LoS FuEgOs InTeRnOs De LaS EnVoLtUrAs...

domingo, 9 de mayo de 2010

 




I. Los tres
canales

II. Los elementales del fuego y los devas...

I. LOS TRES CANALES PARA EL FUEGO

Por el significado de la palabra “envoltura” deducirán que pasaremos a describir los fuegos que se manifiestan a través de tales
exteriorizaciones
... o velos de sustancia que envuelven y ocultan la Realidad
interna.
No nos ocuparemos del tema de las envolturas en los planos
superiores,
sino de los fuegos que animan a los tres vehículos
inferiores,
el cuerpo físico en sus dos divisiones (etérico y denso),
el cuerpo emocional o astral y la envoltura mental. Con gran
frecuencia
el estudiante ocasional pasa por alto el hecho de que tanto
el cuerpo
astral como el mental son materiales, tan materiales en su
esfera
como el físico denso, y también que la sustancia de
que están compuestos se halla animada por un triple fuego,
lo mismo que el físico.

En el cuerpo físico tenemos los fuegos de la naturaleza
inferior (el plano animal), centralizados en la base de la
columna
vertebral. Están situados en un punto que tiene, con
respecto
al cuerpo físico, la misma relación que el Sol físico
con el sistema solar. Este punto central de calor irradia en
todas
direcciones, utilizando la columna vertebral como arteria
principal,
pero actúa en estrecha relación con ciertos ganglios
centrales, dondequiera estén ubicados, manteniendo una
asociación
especial con el bazo. [i56]

[i57]
En
el cuerpo etérico, réplica
exacta de su contraparte más densa, tenemos el órgano
del fuego activo o irradiante, que como ya se sabe, es el
vehículo
del Prana. Su función es almacenar los rayos de luz y calor
irradiante que extrae del Sol, transmitiéndolos, por medio
del bazo, a todas las partes del cuerpo físico. Por lo
tanto,
en el futuro, se llegará a reconocer que la columna
vertebral
y el bazo son de máxima importancia para el bienestar físico

del individuo y que, cuando la columna vertebral esté
debidamente
ajustada y alineada y el bazo descongestionado y sano, no
tendrá
tantas [e73]

IMAGEN
[e74]
dolencias el cuerpo físico
denso. Cuando la hoguera del físico arda intensamente y el
combustible del cuerpo (rayos pránicos) se asimile
adecuadamente,
la estructura humana funcionará como es de desear.

La forma en que se fusionan ambos fuegos, fusión que se
realiza
totalmente en una persona normal y sana, debería ocupar la
atención del médico moderno, quien entonces trataría
de eliminar la congestión nerviosa o material, a fin de
dejar
despejado un canal para que circule el calor interno. Esta
fusión,
que ahora es un desarrollo natural y común en todo ser
humano,
en un sistema solar anterior fue signo de realización o de
iniciación. Así como en el actual sistema solar la
iniciación
y la liberación se caracterizan por la fusión de los
fuegos del cuerpo, de la mente y del Espíritu, así también
en un ciclo anterior, la realización se caracterizó
por la fusión de los fuegos latentes en la materia con los
fuegos activos o irradiantes y luego su unión con los fuegos

de la mente. En el período anterior, los efectos
manifestados
de la Llama divina era tan remotos y se hallaban tan
profundamente
ocultos que casi no se los reconocía, aunque existían
en forma imperceptible. Su analogía puede observarse en el
reino animal, donde el instinto mantiene en estado latente a
la intuición
[i58]
y el Espíritu los influencia imperceptiblemente. Sin
embargo,
todo es parte de un todo divino.

El tema del calor irradiante de los sistemas macro y
microcósmico
será tratado más detalladamente en una sección
posterior. Aquí trataremos únicamente el fuego interno
latente de



el Sol,

el
planeta,

el
hombre,

el átomo.



Debemos tener en cuenta que en las envolturas astral y mental
tenemos
la contraparte de los centros ubicados en el cuerpo físico.
Estos
centros tienen que ver con la materia y su evolución. Podría
formularse un enunciado fundamental respecto a los fuegos
internos del
Sol, de un planeta, del hombre y del átomo:

Existe en el Sol, en el planeta, en el hombre y en el átomo, un
punto central de calor y (si se me permite emplear un término
tan
limitador e inadecuado) una caverna central de fuego o núcleo de

calor; este núcleo central llega hasta los limites de su esfera
de influencia, su “circulo no se pasa”, por medio de un triple
canal.(15) [e75]

a. El Sol. Dentro del Sol, en su mismo corazón, existe un

mar de fuego o de calor pero no un mar de llamas. Esta es una
diferenciación
que quizás no tenga significado para algunos. Constituye el
centro
de la esfera y el punto de calor interno más intenso, pero tiene

poca relación con las llamas o gases ardientes (cualquiera sea
el término que se [i59]
emplee), que por lo general se
sabe que
existen en lo que respecta al Sol. Es el punto de máxima
incandescencia;
la esfera objetiva de fuego no es más que la manifestación
de esa combustión interna. Este calor central que se irradia a
todo el sistema por medio de un triple canal o a través de sus
“Rayos de Acercamiento”, en conjunto nos da una idea de lo que
es el “calor del sol”.



Akasha, en sí misma, es materia
vitalizada o sustancia animada por el calor latente.
Electricidad, es sustancia
de una
sola polaridad. energetizada por uno de los tres aspectos
logoicos.
Expresándolo en términos más ocultos, es sustancia
que manifiesta la cualidad del Señor cósmico, Su energía.
Rayos de Luz de aspecto pránico,

algunos de los cuales comienzan a ser reconocidos por los
científicos
modernos. Constituyen solamente aspectos del calor latente
del Sol
cuando se acerca a la Tierra por una determinada línea de
menor resistencia.



La expresión “canal o rayo de acercamiento” significa
pasar del centro de irradiación solar a la periferia. Todo lo
que
el canal o rayo encuentre en su trayectoria -por ejemplo los
cuerpos planetarios-,
será afectado de algún modo por las corrientes akáshicas.
eléctrica y pránica, pero dichas corrientes constituyen
únicamente los fuegos internos del sistema observados desde otro

punto de vista del espacio universal, no del solar. Por lo tanto
es evidente
que el tema del fuego es tan complejo como el de los rayos. Los
fuegos
internos del sistema solar, al ser considerados desde el ángulo
de un planeta, se convierten en externos e irradiantes, mientras
que los
fuegos internos del planeta afectan al ser humano por
irradiación
de la misma manera que las emanaciones pránicas de [e76]
su cuerpo etérico afectan a
otro
cuerpo físico que también emite irradiaciones. En estos
aspectos se ha de comprender [i60]
que cada uno y todos ellos
tienen que
ver con la materia o sustancia y no con la mente o Espíritu.

b. El planeta. En las profundidades del corazón de un
planeta,
por ejemplo la Tierra, se encuentran los fuegos internos que
ocupan la
esfera central o las cavernas que, llenas de fuego
incandescente, hacen
posible la vida en el mismo. Los fuegos internos de la Luna se
encuentran
prácticamente consumidos; en consecuencia sólo brilla por
reflejo, pues carece del fuego interno que se combine y fusione
con la
luz externa. Podrá observarse que los fuegos internos de la
Tierra
actúan, como en el Sol, por medio de tres canales principales:


La
Substancia productiva, o materia
del planeta, vitalizada por el calor. Este calor,
conjuntamente
con la materia, actúan como madre de todo lo que germina
y como protectores de todo lo que existe dentro y fuera.
Corresponde
al Akasha, la materia activa vitalizada del sistema solar
que nutre
todo como una madre.

Fluido eléctrico, latente
en el planeta, aunque poco conocido. Quizás se pueda
precisar
mejor mediante la expresión “magnetismo animal”.
Cualidad característica de la atmósfera de un planeta,
o su “círculo no se pasa” eléctrico. Es
el polo opuesto del fluido eléctrico solar, y el contacto
de ambos y su correcta manipulación constituyen el
objetivo
-quizás inconsciente- de todo el esfuerzo científico
en la actualidad.
La Emanación del planeta que
podríamos
denominar Prana Planetario. A ella nos referimos
cuando hablamos
de las cualidades dadoras de salud de la Madre naturaleza,
y en
ello se funda el médico moderno cuando dice sabiamente
“hay
que volver a la naturaleza”. La emanación fluídica
de este prana actúa sobre el cuerpo físico, aunque
en este caso no lo hace por intermedio del cuerpo etérico.

Es absorbida [i61]exclusivamente
por la
piel; los poros son su línea de menor resistencia.



c. El hombre. En la base de la columna vertebral se
hallan ocultos
los fuegos del sistema humano o fuegos internos del microcosmos.
El centro
está situado allí, y desde éste sus irradiaciones
pasan a través de los tres canales que existen en la columna
vertebral.



Calor corpóreo. Hay un canal
por el cual se irradia el calor que tiene como finalidad
calentar
la estructura [e77]corpórea.
Este proceso de vitalización de la materia densa del
cuerpo
tiene su analogía en el akasha del sistema y en la
sustancia
productiva del planeta.
Reacción nerviosa. Es el
fluido tenue y vitalizador que estimula los centros
nerviosos y
origina la reacción eléctrica cuando se estable contacto
entre los nervios y el cerebro. Esto debería estudiarse
más
detenidamente. Corresponde a la electricidad planetaria y a
la del
sistema.
Emanación pránica. Es
la emanación producida por intermedio del cuerpo etérico,
que en el hombre corresponde al prana solar y planetario.
Se demuestra
principalmente en el aura de salud y nada tiene que ver
con las
cualidades magnéticas, como generalmente se la interpreta
cuando se considera a la personalidad o al hombre como una
unidad
o ente. Repito esto pues es muy necesario que no haya
confusión
mental entre el magnetismo que es emanación espiritual y
el magnetismo exclusivamente animal.




Seria conveniente indicar que esta triple manifestación del
fuego
se manifiesta similarmente en los cuerpos astral y mental, y
tiene que
ver con la sustancia de dichos cuerpos. Podemos
describirlo, en
su triple manifestación, como la suma total del fuego esencial
o actividad vital del tercer Logos. Se debe tener muy [i62]
en cuenta que la manifestación
del trabajo de los tres Logos es la expresión de la mente de
alguna
Entidad cósmica. Similarmente, las siete Entidades planetarias,
los siete Hombres celestiales, son siete Logos (también Seres
cósmicos),
quienes forman el Cuerpo del triple Logos. Tenemos por
consiguiente:


El
Indiferenciado Logos -una Entidad cósmica.
El Logos, triple en manifestación:

El Señor
Cósmico de Poder Voluntad
El Señor
Cósmico de Amor Sabiduría.
El Señor

Cósmico de Inteligencia Activa.
El
triple Logos, séptuple en manifestación,
por ejemplo, los siete Logos planetarios.(16) (17), (18)


[e78] [i63]
Cada una de estas Entidades
cósmicas
es, en Su esencial esencia, fuego; cada una se
manifiesta como
fuego en forma triple. Respecto al tiempo, el Señor Cósmico
de Inteligencia Activa, considerado desde el punto de vista de
la evolución
cósmica, ha evolucionado más que Sus dos Hermanos.
Constituye la vida de la materia, el fuego latente interno. Es
la esencia
ígnea que se encuentra en el corazón del Sol, del planeta
y de las formas materiales del hombre, y la suma total del
Pasado.

El Señor Cósmico de Amor actualmente trata de unirse con
Su hermano y, en lo que respecta al tiempo, personifica todo
el presente.
Es la suma total de todo lo que tiene forma; es Existencia
consciente;
es el Hijo divino, y Su vida y naturaleza evolucionan por
medio de todas
las formas. El Señor Cósmico de Voluntad mantiene oculto
el futuro dentro de Sus planes y conciencia. Los tres son
hijos de un
Padre; los tres son aspectos de UN SOLO Dios, los tres son
Espíritu,
los tres son Alma y los tres son Rayo, que [e79]
emanan de un solo centro
cósmico.
Los tres son sustancia pero, en el pasado, un Señor fue el
Hijo
mayor; en el presente, otro Señor pasa adelante y en el
futuro,
otro hará lo mismo. Pero esto sólo sucede en lo que respecta
al tiempo. Desde el punto de vista del Eterno Ahora, ninguno
es ni más
ni menos grande que el otro, porque el último será el
primero y el primero, el último. Fuera de la manifestación
el tiempo no existe, y fuera de la objetividad no existen
estados de
conciencia.

El fuego del Espíritu es el fuego esencial del primer Señor
de Voluntad, además de ser el fuego del segundo Logos, el de
Amor. Estas dos entidades cósmicas se combinan, fusionan y
manifiestan
como Alma utilizando la ayuda del tercer Logos a fin de
manifestarse.
Los tres fuegos se combinan y fusionan. En. esta cuarta ronda y
en este
cuarto globo de nuestro esquema planetario, los fuegos del
tercer Logos
de materia inteligente se fusionan parcialmente con los fuegos
de la
mente [i64]

cósmica, manifestándose
como poder o voluntad y animando al Pensador en todos los
planos. La
finalidad de Su colaboración es manifestar, en forma perfecta,

al Señor Cósmico de Amor. Debe reflexionarse sobre esto,
porque revela un misterio.

La combinación de los tres fuegos, la fusión de los tres
rayos y la colaboración de los tres Logos, tienen por objetivo

(en la actualidad y dentro de este sistema solar) el
desarrollo de la
Esencia del Señor Cósmico de Amor, la segunda Persona
de la trinidad logoica. Al principio no fue así, en el futuro
tampoco lo será, pero ahora lo es. Considerados desde el plano

mental cósmico, estos Tres constituyen la PERSONALIDAD DEL
LOGOS
y puede verse que actúan como uno. He aquí el secreto
-bien conocido como hecho, aunque no comprendido- del calor
excesivo,
ocultamente expresado, del cuerpo astral o central de la
triple personalidad.
Anima y controla al cuerpo físico y sus deseos predominan en
la mayoría de los casos; su analogía existe en tiempo
y espacio como unión temporaria del espíritu
y la materia, los fuegos del amor cósmico y los fuegos de la
materia fusionada. Una analogía similar se halla en el
aparente
calor de este segundo sistema solar.

d. El átomo. Podrá observarse que los fuegos internos
del átomo actúan de modo similar, y esto ya está
siendo reconocido por la ciencia. Por lo tanto no hay
necesidad de elucidarlo.(19)

II. LOS ELEMENTALES DEL FUEGO Y LOS DEVAS

[e80] [i65]
Será de utilidad considerar
brevemente los elementales del fuego y los devas y tratar la
relación
que existe entre el Rayo de la Personalidad y el fuego interno
del sistema
y su triple manifestación.

Se conocen ciertos hechos respecto a los espíritus del fuego,
si así pueden denominarse. El hecho fundamental que debe
acentuarse
es que AGNI, el señor del Fuego, rige a los elementales y
devas
del fuego en los tres planos de la evolución humana, físico,
astral y mental; no sólo los rige en este planeta denominado
Tierra, sino en los tres planos que corresponden a todo el
sistema.
Es uno de los siete Hermanos (expresión familiar empleada para

los estudiantes de La Doctrina Secreta), y cada uno de
ellos
personifica uno de los siete principios, constituyendo en Sí
Mismos los siete centros en el cuerpo del Señor Cósmico
del Fuego, denominado “Fohat” por H. P. B. Es la ígnea
inteligencia activa, base de los fuegos internos del sistema
solar.
En cada plano rige uno de Ellos, y los tres mayores (los tres
se verán
siempre, luego los siete, quienes con el tiempo se fusionan
con los
tres primarios) rigen los planos primero, tercero y quinto, o
Adi, Atma
(20) y Manas. Es esencial que recordemos que constituyen, [i66]
en su tercer aspecto, el fuego
de
la materia. En su totalidad, estos siete Señores forman la

esencia del Señor Cósmico, denominado Fohat en los libros
ocultistas.(21)

[e81]
Similarmente
los siete Choanes (22) y sus grupos de discípulos
forman
la esencia o centros del cuerpo de uno de los Hombres
celestiales, uno
de los Logos planetarios. Estos siete, a su vez, forman la
esencia del
Logos.

Cada uno de los siete Señores de Fuego (23)
se divide en numerosos grupos de
entes de
fuego, desde los Señores de los devas de un plano,
descendiendo
hasta las pequeñas salamandras de las hogueras internas. No
nos
referimos a las esencias ígneas de los planos superiores en
esta
etapa de nuestro estudio. Enumeraremos sólo sucintamente
algunos
de los grupos más conocidos con los cuales se hace contacto en

los tres mundos.

1. Plano Físico.

Salamandras, son los diminutos elementales del fuego que
algunos
pueden ver danzando en toda llama, cuidan los fuegos del hogar
y de
la fábrica. Pertenecen al mismo grupo de los espíritus
del fuego que se encuentran en las profundidades de las ígneas

entrañas del planeta.

Los espíritus del fuego, latentes en todo foco de calor,
son en si mismos la esencia del calor, se los encuentra [i67]
en el calor de la estructura
corpórea,
humana o animal, y constituyen similarmente el calor
terrestre.

Los Agnichaitas, o espíritus del fuego de grado
superior,
forman un vórtice de fuego, y se los ve en gran escala en los
volcanes y en los grandes incendios. Se hallan estrechamente
vinculados
a un grupo de devas aún más importante, quienes forman
la envoltura ígnea del Sol.

[e82]
Los

elementales pránicos, esas
diminutas
esencias ígneas que tienen la capacidad de compenetrar la
contextura
de un cuerpo humano, de un árbol y de todo cuanto se encuentra

en los reinos humano, animal y vegetal, y se fusionan con los
fuegos
de los sistemas microcósmicos.

Ciertos miembros del reino dévico, que pueden ser
descritos
como animando ciertos grandes rayos de luz, quienes son la
esencia de
esos rayos. Podríamos enumerar otras formas elementales de
vida
y grupos de devas, pero los ya citados son suficientes para
nuestro
propósito.

2. Plano Astral.

Las esencias ígneas de este plano son más difíciles
de comprender, pues aún no tenemos desarrollada la vista para
ver dicho plano. Constituyen en sí el calor del cuerpo
emocional
y del cuerpo sensorio. Son de orden inferior mientras se
hallan en el
sendero del deseo, y de orden superior cuando están en el
sendero
de la aspiración; entonces el elemental se trasmuta en deva.

Tienen muchos grados y categorías, pero sus nombres no
interesan,
excepto en un caso. Será importante conocer el nombre que se
aplica a los devas del fuego, cuya misión es cuidar los fuegos

que más tarde destruirán al cuerpo causal. Debemos recordar
que el ascenso del fuego latente en la materia y su fusión con

los otros dos fuegos causa destrucción. Estos elementales y
devas
se denominan Agnisuryas, siendo en [i68]
su totalidad las esencias
ígneas
de budi, de manera que su manifestación más inferior es
el sexto plano, el astral...
"La esencia divina que compenetra el entero universo de millones de sistemas solares, es arrebatada por nuestro Sol y trasmitida, en forma manifestada, a los confines de nuestro sistema solar, a fin de que esta esencia manifestada sea la tierra f ... Ver másértil para el crecimiento, conservación y destrucción de nuestros mundos; esa esencia divina es simplemente el Nadam de la filosofía yogui; este Nadam u OM se manifiesta como siete corrientes. Lo inmanifestado se manifiesta o es gestado por las ramificaciones subsiguientes. Estas corrientes son las siete vocales y las siete notas. Estas siete vocales y notas han de tener una correlación especial con los siete versículos védicos, pues en el Vishnu Purana, Parasara describe los versículos védicos como cauces de la esencia solar." Some Thougts on the Gita, pág. 74.

16) Subba Rao, en Esoteric Writings, pág. 20, dice: "Por regla general cuando en la antigua ciencia oculta de la India, se mencionan en cualquier conexión los siete entes, se ha de suponer que esos siete entes vinieron a la existencia procediendo de tres primarios y que éstos, a su vez, evolucionaron de un solo ente o mónada. Para dar un ejemplo conocido: Los siete colores contenidos en el rao solar se originan en los tres rayos de colores primarios; los tres colores primarios coexisten con los cuatro colores secundarios en el rayo solar. Análogamente, los tres entes primarios que trajeron al hombre a la existencia coexisten en él con los cuatro entes secundarios surgidos de las diversas combinaciones de los tres entes primarios."

La terminología cristiana los denomina las tres Personas de la Trinidad y los Siete Espíritus ante el Trono. Comárese con: "Nuestro Dios es un fuego consumidor." Heb. 12:29.

17) "Al hablar de este Logos, he dicho ya que es muy posible que fuera Él mismo quien apareció en la forma de primer Dhyan Choan o Espíritu planetario cuando recomenzó la evolución del hombre, después del último período de inactividad en este planeta, como se dice en el libro Budismo Esotérico, de Sinnett, y después de poner en movimiento la corriente evolutiva se retiró al plano espiritual que tiene afinidad con Su propia naturaleza; desde entonces ha estado vigilando los intereses de la humanidad y de vez en cuando aparece relacionado a alguna individualidad humana para bien de la raza. Podría considerarse que el Logos representado por Krishna, es de la misma categoría que el Logos que apareció así. Hablando de Si mismo, Krishna dice, Cap. X, Vers. 6:

"Los siete grandes Rishis, los cuatro Manú precedentes, que participan de mi naturaleza, nacieron de Mi mente; de Ellos brotó (nació ) la raza humana y el mundo."

Habla de los sapta Rishis y de los Manu como sus manasaputras o hijos nacidos de la mente, como pudieran serlo si Él fuera el denominado Prajapati, que apareció en este planeta y comenzó el trabajo de la evolución". The Theosophist, T. VIII, pag. 443.

18) Debe tenerse en cuenta la clasificación siguiente:
Siete ramales constituyen una subraza
Siete subrazas constituyen una raza raiz
Siete razas raíces constituyen un período mundial
Siete períodos mundiales constituyen una ronda
Siete rondas constituyen un período de cadena
Siete períodos de cadena constituyen un esquema planetario
Diez esquemas planetarios constituyen un sistema solar

19) "Se ha de recordar que la escala comparativa no interesa, porque la grandeza y la pequeñez son esencialmente relativas. El destino de cada átomo es crear un brahmanda (huevo de brahma). Brahmandas similares, más grandes o más pequeños que el nuestro, unidos por un Sol, están presentes en todo átomo. Vishvas (grandes sistemas mundiales) existen en un átomo, y átomos existen igualmente en esos vishvas. Éste es el significado de "los muchos en uno"; donde veamos el uno deberemos reconocer también los muchos y viceversa. Después de obtener la capacidad y emplearla para crear un brahmanda, el siguiente paso es la creación de un jagat (universo), luego un vishva, después de un maha vishva y así sucesivamente hasta alcanzar el estado de maha vishnu." Pranava Vada, pág. 94, por Bhagavan Das.

20) Atma, significa el Yo, Ego, o un centro individualizado, alrededor del cual se agrupan y se ordentan todas las expwriencias mundanas en su doble aspecto de subjetivas y objetivas.