El PrInCiPiO...

viernes, 10 de septiembre de 2010

 




-¿De donde venía yo cuando me encontraste? -preguntó el niño a su madre.

...Ella, llorando y riendo, le respondió apretándolo contra su pecho:-Estabas
escondido en mi corazón, como un anhelo, amor mío: estabas en las
muñecas de los juegos de mi infancia, y cuando, cada mañana, formaba yo
la imagen de mi Dios con barro, a ti te hacía y te deshacía; estabas en
el altar, con el Dios del hogar nuestro, y al adorarlo a Él, te adoraba a
ti; estabas en todas mis esperanzas, y en todos mis cariños. Has vivido
en mi vida y en la vida de mi madre, tú fuiste creado siglo tras siglo,
en el seno del espíritu inmortal que rige nuestra casa. Cuando mi
corazón adolescente abría sus hojas, flotabas tú, igual que una
fragancia, a su alrededor; tu tierna suavidad florecía luego en mi
cuerpo joven como antes de salir el sol la luz en el Oriente. Primer
amor del cielo, hermano de la luz del alba, bajaste al mundo en el río
de la vida y al fin te paraste en mi corazón... Qué misterioso temor me
sobrecoge al mirarte a ti, hijo, que siendo de todos, te has hecho mío. Y
qué miedo de perderte! ¡Así, bien apretado contra mi pecho! ¡Ay! ¿Qué
magia ha entregado el tesoro del mundo a mis frágiles brazos?...

Rabindranath Tagore.