Venus y Marte

Entretanto, ambas fuerzas del Yo Soy son manifestaciones divinas en el hombre y la mujer, y tienen que unirse en los mundos de la materia, para la Creación y el retorno a una Unidad. Sin embargo, esta unión de los dos polos tiene que realizarse forzosamente en los seis planos para que produzcan la Unidad en el séptimo.

La Energía Vital o Creadora debe descender hasta el plano físico. El Iniciado o Adepto tiene como objetivo detenerla en la base de la médula espinal para reenviarla al sexto mundo, sin derramarla en la tierra, pues no podrá seguir la senda interna si ocurriera esto. Nadie debe suponer que el adepto deba ser célibe o no tener nunca mujer por compañera o esposa. No. El adepto emplea la Fuerza Creadora de acuerdo con las leyes divinas, y su unión sexual es un Sacramento o un Sacrificio. Pero el adepto es también conocedor de las leyes divinas en él contenidas; puede ser célibe y utilizar las dos polaridades que descienden de la cabeza, unirlas en la base de la médula en la que forma el circuito del fuego serpentino, y elevarlo a la Unidad por medio de aspiración, respiración y meditación.

Entonces, los dos medios, el casamiento y el celibato, tienen por objeto unir las dos polaridades que emanan de la Unidad para que puedan retornar a ésta mediante la Unión.

Cuando la Energía Creadora desciende, como positiva, por el lado derecho de la médula espinal, y como pasiva, por el lado izquierdo, ambas polaridades tienen que unirse en la base de la espina dorsal y seguir el rumbo de regreso hacia arriba hasta llegar al sexto plano. Es lo que se halla representado en el símbolo del Caduceo. Si esta energía se derramara en el punto de la unión inferior, volvería a la tierra y arrastraría al hombre hacia la animalidad.

La Fuerza Vital se irradia desde Yo Soy, por lo tanto, es divina en su sustancia, y la expresan los diversos cuerpos del hombre, constituidos por los átomos en los diferentes planos; sin embargo, la naturaleza de esa Fuerza es muy distinta en cada plano, aunque sea una sola en toda su manifestación. Por ejemplo, podemos tomar el fuego, que es humo, calor y luz al mismo tiempo. Así también es el fuego divino en la fuerza vital: humo en el bajo vientre, esto es, instinto animal; calor o deseo en el pecho; y Luz en el cerebro, de modo que es condicionada por la naturaleza del plano en el cual opera.

Esta Fuerza Vital es la Causa de todo lo que existe; y preserva de la desintegración a toda forma viva hasta que esta llegue a evolucionar; el mismo tiempo, crea. En la primera fase es el Padre-Madre, positivo y negativo; en la segunda, es el Hijo. Es una sola para la vida, y dual para la Creación. Ya dijimos que esa Energía es positiva por el lado derecho de la médula en el hombre, y pasiva por el lado izquierdo, en la mujer. Sin embargo, el hombre representa el lado positivo en la naturaleza externa, el cual se manifiesta derramándose, y la mujer representa el lado pasivo, que espera el estímulo. El hombre estimula a la mujer en el plano físico, pero en el anímico es la mujer quien lo estimula, porque si el hombre tiene cuerpo físico positivo, su cuerpo de deseos es pasivo, mientras que la mujer es al revés del hombre: su cuerpo físico es pasivo y su cuerpo de deseos es positivo. El Reino de Dios vendrá cuando los dos sean uno y ya no haya ni masculino ni femenino, dicen las Escrituras.

El hombre y la mujer, como personas, tienen sexos definidos; pero como dioses, cada cual tiene ambos aspectos. El Iniciado debe desarrollar en su cuerpo ambos polos, para convertirse en Unidad o unirse con una mujer, para obtener el mismo fin. Con todo, existen seres que unen los dos métodos para llegar al mismo objetivo.

La humanidad puede determinar el sexo del individuo en el mundo físico, pero la Fuerza Vital es la que lo determina en los mundos internos; por eso vemos hombres afeminados y mujeres hombrunas.

La sagrada Energía Creadora obedece, como todas las cosas, al pensamiento del hombre. El tipo altamente espiritual trata siempre de espiritualizar la materia, y sus pensamientos buscan la unión de todas las cosas. La Energía de tal Ser no puede permanecer mucho tiempo en el mundo físico, y vuelve a su mundo mental superior y espiritual, mientras que el ser de tendencia material arrastra con el pensamiento la Energía Vital hacia el mundo físico. Puede crear en este mundo, pero a la manera de los animales.

Y los dos serán Uno, dijo Jesús al hablar del matrimonio. Hasta hoy, rarísimas veces hemos tenido ocasión de ver el matrimonio ideal al que el Nazareno se refiere. Todas las uniones actuales se forman en el mundo del deseo y del plano físico; son raras las que llegan al plano mental, y más raras aún las espirituales. La verdadera unión del hombre y la mujer debe llegar hasta el sexto plano; en caso contrario, nunca serán un solo cuerpo. Las uniones actuales, vistas desde el punto de vista espiritual, son concubinatos voluntarios o impuestos. Cuando la unión de dos seres no llega a todos y cada uno de los cuerpos internos, es una unión animal que puede abarcar los tres cuerpos inferiores. El amor tierno y profundo, que comienza desde el plano mental superior hacia arriba, carece del concepto de la unión sexual; cuando un matrimonio no alcanza la unión mental, es un matrimonio desdichado porque fue elaborado con deseo animal o con interés personal.

Cuando dos seres de sexos opuestos encuentran la unión mental y ambos consiguen resistir la presión de la Energía Creadora en el plano físico, esa energía forma un circuito en el mundo físico y vuelve a la Divinidad, llevando consigo la mente de los dos seres.

Ya se dijo que el cuerpo tiene siete chakras dispuestos en diferentes zonas, y que ciertos temperamentos son más proyectores que atractivos, y que en otros ocurre al revés, pero quien haya alcanzado el completo equilibrio será un Dios. Observamos que es raro el individuo que llega a semejante estado, salvo algunos genios y, aún éstos, sólo en determinado tiempo de su existencia.



El objetivo de la unión de las dos polaridades del cuerpo es la divinización del hombre, y sólo unos pocos Iniciados siguen este método; sin embargo, la casta unión del hombre y la mujer conduce al mismo fin. También vimos que la Verdadera Unión del hombre y la mujer debe alcanzar los siete chakras o mundos como anteriormente los llamamos – porque realmente cada chakra es un mundo en sí mismo y, si la unión no se produjera en los siete, entonces sería unión imperfecta, por ser incompleta.

La unión de dos seres de diferentes sexos debe alcanzar los siete chakras en total, porque las polaridades de los chakras masculinos son diferentes de las de los femeninos y, al unirse, producen equilibrio. Sin embargo, tenemos que distinguir entre unión sexual y unión de las dos almas, con o sin matrimonio, que son cosas muy diferentes.

Si se unen dos seres instintivos de los dos sexos, la unión será animal, como sucede en los burdeles, y el equilibrio se traduce en la satisfacción de un instinto que reside en el chakra básico, positivo en el hombre y atractivo en su chakra correspondiente, o sea, el útero en la mujer. Los opuestos se unen en este plano con la diferencia corporal y vibratoria que existe entre los dos. Este chakra ejerce su influencia en el olfato y en la sexualidad. Esta unión persiste tan sólo durante el acto.

Cuando dos sensitivos despiertan o desarrollan similar pasión, lo semejante atrae a lo semejante, y el hombre y la mujer no se orientan directamente hacia el acto; él primeramente tiene que conocerla, y ese conocimiento dura mientras se mantenga el deseo. En esa unión trabajan solamente los chakras inferiores, el básico y el sacro; este último ejerce su influencia sobre el estado psíquico del hombre y despierta en él la clarividencia.

La unión en el tercer plano pertenece al plano inferior umbilical y depende de la simpatía emocional y de las ideas concretas, porque este chakra es el centro de la emotividad; también es distinto en el hombre y en la mujer. Estos seres permanecen unidos mientras la necesidad dure. El chakra umbilical actúa en el oído y en la voz, y otorga la clariaudiencia.

La cuarta etapa de la unión pertenece al corazón o al chakra cardíaco, que influye sobre la vista. Aquí los semejantes se atraen nuevamente, y ambos seres sienten gran contento y satisfacción mutua en la unión, porque la simpatía los une con el mismo interés, y tal unión puede durar hasta la muerte.

De la quinta etapa en adelante, los seres pueden tener unión sexual aunque nunca la busquen; la unión será puramente intelectual. Los dos seres serán distintos en su chakra laríngeo porque ambos serán compañeros a pesar de sus diversas opiniones en sus distintos modos de ver las cosas. Tales seres pueden reencontrarse en muchas vidas.

El sexto plano de la unión pertenece al chakra frontal. La unión será puramente espiritual porque ambos tienden al mismo ideal y, por consiguiente, sus polaridades serán semejantes y se atraerán. Este plexo influye sobre el tacto. Sólo se unen en este mundo quienes pertenecen a un mismo rayo espiritual.

En el Séptimo Plano, los dos serán uno solo, sin que exista masculino ni femenino, positivo ni atractivo. Ambos serán andróginos y neutros, esto es, poseerán los dos elementos en equilibrio.



De lo expuesto se desprende que el sagrado misterio de la unión sexual tiene por objeto el equilibrio entre los dos seres para que ambos, al sentirse uno solo, aprendan el misterio de la Unión y el regreso a la Divinidad. Para llegar a este grado de perfección, se debe buscar el matrimonio perfecto o la unión perfecta.

La unión perfecta debe abarcar las siete fases o los siete chakras o mundos.
En la unión física debe haber deseo mutuo.
El amor une los deseos.
La unión de los deseos induce a los cónyuges a conocerse uno al otro.
El mutuo conocimiento los torna amigos.
La amistad en el mundo intelectual les otorga espiritualidad o creencia espiritual similar.
La espiritualidad similar, en dos seres del sexo opuesto, abre la puerta hacia la Unidad, la cual es equilibrio.

Antes de Cristo, las sectas prohibían el matrimonio entre seres de diferentes castas o religiones, porque comprendían que tales seres jamás podrían llegar a la unión completa, considerando la diferencia de costumbres, creencias y religiones; sin embargo, después de Cristo, esos matrimonios son frecuentes y hasta necesarios. Los antiguos nos legaron varios símbolos gráficos y escritos sobre la dualidad: Miguel y Satanás; la lucha de Jacob con el ángel; los dos Querubines en el Arca; Caín y Abel; el Árbol de la Ciencia del Bien y el Mal, etcétera.

Estos símbolos se hallan en el cuerpo humano, sujetos a la ley doble. En primer lugar, vemos que los chakras son conductores de esa energía. Cuando esta llega a cierto punto y es abundante, produce una presión que genera movimiento. Cada chakra pertenece a una de las dos polaridades magnéticas; unos son positivos y proyectores, y otros negativos y atractivos. Cuando se unen dos seres de diferente sexo, el fluido proyector del primero irá a los chakras atractivos del segundo, y viceversa.

Cuando los proyectores realizan mayor movimiento, el ser puede dominar, por medio del pensamiento y desde el plano físico, a otros seres que habitan en otros planos, y servirse de ellos. Cuando el fluido atractivo es mayor, el hombre puede recibir sabiduría del más allá.

El Iniciado debe desarrollar en sí las dos polaridades para aprender y proyectar su saber sobre los demás. Ese desarrollo puede efectuarse de dos maneras:
1 Con el método del Yoga y obediencia al Sermón de la Montaña; y
2 Con el matrimonio perfecto, cuya base debe ser la pureza.
No todos los temperamentos pueden seguir un solo método; sin embargo, no es difícil unir los dos y llegar al mismo fin.

Para alcanzar la forma material (riqueza, gloria, fama, amores, etcétera) hay que desarrollar los chakras atractivos, los cuales son el básico, el sacro y el coronario o pineal; sin embargo, si el hombre no domina la naturaleza inferior, el desarrollo de esos chakras hace de él un banquero neurótico o un extorsionador; atrae la idea, pero nunca la proyecta en beneficio de los demás.

En cambio, si es una persona verdaderamente espiritual, en lugar de atraer dinero, recibe un formidable poder psíquico, y puesto que los otros chakras están desarrollados en él, proyecta sentimientos y pensamientos que son capaces de hacer evolucionar al mundo.

Cuando un hombre desarrolla los chakras, se pone en relación con la atmósfera de los elementales. Estos le ayudan y enseñan sus mundos, haciendo que más bien atraiga el éxito material, y sea al mismo tiempo un potente proyector espiritual. Por medio de ellos, lleva a cabo grandes obras, y ellos le enseñan descubrimientos e inventos destinados a la mayor felicidad de la humanidad; sin embargo, aquellos que solamente atraen y cuyos fines son el provecho personal, quedan librados a los elementales inferiores.

Desarrollar un chakra es aumentar su elasticidad. Los medios para aumentar esta elasticidad son:
1- Aspiración, respiración y meditación; y
2- Magia sexual.
Ambos métodos producen equilibrio, pero el segundo es más violento y, por lo tanto, peligroso. Este es el misterio de la serpiente. La magia sexual, o la Unidad del Binario (hombre y mujer) aviva los chakras atractivos en los seres receptores, y por lo tanto, el olfato, los órganos sexuales, el paladar, el éxtasis y la atracción; mientras que la espiritualidad desarrolla los plexos proyectores. Téngase bien presente que hablamos de magia sexual, no de libertinaje sexual.

Con la castidad, en la Unión del Binario, el hombre o la mujer son mucho más poderosos, porque aumenta o expande la elasticidad de todos sus chakras, y en ese estado tendrá a los elementales a su servicio. La conjunción del hombre con la mujer fue la primera causa de desequilibrio; sin embargo, el equilibrio se halla o se hallará siempre en esa unión.

Toda unión sexual impura produce disminución del equilibrio nervioso; este desequilibrio pasajero es el que provoca luchas y guerras entre individuos y naciones. Este desequilibrio dota de atracción a ciertos individuos neuróticos, quienes, ejerciendo su influencia sobre los demás, serán líderes y dictadores de naciones. Los desequilibrios de los demás influyen sobre estos seres; son éstos quienes crean desequilibrio en la unión sexual. En este sentido, el Iniciado aspira siempre a restablecer el equilibrio entre los hombres, por medio del Binario, y la lucha será ardua y eterna. La clave de la Dualidad, que conduce a la Unidad en el Reino del Ser Recóndito, se halla en la mujer. Aquellos que dudan de sus conocimientos en este estudio, pueden estudiar la letanía de la Virgen María y meditar sobre ella.

La meditación debe ser mística; entonces, el que aspire a lograrlo, puede comprender el papel del elemento femenino en el mundo y dentro de sí mismo...

Dr. Jorge Adoum.