Porque Decimos que Somos Seres de Luz...

miércoles, 29 de septiembre de 2010

 




Quienes transitamos los caminos de la vida
buscando nuestra realización espiritual vamos por muchos lugares para
saciar nuestra sed. A veces encontramos verdades claras, otras son
espejismos o informaciones incorrectas. Siempre avanzamos, porque en
algún lugar de Universo debe estar lo que buscamos, resonando con
nosotros, de lo contrario no habría motivo de búsqueda.

Muchas veces incorporamos conocimientos, conceptos, frases sin entender
totalmente lo que significan pero suelen resonar fuerte en nuestro
interno y lo aceptamos como verdades incuestionables. Una de esas frases
que yo acepté como auténtica, pero no terminaba de comprender
racionalmente era: Somos seres de luz. Me gustaba cómo resonaba, me
sentía un ser de luz, me comparaba con la aureola de los santos, me
sentía irradiando mi alegría y mi espíritu, a veces podía visualizar mi
resplandor en un espejo. Pero también me quedaba una sensación de
incertidumbre. ¿Por qué dirán los Maestros que somos seres de luz?
Hay que ampliar la conciencia, hasta que no queden dudas. Buscar ese
eslabón perdido que nos desconectó de la Fuente. La ciencia, que tantas
veces cuestionó las manifestaciones del espíritu, finalmente se va
acercando para soldar la cadena de nuestra evolución, para unir materia y
espíritu.

"Somos seres Carbono-Químicos-Eléctricos-Lumínicos" Cuando encontré esta
definición se iluminaron muchos interrogantes, se armó un entramado de
relaciones que tenía sentido.
Somos seres en cuerpo físico, por lo tanto estamos dentro de un cuerpo
que realiza procesos químicos. La composición química del cuerpo humano
desempeña un rol importante en el proceso evolutivo. La dieta, el
ejercicio físico y aun el aire que respiramos y nuestro estado mental,
todo contribuye a esta composición química que nos da equilibrio y
bienestar.
Uno de los sistemas químico-biológico con un importante rol en nuestra
evolución es el sistema endocrino. El sistema endocrino es una réplica
física de las estructuras de energía sutil que forman nuestros cuerpos
energéticos. Las glándulas endocrinas producen sustancias químicas
altamente especializadas, las hormonas, que se liberan en la química del
cuerpo en momentos precisos y por razones específicas. Las hormonas
tienen funciones claves, entre ellas, el abrir zonas dentro del cerebro
que pueden desencadenar nuevas capacidades mentales y nuevos estados de
conciencia para nuestro crecimiento espiritual. Por eso necesitamos un
equilibrio hormonal.

La ciencia moderna también ha establecido la naturaleza electroquímica
de nuestros sistemas físico-biológicos. Nuestro organismo es también de
naturaleza electromagnética. Como seres electromagnéticos estamos
constituidos por un campo energético que contiene luz visible e
invisible. Sabemos, a partir de la física cuántica, que la luz es el
componente básico del campo electromagnético. Por lo tanto, estamos
compuestos por un campo de energías lumínicas electrobioquímicas. Si
tuviéramos la capacidad de percibir con nuestros ojos físicos el
verdadero espectáculo de luz que produce un campo electromagnético,
podríamos constatar esa la idea de "somos seres de luz" o " tenemos un
cuerpo de luz". En consecuencia, al ser electromagnéticos y estar
conectados a la luz, somos seres de luz, así como seres
químico-eléctrico-lumínico.

Aunque nos proclamemos seres de luz, debemos honrar nuestra herencia
química y elegir con sabiduría y discernimiento todas las sustancias que
incorporamos a nuestro cuerpo. A medida que elevamos nuestra
conciencia, decidimos de modo espontáneo evitar productos químicos

Como seres de luz podemos alterar nuestras frecuencias vibratorias y al
hacerlo podemos desarrollar habilidades para la regeneración
instantánea, la curación acelerada o el aminoramiento del
envejecimiento. Estamos desarrollando mayores habilidades para acceder y
expresar más nuestra naturaleza lumínica (espiritual) - eléctrica.
Estamos aprendiendo a integrar las facetas químico-eléctricas de nuestro
ser y conforme lo hacemos, estamos aprendiendo a utilizar nuestra
naturaleza eléctrica para lograr una gran variedad de estos ideales de
bienestar.
La comprensión de nuestra naturaleza química-eléctrica-lumínica nos da
la oportunidad de utilizar más de nuestra naturaleza eléctrica para
desarrollarnos física, emocional y espiritualmente. En otras palabras
podemos modular nuestras frecuencias vibratorias. Poseemos circuitos
energéticos que pueden ser modificados mediante procesos de pensamientos
positivos y resonantes.

Cada día mas la ciencia y el espíritu se acercan. Los seres en el camino
de desarrollo espiritual pueden explicar científicamente como se
producen sus estados de expansión de la conciencia, por qué en un
momento se sienten iluminados. Todas las sanaciones energéticas tienen
su explicación en estos procesos electromagnéticos del cuerpo energético
humano.

Los estudiosos de las llamadas ciencias naturales se acercan ya a la
intangibilidad de la materia e ingresan de la mano de la física cuántica
en el hiperespacio para conocer nuestro Universo desde la
multidimensionalidad.


HIPERESPACIO:
Las dimensiones que se hallan más allá de las tres
dimensiones habituales. En el hiperespacio no hay espacio ni tiempo,
todas las acciones y actividades son instantáneas. Matemáticamente, el
hiperespacio es un espacio que puede contener dos o más espacios
tridimensionales en el mismo lugar y el mismo tiempo. La frecuencia, las
fases y la amplitud están entre las características que definen las
dimensiones del hiperespacio.


(Del libro: "Entramados de Conciencia"
Peggy Dubro y David Lapierre)