EL GÉNESIS ESOTÉRICO...LA HIPÓSTASIS DE LOS ARQUEONES...

domingo, 19 de septiembre de 2010

 







Introducción

La Hipóstasis de los Arqueones (“La realidad de los Gobernantes Arcónticos”), es un tratado anónimo que nos muestra una interpretación esotérica del Génesis. En alguna forma es una revelación de un ángel, que nos muestra la forma gnóstica en la que la raza del hombre, que proviene de Set, se manifiesta en la creación y en éste mundo.

Deseamos que este tratado sea de vuestro interés y aporte luz a determinados aspectos, un tanto oscuros, de la realidad humana.

Por causa de la realidad (hipóstasis) de las potestades, inspirado por el Espíritu del Padre de la verdad, el gran Apóstol nos transmitió la siguiente enseñanza acerca de las autoridades de la oscuridad (Colosenses 1.13): Nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino más bien contra las autoridades del universo y contra los espíritus de la maldad (Efesios 6.12). Te he enviado esto debido a tu pregunta sobre la realidad de las Autoridades.

Su jefe está ciego; debido a su poder y a su ignorancia y por su orgullo dijo con su Poder: "Yo soy Dios, y ninguno hay fuera de mí”. Al decir esto, pecó contra el Todo. Y esta palabra llegó hasta la Incorruptibilidad. Entonces, de la Incorruptibilidad surgió una voz que dijo: "Estás equivocado Samael" (que es el dios de la ceguera).

Sus pensamientos le dejaron ciego. Arrojó su potencia –es decir, la blasfemia que había pronunciado- y fue perseguido por Pistis Sophia (Fe – Sabiduría) hasta el caos y el abismo, que es su madre. Y ella estableció a cada uno de los hijos de él de acuerdo con aquella potencia y de acuerdo con la figura del eón superior, comenzando desde el mundo invisible el mundo visible era creado.

La Incorruptibilidad miró hacia abajo, hacia la región de las aguas, y su imagen se manifestó en el agua; y las potestades de la oscuridad la desearon, pero no pudieron tomar la imagen que se les manifestó en las aguas, porque eran débiles – puesto que los seres que sólo tienen alma no pueden aprehender a los que tienen espíritu -, porque ellos eran de abajo y la imagen era de arriba, del lugar superior. Por esto la Incorruptibilidad miró hacia abajo, hacia las regiones de las aguas, a fin de unir el todo con la luz de acuerdo con la voluntad del Padre.

Los arcontes se reunieron en asamblea y dijeron: "Tomemos tierra y creemos un hombre de barro". Y modelaron a su criatura haciéndola completamente de tierra. Ahora bien, el cuerpo que tienen los arqueones es de mujer, con rostros bestiales. Así pues, tomaron barro de la tierra y modelaron a su hombre de acuerdo con el cuerpo de ellos mismos y de acuerdo con la imagen de Dios que se les había aparecido en las aguas. Ellos dijeron: "Vamos, apoderémonos de esta imagen por medio de la forma, de manera que pueda ver su contraparte masculina, y podamos capturarla con la forma que hemos modelado", sin comprender, a causa de su impotencia, el poder de Dios.

Y El sopló en su rostro y el hombre llegó a tener un alma y permaneció sobre el suelo durante muchos días, pero no le hicieron crecer porque eran impotentes. Ellos persistieron soplando como vientos tormentosos, para poder capturar la imagen que se les había manifestado en las aguas, pero ignoraban la potencia de la imagen. Sin embargo, todo esto sucedió de acuerdo con la voluntad del Padre del todo.

Después de estos sucesos, el Espíritu vio al hombre, dotado de alma, sobre la tierra. El Espíritu surgió de la tierra adamantina, descendió y habitó en él. Aquel hombre pasó a ser un alma viviente. Y le puso por nombre Adam, puesto que fue hallado moviéndose sobre la tierra.

Una voz surgió de la incorruptibilidad en auxilio de Adam. Entonces los Arqueones juntaron a todos los animales de la tierra y a todos los pájaros del cielo y los llevaron a Adam para que éste pudiera darles nombre, a cada uno de los pájaros y a todos los animales. Luego tomaron a Adam y lo colocaron en el paraíso para que lo cultivara y lo custodiara. Y los Arqueones le dictaron un mandamiento diciendo: "De todo árbol que está en el paraíso comerás, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comas y no lo toques, pues el día que lo comiereis moriréis de muerte". Esto se lo dicen sin entender lo que les habían dicho. Tales cosas le dijeron de esta manera precisamente por la voluntad del Padre, a fin de que comiera, y también a fin de que Adam los viera siendo ya totalmente material.

Los arqueones deliberaron y se dijeron: "Hagamos que un profundo sueño caiga sobre Adam". Y él se durmió. Ahora bien, el sueño profundo que ellos causaron es la ignorancia. Abrieron su costado y extrajeron a una mujer viviente, y luego rellenaron su costado con carne fresca en el lugar de ella, y Adam llegó a estar dotado sólo con alma, y la mujer dotada de espíritu se le acercó a él y le habló diciéndole: "Levanta, Adam". Y cuando la vio, él dijo: "Tú eres la que me ha dado vida; serás llamada madre de lo viviente". Porque es ella la que es mi madre, ella es el médico, y la Mujer, y la que ha dado nacimiento".

Entonces las potestades se acercaron a Adam, pero cuando vieron a su contraparte femenina hablando con él entraron en gran agitación y la desearon. Y se dijeron unos a otros: "Vamos a inseminar nuestra simiente en ella". Entonces la persiguieron y ella se burló de ellos a causa de su demencia y de su ceguera, y se transformó en árbol, y dejó ante ellos su reflexión sombría semejante a ella misma, y ellos mancillaron abominablemente a esta sombra y mancillaron el signo de su voz. Esto ocurrió de forma que se expusieron a la condenación por la forma que ellos habían modelado, conjuntamente con su propia imagen.

Entonces, el Principio Espiritual Femenino penetró en la serpiente, El Instructor, y les enseñó diciéndoles: " ¿Qué os ha dicho? ¿Acaso que de todo árbol que está en el paraíso comerás, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comas?". Respondió la mujer carnal: "No dijo solamente no comer, sino también: No lo toques, pues el día en que comiereis de él moriréis de muerte". Y la serpiente, El Instructor, dijo: "No moriréis de muerte; esto os lo ha dicho porque es envidioso. Más bien se abrirán vuestros ojos y llegaréis a ser como dioses, conocedores del bien y del mal". Y el Principio Instructor Femenino se salió de la serpiente y la abandonó como cosa ya puramente terrestre. Entonces la mujer carnal tomó del árbol y comió, y ofreció a su marido junto a ella. Y estos seres que poseían sólo un alma comieron.

Y en su falta de conocimiento, sus imperfecciones llegaron a ser aparentes, y reconocieron que estaban desnudos del elemento espiritual. Y tomando hojas de higuera se las ciñeron sobre sus ijares.

Entonces se acercó el gran Arqueón y dijo: "Adam, ¿dónde estás?", pues no sabía lo que había sucedido. Adam respondió: "Oí tu voz, y temeroso por estar desnudo, me escondí". Dijo el Arqueón: "¿Por qué te escondiste si no es porque comiste del árbol del que te ordené: de él sólo no comerás?. ¡Y comiste!". Dijo Adam: "La mujer que me diste, ella me dio y comí". Y el arrogante Arconte maldijo a la mujer. Y dijo la mujer: "La serpiente es la que me engañó, y comí". Se volvieron hacia la serpiente y maldijeron su reflexión sombría... impotentes, sin percatarse de que era una forma que ellos mismos habían modelado. Desde aquel día la serpiente quedó bajo la maldición de las potestades, hasta que el hombre todo poderoso vino, esta maldición ha ido cayendo sobre la serpiente.

Los Arqueones se volvieron hacia su Adam, le tomaron y lo arrojaron del paraíso con su mujer, no hubo bendición para ellos, puesto que son indignos de la maldición.

Además los Arcontes arrojaron a la humanidad en una gran confusión, dentro de una vida de trabajo, de forma que sus hombres pudieran estar atareados y no tuvieran tiempo de estar consagrados al Espíritu Santo.

Después de esto ella engendró a Caín, el hijo de ambos. Caín cultivaba la tierra. Después de esto, Adam conoció de nuevo a su mujer y ella concibió y engendró a Abel. Abel era pastor de ovejas. Caín ofrecía los frutos de su campo, mientras Abel ofreció uno de entre sus corderos. El dios reposó su mirada sobre las ofrendas de Abel, pero no aceptó las ofrendas de Caín. Y el Caín carnal persiguió a su hermano Abel. Entonces el dios dijo a Caín: "¿Dónde está tu hermano Abel?". Él respondió y dijo: "¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?". Dijo el dios a Caín: "He aquí que la voz de la sangre de tu hermano clama a mí. Has pecado por tu boca. Esta sangre recaerá sobre ti. Todo aquel que matare a Caín dejará sueltas siete venganzas. Tú, por tu parte, gemirás y temblarás sobre la tierra".

Luego Adam conoció a su contraparte femenina Eva, y ella quedó preñada y concibió a Set para Adam. Y él dijo: "He dado nacimiento a otro hombre por medio de Dios, en el lugar de Abel".

Otra vez concibió Eva y engendró a Norea, diciendo: "Él engendró para mí una virgen como auxilio de muchas generaciones de la humanidad". Ésta es la virgen que las fuerzas no mancillaron. Entonces los hombres comenzaron a multiplicarse y a desarrollarse.

Los Arcontes se reunieron en consejo y dijeron: "Causemos un diluvio con nuestras manos y destruyamos toda carne, tanto hombres como animales". Pero cuando el Arqueón de las Fuerzas supo de su decisión, le dijo a Noé: "Constrúyete un arca de una madera que no se pudra y ocúltate en ella tú con tus hijos y los animales y los pájaros del cielo, tanto pequeños como grandes, y erígela sobre el monte Sir".

Entonces se le acercó Orea con el propósito de entrar en el arca y como él no podía dejarla, ella dañó el arca y le prendió fuego. Él construyó el arca por segunda vez.

Los Arcontes se acercaron a Norea con el propósito de seducirla. El jefe supremo le dijo: "Tu madre Eva vino hacia nosotros". Pero Norea se volvió hacia ellos y les dijo: "Vosotros sois los Arcontes de la oscuridad, estáis malditos. Realmente no habéis conocido a mi madre, sino que la que habéis conocido es a tu contraparte femenina. Porque yo no soy vuestra descendiente progenie; más bien es del mundo superior del que he venido". El arrogante Arqueón se revolvió con todo su poder y su semblante llegó a ser como negro. Con gran audacia se dirigió a ella en estos términos: "Es necesario que nos sirvas como lo hizo tu madre Eva, pues me ha sido dado ...". Entonces Norea se volvió con el poder de ... y con fuerte voz gritó al Santo Uno, el Dios del todo: "Rescátame de los Gobernantes de la iniquidad y sálvame de sus garras".

El Gran Ángel vino del cielo y le dijo: "¿Por qué estás gritando a Dios? ¿Por qué actúas tan intrépidamente hacia el Espíritu Santo?". Dijo Norea: "¿Quién eres tú?". Entretanto los gobernantes de la iniquidad se habían apartado de ella. El ángel dijo: "Yo soy Elelet, la sabiduría, el gran ángel que está en la presencia del Espíritu Santo. He sido enviado para hablar contigo y librarte de las garras de los que no tienen ley. Y te enseñaré cuál es tu origen".

Ahora bien, no puedo hablar de este ángel ni de su poder; su apariencia es como oro fino y su vestido es como la nieve; ¡no, mi boca no puede hablar ni de su poder ni de la apariencia de su rostro!

Elelet, el Gran Ángel me habló y dijo: "Yo soy la inteligencia, yo soy uno de los cuatro dadores de luz, quienes están en presencia del gran Espíritu Invisible. ¿Crees que estos gobernantes tienen algún poder contra ti? Ninguno de ellos puede prevalecer contra la raíz de la verdad –porque por su causa él apareció al final de los tiempos (texto corrupto) y estos poderes serán dominados, y tampoco podrán mancillar ni a ti ni a esta raza, puesto que vuestra morada está en la Incorruptibilidad, en el lugar del Espíritu virginal, el que es superior a las potestades del caos y de su universo".

También yo dije: "Señor, enséñame acerca de la facultad de estas autoridades, por qué vinieron a la existencia y por qué clase de génesis y de qué material, y quién fue que los creó y a su fuerza". Y el Gran Ángel Elelet, la inteligencia, me respondió: "Dentro de los reinos ilimitados mora la Incorruptibilidad. Sophia, que es llamada Pistis, quiso crear algo, una obra ella sola, sin su consorte. Su obra resultó una cosa celestial. Existe un velo entre el Mundo de Arriba y los reinos que están abajo, y la Sombra entró en la existencia bajo el velo, y esta Sombra se convirtió en materia, y esa Sombra fue proyectada a un lugar particular. Y lo que ella había creado llegó a ser un producto en la materia, una especie de aborto. Y asumió una forma plástica moldeada fuera de la Sombra, y llegó a ser una bestia arrogante parecida a un león. Era andrógino, pues, como ya dije, provino de la materia". Al abrir sus ojos él vio una vasta cantidad de materia sin límites, entonces se exaltó orgullosamente y dijo: "Yo soy dios y no hay otro fuera de mí". Al decir esto pecó contra la totalidad. Entonces una voz surgió de arriba, de la suma potestad absoluta, diciendo: "Estás equivocado, Samael" – que es el dios de los ciegos-. Él dijo: "Si existe otro ser ante mí, que se me revele". Al momento Sophia extendió su dedo e introdujo la luz en la materia y ella la persiguió hacia abajo hasta las regiones del caos, remontando luego hacia su luz. De nuevo la oscuridad… en la materia. Este Arconte, por ser andrógino, produjo para sí un gran reino, una grandeza infinita.

Y se contempló creando descendencia por sí mismo, y creó por sí mismo siete descendientes, andróginos, como su padre. Y dijo a sus hijos: "Yo soy el Dios del todo". Entonces Zoé (vida), la hija de Pistis Sophia, gritó y le dijo: "¡Estás equivocado, Sakla" –cuyo nombre alternativo es Yaldabaoth-. Luego sopló en su rostro y su aliento se le convirtió en un ángel de fuego. Y este ángel ató a Yaldabaoth y lo arrojó al Tártaro, al lugar que está bajo el abismo.

Sucedió que cuando Sabaoth, el hijo de Yaldabaoth, vio la fuerza de éste ángel, se arrepintió y condenó a su padre y a su madre la materia, asqueándose de ella. En cambio, entonó himnos a Sophia y a su hija Zoé. Entonces Sophia y Zoé lo exaltaron y lo instalaron sobre el séptimo cielo, debajo del velo entre lo de Arriba y lo de abajo. Y fue denominado "dios de las potencias, Sabaoth", porque está sobre las fuerzas del caos porque Sophia lo estableció. Cuando estos acontecimientos pasaron, él se construyó un gran carro de querubines, dotado de cuatro rostros, con una innumerable multitud de ángeles para hacer de ministros, y arpas y liras.

Y Sophia tomó a su hija Zoé y la sentó a su derecha para enseñarle acerca de las cosas que existen en el Octavo Cielo (la ogdóada). Luego colocó al ángel de la ira a su izquierda. Desde aquel día, su derecha ha sido llamada "vida", y la izquierda ha venido a representar la iniquidad del reino de poder absoluto de arriba. Fue antes de tu tiempo cuando ellos vinieron a al existencia.

Sucedió que cuando Yaldabaoth vio a Sabaoth en su gran esplendor y en esta elevación tuvo envidia de él. Y la envidia fue un producto andrógino y éste fue el origen de la envidia. La envidia engendró la muerte, y la muerte engendró a su descendencia y les dio a cada uno de ellos el encargo de su propio cielo; todos los cielos del caos quedaron repletos de multitud. Todo esto sucedió precisamente por voluntad del Padre del todo a fin de que se completara el número del caos.

Te he enseñado sobre los modelos de los gobernantes, y sobre la materia en la cual estaba manifestada, así como te he instruido acerca del padre de los Arcontes y de su universo.


Pero yo dije: "Señor, ¿también yo misma formo parte de su materia?". "Tú, junto con tu descendencia, formas parte del Padre que existe desde el principio. Las almas de tus hijos proceden del lugar superior, de la luz incorruptible. Por eso las potestades no podrán aproximarse a ellas a causa del Espíritu de verdad que se halla en ellas. Todos cuantos han conocido este camino existen como inmortales en medio de una humanidad mortal. Pero esta simiente no se manifestará todavía. Sin embargo, después de tres generaciones se manifestará y extirpará de ellas la cadena del error de las potestades".

Entonces yo dije: "Señor, ¿cuánto tiempo?". Él me dijo: "Cuando el hombre verdadero, en la forma de una criatura, manifieste al Espíritu de verdad que el Padre ha enviado. Entonces éste les instruirá por entero y les ungirá con el crisma de la vida eterna que le ha sido dado por la raza indómita. Entonces expulsarán de sí mismos el pensamiento ciego y pisotearán la muerte, la de las potestades, y avanzarán hacia una luz infinita; allí es donde habita esta simiente. Entonces las potestades abandonarán sus tiempos y sus ángeles llorarán por su destrucción, y sus demonios se lamentarán por su muerte. Entonces todos los hijos de la luz conocerán con certeza la verdad junto con su propia raíz, y al Padre del todo junto con el Espíritu Santo. Todos clamarán con una sola voz: "La verdad del Padre es justa, y el Hijo está sobre el todo". Y desde todas las eras de las eras: ¡Santo, Santo, Santo. Amén!".