La Pareja Cósmica...
En la filosofía hindú, como en casi todas las grandes tradiciones
filosófico-religiosas, el Dios Uno Inmanente se desdobla en una
trinidad: la Trimurti. En el período prevédico encontramos una primera
trinidad –Nara, Nari y Viraj- que es oculta y no manifestada, una
abstracción pura, Procedente de ésta, encontramos otra trinidad –Agni,
Vayu y Surya- que es activa y es revelada como resultado de la creación.
La Trimurti 1, que comprende Brahma, “el Creador”, Vishnu, “el
Conservador”, y Shiva, “el Destructor y Regenerador”, pertenece a un
período posterior, siendo una adaptación de las dos primeras,
cristalizada en la forma de dogmas humanos. Estos tres Dioses encarnan
tres fuerzas fundamentales, designadas como los gunas: Rajas, Sattva y
Tamas. “Sattva es el guna –la cualidad- de Vishnu, la fuerza de cohesión
interna, la luz de la consciencia. Tamas es el guna de Shiva, la fuerza
de la dispersión, de la desintegración, la oscuridad de la cual el
Universo emana y en la cual se funde. Sattva y Tamas permanecerían para
siempre en su inercia respectiva si Rajas, la fuerza dinámica, no
surgiese de la tensión creada entre ellas, a fin de desencadenar el
proceso activo de la creación, la obra de Brama. Sin la energía de
Rajas, no existiría sino el estado de sueño profundo, de sueño sin
sueños, en el cual Shiva permanece, inmerso en la existencia pura” 2.
En la mitología hindú, Shiva,
cuyo nombre significa “el Benéfico”, ocupa un lugar destacado, y está
considerado como un Dios de primer orden. Está asociado a las cualidades
de Voluntad y Poder en el 1º Aspecto (1º Logos); se encuentra en el
origen de la creación, cuando todo es aún germen invisible, y está
igualmente en el final de la desintegración, cuando todo regresa al
No-Manifestado.Shiva y su
consorte Parvati representan la dualidad del Universo Manifestado:
Espíritu y Materia, Purusha y Prakriti. La tradición 3 cuenta que:El Cosmos
giraba en torno a al Monte Mandara, y en su pico se encontraba Shiva, en
serena meditación, desligado del mundo, transcendiendo a samsara 4.Brama, el Dios Creador, se
dirigió a Vishnu, el Salvador Cósmico, y le preguntó: “Si todas las
criaturas sobre la tierra renunciaran al mundo como Shiva, el Universo
cesará de existir. ¿Qué podría hacerse para evitarlo?” Vishnu
respondió: “Tenemos que conseguir una mujer que le traiga de vuelta al
mund. Para que la sociedad sobreviva, moksha –la liberación espiritual-
deberá de ser complementada con el cumplimiento del dharma, el deber
material. La senda de la renuncia, el yoga, deberá de ser compensada con
el compromiso con la existencia, bhoga. Juntos, Shiva y su consorte
habrán de generar el camino de en medio, aquél entre la participación y
la renuncia”. Brama estuvo de acuerdo. De
repente, el antagonismo entre Brama se volvió claro para los dioses:
Brama era rajásico, activo y energético, mientras que Shiva era
tamásico, “pasivo” e “inerte”. Lo que Brama creaba, Shiva lo destruía;
lo que Shiva destruía , Brama lo recreaba. Ambos justificaban la
existencia del otro. Entre Shiva y Brama se encontraba Vishnu,
totalmente sátvico, intentando crear constantemente crear un equilibrio
entre el Creador y el Destructor.
“Pero
¿donde podemos encontrar una mujer que se equipare a Shiva en espíritu y
fuerza?” exclamó Brahma. “Yo ya encontré una, la propia
Diosa-Madre”, respondió Vishnu. “Sí, sí. ¿Quién mejor que ella, la
personificación de prakriti?. Pero ¿ella aceptará?” “Ella ya ha
aceptado...mira, ya ha encarnado como Shakti, la hija más reciente de
Daksha.” “¿Cómo puedo yo casarme con
ella si yo he renunciado al mundo?”, gritó Shiva ciando Vishnu le
planteó la cuestión. Pero él no fue capaz de ignorar la intensidad del
amor de Shakti. “¿Por qué te
quieres casar conmigo?”, preguntó Shiva a Shakti. “Porque yo estoy
incompleta sin ti y tú estás incompleto sin mí.” “Pero yo no tengo
nada que ofrecerte.” “Yo no pido nada aparte de ti.”La determinación de Shakti
impresionó a Shiva, que la aceptó como su consorte. Brama y Vishnu
contentaron a Dakha, el padre de Shakti y guardián de la civilización,
al cual no le gustaba Shiva, pues éste era un eremita que no vivía de
acuerdo con las leyes de la civilización. Un día Daksha tomo la
determinación de realizar un prodigioso sacrificio, para el cual sería
invitada toda la creación, excepto Shiva y Shakti. A pesar de que Shiva
intentó convencer a Shakti para que desistiera de ir, ésta fue hasta la
casa de su padre. Cuando ella llegó, junto al fuego sagrado estaban
sabios, dioses y diosas, pero ninguno se levantó para recibirla; hasta
su mismo padre no se mostró particularmente feliz al verla. De repente,
todo quedó claro: Shakti se dió cuenta de que el sacrificio era un
elaborado ritual con el objetivo de denigrar a su Señor. La humillación
fue tan grande que la muerte pareció la mejor alternativa posible. La
noticia de la muerte de Shakti dejó a Shiva destrozado y, entonces, cayó
en el dolor. El Dios experimentó la angustia de la separación y de la
soledad y se aisló en las cavernas heladas de los Himalayas.La Diosa Madre, encarnación de
toda la Materia, nunca es estable, está constantemente en un estado de
movimiento. Su muerte fue apenas una transformación. Shakti volvería
bajo otra forma. Los Dioses lo sabían y Shiva también...En los
Himalayas había un rey llamado Hivaman, casado con la reina Mena, que
tenía una hija bellísima llamada Parvati o Uma, hija de las montañas.
Parvati era Shakti reencarnada, y estaba decidida a reconquistar a su
amado. Y así fue...Delante del fuego sagrado, Shiva y Parvati
procedieron al ritual que los consagró marido y mujer y los volvió las
dos partes del Todo. Los dos se completaban perfectamente, existiendo
entre ellos una perfecta armonía, Parvati era la alumna perfecta y Shiva
el profesor perfecto. A través de las sagradas conversaciones entre
ellos, fueron revelados los secretos de los Vedas, el esplendor de los
Sastras 5, y el mundo se enriqueció. El Cosmos se llenó de júbilo.Con Parvati a su lado, Shiva
hizo una declaración al mundo: “Que se sepa, ninguna adoración o
sacrificio será aceptada por los dioses mientras un hombre no tenga una
esposa a su lado. Aquél que se aparte de las alegrías y de las tristezas
de la vida, en ves de tratar con ellas, es un tonto, pues está huyendo
de la Verdad. Aquél que es obcecado por los placeres y por los dolores
de la vida, incapaz de ver la serenidad por detrás de ella, es un tonto,
pues él también está huyendo de la Verdad.”Ambos dijeron:
La verdad
se encuentra en la armonía entre el espíritu y la materia, entre el
cuerpo, la mente y el alma, entre lo individual y lo social, entre la
sociedad y la naturaleza, entre Purusha y Prakriti.
Nótese
que Brama, Visnu y Shiva, las tres personas de la Trinidad manifiesta,
intercambian constantemente sus atributos, siendo mutuamente
convertibles en el otro. En la doctrina esotérica, todos ellos son una
única y la misma manifestación “De Aquél cuyo nombre es demasiado
sagrado para ser pronunciado”.
Alain Porte, Shiva, el Señor del Sueño.Cuento
adaptado de Devdutt Pattanaik, Shiva, una introducción.Ciclo
de existencia en el mundo.Textos Sagrados...
viernes, 18 de junio de 2010