El Niño Interior...

jueves, 16 de septiembre de 2010

 





Todos llevamos dentro un Niño Interior Mágico, Amoroso, Puro, Perfecto, Completo, Feliz, Divino... que al nacer olvida su Conciencia Espiritual de ¿Quiénes Somos? Hijos del Amor... Elegimos a nuestros Padres para tener un cuerpo pero nacimos por la Voluntad de Dios para aprender lecciones y cumplir una misión en la vida; con el transcurrir del tiempo vamos escondiendo nuestra capacidad de amar, de asombrarnos, de reír, de abrirnos al mundo y sentir que podemos abrir los bracitos para recibir toda nuestra herencia divina y esto es el derecho a tenerlo todo!!!. Esto se debe a los condicionamientos o programaciones desde el vientre materno, a nuestros padres, entorno familiar, educación, amigos,sociedad, país, etc. Tenemos el poder de re-crear con nuestra mente en unidad con Dios nuestro Padre/Madre Divinos, un pasado diferente y regalarnos en el presente:todo Bien... que podamos imaginar. Comencemos ahora mismo este encuentro y viaje de la mano de nuestro Niño Interior para sanarlo, perdonarlo y liberarlo; amarlo, aceptarlo sin condiciones y hacerlo totalmente feliz día a día.

Una vez que se toma conciencia de cuáles han sido los mensajes que en el pasado nos transmitieron temor, conflicto, culpa y vergüenza, es más fácil reconocer en el presente cuando reaccionamos de maneras impregnadas de esa vieja culpa ante mensajes similares. Perdonarnos en este plano es el proceso de descubrir, reconocer y sanar lo que aprendimos sobre nosotros mismos en relación con las siguientes verdades básicas.

~La verdad es: "Eras y eres una persona Digna de Amor". Tal vez algunos de tus actos no han sido o no sean dignos de amor pero tú sí lo eres. Haz una pausa y reflexiona: ¿Qué aprendiste sobe el amor que merecías cuando estabas creciendo? ¿Qué crees ahora?

~La verdad es: "Eres Inocente". Tal vez eres culpable de ciertos actos. Sin embargo, en tu interior, en tu esencia, eres fundamentalmente inocente, una buena persona. Quizás aprendiste a sentirte culpable de cosas que ni siquiera podrías controlar. Tal vez experimentaste malos tratos físicos o abusos sexuales, en situaciones de alcoholismo u otras, que aún siendo niño sabías instintivamente que"no eran correctas", pero que no podías cambiar. Todo niño que se ha criado en un hogar donde había este tipo de problemas se ha sentido responsable de cosas de las que no podía serlo y ha conocido la impotencia, la vergüenza y la culpa consiguientes. ¿Ibas (o vas) por la vida sintiéndote culpable o pensando que eres una mala persona por cosas que le ocurrieron o sucedieron a tu alrededor en tu infancia?

~La verdad es: "Siempre eres una persona Digna de Amor, de Respeto y Aceptación". Creciste creyendo que los demás te amaban, te respetaban y te aceptaban, incluso aunque no "hicieras" nada especial? ¿O aprendiste que el amor, el respeto y la aceptación eran condicionales, que dependían de cómo actuaras o te comportaras?

Es posible que al menos algunas de las personas que más influyeron en tu desarrollo emocional y mental hayan desconocido y por lo tanto no reconocido la verdad sobre tí. En este caso, aquellos en quienes creías y de quienes más dependías ahogaron en tí la experiencia de la inocencia y la belleza, y la de ser una persona digna de amor. Y, como he dicho anteriormente, para complicar aún más las cosas, estas verdades eran desconocidas en nuestra cultura y lo siguen siendo.

~ La verdad es: "Ya se te ha Perdonado". Ya eres Inocente y una persosa digna de amor y respeto. "Lo queramos o no, estamos Perdonados", afirma el padre Thomas Hopko, que es Teólogo. Estamos perdonados en virtud del hecho de que nuestro Ser está arraigado en el Yo, en el Amor, en la Sabiduría, en la Belleza, en la Inocencia y en lo Divino. Pero estamos condicionados por nuestro pasado personal y la conciencia colectiva; además tenemos libre albedrío, y por lo tanto la capacidad de rechazar nuestra naturaleza, a nuestro Yo, nuestra capacidad de felicidad y, en consecuencia de elegir vivir cautivos del pasado y de los yos pequeños y separados en los que se basa nuestra experiencia del temor, la indignidad, la vergüenza, la crítica y la culpa. El perdón, se hace realidad desenmarañando el sistema de pensamiento en el que se basan el rechazo y el engaño a nosotros mismos y poniéndonos del lado de la inociencia y la belleza fundamentales de quiénes somos y hemos sido siempre. Esto es la Inocencia, la Belleza y la Fuerza de nuestra naturaleza esencial, y la realidad espiritual que está despierta y nos acoge cuando nos hacemos el Regalo del Perdón.

Puede sernos muy útil trabajar con una afirmación "Ahora acepto ser más consciente cuando siento culpa o vergüenza". Entonces, cuando adviertas que te sientes así, haz una pausa. Presta atención a lo que estás pensando y sintiendo. Sigue el sentimiento hacia atrás, hasta el momento en que aprendiste a sentirlo. Respira y recuérdate: "Ahora tengo la opción de reaccionar ante la situación presente con conocimiento y una nueva claridad". También recuérdate: "En lugar de eso, ahora puedo elegir Aceptarme y Amarme".



Curación de Heridas Emocionales del pasado...

Cuando en la infancia se han recibido muchos mensajes negatiavos y uno siente que aún no se acepta a sí mismo y que carece de seguridad emocional, se pueden hacer varias cosas muy efectivas para facilitar la curación... la importancia de acceder al dolor emocional, aceptarlo y liberarlo. Además de éstas, hay otras dos importantes maneras de curar las heridad emocionales: entablar relaciones con otras personas y cuidar la relación con el propio Niño Interior.

Ir en busca de relaciones sanas...

Si cuando éramos niños aprendimos a sentirnos avergonzados y culpables, sin duda levantamos una barrera emocional para protegernos. Es muy probable que se hayan roto contactos interpersonales basados en la seguridad física y emocional, que son esenciales para un desarrollo sano. Si ha ocurrido esto, para el proceso de curación es vital, cuando se es adulto, establecer relaciones que puedan ofrecer seguridad emocional y la aceptación por identificación e empatía. Cuando la relación actual con la pareja, los familiares y los amigos no ofrece ese tipo de seguridad y aliento, es bueno hacer un esfuerzo por buscar y entablar esas relaciones fuera.

Para ir en busca de relaciones sanas se requiere valor, y aceptar; correr el riesgo de ser rechazado nuevamente. Pero cuando se está dispuesto a establecer una relación así, quizá por primera vez se experimentará el perdón, en el sentido de que por fín uno se siente respetado y aceptado, al margen de otros sentimientos, de lo que se necesite, de lo que "haga" o de la historia de su vida. Mientras se afirman nuestra valía y nuestra aceptabilidad implícitas, aprendemos que verdaderamente somos dignos de amor e interés y que no hay riesgo en ser vulnerables y sentir. Esta relación nos ofrece el contexto para descubrir que no hay peligro en el hecho de tener necesidades, confiar y sentir. A medida que vamos construyendo lentamente un puente interpersonal, cimentado en el respeto, con otro ser humano, desarrollaremos lo que nos faltó en la infancia el sentimiento de valía, la autoestima y el amor por nosotros mismos.

Curación del Niño Interior...

Ultimamente muchas disciplinas psicológicas han comprendido la importancia del trabajo con el "Niño inerior" y lo utilizan como un poderoso instrumento para sanar viejas heridas emocionales. Además de buscar relaciones que nos apoyen y nos nutran, también podemos mirar en nuesto interior para acceder a nuestra sabiduría y nuestro poder para nutrirnos.

El Niño Interior de cada uno de nosotros necesita saber que es y siempre ha sido digno de un amor y un respeto incondicionales, aunque hasta el momento no lo haya experimentado.

Muchos adultos se sienten avergonzados de los sentimientos inocentes de su Niño Interior. Suele producir mucha verguenzaa inhibición exponer y hablar de la soledad, el terror y el sufrimiento de ese niño con otro ser humano. Muchos adultos se critican por tener esos sentimientos, diciéndose, por ejemplo: "¿Es que acaso son uy bebé? ¡Se supone que soy una persona adulta!



El Niño Interior de cada uno de nosotros necesita saber que es y siempre ha sido digno de un amor y un respeto incondicionales, aunque hasta el momento no lo haya experimentado. "Me siento idiota... ¿de qué tengo que tener miedo?" En el proseso de sanar el sufrimiento, la culpa y la verguenza de nuestro Niño Interior hemos de acoger sus verdaderos sentimientos con amabilidad y compasión, haciénsole saber que ahora tiene a alguien con quien compartir su dolor. Este es el trabajo del Adulto Interior sano.

Es posible que el adulto se sienta tan herido que le parezca difícil, si no imposible, ofrecer a su Niño Interior, el amor, el perdón y la seguridad que necesita. Incluso puede descubrir que siente desprecio por el temor de su Niño Interior. Esta situación resulta muy útil evocar en la imaginación un símbolo universal (por ejemplo, la Gran Madre, el Hombre Sabio, la Hechicera, el Sumo Protector) que para uno encarne todas las cualidades que necesita su Niño Interior en ese momento.

Cualquiera de estos símbolos universales evoca en la conciencia una potente energía psíquica que puede servir de fuente dinámica de inspiración y curación. Un ejemplo de arquetipo que puede proporcionar seguridad a nuestro Niño Interior es el de la Gran Madre, lo femenino como fuente de vida y sustento. Cuando se evoca la Gran Madre en la imaginación, ella encarna los atributos de un ser que está indiscutiblemente presente para protegernos, nutrirnos, amarnos y guiarnos. Al relajarnos, abandonar toda inhibición y permitirnos a nosotros mismos comunicarnos con la realidad de esa presencia, comensamos a sanar y a interiorizar sus atributos.

Visualización: Invocación de la Gran Madre...

Imagina durante unos momentos la presencia de la Gran Madre, un ser amante, sustentadora, poderosa y dedicada a tu bienestar... Ahora te abres a la presencia de ese ser en tu vida... Imagínate que ella está ahí para proteger y acompañar a tu Niño o Niña Interior y que jamás te abondanará cuando lo necesites. Durante un momento siente su sabiduría y la firmeza que le da la furia necesaria para proteger a tu Niño Interior si alguna vez su Yo esencia está amenazado, igual como una leona protegería a su cachorro en peligro. Ella siempre está ahí, asequible para tu Niño Interior. Imagina cómo siente éste al saber que ese ser amoroso, fuerte y entregado está ahora ahí a tu lado.

Además de evocar al arquetipo sustentador, uno mismo, al adulto, puede volver atrás en el tiempo y ofrecer a su asustado Niño Interior el respeto, el amor y la seguridad que se le negó. Con el tiempo, este Niño comenzará a sentirse lo suficientemente cómodo para abrirse a la parte creativa, espontánea y acogedora de su naturaleza. Este tipo de proceso nos ofrece la oportunidad de retrocer en nuestra historia personal y ser nuestros padres, protegernos, consolarnos y convertirnos en nuestros propios amigos.

Además, de hacer los ejercicios y visualizaciones que vienen a continuación, sería muy útil que nos tomáramos un tiempo cada día para recordar a nuestro Niño Interior, escucharlo y mimarlo de la manera que nos parezca más natural y amorosa. Mirar de vez en cuando una foto nuestra a la edad en que tal vez necesitábamos más amor y apoyo es algo muy valioso.

Este tipo de trabajo interior puede producir emociones muy fuertes, sobre todo cuando se ha tenido una infancia traumática. Realiza las visualizaciones sólo si sientes que deseas hacerlo en este momento. Si tuviste una infancia traumática, es posible que despierten viejos sentimientos que quizá no quieras afrontar ahora. Podrías decidir saltarte las visualizaciones y esperar a hacerlas en otra ocasión en compañía de una persona amiga o de un terapetuta que esté contigo para apoyarte. Haz lo que te parezca más cómodo y seguro.



Visualización del Niño Interior

Reserva un momento cada día para comunciarte con tu Niño Interior. En primer lugar, tómate un tiempo para respirar profundamente y relajarte. Entra en tu interior y toma contacto con tus sentimientos de amabilidad, dulzura, compasión, fuerza y amor... Después retrocede hasta algún momento de tu infancia en que sentiste que te juzgaban, te abandonaban emocionalmente, te trataban con insensibilidad, en que sentiste culpa, vergüenza, temor e indignidad, en que sentiste que no te amaban... Ahora permite que tu Adulto Interior, que es fuerte, acogedor, compasivo y amante, conozca a tu Niño Interior, que necesita consuelo y amor... Que tu Adulto esté ahí plenamente para tu Niño, para ofrecerle el respeto incondicional y la seguridad que en otro tiepo le fueron negados... Deja que tu Niño Inteiror te cuente su experiencia, tal como la sientio. Tranquílizalo y dile que, pase lo que pase, no le abandonarás.

Repasa los años de tu vida pasada y en cada uno asegura a tu Niño, con amor, que es hermoso y simpático, digno de amor, respeto y adoración.

Escúchale contar la expaeriencia de su nacimiento. ¿Se sintió deseado y amado? Sean cuales fueren sus sentimientos, hazle saber que tiene derecho a estar aquí y que ahora es amado... Date la bienvenida al mundo. encuentra en tu interior aquella parte de ti que en es amante, amable y generosa, trátate como si fueras tu único hijo o hija...

Ahora escucha la experiencia de tu Niño Interior de un año de edad. Exprésale todo tu amor y tu respeto. Hazle saber que está a salvo. Comunícale tu alegría. Ve y reconoce su luz... Siguiendo tu propio ritmo, continúa a través de los años hasta llegar a la edad que tienes actualmente.

Si repasar cada año de tu vida hasta hoy es más de lo que sientes que puedes hacer ahora o más de lo que necesitas, elige sólo aquellos momentos en que no te respetaron y sentiste miedo y confusión. Tal vez tu mayor necesidad fue tener un aliado cariñoso en la escuela. En este caso, retrocede en tu imaginación y sé para ti un maestro o una maestra, un amigo o una amiga. Defiende y apoya tus talentos y capacidades... Haz saber a tu Niño Interior que es inteligente y creativo, y que es un gran placer estar en su compañía...

Tómate todo el tiempo que necesites y, cuando sientas que has llegado el momento de hacerlo, continúa con tu día...



Amor, Sonrisas y Bendiciones!