Las Reglas Místicas de Paracelso...

martes, 31 de agosto de 2010

 





Existen reglas secretas, actitudes místicas y comportamientos que permiten a una persona que todo lo que le ocurra sea para su bien.
El médico suizo Theophrastus Bombast von
Hohenheim, llamado Paracelso (1491-1541), aseguraba que en la ciencia,
lo más importante era el conocimiento de la naturaleza.
"No vamos a seguir las enseñanzas de los
viejos maestros, sino la observación de la naturaleza, confirmada por
una larga práctica y experiencia. ¿Quién ignora que la mayor parte de
los médicos dan falsos pasos en perjuicio de sus enfermos? (.....) Lo
que el médico necesita es el conocimiento de la naturaleza y de sus
secretos", aseguraba.
Pero Paracelso fue también un ocultista
que hace 500 años decía que es posible ser un ganador, triunfador y
lograr todo lo que se desea, si se siguen seis reglas de oro, de
apariencia simple pero efectivas para lograr lo que deseamos.
Este genial hombre afirmaba que las
fuerzas secretas de la naturaleza están confiadas a seres espirituales
con mente positiva frente a las personas y a todo lo que les suceda. Y
Paracelso sabía lo que decía, porque había llegado a conocer las fuerzas
misteriosas del mundo invisible que nos rodea y que tienen gran
influencia en nosotros...

Siete
Reglas de Paracelso...

1.- Lo primero es mejorar la salud.-
Para ello hay que respirar con la mayor frecuencia
posible, honda y rítmica, llenando bien los
pulmones, al aire libre o asomado a una ventana.
Beber diariamente en pequeños sorbos, dos
litros de agua, comer muchas frutas, masticar
los alimentos del modo más perfecto posible, evitar el
alcohol, el tabaco y las medicinas, a menos que estuvieras por alguna
causa grave sometido a un tratamiento. Bañarte
diariamente, es un habito que debes a tu
propia dignidad.


2.- Desterrar absolutamente de tu ánimo, por mas motivos que existan, toda
idea de pesimismo, rencor, odio, tedio, tristeza, venganza y pobreza.Huir como de la peste de toda
ocasión de tratar a personas maldicientes, viciosas,
ruines, murmuradoras, indolentes, chismosas, vanidosas o vulgares e
inferiores por natural bajeza de entendimiento o por tópicos
sensualistas que forman la base de sus discursos u
ocupaciones. La observancia de esta regla es de importancia
decisiva: se trata de cambiar la espiritual contextura de tu
alma. Es el único medio de cambiar tu destino, pues
este depende de nuestros actos y pensamientos. El azar no existe.


3.- Haz todo el bien posible.
Auxilia a todo desgraciado siempre que puedas, pero jamás tengas
debilidades por ninguna persona. Debes
cuidar tus propias energías y huir
de todo sentimentalismo.


4.- Hay que olvidar toda ofensa, mas aun: esfuérzate por pensar bien del
mayor enemigo.
Tu alma es un templo que no debe ser jamás
profanado por el odio. Todos los grandes seres se han dejado guiar por
esa suave voz interior, pero no te hablara así de pronto,
tienes que prepararte por un tiempo; destruir las superpuestas capas de
viejos hábitos, pensamientos y errores que pesan sobre tu espíritu, que es
divino y perfecto en si, pero impotente por lo imperfecto del vehículo que le
ofreces hoy para manifestarse, la carne flaca.


5.- Debes recogerte todos los días en donde nadie pueda turbarte, siquiera
por media hora, sentarte lo más cómodamente posible con los ojos
medio entornados y no pensar en nada.
Esto fortifica enérgicamente el cerebro y el Espíritu y
te pondrá en contacto con las buenas influencias. En
este estado de recogimiento y silencio, suelen ocurrírsenos a
veces luminosas ideas, susceptibles de cambiar
toda una existencia. Con el tiempo todos los
problemas que se presentan serán resueltos victoriosamente por
una voz interior que te guiara en tales
instantes de silencio, a solas con tu conciencia. Ese es el daimon de
que habla Sócrates.




6.- Debes guardar absoluto silencio de todos tus asuntos personales.
Abstenerse, como si hubieras hecho juramento solemne, de referir a los demás,
aun de tus más íntimos todo cuanto pienses, oigas, sepas, aprendas,
sospeches o descubras. por un largo tiempo al menos debes ser como casa
tapiada o jardín sellado. Es regla de suma importancia.
7.- Jamás temas a los hombres ni te inspire sobresalto el DIA mañana.
Ten tu alma fuerte y limpia y todo te saldrá bien. Jamás te creas solo ni
débil, porque hay detrás de ti ejércitos
poderosos, que no concibes ni en sueños. Si elevas tu espíritu
no habrá mal que pueda tocarte. El único enemigo a quien debes
temer es a ti mismo. El miedo y desconfianza en el
futuro son madres
funestas de todos los fracasos, atraen las
malas influencias y con ellas el desastre. Si estudias
atentamente a las personas de buena suerte, veras que intuitivamente,
observan gran parte de las reglas que anteceden. Muchas de las que
allegan gran riqueza, muy cierto es que no son del todo buenas personas, en
el sentido recto, pero poseen muchas virtudes que arriba se mencionan.
Por otra parte, la riqueza no es sinónimo de dicha; Puede
ser uno de los factores que a ella conduce, por el poder que nos
da para ejercer grandes y nobles obras; pero la dicha más
duradera solo se consigue por otros caminos; allí donde nunca
impera el antiguo Satán de la leyenda, cuyo
verdadero nombre es el egoísmo...



Paracelso...