En el principio, la divinidad femenina estuvo presente en la cotidianidad
religiosa y social de las diferentes etnias que poblaban el planeta,
entre ellos los Mesopotámicos, los Babilonios, los Cretence Micénicos,
los Egipcios, etc... por su manifiesta importancia en la creación de
las diferentes especies.De la observación constante de los fenómenos
cósmicos, de la naturaleza y la luminaria mas cercana al ser humano, la
Luna, los antiguos concluyeron su importancia, ya en los ciclos de la
fecundidad, ya en los cultivos y su producción, y hasta en los ciclos
menstruales de la mujer, dando origen a una religión cósmica que
implicaba constantes cambios en la cotidianidad de la vida y en donde el
objeto de culto divino era la Madre Tierra o Pacha Mamma, por supuesto,
todos los seres que la habitaban eran sus hijos, sometidos a sus leyes
naturales.La identidad de la Mujer con la Madre Naturaleza, el
misterio de su sexualidad, su fecundación y su facultad de progenie de
la especie, contribuyeron grandemente en la creación del culto de la
GRAN DIOSA y sus sacerdotisas, pero la GRAN DIOSA no era solo una
divinidad; ella era fascinación, era unificación de una multiplicidad,
una unidad nacida de lo visible y trascendente, lo cual sigue siéndolo
hasta nuestros días.En la antigüedad la Luna representaba el
principio femenino. Cuando se descubrió su influencia sobre los fluidos y
sobre el crecimiento de los frutos de la Tierra, en muchas
civilizaciones fue elevada a divinidad y adorada como la "Gran Madre".
Los egipcios consideraron su importancia igual a la del Sol y la
representaron siempre estrechamente ligada a éste. La Luna en la
Mitología está simbólicamente ligada a la naturaleza y a todo lo
femenino. Si esto por una parte representa la vida y todo aquello que
pertenece al regazo materno, por otra parte puede suscitar en el hombre
temores inconscientes por cuanto de misterioso y arcano él ha visto
siempre en la naturaleza femenina, estando por tanto en la base de su
misoginia. La Luna es también la imaginación, la fantasía, el sueño, la
noche y la memoria...
“Beraeschith bara Elohim eth ha-schamain v’eth ha-aretz” El
primer versículo del Génesis hace saber que no se trata de una
“creación” o al menos de una nueva idea creatríz original. Una vez más,
ratifico que la lectura del Genesis: “Al comienzo Dios creó los cielos y
la tierra” es una traducción completamente arbitraria, ya que el texto
original si no es claro para una traducción profana, no es menos
profundamente Iniciática. “Beraeschith bara Elohim eth ha-schamain v’eth ha-aretz”,
es un principio ante todo “Dios era un principio inconsciente e
inteligente” y no pues un “comienzo” –como concepto de tiempo-. Hay una
idea: un “Pensamiento” original y de ese Pensamiento Inteligente de Dios
emana “inconscientemente” aquello que seguirá ...Además la segunda
palabra de ese versículo “bara” que se tradujo por “creó”, es más
sutilmente caracterizada por “emanó”.Para una mejor comprensión de
el Génesis, voy a transcribir las palabras textuales de mi padre en una
de sus enseñanzas iniciática: -“…Hija no olvides que el Génesis, es la
Historia de la Creación, que si se toma al pie de la letra su contenido
veremos que es un absurdo su realización, convirtiéndose en una
historieta que hace reír a cualquier colegial actual …En verdad, el
Génesis oculta un profundo sentido simbólico, solo descifrable con
claves y estas claves se encuentran: En el simbolismo egipcio; en el
simbolismo de todas las religiones del antiguo ciclo y en la síntesis de
la doctrina de los INICIADOS, los cuales permanecen activos en todas
las Eras…”-Retomando los conceptos del Hermetismo, generados por el
Génesis, donde nos señala que Adám fue creado a imagen y semejanza de
Dios, es decir varón y hembra, porque Dios es andrógino. Por otra parte,
según las palabras pronunciadas por el Creador, nos da la idea de estar
hablando en Plural. Si tienes alguna duda, lean el Génesis, en su
verdadera traducción del hebreo, donde dice: “…Y dijo Dios: Hagamos al
hombre a nuestra imagen y semejanza…” luego esto implica que, si Dios
hizo a Adám a Su plural imagen y a “nuestra semejanza” entonces se trata
de una creación andrógina, una operación por dos esencias divinas,
representadas por Ischa la hembra, cuyo nombre sagrado está conformado
por las letras hebreas Aleph-Yod-Shin y por Isch, o principio varonil,
que en hebreo significa “hombre” …En el Génesis se habla de estas dos
esencias interviniendo en la creación humana, y a nivel biológico, es
bien sabido que, es la unidad cromosómica impar “XY” la que define el
sexo masculino en el feto, mientras que la unidad cromosómica par “XX”
define el sexo femenino...
En
otro aparte... Antes de la caída de Adám, como lo esboza la Biblia en
su pasaje de la tentación de Adám a causa de Eva y tal como Platón y
Pitágoras lo manifestaron, este, en el mundo Briáhtico, no requería de
un cuerpo físico, le era suficiente el de la Luz Astral para cumplir la
unión, teniendo entendido que este ultimo cuerpo, corresponde a la
región cósmica donde se elaboran las formas y donde se efectúa las
TRANSFORMACIONES esenciales de las individualidades terrestres, siendo
allí donde se encuentran y mandan todas las fuerzas de disociación, que
por supuesto separan el bien del mal; el ser del no ser y de todo
aquello que se niega a ser y desde allí desciende a Yetsirah que es el
Jardín del Edén, donde, por supuesto, los aspectos de varón y hembra ya
separados, asumen sus respectivos roles de activo y pasivo que se
corresponden al Espíritu o ADAM y al Alma o EVA.En conclusión: El
simbolismo de la creación nos lleva ha ver el descenso de Adám a través
de los cuatro mundos: el mundo de Atziluth o Emanación; el mundo de
Beriah o Creación; el mundo de Yetsirah o Formación y finalmente el
mundo de Assiah o Acción, siendo este nuestro camino de descenso, porque
en cada uno de nosotros está contenido ese Adám y esa Eva y para que
Adám y Eva o nosotros podamos recuperarnos, debemos asumir el Ascenso,
haciendo conciencia de nuestro Espíritu-Adám y de nuestra Alma-Eva,
evolucionando del plano físico o Assiah, retornando al Jardín del Edén o
Yetsirah, elevándonos al Reino de los Cielos o Briah, para finalmente
unirnos –el Yug- con la Fuente Divina, Viendo al Gran Arquitecto del
Cosmos faz a faz en Atzilouth.Pero continuando con la parte
histórica… La idea de Dios-Padre único, que tuvo su germen en la cultura
judío-cristiana, cobró fuerza con la manipulación de Pedro y Pablo de
las verdaderas enseñanzas del maestro Jesús, y se fortaleció en las
doctrinas del gnosticismo, en las de la iglesia romana, en las del
protestantismo y en las de todas las iglesias cristianas
fundamentalistas actuales, discriminando la esencia divina en la Mujer.Indiscutiblemente
y a través de la historia contada desde hace aproximadamente 6000 años
atrás, podemos ver que el concepto de lo femenino ha estado rodeado de
gran cantidad de tabúes, y sujeto a unos patrones y comportamientos
determinados, según los cuales, la mujer “debe” estar relegada a la
sumisión por parate de la sociedad, por su familia, por la pareja y la
familia de su pareja, porque se convirtió en un objeto y esclava sexual y
de reproducción.Todo ello ha conllevado a que la mujer durante
todos los tiempos de la era judeo-cristiana y en la actual se encuentre
denigrada, en un claro estado de inferioridad y menosprecio.Para el
pensamiento occidental la Mujer siempre ha sido una parte del hombre,
concepto este enraizado en la premisa de que Eva fue creada de una
costilla de Adán, para el pensamiento oriental la Mujer es la compañera
sublime del hombre.En la parte material, la Mujer representa el Ser
Humano Femenino, o el Femenino-Creador. En la parte esotérica,
representa la Diosa Madre, la Madre Tierra, la energía Yin. Así podemos
considerar a la mujer como el tipo más alto de la belleza terrestre;
pero la belleza terrestre esta vinculada a la manifestación de los
atributos divinos.Oriente siempre ha sabido apreciar el fondo
intangible de las influencias energéticas y las de las fuerzas vitales,
generadoras de todo lo tangible que esta a nuestro alrededor. Igualmente
contemplaron lo insondable e indefinido del universo desde donde parte
toda la fenomenología de la existencia cósmica percatándose del
potencial invisible e ilimitado del cosmos para generar a partir del NO
SER el milagro del SER de todos los seres.Este gran útero o gran
óvulo cósmico no fecundado, pero lleno de vida, capacitado para ser el
origen, podemos considerarlo como la manifestación del Principio Único
en su esencia femenina en donde se encuentra la Shekinath, la cual es
idéntica al Gran Todo, solo se diferencia por el estado y por la
naturaleza. Este atributo divino en las religiones orientales es
considerado la gran Matriz Cósmica o sea la Madre Celeste, o lo que el
Génesis expresa como: “… las tinieblas reinaban sobre la faz del abismo
...”. Es decir el principio del principio.Por otra parte, tenemos
que comprender que la matriz, la madre de todas las cosas, es el verbo
SER, eternamente en acción y representado por Dios en la formación de
Eva (mitológicamente una primera mujer), la cual puede ser considerada
como el radio (el medio, la posibilidad) para expandirse en el mundo en
manifestación y que esta muy bien simbolizado por el circulo,
caracterizado a su vez, en si mismo, por las 22 letras del alfabeto
hebraico (las 22 letras divididas entre los siete planetas dan esta
formula universal de Pi, o dicho de otro modo 22 dividido por 7 es igual
a 3,1428571).En la Religión Antigua, la que ha existido siempre: el
Yug, el Tao y la Vía al igual que todas las cosas y todos los fenómenos
tienen dos aspectos: un aspecto Yin (femenino) y un aspecto Yang
(masculino). Esto se halla directamente unido a la impermanencia del
mundo manifestado, a la alternancia de los contrarios, y representa el
fundamento mismo del movimiento perpetuo del universo. Ningún fenómeno
persiste eternamente en su naturaleza particular. Los criterios de lavida
se definen en comparación con la muerte, el alivio solo se percibe en
relación con el dolor, la felicidad en relación con la infelicidad, el
día en relación con la noche, el movimiento solo es perceptible en
referencia a la inmovilidad. Así pues, el espacio, el tiempo, la
naturaleza, la condición humana y todos los fenómenos perceptibles –ya
sean abordados por la ciencia, la filosofía, el arte o cualquier
dialéctica fundada en la dualidad– pueden expresarse en términos de
Yin/Yang. Esto explica que la teoría del Yin/Yang sea omnipresente en
las culturas tradicionales, en la medicina, la astronomía, la
agricultura, la política, la caligrafía, la pintura, la música, la
arquitectura, la cocina, las artes marciales, el ajedrez y por supuesto
en los conceptos esotéricos e iniciáticos...
MYNERVA MODESTA VELAZCO...
domingo, 15 de agosto de 2010
La sensación de «Yo soy»
Interlocutor: Es su hecho de experiencia diaria que al despertar el
mundo aparece repentinamente. ¿De dónde viene?
Maharaj: Antes de que algo pueda venir a ser debe haber alguien a quien
venga. Toda aparición y desaparición presupone un cambio
respecto a un trasfondo sin cambio.
Int: Antes de despertar yo era inconsciente.
Mah: ¿En qué sentido? ¿Por haber olvidado o por
no haber experimentado? ¿No experimenta usted aunque esté
inconsciente? ¿Puede usted existir sin conocer? Un lapso en la memoria:
¿es una prueba de no existencia? ¿y puede usted hablar válida-mente
sobre su propia no existencia como una experiencia efectiva? Usted no puede
decir siquiera que su percepción no existía. ¿No se
despertó usted al ser llamado? Y al despertar, ¿no fue la
sensación de «yo soy» lo que vino primero? Alguna semilla
de consciencia debe haber estado existiendo incluso durante el sueño
o el desvane-cimiento. Al despertar la experiencia se desarrolla así:
«Yo soy —el cuerpo— en el mundo». Puede parecer que surge en
sucesión pero de hecho es todo simultáneo, una única
idea de tener un cuerpo en un mundo. ¿Puede haber la sensación
de «yo soy» sin ser alguien?
Int: Yo soy siempre alguien con sus recuerdos y hábitos. No
conozco ningún otro «yo soy».
Mah: ¿Quizás algo le impide a usted conocer? Cuando usted
no conoce algo que otros conocen, ¿qué hace usted?
Int: Busco la fuente de su conocimiento bajo su instrucción.
Mah: ¿No es importante para usted saber si usted es un mero
cuerpo, o algo dife-rente? ¿O, quizás nada en absoluto? No
ve usted que todos sus problemas son pro-blemas de su cuerpo —comida, vestido,
cobijo, familia, amigos, nombre, fama, segu-ridad, supervivencia— todos
estos pierden su significado en el momento en que us-ted se da cuenta de
que usted no puede ser un mero cuerpo.
Int: ¿Qué beneficio hay en saber que yo no soy el cuerpo?
Mah: Decir que usted no es el cuerpo no es completamente cierto. En
un sentido usted es todos los cuerpos, corazones y mentes y mucho más.
Profundice dentro de la sensación de «yo soy» y encontrará.
¿Cómo encuentra usted una cosa que ha perdido u olvidado?
Usted la mantiene en su mente hasta que la recupera. La sensación
de ser, de «yo soy» es lo primero que emerge. Pregúntese
de dónde viene, o sólo obsér-vela con calma. Cuando
la mente permanece en el «yo soy» sin moverse, usted entra
en un estado que no puede ser verbalizado pero que puede ser experimentado.
Todo lo que usted necesita hacer es insistir una y otra vez. Después
de todo la sensación de «yo soy» está siempre
con usted, sólo que usted le ha adjuntado todo tipo de cosas —cuerpo,
sensaciones, pensamientos, ideas, posesiones etc. Todas esas auto-identificaciones
son extraviatorias. Debido a ellas usted se toma por lo que usted no es.
Int: ¿Entonces qué soy yo?
Mah: Es suficiente saber lo que usted no es. Usted no necesita saber
lo que usted es. Puesto que, mientras que conocimiento signifique descripción
en términos de lo que ya se conoce, ya sea por percepción,
o por conceptualización, no puede haber ninguna cosa tal como conocimiento
de sí mismo, pues lo que usted es no puede ser descrito, excepto
como negación total. Todo lo que usted puede decir es: «yo
no soy esto, yo no soy eso», usted no puede decir a sabiendas «esto
es lo que yo soy». Eso es una insensatez. Lo que usted puede señalar
como «esto» o «eso» no puede ser usted mismo. Ciertamente,
usted no puede ser otro «algo». Usted no es nada percep-tible
o imaginable. Sin embargo, sin usted no puede haber ni percepción
ni imagina-ción. Usted observa al corazón sentir, a la mente
pensar, al cuerpo actuar; el acto mismo de percibir muestra que usted no
es lo que usted percibe. ¿Puede haber per-cepción, experiencia,
sin usted? Una experiencia debe «pertenecer». Alguien debe
venir y declararla como suya propia. Sin un experimentador la experiencia
no es real. Es el experimentador el que imparte realidad a la experiencia.
Una experiencia que usted no puede tener, ¿de qué valor es
para usted?
Int: La sensación de ser un experimentador, la sensación
de «yo soy», ¿no es también una experiencia?
Mah: Obviamente, toda cosa experimentada es una experiencia. Y en toda
expe-riencia surge el experimentador de ella. La memoria crea la ilusión
de la continuidad. En realidad cada experiencia tiene su propio experimentador
y la sensación de iden-tidad se debe al factor común en la
raíz de todas las relaciones experimentador-experiencia. Identidad
y continuidad no son lo mismo. De la misma manera que cada flor tiene su
propio color, aunque todos los colores son causados por la misma luz, así
muchos experimentadores aparecen en la presenciación indivisa e
indivisible, cada uno separado en la memoria, idéntico en la esencia.
Esta esencia es la raíz, el fundamento, la «posibilidad»
atemporal y aespacial de toda experiencia.
Int: ¿Cómo puedo llegar a ella?
Mah: Usted no necesita llegar a ella, pues usted lo es. Ella vendrá
a usted si usted le da una oportunidad. Abandone su apego a lo irreal y
lo real caerá en su propia cuenta rápida y suavemente. Deje
de imaginarse que usted es o que usted hace esto o aquello y la comprehensión
de que usted es la fuente y el corazón de todo amanecerá
en usted. Con esto vendrá un gran amor que no es elección
o predilección, ni apego, sino un poder que hace a todas las cosas
dignas de amor y amables.
2
La Obsesión con el Cuerpo
Interlocutor: Maharaj, usted está sentado en frente de mí
y yo estoy aquí a sus pies. ¿Cuál es la diferencia
básica entre nosotros?
Maharaj: No hay ninguna diferencia básica.
Int: Sin embargo debe haber alguna diferencia real. Yo vengo a usted,
usted no viene a mí.
Mah: Debido a que usted imagina diferencias, usted va aquí y
allá en busca de gente «superior».
Int: Usted también es una persona superior. Usted proclama conocer
lo real, mientras yo no lo hago.
Mah: ¿Le he dicho yo a usted alguna vez que usted no sabe y
que, por lo tanto, usted es inferior? Deje que quienes han inventado tales
distinciones las prueben. Yo no pretendo saber lo que usted no sabe. De
hecho, yo sé mucho menos que usted.
Int: Sus palabras son sabias, su comportamiento noble, su gracia todopoderosa.
Mah: Yo no sé nada sobre todo eso y no veo ninguna diferencia
entre usted y yo. Mi vida es una sucesión de acontecimientos, igual
que la suya. Sólo, yo estoy desa-pegado y veo el espectáculo
que pasa como un espectáculo que pasa, mientras que usted se apega
a las cosas y se mueve con ellas.
Int: ¿Qué le hizo a usted tan desapasionado?
Mah: Nada en particular. Aconteció que confié en mi Gurú.
Él me dijo que yo no soy nada sino mí mismo y yo le creí.
Al confiar en él, me comporté en consecuencia y dejé
de inquietarme por lo que no era mí mismo, ni mío.
Int: ¿Por qué tuvo usted la fortuna de confiar en su
maestro plenamente, mientras nuestra confianza es nominal y verbal?
Mah: ¿Quién puede decirlo? Aconteció así.
Las cosas acontecen sin causa ni ra-zón y, después de todo,
¿qué importa quién es quién? Su elevada opinión
de mí es solo su opinión. En cualquier momento usted puede
cambiarla. ¿Por qué dar impor-tancia a las opiniones, ni
siquiera a las suyas?
Int: Sin embargo, usted es diferente. Su mente parece estar siempre
calmada y feliz. Y en torno a usted ocurren milagros.
Mah: Yo no sé nada sobre milagros, y me pregunto si la naturaleza
admite excep-ciones a sus leyes, a menos de que convengamos que todo es
un milagro. En cuanto a mi mente, no hay ninguna cosa tal. Hay consciencia,
en la que todo acontece. Es completamente evidente y está dentro
de la experiencia de todo el mundo. Única-mente, usted no observa
con suficiente cuidado. Observe bien, y vea lo que yo veo.
Int: ¿Qué ve usted?
Mah: Yo veo lo que usted también podría ver, aquí
y ahora, si no fuera por el en-foque incorrecto de su atención.
Usted no se presta ninguna atención a usted mismo. Su mente está
toda con las cosas, las gentes y las ideas, nunca con usted mismo. Póngase
a usted mismo en el foco, devenga consciente de su propia existencia. Vea
como funciona usted, observe los motivos y los resultados de sus
acciones. Estudie la prisión que ha construido en torno a usted
mismo, por inadvertencia. Al saber lo que usted no es, usted llega a conocerse
a usted mismo. La vía de vuelta a usted mismo es a través
de la negación y del rechazo. Una cosa es cierta: lo real no es
ima-ginario, no es un producto de la mente. La sensación de «yo
soy» no es continua, aunque es un indicador útil; muestra
dónde buscar, pero no qué buscar. Solo obsér-vela.
Una vez que usted está convencido de que usted no puede decir verdaderamente
nada sobre usted mismo excepto «yo soy», y de que nada que
puede ser señalado, puede ser usted mismo, la necesidad del «yo
soy» ha terminado —usted ya no intenta verbalizar lo que usted es.
Todo lo que usted necesita es deshacerse de la tendencia a definirse a
usted mismo. Todas las definiciones se aplican solo a su cuerpo y a sus
expresiones. Una vez que desaparece esta obsesión con el cuerpo,
usted revertirá a su estado natural, espontáneamente y sin
esfuerzo. La única diferencia entre nosotros es que yo soy presenciador
de mi estado natural, mientras usted está aturdido. Lo mis-mo que
el oro convertido en ornamentos no tiene ninguna ventaja sobre el oro en
polvo, excepto cuando la mente lo establece así, de igual modo nosotros
somos uno en el ser —diferimos solo en apariencia. Lo descubrimos siendo
serios, buscando, indagando, preguntando cada día y cada hora, dando
la propia vida a este descubri-miento.
El Presente Vivo
Interlocutor: Por lo que yo puedo ver, no hay nada irregular en mi cuerpo
ni en mi ser real. Ninguno de ellos son de hechura mía y no necesitan
ser mejorados. Lo que no ha ido bien es el «cuerpo interior»,
llámelo mente, consciencia, antahkarana, cualquiera que sea el nombre.
Maharaj: ¿Qué considera usted que no va bien en su mente?
Int: Es inquieta, codiciosa de lo agradable y temerosa de lo desagradable.
Mah: ¿Qué hay de malo en su búsqueda de lo agradable
y en su huida de lo desa-gradable? El río de la vida corre entre
las orillas del dolor y del placer. Es solo cuan-do la mente se niega a
correr con la vida y se aferra a las orillas, cuando eso deviene un problema.
Por correr con la vida quiero decir aceptación —dejar que venga
lo que viene y que se vaya lo que se va. No desee, no tema, observe lo
que acontece, cómo y cuando acontece, pues usted no es lo que acontece,
usted es a quien ello acontece. Finalmente usted no es ni siquiera el observador.
Usted es la potencialidad última de la que la consciencia omniabarcante
es la manifestación y expresión.
Int: Sin embargo, entre el cuerpo y el sí mismo hay una nube
de pensamientos y de sentimientos que no sirven ni al cuerpo ni al sí
mismo. Estos pensamientos y sen-timientos son inconsistentes, transitorios
y desprovistos de significación, mero polvo mental que ciega y sofoca;
sin embargo, están ahí, oscureciendo y destruyendo.
Mah: Ciertamente, la memoria de un acontecimiento no puede pasar por
el acon-tecimiento mismo. Tampoco lo puede su anticipación. Hay
algo excepcional, único, en el acontecimiento presente, que no tienen
el acontecimiento pasado ni el venidero. Hay en él una viveza, una
actualidad; destaca como si estuviera iluminado. En lo que acontece ahora
hay el «sello de la realidad», que el pasado y futuro no tienen.
Int: ¿Qué es lo que da al presente ese «sello de
la realidad»?
Mah: No hay nada peculiar en el acontecimiento presente que lo haga
diferente del pasado y del futuro. Por un momento el pasado fue actual
y el futuro lo devendrá también. ¿Qué hace
al presente tan diferente? Obviamente, mi presencia. Yo soy real porque
yo soy siempre ahora, en el presente, y lo que está conmigo ahora
participa en mi realidad. El pasado está en la memoria, el futuro
—en la imaginación. No hay nada en el acontecimiento presente mismo
que lo haga destacar como real. Puede ser un suceso simple, periódico,
como la campanada de un reloj. A pesar de nuestro co-nocimiento de que
las campanadas sucesivas son idénticas, la campanada presente es
completamente diferente de la anterior y de la siguiente —en tanto que
recordada, o esperada. Una cosa enfocada en el ahora está conmigo,
pues yo soy siempre presente; es mi propia realidad la que yo imparto al
acontecimiento presente.
Int: Pero nosotros tratamos cosas recordadas como si fueran reales.
Mah: Nosotros consideramos los recuerdos, solo cuando irrumpen en el
presente. Lo olvidado no cuenta hasta que uno lo recuerda —lo cual implica
traerlo al ahora.
Int: Sí, puedo ver que hay en el ahora algún factor desconocido
que da realidad momentánea a la actualidad transitoria.
Mah: Usted no necesita decir que es desconocido, pues usted lo ve en
constante operación. Desde que usted nació, ¿ha cambiado
alguna vez? Las cosas y los pensa-mientos han estado cambiando todo el
tiempo. Pero la sensación de que lo que es ahora es real no ha cambiado
nunca, ni siquiera en sueño.
Int: En el sueño profundo no hay ninguna experiencia de la realidad
presente.
Mah: La vacuidad del sueño profundo se debe enteramente a la
falta de recuerdos específicos. Pero hay una memoria general de
bienestar. Hay una diferencia de sen-sación cuando decimos «yo
estaba profundamente dormido» y «yo estaba ausente».
Int: Vamos a repetir la pregunta con la que comenzamos: entre la fuente
de la vi-da y la expresión de la vida (que es el cuerpo), está
la mente y sus estados siempre cambiantes. La corriente de los estados
mentales es sin fin, sin significación y dolo-rosa. El dolor es
el factor constante. Lo que nosotros llamamos placer es sólo un
lap-so, un intervalo entre dos estados dolorosos. El deseo y el temor son
la trama y la urdimbre del hecho de vivir, y ambos están hechos
de dolor. Nuestra pregunta es: ¿puede haber una mente feliz?
Mah: El deseo es el recuerdo del placer y el temor es el recuerdo del
dolor. Am-bos hacen a la mente inquieta. Los momentos de placer son meramente
lapsos en la corriente del dolor. ¿Cómo puede ser feliz la
mente?
Int: Eso es verdad cuando deseamos placer o esperamos dolor. Pero hay
mo-mentos de dicha inesperada, imprevista. Dicha pura, no contaminada por
el deseo. No buscada, no merecida, dada por Dios.
Mah: Sin embargo, la dicha solo es dicha frente a un trasfondo de dolor.
Int: ¿El dolor es un hecho cósmico, o puramente mental?
Mah: El universo es completo y donde hay completud, donde no falta
nada, ¿qué puede dar dolor?
Int: El universo puede ser completo como un todo, pero incompleto en
los deta-lles.
Mah: Una parte del todo vista en relación al todo es también
completa. Solo cuando se ve aisladamente deviene deficiente y así
un foco de dolor. ¿Qué es lo que lleva al aislamiento?
Int: Las limitaciones de la mente, por supuesto. La mente no puede
ver el todo por la parte.
Mah: Muy bien. La mente, por su naturaleza misma, divide y opone. ¿Puede
ha-ber alguna otra mente, que una y armonice, que vea el todo en la parte
y la parte co-mo totalmente relacionada con el todo?
Int: La otra mente —¿dónde buscarla?
Mah: Yendo más allá de la mente que limita, divide y
opone. Poniendo fin al proceso mental tal como nosotros lo conocemos. Cuando
éste llega a su fin, nace esa mente.
Int: ¿En esa mente ya no existe el problema de la alegría
y de la pena?
Mah: No como nosotros las conocemos, como deseable o repugnante. Deviene
más bien una cuestión de amor que busca expresión
y que encuentra obstáculos. La mente inclusiva es amor en acción,
batallando contra las circunstancias, inicialmente frustrado, finalmente
victorioso.
Int: Entre el espíritu y el cuerpo, ¿es el amor el que
proporciona el puente?
Mah: ¿Quién más? La mente crea el abismo, el corazón
lo cruza.
4
El Mundo Real está Más Allá de la Mente...
Interlocutor: En varias ocasiones se ha formulado la pregunta en cuanto
a si el universo está sujeto a la ley de causación, o si
existe y funciona al margen de la ley. Usted parece sostener el punto de
vista de que es incausado, de que todo, por peque-ño que sea, es
incausado, que surge y desaparece sin ninguna razón cualquiera que
sea.
Maharaj: Causación significa sucesión en el tiempo de
acontecimientos en el es-pacio, ya sea ese espacio físico o mental.
Tiempo, espacio, causación son categorías mentales, que surgen
y se sumergen con la mente.
Int: Mientras la mente opera, la causación es una ley válida.
Mah: Como todo lo mental, la supuesta ley de causación se contradice
a sí mis-ma. Ninguna cosa en la existencia tiene una causa particular;
el universo entero con-tribuye a la existencia aún de la cosa más
pequeña; nada podría ser como es sin que el universo sea
lo que es. Cuando la fuente y fundamento de todo es la única causa
de todo, hablar de causalidad como una ley universal es incorrecto. El
universo no está limitado por su contenido, porque sus potencialidades
son infinitas; además es una manifestación o expresión
de un principio fundamental y totalmente libre.
Int: Sí, finalmente, uno puede ver que hablar de una cosa como
la única causa de otra cosa es enteramente incorrecto. Sin embargo,
en la vida de hecho nosotros ini-ciamos invariablemente la acción
con miras a un resultado.
Mah: Sí, hay mucha actividad de ese tipo, debido a la ignorancia.
Con sólo que las gentes supieran que nada puede acontecer a menos
que el universo entero lo haga acontecer, lograrían mucho más
con menos gasto de energía.
Int: Si todo es una expresión de la totalidad de las causas,
¿cómo podemos hablar de una acción intencionada hacia
un logro?
Mah: El impulso mismo de lograr es también una expresión
del universo total. Muestra meramente que la energía potencial ha
subido a un punto particular. Es la ilusión del tiempo lo que le
hace a usted hablar de causalidad. Cuando el pasado y el futuro se ven
en el ahora atemporal como partes de un modelo común, la idea de
causa-efecto pierde su validez y la libertad creativa ocupa su lugar.
Int: Sin embargo, yo no puedo ver cómo algo puede llegar a ser
sin una causa.
Mah: Cuando digo que una cosa es sin causa, quiero decir que puede
ser sin una causa particular. Su propia madre no era necesaria para darle
a usted nacimiento; usted podría haber nacido de alguna otra mujer.
Pero usted no podría haber nacido sin el sol y la tierra. Ni siquiera
estos podrían haber causado su nacimiento sin el factor más
importante: su propio deseo de nacer. Es su deseo lo que da nacimiento,
lo que da nombre y forma. Lo deseable es imaginado y deseado y se manifiesta
como algo tangible o concebible. Así se crea el mundo en el que
vivimos, nuestro mundo personal. El mundo real está más allá
del alcance de la mente; nosotros lo vemos a través de la red de
nuestros deseos, dividido en placer y dolor, justo e injusto, interior
y exterior. Para ver el universo como es, usted debe ir más allá
de la red. No es difícil hacerlo, pues la red está llena
de agujeros.
Int: ¿Qué quiere usted decir por agujeros? ¿Y
cómo encontrarlos?
Mah: Mire la red y sus muchas contradicciones. Usted hace y deshace
a cada pa-so. Usted quiere paz, amor, felicidad y trabaja duramente para
crear dolor, odio y guerra. Usted quiere longevidad y se sobrealimenta,
usted quiere amistad y explota a los demás. Vea su red como hecha
de tales contradicciones y suprímalas —su mismo verlas harán
que desaparezcan.
Int: Puesto que mi ver la contradicción hace que desaparezca,
¿no hay ningún la-zo causal entre mi ver y su desaparecer?
Mah: La causalidad, incluso como concepto, no se aplica al caos.
Int: ¿Hasta qué punto es el deseo un factor causal?
Mah: Uno de los muchos. Para cada cosa hay innumerables factores causales.
Pe-ro la fuente de todo lo que es, es la Posibilidad Infinita, la Realidad
Suprema, que está en usted y que da su fuerza, su luz y su amor
a toda experiencia. Pero, esta fuente no es una causa y ninguna causa es
una fuente. Debido a eso, yo digo que todo es incausado. Usted puede intentar
descubrir cómo acontece una cosa, pero usted no puede averiguar
porqué una cosa es como es. Una cosa es como es, porque el univer-so
es como es.
5
Lo que Nace debe Morir
...
Interlocutor: ¿La consciencia que presencia es permanente o no?
Maharaj: No es permanente. El conocedor surge y se sumerge con lo conocido.
Eso en lo que tanto el conocedor como lo conocido surgen y se sumergen,
es más allá del tiempo. Las palabras permanente o eterno
no se aplican.
Int: En el sueño profundo no hay ni lo conocido, ni el conocedor.
¿Qué mantiene al cuerpo sensitivo y receptivo?
Mah: Ciertamente usted no puede decir que el conocedor estaba ausente.
La ex-periencia de las cosas y de los pensamientos no estaba, eso es todo.
Pero la ausencia de experiencia también es experiencia. Es como
entrar en una habitación oscura y decir: «No veo nada».
Un hombre ciego de nacimiento no sabe lo que significa la oscuridad. Similarmente,
sólo el conocedor sabe que no sabe. El sueño profundo es
meramente un lapso en la memoria. La vida continua.
Int: ¿Y qué es la muerte?
Mah: Es el cambio en el proceso de vida de un cuerpo particular. La
integración acaba y comienza la desintegración.
Int: ¿Pero qué hay sobre el conocedor? ¿Con la
desaparición del cuerpo, desapa-rece el conocedor?
Mah: Justamente como el conocedor del cuerpo aparece en el nacimiento,
así de-saparece en la muerte.
Int: ¿Y no queda nada?
Mah: Queda la vida. La consciencia necesita un vehículo y un
instrumento para su manifestación. Cuando la vida produce otro cuerpo,
otro conocedor viene al ser.
Int: ¿Hay un lazo causal entre los sucesivos conocedores del
cuerpo o perceptores del cuerpo?
Mah: Sí, hay algo que puede ser llamado el cuerpo de la memoria,
o cuerpo cau-sal, un registro de todo lo que se pensó, se deseó
y se hizo. Es como una nube de imágenes que se mantienen juntas.
Int: ¿Qué es esta sensación de una existencia
separada?
Mah: Es un reflejo en un cuerpo separado de la única realidad.
En este reflejo lo ilimitado y lo limitado están confundidos y se
toman como si fueran lo mismo. Deshacer esta confusión es el propósito
del Yoga.
Int: ¿No deshace la muerte esta confusión?
Mah: En la muerte solo muere el cuerpo. La vida no muere, la consciencia
no muere, la realidad no muere. Y la vida nunca está tan viva como
después de la muerte.
Int: ¿Pero acaso renace uno?
Mah: Lo que nació debe morir. Solo lo innacido es sin muerte.
Encuentre qué es lo que nunca duerme ni nunca se despierta, y cuyo
pálido reflejo es nuestra sensación de «yo».
Int: ¿Cómo voy a llevar a cabo este encuentro?
Mah: ¿Cómo hace usted para encontrar algo? Mantiene sobre
ello su mente y su corazón. Debe haber un interés y una recordación
sostenidos. Recordar lo que nece-sita ser recordado es el secreto del éxito.
Usted llega a ello por medio de la seriedad.
Int: ¿Quiere usted decir que sólo con querer encontrar
es suficiente? Ciertamente, también se necesitan cualificaciones
y oportunidades.
Mah: Ambas vendrán con la seriedad. Lo que es supremamente importante
es estar libre de contradicciones: la meta y la vía no deben estar
en niveles diferentes; la vida y la luz no deben pelearse; el comportamiento
no debe traicionar a la creencia. Llámelo honestidad, integridad,
entereza; usted no debe retroceder, deshacer, desrai-zar, abandonar el
terreno conquistado. La tenacidad de propósito y la honestidad en
la búsqueda le llevarán a usted a su meta.
Int: ¡Tenacidad y honestidad son dones, ciertamente! Yo no tengo
ni rastro de ellos.
Mah: Todo vendrá a medida que usted avance. Dé usted
primero el primer paso. Todas las bendiciones vienen de dentro. Vuelva
adentro. «Yo soy», usted lo sabe. Sea con ello todo el tiempo
que usted pueda permitirse, hasta que usted revierta a ello espontáneamente.
No hay ninguna vía más simple ni más fácil.
6
La Meditación...
Interlocutor: Todos los maestros aconsejan meditar. ¿Cuál
es el propósito de la meditación?
Maharaj: Nosotros conocemos el mundo exterior de sensaciones y de acciones,
pero de nuestro mundo interior de pensamientos y sentimientos sabemos muy
poco. El propósito principal de la meditación es devenir
consciente y familiarizado con nuestra vida interior. El propósito
último es alcanzar la fuente de la vida y de la consciencia.
Incidentalmente, la práctica de la meditación afecta
profundamente a nuestro ca-rácter. Nosotros somos esclavos de lo
que no conocemos; de lo que conocemos so-mos señores. Cualquier
vicio o flaqueza en nosotros mismos, cuyas causas y funcio-namientos descubrimos
y comprendemos, los vencemos por el conocimiento mismo; lo inconsciente
se disuelve cuando se trae a lo consciente. La disolución de lo
in-consciente libera energía; la mente se siente adecuada y se torna
calmada.
Int: ¿Cuál es la utilidad de una mente calmada?
Mah: Cuando la mente está en calma, nosotros llegamos a conocernos
a nosotros mismos como el presenciador puro. Nos retiramos de la experiencia
y de su experi-mentador y permanecemos aparte en la presenciación
pura, que está entre ellos y más allá de ellos. La
personalidad, basada en la autoidentificación, en imaginarse que
uno es algo: «yo soy esto, yo soy eso», continúa, pero
solo como una parte del mundo objetivo. Su identificación con el
presenciador se rompe.
Int: Por lo que comprendo, yo vivo en muchos niveles y la vida en cada
nivel re-quiere energía. El Sí mismo por su propia naturaleza
se deleita en todo y sus energías fluyen hacia fuera. ¿No
es el propósito de la meditación contener las energías
en los niveles más altos, o empujarlas hacia atrás y hacia
arriba, a fin de permitir que los niveles más altos prosperen también?
Mah: No es tanto una cuestión de niveles como de gunas (cualidades).
La medi-tación es una actividad sattvica y apunta a la completa
eliminación de tamas (inercia) y de rajas (motividad). Sattva puro
(armonía) es libertad perfecta de la pereza y del desasosiego.
Int: ¿Cómo fortalecer y purificar el sattva?
Mah: El sattva es siempre puro y fuerte. Es como el sol. Puede aparecer
obscure-cido por nubes y polvo, pero solo desde el punto de vista del perceptor.
Ocúpese de las causas del oscurecimiento, no del sol.
Int: ¿Cuál es la utilidad de sattva?
Mah: ¿Cuál es la utilidad de la verdad, de la bondad,
de la armonía, de la belleza? Ellas son su propia meta. Se manifiestan
espontáneamente y sin esfuerzo cuando las cosas son dejadas a sí
mismas, cuando no se interfiere en ellas, cuando no se las elu-de, ni se
las desea, ni se las conceptualiza, sino que sólo se experimentan
en la pre-senciación plena. Tal presenciación es ella misma
sattva. Ella no utiliza ni las cosas ni a las gentes —les da realidad.
Int: Puesto que yo no puedo mejorar sattva, ¿tengo que ocuparme
de tamas y ra-jas solo? ¿Cómo puedo ocuparme de ellos?
Mah: Observando su influencia en usted y sobre usted. Preséncieles
en operación, observe sus expresiones en sus pensamientos, palabras
y obras, y gradualmente su poder sobre usted decrecerá y emergerá
la clara luz de sattva. No es un proceso difí-cil ni largo; la seriedad
es la única condición del éxito.
7
La Mente...
Interlocutor: Hay muchos libros interesantes escritos por gentes aparentemente
muy competentes, en los que se niega la ilusoriedad del mundo (aunque no
su tran-sitoriedad). Según ellos, existe una jerarquía de
seres, desde el más bajo al más alto; en cada nivel la complejidad
del organismo permite y refleja la profundidad, la am-plitud y la intensidad
de la consciencia, sin ninguna culminación visible o cognosci-ble.
Una ley suprema gobierna por todas partes: la evolución de las formas
por el crecimiento y el enriquecimiento de la consciencia y la manifestación
de sus poten-cialidades infinitas.
Mah: Esto puede ser así, o no. Incluso si es así, lo
es solo desde el punto de vista de la mente, pero de hecho el universo
entero (mahadakasha) existe solo en la cons-ciencia (chidakasha), mientras
que yo tengo mi estación en lo Absoluto (parama-kasha). En el ser
puro emerge la consciencia; en la consciencia el mundo aparece y desaparece.
Todo lo que es, es mí mismo; todo lo que es, es mío. Antes
de todos los comienzos, después de todos los finales —yo soy. Todo
tiene su ser en mí, en el «yo soy», que brilla en todo
ser vivo. Incluso el no ser es impensable sin mí. Ocurra lo que
ocurra, yo debo estar ahí para presenciarlo.
Int: ¿Por qué le niega usted el ser al mundo?
Mah: Yo no niego el mundo. Yo lo veo como aparece en la consciencia,
que es la totalidad de lo conocido en la inmensidad de lo no conocido.
Lo que comienza y acaba es mera apariencia. El mundo se puede decir
que apare-ce, pero no que es. La apariencia puede durar mucho en alguna
escala de tiempo, y ser muy breve en otra, pero finalmente equivale a lo
mismo. Todo lo que está sujeto al tiempo es momentáneo y
no tiene ninguna realidad.
Int: Ciertamente, usted ve el mundo existente que le rodea a usted
¡Usted parece comportarse con entera normalidad!
Mah: Eso es lo que le parece a usted. Lo que en su caso ocupa todo
el campo de la consciencia es sólo una mota en la mía. El
mundo dura, pero sólo un momento. Es su memoria lo que le hace a
usted pensar que el mundo continúa. Yo mismo, no vivo de memoria.
Yo veo el mundo como es; una apariencia momentánea en la conscien-cia.
Int: ¿En su consciencia?
Mah: Toda idea de «yo» y «mío», incluso
de «yo soy» está en la consciencia.
Int: ¿Es entonces su «ser absoluto» (paramakasha)
inconsciencia?
Mah: La idea de inconsciencia existe solo en la consciencia.
Int: Entonces, ¿cómo sabe usted que usted está
en el estado supremo?
Mah: Porque yo soy en él. Es el único estado natural.
Int: ¿Puede usted describirlo?
Mah: Solo por negación, como incausado, independiente, incomparable,
indiviso, incompuesto, imperturbable, incuestionable, inalcanzable por
el esfuerzo. Toda defi-nición positiva viene de la memoria y, por
lo tanto, es inaplicable. Y sin embargo mi estado es supremamente real
y, por lo tanto, posible, realizable, asequible.
Int: ¿No está usted inmerso atemporalmente en una abstracción?
Mah: La abstracción es mental y verbal y desaparece en el sueño
profundo, o en el desvanecimiento; reaparece en el tiempo; yo soy en mi
propio estado (swarupa) atemporalmente en el ahora. El pasado y el futuro
están solo en la mente —yo soy ahora.
Int: El mundo es también ahora.
Mah: ¿Qué mundo?
Int: El mundo que nos rodea.
Mah: Es su mundo lo que usted tiene en la mente, no el mío.
¿Qué sabe usted de mí, cuando incluso mi conversación
con usted está solo en su mundo? Usted no tiene ninguna razón
para creer que mi mundo es idéntico al suyo. Mi mundo es real, ver-dadero,
como es percibido, mientras que el suyo aparece y desaparece, según
el esta-do de su mente. Su mundo es algo extraño, y usted tiene
miedo de él. Mi mundo es mí mismo. Yo soy en casa.
Int: Si usted es el mundo, ¿cómo puede usted ser consciente
de él? ¿No es el su-jeto de la consciencia diferente de su
objeto?
Mah: La consciencia y el mundo aparecen y desaparecen juntos, de manera
que son dos aspectos del mismo estado.
Int: En el sueño profundo yo no soy, y el mundo continúa.
Mah: ¿Cómo lo sabe usted?
Int: Al despertar lo sé. Mi memoria me lo dice.
Mah: La memoria está en la mente. La mente continúa en
el sueño.
Int: Está parcialmente en suspenso.
Mah: Pero su imagen del mundo no es afectada. Mientras que la mente
está ahí, su cuerpo y su mundo están ahí. Su
mundo está hecho de mente, es subjetivo, está encerrado dentro
de la mente, es fragmentario, temporal, personal, cuelga del hilo de la
memoria.
Int: ¿Es así el suyo?
Mah: ¡Oh, no! Yo vivo en un mundo de realidades, mientras que
el suyo es de imaginaciones. Su mundo es personal, privado, incompartible,
íntimamente suyo. Nadie puede entrar en él, ver como usted
ve, oír como usted oye, sentir sus emocio-nes y pensar sus pensamientos.
En su mundo usted está verdaderamente solo, ence-rrado en su sueño
siempre cambiante, que usted toma por la vida. Mi mundo es un mundo abierto,
común a todos, accesible a todos. En mi mundo hay comunidad, pe-netración
inteligible, amor, cualidad real; lo individual es lo total, la totalidad
—en lo individual. Todos son uno y el Uno es todos.
Int: ¿Está su mundo lleno de cosas y de gentes como lo
está el mío?
Mah: No, está lleno de mí mismo.
Int: ¿Pero usted ve y oye como nosotros?
Mah: Sí, yo parezco oír y ver y hablar y actuar, pero
para mí eso sólo acontece, como acontecen para usted la digestión
o la transpiración. La máquina del cuerpo-mente se ocupa
de eso pero me deja fuera de ella. Lo mismo que usted no necesita ocuparse
del crecimiento de su cabello, así yo no necesito ocuparme de las
palabras y las acciones. Ellas simplemente acontecen y me dejan en paz,
pues en mi mundo nada marcha nunca incorrectamente.
8
El Sí Mismo Está Más Allá de la Mente...
Interlocutor: Cuando era un niño experimenté muy a menudo
estados de felicidad completa, cercanos al éxtasis. Más tarde,
cesaron. Pero desde que vine a la India rea-parecieron, particularmente
desde que le encontré a usted. Sin embargo estos estados, por maravillosos
que sean, no son duraderos. Vienen y van y no hay ningún conoci-miento
de cuando volverán de nuevo.
Mah: ¿Cómo puede algo ser estable en una mente que ella
misma no es estable?
Int: ¿Cómo puedo hacer que mi mente sea estable?
Mah: ¿Cómo puede una mente inestable hacerse a sí
misma estable? Por supuesto no puede. La naturaleza de la mente es vagar
de un lado a otro. Todo lo que usted puede hacer es llevar el foco de la
consciencia más allá de la mente.
Int: ¿Cómo se hace?
Mah: Deseche todos los pensamientos excepto uno: el pensamiento «yo
soy». La mente se rebelará al comienzo, pero con paciencia
y perseverancia cederá y se tran-quilizará. Una vez que usted
esté tranquilo, las cosas comenzarán a acontecer espon-táneamente
y completamente naturales, sin ninguna interferencia de su parte.
Int: ¿Puedo evitar esta dilatada batalla con mi mente?
Mah: Sí, puede. Viva su vida como viene, pero siempre alerta,
siempre vigilante, dejando que todo acontezca como acontece, haciendo las
cosas naturales de modo natural, sufriendo, regocijándose —como
la vida lo traiga. Eso también es una vía.
Int: Bien, entonces puedo casarme, tener hijos, llevar un negocio…
ser feliz.
Mah: Ciertamente. Usted puede ser feliz o no, tómelo a su paso.
Int: Pero yo quiero felicidad.
Mah: La verdadera felicidad no puede ser encontrada en las cosas que
cambian y se desvanecen. El placer y el dolor alternan inexorablemente.
La felicidad viene del sí mismo y sólo puede encontrarse
en el sí mismo. Encuentre su sí mismo real (swa-rupa) y todo
lo demás vendrá con él.
Int: Si mi sí mismo real es paz y amor, ¿por qué
está tan inquieto?
Mah: No es su sí mismo real el que está inquieto, pero
su reflejo en la mente apa-rece inquieto porque la mente es inquieta. Es
como el reflejo de la luna en el agua agitada por el viento. El viento
del deseo agita a la mente, y el «yo», que no es más
que un reflejo del Sí mismo en la mente, aparece cambiante. Pero
esas ideas de mo-vimiento, de inquietud, de placer y de dolor están
todas en la mente. El Sí mismo está más allá
de la mente, presenciador consciente, pero no implicado.
Int: ¿Cómo alcanzarlo?
Mah: Usted es el Sí mismo aquí y ahora. Deje a la mente
en paz, permanezca consciente y no implicado y usted se dará cuenta
de que estar alerta pero desapegado, observando cómo los acontecimientos
vienen y se van, es un aspecto de su naturaleza real.
Int: ¿Cuáles son los otros aspectos?
Mah: Los aspectos son infinitos en número. Dése usted
cuenta de uno, y se dará cuenta de todos.
Int: Dígame usted algo que me ayude.
Mah: ¡Usted sabe mejor lo que usted necesita!
Int: Yo estoy inquieto. ¿Cómo puedo obtener paz?
Mah: ¿Para qué necesita usted paz?
Int: Para ser feliz.
Mah: ¿No es usted feliz ahora?
Int: No, no lo soy.
Mah: ¿Qué le hace a usted infeliz?
Int: Tengo lo que no quiero, y quiero lo que no tengo.
Mah: ¿Por qué no lo invierte usted?: quiera lo que usted
tiene y no se preocupe por lo que no tiene.
Int: Quiero lo que es agradable y no quiero lo que es doloroso.
Mah: ¿Cómo sabe usted lo que es agradable y lo que no
lo es?
Int: Por la experiencia pasada, por supuesto.
Mah: Guiado por la memoria usted ha estado persiguiendo lo agradable
y esqui-vando lo desagradable. ¿Lo ha logrado usted?
Int: No, no le he logrado. Lo agradable no dura. El dolor vuelve de
nuevo.
Mah: ¿Cuál dolor?
Int: El deseo del placer, el miedo del dolor, ambos son estados de
miseria. ¿Hay un estado de placer sin mezcla?
Mah: Todo placer, físico o mental, necesita un instrumento.
Ambos instrumentos físico y mental son materiales, se fatigan y
se agotan. El placer que proporcionan es necesariamente limitado en intensidad
y duración. El dolor es el trasfondo de todos sus placeres. Usted
los quiere porque sufre. Por otra parte, la búsqueda misma del placer
es la causa del dolor. Es un círculo vicioso.
Int: Puedo ver el mecanismo de mi confusión, pero no veo mi
salida de él.
Mah: El examen mismo del mecanismo muestra la salida. Después
de todo, su confusión está solo en su mente, que hasta ahora
nunca se ha rebelado contra la con-fusión y nunca ha logrado hacerse
con ella. Se ha rebelado solo contra el dolor.
Int: ¿De modo que todo lo que puedo hacer es permanecer confundido?
Mah: Esté alerta. Indague, observe, investigue, aprenda todo
lo que pueda sobre la confusión, como opera, lo que le hace a usted
y a otros. Viendo claramente la con-fusión usted deviene limpio
de la confusión.
Int: Cuando miro dentro de mí mismo, encuentro que mi deseo
más fuerte es crear un monumento, construir algo que me sobreviva.
Incluso cuando pienso en un hogar, esposa e hijos, es porque ello es un
testimonio de mí mismo duradero, sólido.
Mah: De acuerdo constrúyase un monumento. ¿Cómo
se propone usted hacerlo?
Int: Importa poco qué construya, mientras sea permanente.
Mah: Ciertamente, usted puede ver por usted mismo que nada es permanente.
Todo se gasta, se viene abajo, se disuelve. El terreno mismo sobre el que
usted cons-truye cede. ¿Qué puede usted construir que sobreviva
a todo?
Int: Intelectualmente, verbalmente, yo soy consciente de que todo es
transitorio. Sin embargo, de algún modo mi corazón quiere
permanencia. Quiero crear algo que dure.
Mah: Entonces usted debe construirlo de algo duradero. ¿Qué
tiene usted que sea duradero? Ni su cuerpo ni su mente durarán.
Usted debe buscar en otra parte.
Int: Anhelo la permanencia, pero no la encuentro en ninguna parte.
Mah: Usted mismo, ¿no es usted permanente?
Int: Yo he nacido, y moriré.
Mah: ¿Puede usted decir verdaderamente que usted no era antes
de nacer y puede usted decir cuando esté muerto: «Ahora ya
no soy». Usted no puede decir desde su propia experiencia que usted
no es. Usted solo puede decir «yo soy». Los demás tampoco
pueden decirle a usted que «usted no es».
Int: No hay ningún «yo soy» en el sueño profundo.
Mah: Antes de hacer afirmaciones tan perentorias, examine usted cuidadosa-mente
su estado de vigilia. Usted descubrirá pronto que está lleno
de vacíos, cuando la mente se queda en blanco. Note cuán
poco recuerda usted incluso cuando está ple-namente despierto. Usted
no puede decir que usted no estuvo consciente durante el sueño.
Simplemente, usted no recuerda. Un vacío en la memoria no es necesaria-mente
un vacío en la consciencia.
Int: ¿Puedo hacerme a mí mismo recordar mi estado de
sueño profundo?
Mah: ¡Por supuesto! Eliminando los intervalos de inadvertencia
durante sus horas de vigilia, usted eliminará gradualmente el largo
intervalo de atención ausente que usted llama sueño. Usted
sabrá que está dormido.
Int: Sin embargo el problema de la permanencia, de la continuidad del
ser, no está resuelto.
Mah: La permanencia es una mera idea, nacida de la acción del
tiempo. El tiempo a su vez depende de la memoria. Por permanencia usted
quiere decir una memoria sin cortes a través de un tiempo sin fin.
Usted quiere eternizar la mente, lo cual no es posible.
Int: ¿Entonces qué es eterno?
Mah: Eso que no cambia con el tiempo. Usted no puede eternizar una
cosa tran-sitoria —solo lo que no cambia es eterno.
Int: Yo estoy familiarizado con el sentido general de lo que usted
dice. No anhelo más conocimiento. Todo lo que quiero es paz.
Mah: Usted puede tener toda la paz que quiera pidiendo.
Int: Estoy pidiendo.
Mah: Debe usted pedir con un corazón indiviso y vivir una vida
integrada.
Int: ¿Cómo?
Mah: Desapéguese de todo lo que torna a su mente inquieta. Renuncie
a todo lo que perturba su paz. Si usted quiere paz, merézcala.
Int: Ciertamente todo el mundo merece paz.
Mah: Sólo la merecen aquellos que no la perturban.
Int: ¿De qué manera perturbo yo la paz?
Mah: Siendo un esclavo para sus deseos y temores.
Int: ¿Incluso cuando están justificados?
Mah: Las reacciones emocionales nacidas de la ignorancia o de la inadvertencia
nunca están justificadas. Busque una mente clara y un corazón
limpio. Todo lo que usted necesita es mantenerse tranquilamente alerta,
indagando en la naturaleza real de usted mismo. Ésta es la única
vía hacia la paz.
9
Respuestas de la Memoria...
Interlocutor: Unos dicen que el universo ha sido creado. Otros dicen
que siempre ha existido y que siempre está sufriendo transformaciones.
Unos dicen que está su-jeto a leyes eternas. Otros niegan incluso
la causalidad. Unos dicen que el mundo es real. Otros —que no tiene ningún
ser.
Mah: ¿Sobre qué mundo está usted preguntando?
Int: El mundo de mis percepciones, por supuesto.
Mah: El mundo que usted puede percibir es ciertamente un mundo muy
pequeño. Y es enteramente privado. Tómelo como un sueño
y entiéndaselas con él.
Int: ¿Cómo puedo tomarlo como un sueño? Un sueño
no dura.
Mah: ¿Cuánto durará su pequeño mundo propio?
Int: Después de todo, mi pequeño mundo no es sino una
parte del total.
Mah: ¿No es la idea de un mundo total una parte de su mundo
personal? El uni-verso no viene a decirle a usted que usted es una parte
de él. Es usted el que ha in-ventado una totalidad para que le contenga
a usted como una parte. De hecho, todo lo que usted conoce es su mundo
privado propio, por muy bien que usted lo haya amueblado con sus imaginaciones
y expectativas.
Int: ¡Ciertamente, la percepción no es imaginación!
Mah: ¿Qué otra cosa es? la percepción es reconocimiento,
¿no es así? Algo ente-ramente desconocido puede ser sentido,
pero no puede ser percibido. La percepción implica la memoria.
Int: Concedido, pero la memoria no lo convierte en ilusión.
Mah: Percepción, imaginación, expectación, anticipación,
ilusión —todas se ba-san en la memoria. Apenas hay líneas
fronterizas entre ellas. Simplemente se funden unas en otras. Todas son
respuestas de la memoria.
Int: Sin embargo, la memoria está aquí para probar la
realidad de mi mundo.
Mah: ¿Cuánto recuerda usted? Trate de escribir de memoria
lo que usted ha esta-do pensando, diciendo y haciendo el día 30
del mes pasado.
Int: Sí, hay un vacío.
Mah: No está tan mal. Usted recuerda un montón —es la
memoria inconsciente la que hace tan familiar el mundo en el que vive.
Int: Admitido que el mundo en el que vivo es subjetivo y parcial. ¿Qué
hay sobre usted? ¿En qué tipo de mundo vive usted?
Mah: Mi mundo es como el suyo. Yo veo, oigo, siento, pienso, hablo
y actúo en un mundo que percibo, lo mismo que usted. Pero para usted
eso es todo, mientras que para mí es casi nada. Sabiendo que el
mundo es una parte de mí mismo, yo no le presto más atención
que la que usted presta al alimento que usted ha comido. Mien-tras está
siendo preparado y comido el alimento está separado de usted y su
mente está con él; una vez tragado, usted deviene totalmente
inconsciente de él. Yo me he comido el mundo y ya no necesito pensar
más en él.
Int: ¿No deviene usted completamente irresponsable?
Mah: ¿Cómo podría? ¿Cómo puedo yo
hacer daño a algo que es uno conmigo? Al contrario, sin pensar en
el mundo, todo lo que yo hago le será beneficioso. Lo mismo que
el cuerpo se pone bien inconscientemente, así yo estoy incesantemente
activo poniendo bien al mundo.
Int: No obstante, ¿usted es consciente del inmenso sufrimiento
del mundo?
Mah: Por supuesto que lo soy, mucho más de lo que lo es usted.
Int: ¿Entonces que hace usted?
Mah: Lo miro a través de los ojos de Dios y encuentro que todo
está bien.
Int: ¿Cómo puede decir usted que todo está bien?
Mire las guerras, la explota-ción, la lucha cruel entre el ciudadano
y el estado.
Mah: Todos esos sufrimientos los hace el hombre y está dentro
del poder del hombre ponerles un fin. Dios ayuda poniendo al hombre frente
a los resultados de sus acciones y pidiendo que el equilibrio sea restaurado.
El karma es la ley que tra-baja por la rectitud; es la mano curativa de
Dios.
10
La Presenciación...
Interlocutor: Yo estoy lleno de deseos y quiero cumplirlos. ¿Cómo
puedo lograr lo que quiero?
Maharaj: ¿Merece usted lo que desea? De un modo u otro usted
tiene que traba-jar por el cumplimiento de sus deseos. Invierta energía
y espere los resultados.
Int: ¿De dónde voy a sacar la energía?
Mah: El deseo mismo es energía.
Int: ¿Entonces por qué no se cumplen todos los deseos?
Mah: Quizás no fue bastante fuerte ni duradero.
Int: Sí, ese es mi problema. Quiero cosas, pero soy perezoso
cuando llega el mo-mento de la acción.
Mah: Cuando su deseo no es claro ni fuerte, no puede tomar forma. Además,
si sus deseos son personales, para su propio disfrute, la energía
que usted les da es ne-cesariamente limitada; no puede ser más que
la que usted tiene.
Int: Sin embargo, a menudo personas ordinarias alcanzan lo que desean.
Mah: Después de desearlo muchísimo y durante mucho tiempo.
Incluso entonces, sus logros son limitados.
Int: ¿Y qué hay de los deseos no egoístas?
Mah: Cuando usted desea el bien común, el mundo entero quiere
con usted. Haga suyo propio el deseo de la humanidad y trabaje usted por
él. Ahí usted no puede fra-casar.
Int: La humanidad es obra de Dios, no mía. Yo estoy interesado
en mí mismo. ¿No tengo el derecho de ver mis deseos legítimos
cumplidos? No harán daño a nadie. Mis deseos son legítimos.
Son deseos justos, ¿por qué no se hacen realidad?
Mah: Los deseos son justos o injustos según las circunstancias;
depende de cómo usted los considere. Es solo para el individuo para
el que una distinción entre justo e injusto es válida.
Int: ¿Cuáles son las líneas directrices para tal
distinción? ¿Cómo puedo yo saber cuales de mis deseos
son justos y cuales son injustos?
Mah: En su caso los deseos que llevan al sufrimiento son injustos y
los que llevan a la felicidad son justos. Pero usted no debe olvidar a
los demás. Su sufrimiento y su felicidad también cuentan.
Int: Los resultados están en el futuro. ¿Cómo
puedo yo saber lo que serán?
Mah: Use su mente. Recuerde, observe. Usted no es diferente de los
demás. La mayoría de sus experiencias son válidas
para usted también. Piense clara y profun-damente, penetre la estructura
entera de sus deseos y sus ramificaciones. Ellos son una parte importantísima
de su entramado mental y emocional y afectan poderosa-mente a sus acciones.
Recuerde, usted no puede abandonar lo que no conoce. Para ir más
allá de usted mismo, usted debe conocerse.
Int: ¿Qué quiere decir conocerme a mí mismo? Al
conocerme a mí mismo, ¿qué es exactamente lo que llego
a conocer?
Mah: Todo lo que usted no es.
Int: ¿Y no lo que yo soy?
Mah: Lo que usted es, usted ya lo es. Sabiendo lo que usted no es,
usted se libra de ello y permanece en su propio estado natural. Todo ello
acontece de modo ente-ramente espontáneo y sin esfuerzo.
Int: ¿Y qué descubro?
Mah: Usted descubre que no hay nada que descubrir. Usted es lo que
usted es y eso es todo.
Int: ¿Pero finalmente qué soy yo?
Mah: La negación última de todo lo que usted no es.
Int: ¡Yo no comprendo!
Mah: Es su idea fija de que usted debe ser una cosa u otra la que le
ciega a usted.
Int: ¿Cómo puedo deshacerme de esta idea?
Mah: Si usted confía en mí, crea cuando le digo que usted
es la presenciación pu-ra que ilumina la consciencia y su contenido
infinito. Dése usted cuenta de esto y viva de acuerdo con ello.
Si usted no me cree, entonces vaya usted al interior, inda-gando «¿qué
soy yo?», o enfoque su mente sobre «yo soy», lo cual
es ser puro y sim-ple.
Int: ¿De qué depende mi fe en usted?
Mah: De su penetración en el corazón de otras gentes.
Si usted no puede ver den-tro de mi corazón, vea dentro del suyo
propio.
Int: Yo no puedo hacer ni lo uno ni lo otro.
Mah: Purifíquese usted por una vida bien ordenada y útil.
Observe sus pensa-mientos, sus sentimientos, sus palabras y sus acciones.
Eso aclarará su visión.
Int: ¿No debo renunciar a todas las cosas primero, y vivir una
vida sin hogar?
Mah: Usted no puede renunciar. Usted puede dejar su casa y dar un disgusto
a su familia, pero los apegos están en la mente y no le dejarán
a usted hasta que usted conozca su mente por dentro y por fuera. Lo primero
es lo primero —conózcase a usted mismo, todo lo demás vendrá
con ello.
Int: ¡Pero usted ya me ha dicho que yo soy la Realidad Suprema!.
¿No es eso co-nocimiento de sí mismo?
Mah: ¡Por supuesto que usted es la Realidad Suprema! ¿Pero
y qué? Cada grano de arena es Dios; saberlo es importante, pero
eso es solo el comienzo.
Int: Bien, usted me ha dicho que yo soy la Realidad Suprema. Yo le
creo a usted. ¿Qué es lo siguiente que tengo que hacer?
Mah: Ya se lo he dicho. Descubra todo lo que usted no es. Ni el cuerpo,
ni los sentimientos, ni los pensamientos, ni las ideas, ni el tiempo, ni
el espacio, ni el ser ni el no ser, ni esto ni eso —nada concreto ni abstracto
que usted pueda señalar es us-ted. Una mera afirmación verbal
no bastará —usted puede repetir una fórmula inaca-bablemente
sin ningún resultado. Usted debe observarse continuamente —particu-larmente
su mente— momento a momento, sin omitir nada. Esta presenciación
es esencial para la separación entre el sí mismo y el no
sí mismo.
Int: La presenciación —¿no es mi naturaleza real?
Mah: Para presenciar, debe haber algo que presenciar. ¡Estamos
todavía en la dualidad!
Int: ¿Qué hay sobre presenciar al presenciador? ¿La
presenciación de la presen-ciación?
Mah: Juntar palabras no le llevará a usted lejos. Vaya usted
adentro y descubra lo que usted no es. Nada más importa...
Yo soy Eso, Nisargadatta Maharaj
Haz lo que quieras... Pero hazlo... Ishwara , es el producto de Maya, de la ilusión de tu consciencia.... Maya es la certeza de existir...
El niño nace y hasta una cierta edad sus padres le son indispensables. Más
tarde, cuando ha crecido, los padres ya no son de tanta utilidad. Se tiene
el recuerdo de haber tenido un ...os padres pero aparte de eso ¿qué te pueden ya
dar? A partir del momento en que el niño puede mantenerse sobre sus piernas
la importancia de los padres comienza a decrecer y cuando es capaz de
asegurarse la subsistencia por si mismo, los padres son ya inútiles.
Del mismo modo, tu sostén es la ignorancia y ella reclama la existencia de
un Dios a quien puedas rogar y adorar, para que te guie, te conceda su
gracia y te proteja. Pero, ¿hasta cuando? Hasta el día en que te establezcas
en tu identidad real: "yo soy". Cuando te ancles en esa presencia en tí
mismo, todos los Dioses habrán cumplido su función y como los viejos padres,
no sirven ya para nada. Ha pasado su tiempo y se van.
Llegado a la adolescencia, el niño trabaja, no tiene ya ninguna necesidad de
la ayuda de sus padres. Del mismo modo, nosotros atravesamos la ignorancia
para establecernos en el conocimiento del ser. Más tarde ese conocimiento es
también trascendido y alcanzamos el Absoluto. Una vez establecidos en el
Absoluto, la noción de ser un "yo soy" deja de interesarnos, se tira, cae.
Así como los padres desaparecen, de la misma forma, el conocimiento "yo
soy", desaparece."
Maharaj: ¿Qué es en realidad lo que quieres? ¿Qué
es exactamente lo que estás buscando?
Visitante: ¿Exactamente que quiero? Bueno, quiero alcanzar la
realidad. Eso es lo que deseo.
M: (riendo): Si tan sólo pudieras darte cuenta de lo gracioso que, es
decir "Quiero alcanzar la realidad". ¿Quién es este "yo" que quiere alcanzar
la realidad? ¿Es esta estructura corporal, este aparato sicosomático, lo que
quiere alcanzar la realidad? ¿Y a qué te refieres exactamente con la
"realidad" que deseas alcanzar?
V: Dicho así, parece ciertamente gracioso, o quizá debiera decir
trágico.
M: ¿Quién es el que escucha estas palabras, sean ellas graciosas o
trágicas?
V: Yo, el que está aquí sentado.
M: Son los sentidos respectivos, con la ayuda de Prana, la
fuerza vital, los que hacen el trabajo real. ¿Pero acaso no hay algo,
llámalo tu sentido de presencia, sin lo cual ninguno de tus sentidos Podría
conocer nada?
V: Sí. Si yo no fuera conciente, no funcionarían mis sentidos.
M: Entiende, entonces, que esta presencia conciente es lo que eres
en tanto el cuerpo permanezca. Una vez que éste haya desaparecido, junto
con el aliento vital, la conciencia también se marchará. Sólo aquello que
precedió a la aparición de este cuerpo con conciencia, el Absoluto, lo
eternamente presente, sólo eso es tu verdadera identidad. Esto es lo que
realmente somos todos. Esto es la realidad. Es el aquí y
ahora. ¿Cómo puede el esfuerzo de alguien alcanzarla?
La esclavitud del espacio y el tiempo
Visitante: Recuerdo haber leído en alguna parte que la combinación de
espacio y tiempo es la causa de nuestra esclavitud. Desde entonces, me
pregunto cómo pueden el espacio y el tiempo hacernos esclavos.
Maharaj: Aclaremos de qué estamos hablando. ¿Qué quieres decir con
"esclavitud"?, ¿esclavitud para quién? Si te sientes satisfecho con este
mundo que consideras real y con la forma en que has sido tratado, ¿en qué
radica para ti la esclavitud?
Debo reconocer que a mí el mundo me parece bastante real, pero no es
cierto que me sienta satisfecho con el papel que tengo en él. Estoy
profundamente convencido de que la vida debe consistir en mucho más que sólo
pasarla, como la mayoría de nosotros hace, sin ningún objetivo específico,
tan sólo de manera rutinaria. Desde este punto de vista, creo que la vida
misma es esclavitud.
¿Exactamente qué imagen tienes de ti mismo cuando empleas la palabra "yo"?
Cuando eras pequeño te considerabas sólo un niño y el solo hecho de jugar te
hacía feliz. Con el tiempo, te convertirías en un joven, con fuerza
suficiente en los brazos para arrear una pareja de elefantes, y la idea de
que podías enfrentarte a cualquier cosa o persona de este mundo. Ahora te
encuentras en la mitad de tu vida, un poco más maduro pero disfrutando, con
todo, de la vida y sus placeres; y crees que eres un hombre feliz y con
éxito, bendecido con una hermosa familia. En este momento tienes una imagen
de ti mismo bastante distinta de la que tuviste en tiempos pasados.
Imagínate de aquí a diez años, y aún más lejos, veinte años después. La
imagen que tendrás de ti mismo será distinta de todas las anteriores. ¿Cuál
de estas imágenes es el "tú" real? ¿Alguna vez lo has pensado? ¿Hay alguna
identidad particular que puedas llamar la tuya propia y que haya permanecido
contigo desde el principio, siempre presente y sin sufrir cambios?
Ahora que lo mencionas, reconozco que al usar la palabra "yo" no tengo
ninguna idea particular sobre mí mismo y estoy de acuerdo en que todas las
ideas que he tenido sobre mí han cambiado con los años.
Pues bien, hay algo que ha permanecido inmutable todos estos años, en tanto
todo lo demás ha ido cambiando. Y es el sentido constante de presencia, el
sentido de que existes. Este sentido o sensación de "yo soy", no ha cambiado
nunca. Esa es tu imagen constante. Tú estás sentado frente a mí. Lo sabes
con certeza, sin necesidad de confirmación por parte de alguien más. Sabes,
de igual modo, que eres, que existes. Ahora dime, ¿en ausencia de qué te
sería imposible sentir tu existencia?
Si estuviera dormido o inconsciente no sabría que existo.
Precisamente. Vayamos ahora más allá. En la mañana, en el momento mismo en
que despiertas y entra en acción tu conciencia, ¿no sientes tu presencia
conciente, tu existencia, el "yo soy", como presencia sin más y no como la
de una persona individual?
Sí, así es. Yo diría que mi personalidad individual aparece en cuanto
miro mi cuerpo y los objetos que me rodean.
Cuando dices que ves un objeto, lo que en realidad sucede es que tus
sentidos reaccionan a un estímulo cuyo origen es externo con respecto al
aparato corporal. Y lo que tus sentidos han percibido y tu mente ha
interpretado no es más que algo que aparece en tu conciencia. Esta
apariencia presente en la conciencia se interpreta como un suceso que se
manifiesta en el espacio y el tiempo. Toda manifestación depende de la
combinación de dos medios estrechamente ligados a los que se denomina
espacio y tiempo. En otras palabras, en ausencia de la combinación
espacio-tiempo no podría surgir en la conciencia ninguna manifestación. ¿Me
sigues?
Sí, entiendo lo que dices. Pero, ¿dónde entro yo como individuo en este
proceso?
Precisamente ahí reside la dificultad. Toda "existencia" es un proceso
continuo de objetivación. Sólo existimos como uno de tantos objetos y, como
tales, sólo en la conciencia que nos conoce. Cuando cesa la objetivación,
como sucede en el sueño profundo, desaparece el universo objetivo.
Siempre que uno se concibe como una entidad aparte, como persona, no puede
percibir el paisaje total de la realidad impersonal. Y la idea de una
personalidad independiente se debe a la ilusión del espacio y el tiempo, los
cuales no tienen existencia por sí mismos, pues sólo son instrumentos,
simples medios para hacer cognoscible la manifestación.
En la conciencia sólo puede reflejarse un pensamiento, sentimiento o
percepción en cada momento, pero los pensamientos, sentimientos y
percepciones se presentan uno tras otro, creando la ilusión de durabilidad.
La personalidad aparece entonces como resultado simplemente de la memoria,
al identificar el presente con el pasado y proyectarlo al futuro.
Piénsate efímero, sin pasado ni futuro, ¿dónde se halla entonces la
personalidad? Inténtalo e indaga tú mismo. En la memoria y en la
anticipación, que pertenecen una al pasado y la otra al futuro, hay una
clara sensación de que existe un estado mental al cual se observa, mientras
que en el ahora la sensación es básicamente la de tener conciencia y estar
presente aquí y en este momento.
Creo entender. Debo sentarme en calma y tratar de captar esta forma
completamente nueva de pensar.
¿Entiendes ahora en qué sentido el espacio y el tiempo, cuya disposición en
la conciencia hace perceptible la manifestación, son culpables? Lo único que
puedes decir con verdad es: "Yo soy" (queriendo decir con ello que lo que
es, es). En el momento en que hay un pensamiento sobre "mí" como
personalidad independiente, aparece lo que se denomina "esclavitud".
Comprender esto es el fin de toda búsqueda. Cuando te das cuenta de que todo
lo que crees ser sólo se funda en la memoria y en la anticipación, termina
tu búsqueda y te mantienes alejado, con conciencia cabal de la falsedad de
lo falso...
SRI NISARGADATTA MAHARAJ...
UnA
VeZ QuE UsTeD SaBe QuE ExIsTe... QuIeRe
PeRmAnEcEr EtErNaMeNtE...
Maharaj: Hay muchas personas que tienen un gran apego a su propia individualidad. Primero y
...por encima de todo quieren permanecer como un individuo, y después quieren
buscar, pues no están preparados para perder esa individualidad. Al mismo
tiempo que retienen su individualidad, quieren descubrir lo que es la verdad.
Pero en este proceso, usted debe deshacerse de la identidad misma. Si descubre
realmente lo que usted es, verá que usted no es un individuo, que usted no es
una persona, que usted no es un cuerpo. Y la gente que se aferra a su cuerpo no
es apta para este conocimiento.
Los
nombres y formas que aparecen, con diferentes colores y todo lo demás, su
origen es el agua. Pero nadie dice yo soy agua, en cambio dicen yo soy el
cuerpo. Pero si usted ve el origen del cuerpo, entonces, finalmente, el cuerpo
ha aparecido sólo del agua. Todas esas plantas y todo lo demás, todos los
nombres y las formas, aparecen sólo del agua. Sin embargo, la gente no se
identifica con el agua; dicen yo soy el cuerpo. La existencia del cielo o el
infierno, o de cualquier cosa que sea, está sólo en la tierra. Todos los
nombres pertenecen a las formas, y todas las formas aparecen de la tierra y se
sumergen de nuevo en eso. Así pues, la existencia del cielo y el infierno, son
sólo conceptos. Los científicos hacen descubrimientos; reciben ayuda de su
propia consciencia, de ese conocimiento «yo soy» mismo. Pero lo que ese «yo
soy» es, ellos no lo saben. No pueden obtener directamente lo que descubren. Se
han escrito muchos libros, pero finalmente Krishna, que no es una persona, sino
la consciencia en una forma, ha escrito sobre sí misma, lo que ella es. Y de
todas las escrituras existentes, ésa es la que encuentro más apropiada.
Visitante: ¿Se
refiere usted a la
Bhagavad Gita?
Maharaj: Sí, pero
yo no digo que Krishna es una persona. El autor de la Bhagavad Gita es la
consciencia en una forma particular. La misma consciencia está en usted. Y es
también esta consciencia la que era cuando usted era un niño, la misma que está
presente ahora también. Aunque el tiempo pasa, la consciencia permanece lo que
ella es. Yo la llamo bal-krishna, la
consciencia-niño. Ponga su atención en eso; agárrelo y entonces sabrá. Esa
consciencia de «yo» es la misma en un niño y en un anciano. Si considera la
infancia de las grandes gentes de hoy, de los grandes eruditos, científicos y
políticos, ¿qué eran ellos el primer día de su nacimiento? En esa etapa, la
consciencia está presente, pero la consciencia de «yo», esa identificación «yo
soy», no está ahí; sólo bal-krishna,
la ignorancia del niño, está ahí. El niño no sabe que él existe. Cuando crece,
sólo entonces viene a saber que él es; reconoce a la madre, y en adelante
comienza a juntar lo que se llama conocimiento y deviene un gran erudito, un
gran hombre. Pero nadie sabe lo que es esa ignorancia del niño. Un jnani sabe; es por eso por lo que
deviene libre. Él no tiene ningún orgullo del conocimiento de Sí mismo. El jnani sabe el origen de esa consciencia.
Esta
consciencia atómica contiene la totalidad del Universo, pero el jnani sabe que él no es esa consciencia.
En ese caso, ¿qué orgullo puede tener? Él es el estado Absoluto, en el que la consciencia
«yo soy» está ausente. Si usted se encuentra con jnanis, le será fácil reconocerlos, pues no tendrán ningún orgullo
de su conocimiento del Sí mismo puesto que han transcendido ese conocimiento
también. Ellos dicen «yo no soy este conocimiento o esta consciencia».
La
consciencia deja el cuerpo cuando ocurre la muerte. ¿Y qué hay sobre el crecimiento
de los gusanos creados en ese cuerpo? En eso hay vida también. Pero la consciencia
principal ha partido. Cuando la fuerza vital se va, el cuerpo se desmorona.
Durante
cuarenta y dos años he estado hablando sobre este tema. Cuando encontré a mi
gurú, me dijo que pusiera a un lado a todos estos diferentes dioses. Me dijo
que mi consciencia, debido a la cual experimento el mundo, es antes de todo.
Eso significa que yo debía reflexionar sólo sobre esta consciencia, ir a su
fuente y encontrar lo que ella es. El hecho de que estoy experimentando que yo
soy y que el mundo es, es una prueba de que cuando la disolución de los
universos tenga lugar, yo no seré afectado. Si tuviera que morir en ese
momento, yo no estaría experimentando esta existencia ahora.
Mucha
gente grande ha dicho cosas como Krishna, pero cuando alguien habla, primero
debe saber que él es; subsecuentemente algo ocurre y él habla. Pero antes de
decir algo, esa consciencia de «yo» debe estar presente. Hubo un tiempo, en el
estado Absoluto, en que no había ninguna eseidad; y entonces la eseidad
apareció y usted dijo algo. Por consiguiente, ya sea verdadero o falso, antes
de la aparición de la eseidad, usted no sabía que usted era; e igualmente, todo
lo que usted ha dicho después de que la eseidad ha aparecido, ya sea verdadero
o falso, es también lo mismo. La fuente de esta eseidad, del conocimiento «yo
soy» que usted tiene, está en la hoja de la hierba y en el grano de arroz.
Esas
gentes que exponen el conocimiento, creen que el mundo es primero y que después
ellos han nacido en él. Mientras esta convicción esté ahí, no pueden exponer el
conocimiento; ellos no saben nada. Cuando la consciencia de «yo» está aquí,
sólo entonces salen las palabras. Antes de la aparición de esa consciencia,
¿hay alguna palabra? No, usted no era conocedor de su propia existencia. La
primera cosa que usted viene a saber es que usted es. Y entonces usted dice
algo que le viene a la mente. ¿No es así? Así pues, de todo lo que usted dice,
ya sea ello verdadero o no, ¿cuál es la base?
Cuando
la eseidad no está aquí, no hay palabras. Una vez que la eseidad aparece, todo
lo que viene a la mente es enseñado a los «discípulos» y es promulgado como
«religiones». Pero son sólo conceptos. El hecho de que usted existe, ¿cómo le
viene a usted saberlo? ¿Debido a qué? Ahora, en este momento usted sabe que
usted es, ¿cómo lo sabe?
Visitante: No lo sé.
Esta sensación está conmigo, eso es todo. Yo no puedo rastrear su fuente.
Maharaj: Cuando
usted conoce la fuente de esta eseidad o consciencia de «yo» —eso es la
liberación. Entonces usted deviene libre. Hasta entonces, no.
Visitante: Todo lo
que sé en esta etapa, desde que sigo la práctica que Maharaj recomienda, es que
cuanto más moro en eso más feliz soy y menos me inquieta mi posición en el
mundo.
Maharaj: Todo lo
que usted está diciendo es sólo un dicho en este mundo. Antes de la aparición
de la eseidad, si usted hubiera conocido su existencia, eterna y absoluta,
¿habría entrado usted voluntariamente en esta forma, en este cuerpo? Lo que ha
ocurrido es que, inicialmente, usted no sabía que usted era. Sólo cuando usted
devino un niño de dos o tres años, comenzó a saber que usted existe. Por
consiguiente, todo lo que haya acontecido hasta entonces, nueve meses en la
matriz y uno o dos años más tarde, es pura ignorancia. Todo esto ha ocurrido
sin su conocimiento. Así pues, la pregunta es ésta, de haber tenido
conocimiento antes de entrar en la matriz, ¿habría entrado usted en ella?
Visitante: Bueno,
todo depende de qué tipo de publicidad viera sobre el mundo. Sabiendo lo que sé
ahora, pienso que yo no habría querido hacerlo.
Maharaj: En la
muerte de un persona, la primera etapa es que no sabe que él es, la eseidad ha partido. La
consciencia, la «yo soidad», no está ahí. Entonces el médico viene y lo
confirma, y el cuerpo es incinerado. Y debido a eso que causó que el conocimiento
«yo soy» estuviera presente, el cuerpo material está ahí, pero ese conocimiento
está ahora ausente. Esa consciencia de «yo» ya no está en el cuerpo, de manera
que si usted lo entierra o lo incinera, o lo corta en pedazos, cualquier cosa
que usted haga, ¿importa ya algo? Ya no hay nadie para protestar.
Ahora
le estoy poniendo una tarea. Todo lo que usted ha escuchado, cuando vuelva a
casa, reflexione sobre este tema y escriba algunos puntos. Si tiene alguna pregunta,
puede hacerla el próximo día.
Intérprete: Muchos de
los discípulos escriben a Maharaj y le dicen «estoy separado de usted, estoy en
occidente y usted no está aquí; no tengo dinero para ir, pero no siento que
usted no esté aquí. Usted está aquí, usted y yo somos uno». Maharaj está
recibiendo este tipo de cartas. Ellos están experimentando la unidad, el estado
no dual.
Visitante: Ellos no
van más allá de eso.
Maharaj: Pero es
que ellos no pueden transcender, no pueden ir más allá de eso. Aunque hay
unidad, todavía sienten que deben venir aquí. Cuando vienen aquí, yo les digo,
su consciencia es Mí mismo. Mientras tenga la convicción de que usted es un
hombre o una mujer, usted no me ve. Pero si se toma a usted mismo como la consciencia,
entonces yo estoy siempre con usted —a eso lo llamo «matrimonio». ¿Quiere usted
casarse conmigo? Entonces tenga estas convicciones.
Ahora
voy de nuevo a la fuente. Janmarlana
significa «nacimiento del matrimonio». ¿Quiénes son las dos partes que se casan
en la fuente? Janmarlana, el nacimiento
del matrimonio o la unión de dos entidades: a una se la llama la madre, pero es
un poder fluido. Y a la otra se la llama el padre, que es también un poder
fluido. Cuando se unen, eso es el nacimiento.
Ésta
es mi espiritualidad, mi estudio de espiritualidad; esto es lo que he estado
haciendo todos estos años. Y he llegado a la etapa de saber que yo soy ese
principio que no fue afectado por la disolución de los universos. Esas son mis
convicciones. Le estoy hablando desde mi experiencia de que yo no he padecido
ningún sufrimiento cuando el Universo entero estaba en llamas, cuando estaba
siendo destruido. Yo no fui afectado. ¿Es eso verdadero o falso?
Visitante: ¿La
experiencia de Maharaj?
Maharaj: Sí.
Visitante: Yo lo
creo, creo que es verdadero.
Maharaj: Eso se
debe a que, en lo que a mí concierne, ni el cielo ni el infierno existen. Hay
otras gentes que creen en ellos, y pueden tener experiencias de ese tipo de
cosas, pero para mí no existen.
Intérprete: Durante
los pasados cuarenta y dos años Maharaj ha estado hablando; ahora dice que eso
le da sufrimiento debido a su mala salud. Maharaj dice a la gente,
especialmente a los extranjeros que vienen aquí, que recojan todo el
conocimiento que puedan en un corto espacio de tiempo.
Maharaj:
Jnaneshwar, un gran sabio, dijo, yo no digo una mentira; todo lo que existe no
tiene ninguna substancia, es irreal. El momento presente es irreal.
Antes
de la aparición de la eseidad, yo no existía. Así pues, ¿qué era? Ahora usted
dice que usted existe. Por consiguiente, voy a hablar sobre este tema. ¿Qué es
esta existencia? ¿O es no existencia? Usted me dice que hace sesenta o cien
años, yo no estaba aquí. Así pues, ¿qué era entonces? ¿qué era hace cien años?
Cualquier cosa que usted responda, ¿es verdadero o falso?
Visitante: Creo que
es verdadero. Es una respuesta honesta de mi conocimiento. Yo no sé, no tengo
recuerdo de ello.
Maharaj: Todo lo
que usted diga que usted no era, eso es la existencia real. Eso es verdadero. Y
todo lo que usted dice que usted es ahora, es falso. Eso es la verdad, debido a
que es eterno. Eso es el estado en el que la eseidad está ausente, el estado
eterno. Y debido a que es eterno, es la verdad. Su «yo soidad», que está sujeta
al tiempo, no es eterna; por eso es por lo que no es verdadera la existencia
eterna de lo no verdadero. El principio que ahora responde, yo no sé lo qué era
hace cien años, y el mismo principio dice también que no fue afectado cuando la
totalidad del universo fue destruido.
Si
usted tiene plena fe en el gurú, esto significa que tiene su gracia. La consciencia
o la eseidad misma es el amor; ella es sin forma. Y ella quiere existir
siempre. Eso mismo es amor. Ese amor quiere ser.
De manera que todos sus esfuerzos (de usted) son para eso, para sustentar eso.
Y eso es de suprema importancia, porque contiene la totalidad del mundo. Debido
a eso, usted experimenta el mundo. El mundo está en esa consciencia.
Desde
que usted es el Brahman, usted pierde
su identificación con el cuerpo; usted ya no es más un ser humano, puesto que
usted se identifica con el Brahman. Y
eso es como un mango verde, que lentamente deviene maduro; en ese estado, usted
verá incluso que usted no es tampoco el brahman,
sino el Parabrahman, el presenciador
de ese Brahman.
Es
esencial comprender el funcionamiento de este cuerpo y de la fuerza vital —es
decir, el proceso psicosomático. Uno debe comprenderlo para darse cuenta de que
el conocedor es totalmente aparte de este mecanismo psicosomático; el conocedor
meramente presencia. En este cuerpo, la fuerza vital es un concepto, pero
conceptualmente hay cuatro partes. Las que nosotros conocemos y comprendemos
normalmente son madhyama y vaikhari. Madhyama es el pensamiento que viene y se expresa por la palabra,
pero debajo de eso están para y pashyanti; ellas son la base y el
comienzo de todo el proceso. Cuando las palabras han salido espontáneamente a
través de la fuerza vital, del soplo, se las conoce como los Vedas. Cuando se
llega a una etapa en que los Vedas ya no son capaces de explicar lo que
acontece, nosotros lo llamamos el Vedanta, que quiere decir el fin de los
Vedas. Pero el conocedor de esto está totalmente separado y no es afectado por
el cuerpo. Por ello es por lo que debe ser comprendido completamente.
Intérprete: La
enfermedad que tiene Maharaj es del cuerpo y del soplo vital. Maharaj dijo
anteriormente que lo que quiera que esta enfermedad sea, él la ha pasado a la
eseidad. Así pues, ¡qué la eseidad se haga cargo de ella! Si la eseidad quiere
acentuarla, que la acentúe. Si quiere mantenerla en suspenso, que la mantenga.
En cualquier caso, Maharaj es sólo el presenciador, y la ha pasado a la eseidad
sobre la cual la enfermedad ha venido realmente; es decir, el cuerpo y la
eseidad. La fuerza vital es el principio que opera en este aparato.
Maharaj:
Todo lo que es dependiente de la fuerza vital, incluyendo el Veda, sólo existe
mientras duran el cuerpo, el soplo y la consciencia. Cuando eso que está sujeto
al tiempo desaparece, entonces todo lo demás también desaparece. Incluso el
Veda desaparece. Pero el conocedor de esto, es sin tiempo, sin espacio, y no es
afectado con lo que le ocurre al cuerpo, al soplo vital y a la consciencia.
Cuando
el soplo desaparece, este aparato ya no tiene ninguna utilidad. Y el que sabe
esto no se identificará a sí mismo con el proceso psicosomático o el aparato.
Si sabe esto intuitivamente y muy claramente, puede decirse que ha tenido jnana. Al conocedor se le han dado
diferentes nombres —atman, paramatman, Ishwara, Dios. Los nombres
se han dado sólo para el propósito de la comunicación. A no ser que se dé un
nombre al principio o al concepto, no puede haber ninguna comunicación. Así
pues, debe tenerse presente que lo que se llama atman no es una cosa con una apariencia o una forma.
Ayer comentábamos cuan probable es que uno
tome erróneamente el nombre por la cosa. Eso debe evitarse, y esa es la razón
por la que si alguien pregunta a qué se parece el Paramatman, o a qué se parece lo Absoluto, entonces se puede decir
que es como Bombay. Eso es meramente un nombre que se da; usted no puede darme
una parte de Bombay si yo se la pido. Pero uno no debería enredarse con el
nombre hasta el extremo de que se olvide la substancia. A ese estado Absoluto
se le han dado diferentes nombres, pero debe comprenderse que ese estado es
incondicionado, que no tiene ningún atributo y que no posee ninguna identidad.
Toda
práctica espiritual que uno pueda hacer se basa en realidad en el principio
operativo, principio que es el soplo vital, y por consiguiente durará sólo
mientras dure ese soplo. Todo el conocimiento que usted haya adquirido, de
cualquier tipo que sea, material o espiritual, se basa sólo en esta consciencia
o soplo. Además de ese, no hay ningún otro conocimiento que alguien, en el
mundo manifestado, pueda adquirir. Se basa en esto, y por consiguiente,
inherentemente, es estrictamente limitado. Así pues, uno puede pensar que está
haciendo esta práctica en el atman,
pero, de hecho, no está haciéndola en el atman;
el atman es completamente aparte. Él
está haciendo esa práctica sólo desde el punto de vista de la fuerza vital.
Debido a esta práctica, cuando la fuerza vital se fatiga, quiere descansar. Y
cuando usted descansa, la fuerza vital puede entrar en un estado de samadhi. Pero cualquier experiencia que
usted pueda tener, incluso en samadhi,
tampoco es sin tiempo; está sujeta al tiempo y el que experimenta es diferente
de la experiencia misma. El experimentador es totalmente aparte. Es incumbencia
nuestra comprender la experiencia y no implicarnos en ella.
Lo
que acontece en el mundo se basa sólo en esta fuerza vital. Y la fuerza vital
actúa a través de las palabras. Toda la acción en el mundo se basa en esto,
pero el atman, el experimentador o el
presenciador es totalmente aparte. Y repito, el presenciador es como Bombay.
Ninguna acción puede atribuirse al que es sólo el presenciador. ¿Puede Bombay
hacer algo? Toda acción durará sólo mientras la fuerza vital esté aquí.
Uno
se ha convertido en esclavo al identificarse con un nombre y una forma. Pero
uno es realmente esa cosa que es sin tiempo, sin espacio y sin identidad. Ahora
bien, cuando nosotros buscamos la verdad, buscamos la verdad con una forma y
ahí es donde surge todo el problema. Hay nombre y forma y acción. En el momento
en que la fuerza vital desaparece, no hay ningún nombre, ninguna forma, ninguna
adquisición, ninguna esperanza, ni ambición —nada.
Desde
el comienzo de la fuerza vital hasta su fin, o cuando la fuerza vital está
cansada, cuando va a descansar, todo ello está sujeto al tiempo. El surgimiento
de los tres estados (vigilia, sueño y cognitividad) se basa en esta fuerza
vital que ha aparecido. Ello no es el resultado del deseo de nadie, ni suyo ni
mío; es un acontecimiento espontáneo. Toda la práctica que uno hace, se hace a
través del instrumento de la fuerza vital, y por consiguiente está sujeta al
tiempo. Así pues, uno no debe equivocarse y pensar que lo que uno está haciendo
es a través del atman. Cualquier
esclavitud que uno piensa que tiene se basa también en estos conceptos, los
cuales se edifican debido a la fuerza vital, y todos ellos están sujetos al
tiempo.
¿Qué
es esta esclavitud? ¿Por qué hemos caído nosotros en ella? Se debe a que la
mente fluye en palabras —en las etapas de madhyama
y vaikhari (las dos primeras etapas, para y pashyanti, son imperceptibles). Madhyama
es la mente y vaikhari es la
expresión de las palabras. Y a través de esto, es decir, de los pensamientos y
las palabras, nosotros hemos equivocado nuestra identidad identificándonos como
«mí mismo» y «mío», mientras que, todo lo que tiene lugar, es independiente del
que presencia, y se basa enteramente en la fuerza vital. Se lo ruego, comprenda
muy claramente que esta fuerza vital se ha identificado equivocadamente con el
cuerpo, los pensamientos y las palabras, y que entonces se considera a sí misma
como culpable de algo, o digna de elogio por ciertas acciones, mientras que
todo tiene lugar independientemente, sólo a través de la acción de la fuerza
vital. Si se comprende esto claramente, entonces ya no se plantea ninguna
cuestión de esclavitud ni de adquisición de ningún mérito. ¿Hay algún Dios? Con
el final de la fuerza vital, ya no hay ningún movimiento, ningún pensamiento,
ninguna palabra, ni crecimiento ni mengua.
Visitante:
¿Significa la muerte física el fin de la fuerza vital? Si ello es así, ¿no hay
ninguna verdad en la teoría del renacimiento?
Maharaj: Los
cuatro tipos de habla, para, pashyanti, madhyama y vaikhari, son
los nombres de la fuerza vital. Ordinariamente, un individuo no es consciente
de para y pashyanti. Éstos dos son demasiado sutiles, demasiado básicos y
demasiado profundos para ser comprendidos por él. Así pues, él comienza a
operar en el tercero, madhyama, que
se identifica también con la mente y que se expresa con palabras, y la cuarta
etapa que se llama vaikhari. Todos
los individuos ignorantes operan en este nivel de dos mentes, de dos tipos de
habla. Y cada individuo tiene su propia imagen hecha de ese madhyama, el cual es mente. Si es
ignorante y no ha comprendido este secreto del Universo, hablará ciertamente
sobre el renacimiento, el nacimiento y otras ideas, que son solo conceptos con
los cuales se ha identificado a sí mismo. Por consiguiente, todas esas ideas y
conceptos de renacimiento son para el ignorante. En cualquier otro caso, no hay
nada.
Visitante: ¿La ciencia de la
astrología está también en el campo de la mente que es madhyama, este tercer tipo de habla?
Maharaj: Recuerde
que madhayma es el nombre que se da a
la mente; y cuando no hay ningún soplo vital, ¿dónde está la astrología, dónde
está el futuro, dónde está el pasado, para cualquier prani, para cualquier ser vivo? Uno se identifica con todos los
Vedas, con todas las actividades, con todo lo que está aconteciendo en el
mundo, mientras no ha comprendido el soplo vital, cuyo lenguaje es estos cuatro
lenguajes. Usted debe comprender todos los tipos de habla que fluyen a través
del soplo vital, del prana. Mientras
usted no reconozca esto, usted no puede no tomar como absolutamente cierto todo
lo que la mente —es decir, madhyama—
le dice. Esos conceptos que la mente le ha dado serán finales para usted; por
consiguiente, habrá cielo e infierno y todo tipo de mérito y de demérito. Por
otra parte, una vez que se comprende el soplo vital, el que observa, el
presenciador, es absolutamente diferente, está absolutamente separado de todas
estas actividades que están aconteciendo en el mundo.
Visitante: ¿Cuál es
la diferencia después de la muerte entre una persona que ha comprendido en vida
y una persona que no ha comprendido?
Maharaj: El hombre
que ha comprendido este soplo vital está más allá de todo concepto mental, y el
que no ha comprendido es un esclavo de sus pensamientos, que son las
emanaciones de su mente.
Visitante: No, ¡pero
su pregunta era sobre el después de la muerte!
Maharaj: ¿A qué
llama usted muerte? Estos ingredientes han acabado de arder. ¡Se han acabado!
¿Significa eso que están muertos? Cuando algo deviene invisible, usted lo llama
muerte. Ello no es así. Cuando algo deviene visible, usted lo llama nacimiento.
Visitante: ¿Cuál es
el motivo de asumir un cuerpo humano?
Intérprete: Maharaj
no volverá otra vez sobre estos puntos elementales en estas charlas. Ahora hay
brisas y vientos y tormentas sobre Bombay. ¿Está Bombay sufriendo o gozando
algo? Así también son el Paramatman y
el atman; ellos no son nada excepto
comprensión.
Visitante: Pero si
después de la muerte, el estado del hombre de conocimiento y el del hombre que
no ha comprendido son lo mismo, ¿cuál es el motivo para tratar de devenir un
hombre de conocimiento?
Maharaj: ¿Quién
dirá del Parabrahman, sin cualidades
y sin atributos, que él es sin atributos, después de la muerte? Sólo el que
comprende en vida que él es nirguna —sin
cualidades, sin atributos— sólo él lo dirá. Él no sabe si él es o no es. La no
eseidad o la eseidad, no tienen absolutamente ningún efecto sobre él. Eso es nirguna, eso es el Parabrahman. Bombay misma no sabe que ella existe o que no existe.
El alma, el atman, ¿irá al infierno o
al cielo? La gente dice que yo tengo una enfermedad grave; pero ¿qué estoy
experimentando yo? Yo estoy experimentando sólo el soplo vital. El soplo vital
se extingue y la eseidad se va, pero yo no soy afectado.
Se
me ha hecho la pregunta: ¿Podemos decir que usted y yo somos idénticos? Así
pues, yo digo, muéstreme lo que usted es y muéstreme lo que yo soy; entonces
puedo decirle si somos lo mismo.
Visitante: Pero yo
estoy seguro que todos sus discípulos querrían que Maharaj continuará en
manifestación. Si un deseo profundo viene de sus discípulos, ¿respondería
Maharaj?
Maharaj: ¿Cuál es
la necesidad de responder? El que tiene una fe profunda, experimentará de
acuerdo con eso.
La
experiencia de este mundo ha venido sobre nosotros debido a que alguien ha
gozado del éxtasis; y del fluido del éxtasis de nuestros padres, han brotado
todas nuestras aflicciones y miserias.
Visitante: ¿Entiende
Maharaj que las dos cosas van siempre juntas? ¿Es necesario que en la mente la
felicidad y la infelicidad coexistan siempre?
Maharaj: Todos
esos conceptos son el resultado de no comprender su naturaleza. Debido a que
usted no ha comprendido lo que usted es, el resultado es la miseria.
Visitante: ¿Cuida
Maharaj de su familia y de otras cosas responsablemente?
Intérprete: Sí, y más
que eso
Visitante: Hablando
de la fuerza vital, sus dos aspectos de los que somos normalmente conscientes
son nuestros pensamientos y los pensamientos manifestados como palabras.
¿Cuáles son los otros dos aspectos de la fuerza vital? ¿Debemos ser conscientes
de ellos en el curso de nuestra sadhana?
Maharaj: El hecho
de que usted es consciente de su existencia, de su eseidad, es para y pashyanti —dos tipos de expresión o de habla sobre los que he
hablado. La consciencia de su existencia es ser consciente de estos dos tipos
de habla. Su significado es que usted está en los tres estados —vigilia, sueño
y cognitividad. Los dos tipos de habla siguientes son lo que usted lleva a cabo
en el mundo, sus ocupaciones, la manera en que usted se maneja con su mente y
sus actividades.
Estos
cuatro tipos de habla siempre pueden distinguirse de la siguiente manera: el
primero, para, corresponde a su
estado original en que usted no sabe que usted existe. Después viene esta
sensación de que usted está a punto de devenir consciente. Eso es todavía para, pero es seguido por pashyanti, que es esta consciencia —en
que usted dice, sí, yo estoy vivo, yo estoy despierto, yo existo. Una vez que
se tiene esta consciencia de que usted existe, el comportamiento en el mundo
corresponde con los dos aspectos finales de la fuerza vital. En esta etapa,
viene el pensamiento, la mente comienza a funcionar (madhyama) y las palabras comienzan a fluir a través de la mente (vaikhari).
Recapitulo:
Primero, yo no soy consciente, yo no sé que yo existo; entonces, esta
consciencia se impone sobre ese estado de no consciencia, de tal manera que
comenzamos a sentir que somos conscientes. Finalmente, esta consciencia se
impone como plena consciencia, y yo sé que yo existo, que yo estoy aquí; y eso
deviene un concepto, desde el que comienza todo este mundo de trastornos. En
ese estado original en que usted no es consciente, no hay ningún trastorno de
ningún tipo. Pero una vez que esta consciencia hace sentir su presencia, todos
los trastornos comienzan. Esta consciencia no es mía, yo sé que esta
consciencia no es mía, pero se impone sobre mí, y entonces yo también comienzo
a decir que ella es «mí mismo» —ésta es la manera en que esa identificación
tiene lugar.
Antes,
cuando dije «consciencia», surgió la pregunta de si yo quería decir el cuerpo.
Yo dije que no, que no es el cuerpo. Para que la consciencia aparezca, se
necesita un cuerpo, se necesita un vehículo, y el cuerpo es el alimento para
esta consciencia. Sin alimento, el cuerpo no puede existir, y la consciencia no
puede existir sin el cuerpo. Así pues, este cuerpo es el alimento para que
exista la consciencia. Si el cuerpo desaparece, el alimento desaparece, y
entonces la consciencia también desaparecerá. Entonces también puede
preguntarse: ¿Hay alguna diferencia entre lo que se llama atman o el sí mismo y esta consciencia? Es la misma cosa, pero se
usan diferentes palabras en diferentes contextos; el contenido es básicamente
el mismo. Yo uso la palabra «sabor», la esencia del cuerpo; el sabor de esa
esencia es esta eseidad, el sabor de estar vivo, y de querer estar vivo. Uno
ama el estado de estar vivo y quiere perpetuarlo tanto como sea posible. Así
pues, el amor por esta consciencia es este sabor.
Visitante: Yo tengo
otra pregunta. Por la traducción de lo que se ha estado diciendo esta mañana,
he escuchado que la mayoría de las prácticas espirituales que hacemos, en un
tipo de vía motivada, son intentos de manipularnos a nosotros mismos. Que todo
eso es en realidad el juego de la fuerza vital.
Maharaj: Así pues,
¿tienen algún valor? ¿Es eso lo que usted quiere preguntar?
Visitante: No, no.
Mi pregunta es, si esto es lo que nosotros hacemos, ¿cómo es que el estado
presenciador, que parece ser el núcleo de lo que Maharaj nos comunica, puede
hacerse presente en medio de todos estos intentos?
Maharaj: Aunque
está sujeta al tiempo, la práctica se expandirá en la consciencia. La única
cosa importante es su expansión. Esto acontecerá cuando, por la meditación, le
demos nuestra más completa atención; entonces, la consciencia, que ha aparecido
en nosotros y que es pura ignorancia, le mostrará a usted su verdadera naturaleza.
No se trata de ir a ninguna parte, de llegar a ninguna parte, ni de hacer nada;
usted está ya ahí.
Uno
tiene que trabajar en el mundo, naturalmente; lleve usted a cabo sus asuntos
mundanos, pero comprenda que eso que ha acontecido por sí solo —es decir, este
cuerpo, la mente y la consciencia— ha aparecido a pesar del hecho de que nadie
lo ha pedido. Yo no lo pedí; ha aparecido en mí, en mi estado original que es
sin tiempo, sin espacio y sin atributos. Así pues, eso que ha acontecido está
haciendo este trabajo en el mundo. La fuerza vital y la mente están operando,
pero la mente le tentará a usted para que crea que ella es «usted». Por
consiguiente, comprenda siempre que usted es el presenciador atemporal y
aespacial. E incluso si la mente le dice que usted es el que está actuando, no
crea a la mente. Mantenga siempre su identidad separada de eso que está
haciendo la operación, el pensamiento y el habla. Eso que ha acontecido —es
decir, el aparato que está funcionando— ha aparecido en su esencia original,
pero usted no es el aparato. Esto ha de tenerse firmemente presente.
Cada
ser senciente tiene un gurú dentro de sí mismo. A menos que el gurú no esté
presente, el ser no habría acontecido. La eseidad misma es el gurú.
Con
respecto a los cuatro tipos de habla, ellos son el resultado de la fuerza
vital. Dondequiera que la fuerza vital está presente, ahí está el atman y viceversa. Cuando la fuerza
vital deja el cuerpo, los cuatro tipos de habla también se van, y el atman, por supuesto, ya no es sentido.
La consciencia de «yo», la eseidad y todas las actividades acontecen debido
sólo a la fuerza vital. Así pues, cuando esta fuerza deja el cuerpo y la
consciencia de «yo» ya no está aquí, el cuerpo muere. Entonces, yo le pregunto
a usted, ¿qué queda?
Visitante: Ello es
sin nombre. Yo no sé quién está ahí; ello no tiene nombre.
Maharaj: La
existencia de la fuerza vital y la consciencia de »yo» tienen la experiencia de
su existencia (de usted). Es por eso por lo que usted sabe que usted es y como
usted es; sin ellos usted no podría conocer su propia existencia.
[A un nuevo visitante:] ¿Tiene usted
algún gurú? Usted está practicando yoga. ¿Qué está usted tratando de unir, qué
con qué? ¿Cuáles son las dos entidades?
Visitante: Para
eliminar el ego.
Maharaj: Por el
momento, sólo escuche las charlas que tienen lugar aquí; siéntese al fondo, en
cualquier sitio. Si le agrada, se puede quedar; en otro caso, no necesita
venir. Pero no haga preguntas. Sólo escuche las preguntas y las respuestas.
Como un recién llegado, ¿quiere usted hacer alguna pregunta? Usted piensa que
no sabe; eso es correcto. Y todo lo que usted piensa que sabe, eso no es
correcto. Todo lo que usted comprende, no es correcto. Y todo lo que usted no
comprende, es correcto. Lo que usted comprende, tiene un comienzo y un fin. Todo
lo que usted no comprende, no tiene ningún comienzo ni ningún fin.
Visitante: La mente
tiene que estar quieta, porque su movimiento es para crear perturbaciones.
Maharaj: Usted
dijo, que usted no es la mente. Así pues, si la mente está quieta o inquieta,
¿en qué le afecta a usted? Usted no es la mente. Usted es todo lo que usted no
sabe. ¿Siente la necesidad de sentarse aquí por más tiempo?
Lo
que quiero decir, es que si usted comprende realmente lo que se ha dicho, no
hay ninguna necesidad de asistir. Si usted comprende, de una vez por todas,
puede marcharse.
Visitante: Pienso
que muchos de nosotros sentimos que algunos de nosotros estamos bien leyendo
libros, y que otros no están tan bien así. Y es muy fácil recitar las
informaciones verbales que hemos recogido. Pero hay mucho más que acontece cuando
estamos en la compañía de Maharaj, ya sea en su presencia física o incluso
cuando se leen sus libros. Y pienso que eso es lo que nos atrae tan fuertemente
a estar con él. Porque a veces es como si la necesidad de la charla se
deshiciera y esa presencia se hiciera sentir por sí sola.
Maharaj: Después
de haber adquirido esta consciencia de «yo» como un niño, todas las impresiones
que usted ha recogido subsecuentemente, usted habla sólo sobre esa base. Así
pues, esa charla suya sólo puede tener un valor limitado; es sólo conocimiento
objetivo.
Visitante: El único
propósito en cualquier comunicación de Maharaj es servir a nuestra liberación
de todo eso. Algunas veces, los conceptos necesitan ser aclarados, pero ese es
el único propósito. Siento que, para mí, el propósito más grande al venir aquí
es acabar con una vida de interés en los conceptos.
Maharaj: La
infancia misma es un engaño. No hay ninguna verdad en ella. Ella soporta todo
esto. Cualquiera que fuera la forma de su cuerpo —y la forma de su cuerpo
prosiguió su cambio— su conocimiento objetivo también continuó cambiando;
finalmente, usted se hizo viejo. Todo lo que acontece, todo es como un sueño;
no tiene ninguna substancia. Y el soporte de todo este sueño, de esta no
verdad, es ese niño; todo ello comenzó ahí. Como un niño, usted comenzó a
recoger conocimiento y, cuando se hizo muy viejo, lo olvidó todo. Así pues,
todo ese conocimiento objetivo no fue de ninguna utilidad. Ahora, pregunto,
¿qué es usted en este momento? Todo lo que ha recogido como su identidad o su
forma, usted está en el proceso de perderlo. Así pues, ¿cuál es entonces su
identidad real?
Suponga
que alguien deviene muy viejo, digamos de ciento veinticinco años; y entonces
deviene muy débil, y finalmente está a punto de morir. ¿Por qué se dice que esa
persona ha muerto? ¿Debido a qué?
Visitante:
Objetivamente, para mí está muy claro cuando ha muerto una persona; el soplo
vital parte y después de eso el cuerpo es meramente un montón de células
putrefactas.
Maharaj: Cuando la
infancia se agota o se extingue, usted le llama muerto. Debido a que la
infancia estuvo originalmente ahí, la persona estuvo viviendo.
Visitante: ¿Quiere
decir Maharaj que la vida comienza y acaba con un estado de mente infantil? Yo
entiendo que con la infancia, el cuerpo es puesto en movimiento. Y en un
sentido, la muerte es el fin del movimiento que fue iniciado en el nacimiento.
Maharaj: ¿Por qué
se le llamó infancia, cuál es esa entidad y cómo aparece por primera vez ese
nombre de «infancia»? Trate de comprender eso. ¿Qué es el principio llamado
«infancia»?
Visitante: La
consciencia es muy rudimentaria en un niño. No hay todavía ninguna sensación de
su existencia independiente, ninguna sensación de yo soy esto, o yo soy eso —es
una suerte de azar.
Maharaj: En una
fruta verde, ¿hay dulzor?
Visitante: No.
Maharaj:
Finalmente ese dulzor viene, ¿no es así? ¿De dónde viene?
Visitante: De los
cambios bioquímicos que ocurren cuando la fruta madura.
Maharaj: Cuando
comprenda lo que es esta infancia, entonces eso es la liberación.
Paradójicamente, cuando se da cuenta de eso, usted ya está liberado. Usted debe
tratar de comprender su consciencia de «yo», o eseidad. Con eso, usted puede
obtener mucho conocimiento objetivo y tratar de controlar el mundo. Y si no
comprende esta consciencia misma, entonces usted estará en la esclavitud. Usted
puede hacer cualquier cosa en el mundo, pero finalmente estará encadenado. La
consciencia, la consciencia-niño, tiene que conocer a la consciencia. Ella
tiene que conocerse a sí misma. Esa es la única manera. Aunque viva un millar
de años, cualquier identidad que tenga de un momento a otro, nada permanecerá
lo mismo. Usted no tendrá ninguna identidad permanente para usted mismo,
incluso con un periodo de vida tan largo.
Todo
está contenido dentro del conocimiento de que usted es un niño, y todo eso
finalmente partirá. Así pues, toda su identidad desaparecerá, incluyendo esa
identidad de niño.
Esta
infancia, y esta consciencia-niño, ¿es verdadera? El que ha reconocido el hecho
de que es falsa, ¿qué dirá usted sobre ese hombre?
El
que ha comprendido esto, deviene, en los términos de los Vedas, nirguna, nirvana. Nirvana
significa sin modelo. Nirguna
significa más allá de la consciencia. Así pues, las actividades de eso, nirguna o nirvana, son como esta ciudad de Bombay. ¿Cuáles son sus
actividades? El que ha comprendido esta verdad y la ha transcendido, sus
actividades son como la ciudad de Bombay.
Visitante: Yo pienso
que las actividades son mucho más grandes desde la ciudad de Bombay y,
ciertamente, mucho más amplias.
Maharaj: Lo que
entiendo por la ciudad de Bombay es sin esta tierra, sin la porción de tierra.
Porque usted no puede decir exactamente lo que es esta ciudad de Bombay.
Visitante: Pienso
que hay metáforas mucho mejores para ello.
Maharaj: Lo grande
y lo pequeño, usted puede compararlo, cuando hay algo como un modelo. Pero si
lo que ha de designarse, como grande o pequeño, es la única entidad existente,
¿cómo puede usted comparar? Si usted no puede mostrar algo como más pequeño,
entonces usted no puede presentar algo como más grande; todo el asunto es
relativo.
Visitante: Pero
nosotros hacemos eso constantemente.
Maharaj: Sí, para
sus actividades mundanales, en el mundo objetivo. Usted usa esos términos como
en un sueño. Así pues, todas esas actividades son como las de un sueño, como el
comportamiento en el estado de sueño. De esa misma manera, así acontecen todas
las actividades.
Visitante: Para
algunos de nosotros, la vida crea sueños increíblemente complicados y
superficialmente atractivos. El gran reto es aceptar estos sueños como sueños y
ver a través de la esclavitud qué representan para nosotros —sus implicaciones
de nombre y fama y nuestra incapacidad para dejar que se vaya todo eso.
Maharaj: Esta
consciencia… cuando ella comenzó con su consciencia como un niño, cuando esa
consciencia de «yo» apareció por primera vez… debido a su aparición usted puede
decir que alguien es muy grande. Pero suponga que esta consciencia no hubiera
aparecido, ¿podría usted entonces haber detectado la grandeza de alguien?
Visitante: Yo no
habría sabido, yo no sería consciente.
Maharaj: Eso
significa que en la ausencia de esta consciencia-niño, usted no puede detectar
la grandeza, ¿no es así?
Visitante: Lo
curioso sobre nuestras primeras impresiones de nuestra consciencia de nosotros
mismos como niños, es que son los recuerdos penosos los que usualmente nos
llevan a eso, más bien que todos los tiempos gozosamente felices, cuando no
había ninguna necesidad y uno no era arrinconado sobre sí mismo.
Maharaj: Así pues,
según usted ¿recordar la infancia significa experiencias penosas?
Visitante: Bien, esa
es la primera vez que esa consciencia de sí mismo aparece, cuando uno es lastimado,
rechazado, golpeado por sus amigos, cuando la madre de uno le azota, cuando la
madre o el padre de uno descuidan su necesidad de amor.
Maharaj: La
infancia misma es dolorosa. Sin esa infancia, no habría experiencia del
sufrimiento, ¿no es así? Muy directo, muy simple de entender. El que no ha experimentado
la infancia, ¿tendrá alguna experiencia del sufrimiento? Todo comienza con eso.
Visitante: Yo no
pienso que la edad adulta sea mucho mejor, en sus propios términos.
Maharaj: Estamos
hablando sobre el comienzo de todo. Todo comenzó con la infancia. Esa infancia
es también un concepto, una idea. Así pues, si usted comprende eso, usted
transciende de una vez todos los conceptos. Por eso es por lo que es imperativo
comprender la infancia.
¿Cuál
es la función de la infancia? Su función es que usted sepa que usted existe.
Eso es todo lo que ha hecho. Antes de eso, usted no tenía experiencia de la
consciencia de «yo». Mi afirmación, y la de mi gurú, es que la infancia es un
engaño, que es falsa. El conocimiento «yo soy» mismo es un engaño. Cuando la
eseidad aparece, ese amor por la existencia es el resultado de la ilusión
primaria, de esa maya. Una vez que
usted viene a saber que usted existe, usted siente que quiere durar
eternamente. Usted siempre quiere ser, existir, sobrevivir. Y así comienza la
lucha.... Todo a causa de esa maya...
SRI NISARGADATTA MAHARAJ