EL GRIAL ES LA MUJER SOLAR...

domingo, 3 de octubre de 2010

 





"El poder de la transformación espiritual de la mujer, en relación con su sexualidad, no podría desarrollarse en una relación de esclavitud con el hombre. Para salvaguardar su virtud esencial, para preservar esa libertad creadora que es herencia divina, Lilith se rebeló contra Adán y le abandonó.

LiLiTh...El PoDeR De La LiBeRtAd...

Lilith fue la primera mujer de Adán. La fuente de los conflictos que surgieron entre ellos era de tipo sexual, ya que ella rechazó yacer constantemente debajo de él durante el acto sexual. El hombre y la mujer, con su primer conflicto tocaban dos problemas clave que van unidos: sexo y poder. A partir de la rebelión de Lilith, los escritos la relegan a representar el poder femenino maléfico, demoníaco y maldito, que vive en el dolor. Este arquetipo que asocia la libertad de la mujer a una imagen terrorífica sirve para que hombre y mujer la rechacen por siempre. Los dioses del patriarcado alimentaron esta imagen negativa de la mujer libre y poderosa, y este arquetipo vive aún hoy día en el inconsciente colectivo. ¡Cuántas mujeres han hecho callar en ellas su fuente de inspiración, sus deseos y sus impulsos para obedecer al esquema proyectado por su compañero o la sociedad!
Como Isis, Lilith ostenta el poder por su rechazo, su libertad y su silencio. Dadora de muerte y de vida, es la insustituible mediadora del momento del gran paso, la iniciadora, la que plantea enigmas, la despertadora implacable, la guardiana de los umbrales prohibidos. Como todas las grandes diosas madre puede llegar hasta el sacrificio de su hijo-amante para que él nazca a su libertad y lucidez.
El poder de la iniciadora es de doble filo. Puede matar, suprimir, mandar a los infiernos o bien liberar las ataduras y permitir el paso. El poder de la mujer puede revelarse benéfico o maléfico según el grado de evolución y conocimiento de esa mujer. Lilith puede hacer un mal uso de su poder y libertad mientras no haya adquirido la sabiduría de su rol. Sigue siendo la indispensable "puerta de paso" y en tanto que le permite tener ese lugar el hombre se otorga la posibilidad de su despertar. La mujer iniciada dispone de la fuerza sexual de su destino y trata de ajustar sus actos a esa disposición vital y espiritual que es el eje de su infinita libertad."


"La divinidad eterna, la que representa el poder y la soberanía es una divinidad femenina, dice Markale en la Femme Celte. Esta feminidad eterna es la de la mujer-sol, porque el Grial es luz, de la misma forma que la mujer es luz, la luz del sol. La luz de la mujer-sol es de orden espiritual, sin duda alguna. Nuestra civilización busca la paz, la conciencia, la sabiduría, de la misma forma que busca a la mujer solar, la única que puede aportar la curación del rey actual, herido en su alma. Aquel que encuentra a la mujer solar, encuentra el Grial.
La búsqueda del Grial sería una tentativa de restaurar la feminidad en su poder, poder usurpado por la violencia masculina dentro de una sociedad que se construye sobre la agresividad. Y esta búsqueda aún prosigue. Todos los rostros de mujer con los que se encontrarán los héroes del Grial se reducen con frecuencia a una sola y misma mujer que asume múltiples rostros seductores o repugnantes para instruirlos mejor, ayudarlos, amarlos.
El ejercicio es terriblemente peligroso porque, por el momento, la mujer con frecuencia no es más que una caricatura del hombre y una caricatura de si misma. Para que el hombre la encuentre es necesario que prepare las condiciones de su paso, de su resurgimiento, por lo que es necesario que se despoje de una parte de su agresividad destructiva, de su angustia milenaria, de su deseo compulsivo por el útero-vagina. J. Markale muestra que la búsqueda del Grial entronca con una búsqueda de la mujer, con una búsqueda del útero de la Diosa Madre. Toda la historia de la búsqueda del Grial está jalonada de historias femeninas y de encuentros, pero los caballeros en ningún momento son conscientes de lo que verdaderamente buscan. Su objetivo está representado por una copa y una luz y podemos descifrar esta imagen como la de la feminidad sagrada o la de la mujer iniciada.
El verdadero caballero es el que permitirá que la mujer reencuentre su verdadero rostro y le remita el ejercicio de la soberanía para el mayor bien de uno y otro. Esta soberanía que se ejercería en la vida y en el amor ya no tendría relación con la competitividad, se extendería como una onda benéfica y ensalzadora en el sentido de lo divino que está incluido dentro de lo humano.
¿Se trata, acaso, de que el hombre se convierta en ese Hijo de la Madre que eliminará al Padre para devolver su soberanía a la gran Madre, mujer eterna, múltiple, divina, que reina en los subterráneos del mundo y del inconsciente mientras espera recuperar su naturaleza iniciática y transformadora?"

La mujer solar. Paule Salomon. Ediciones Obelisco.

La mujer solar, Paule Salomon. Ediciones Obelisco.