El VaCíO...

miércoles, 29 de septiembre de 2010

 


Treinta radios convergen en el eje de la rueda,
pero es su vacío el que la hace útil.
Se recoge arcilla y se modela la vasija,
pero es su vacío el que la hace útil.
Se abren puertas y ventanas al edificar una casa,
... y es el vacío interior el que la hace útil.
Así, el Ser nos da el Servicio y
el No – Ser da la utilidad...


Lao Tse

Treinta radios se unen en el centro;
Gracias al agujero podemos usar la rueda.
El barro se modela en forma de vasija;
Gracias al hueco puede usarse la copa.
Se levantan muros en toda la tierra;
Gracias a la puertas se puede usar la casa.
Así pues, la riqueza proviene de lo que existe,
Pero lo valioso proviene de lo que no existe...

Para mejorar nuestra tranquilidad, y relativizar los hechos, debemos de ser conscientes de que no somos eternos, que nada dura, que todo está sometido al cambio y que la vida es un ciclo. No sabemos qué habrá más allá del traspaso. Tampoc . .....o sabemos qué hubo antes de nuestra llegada al mundo. Sólo sabemos lo que hay aquí y ahora. Así, basta en no montarnos quimeras futurísticas. No hace falta plantearse “objetivos” vitales. Un OBJETIVO es como una estación de tren que nos queda lejos en el tiempo y en el espacio y, a menudo, no sabemos en qué estado estarán las vías del tren para llegar a dicha estación, como tampoco no sabemos si tendremos la suficiente energía para llegar ahí. Al fin y al cabo, un objetivo es un límite, algo que nos hace más pequeños. Cuando cogemos el tren para irnos a nuestro objetivo, es normal que no valoremos los troncos que nos cerrarán las vías, el mal tiempo que nos hará parar el viaje, los asaltantes que intentarán sabotear nuestros vagones… Y cualquier contratiempo que no esté en nuestra mente para alcanzar el objetivo, lo vamos a traducir como un “evento trágico”.

Ahora “tragedia” ya no es tanto estar atado a la voluntad de un dios, sinó más bien estar atado a nuestra propia voluntad, a nuestra propia manera de ser. Como humanos y limitados que somos, no podemos tener el control absoluto de las cosas, ni tampoco podemos tener el éxito que tiene nuestro vecino. Siempre hay algo que se nos escapa. Siempre hay un lugar al que no podemos llegar. Y cuando chocamos con los eventos inesperados que nos sobrepasan, caemos en la tristeza y en el desánimo. Podemos sentir que nuestro camino es trágico.

Dejar fluir los acontecimientos es bueno. Esto nos ayudará a comprender cuál es nuestra propia “tragedia” personal, a dónde no podemos llegar nunca durante nuestra existencia. Conociéndonos, cuando nos proponemos llegar a un sitio, seguro que vamos a llegar a él sin forzar nada, sólo observando cómo se van resituando las situaciones. Es negativo y dañino para los humanos estar etiquetando, valorando y juzgando todo.

Cuando alguien consigue algo, la mayoría dice “quien la sigue, la consigue”, algunos dicen “ha luchado mucho”, pocos piensan “qué suerte ha tenido”, pero casi nadie se da cuenta de que si ha llegado a donde ha llegado ha sido gracias a su predisposición a poder llegar allí. Seguramente esta persona se conocía bien a sí misma, sabía cuáles eran sus limitaciones y ha escogido el camino correcto.

Que medio país se inunde debido a un monzón o a unas lluvias torrenciales, no es una tragedia, es algo natural, es algo cíclico, es la fuerza de la naturaleza. Que una provincia se quede sin luz y sitiada durante cuatro días debido a la nieve, no es una tragedia, es la naturaleza que nos recuerda que formamos parte de ella. El hombre, estúpidamente, ha querido manipular la naturaleza, ha querido subyugarla a su voluntad y a sus necesidades. Y no sabe que la naturaleza es intocable.

Que yo no pueda presentarme a unos juegos olímpicos es debido a que ya de pequeño no he ejercitado mi cuerpo para ello. Que yo siempre tenga mala suerte jugando a cartas es que estoy limitado en la táctica del juego. Es mi propia naturaleza que me da mis límites. Luchar en contra de esto, es luchar en contra de MI naturaleza.

El problema básico es que tachamos de tragedia todo aquello que se nos escapa de las manos y que no forma parte del proyecto virtual de “felicidad” impuesto por Occidente. Casi todas las cosas que ocurren en la vida tienen una explicación sencillísima que normalmente es: el ciclo de la vida, de la naturaleza, del cosmos, del Cielo y de la Tierra. Intentar dar una explicación más profunda es jugar con la perversidad y querer jugar a ser dioses. Para tener una tragedia, debemos de tener héroes , irónicamente, la mayoría de nosotros no somos héroes. Pero tampoco podemos ser dioses y controlarlo todo. Por lo tanto, ya no tenemos tragedia. Es la sencillez de todo, y no buscar tantas “causas”, que nos ayuda a acercarnos a algo llamado Tao. Lo que hay entre el Cielo y la Tierra es sólo vacío, al que debemos llegar...