Bella doncella de excelsa belleza
Todo el que pasa le hace reverencia
Tiara de flores coronan su cabeza
En honor a su nobleza se le entregó una estrella
Novia soñada, dama perfecta
Fiel esclava, silueta de geisha
Amiga abnegada de mirada directa
Regazo de madre que a sus hijos quieta
Ángel delicado que habita en la tierra
Vaga en pena sumida en las tinieblas
El odio que impera destruye lo que encuentra
Camina ensangrentada por la vida de tristeza
Habita en las gélidas tierras
Un hada que apagó su quimera
Fecunda el suelo con sus frías lágrimas
Deambula desnuda, Cansada y agotada
Diosa del hielo que nadie posee
Una pequeña llama en sus ojos ves
Lucha con ansias por no perecer
Si robas su aliento la puedes encender
Conserva en la mirada el dolor consumado
De aquellos que le hicieron daño
Inerte ante el veredicto de la soledad
Explota succionando hasta la inmensidad
Se humilla ante los pies de su rey
Su alma le clama que se debe detener
Al verdugo con magia desea desaparecer
La muerte es un descanso que ha de merecer
Atesora la esperanza de encontrar la salida
El amor despacio sana las heridas
Dama dormida, letal guerrera
Ave fénix surge de las cenizas
A los descreídos convence con sutileza
De su ternura hace cómplice la naturaleza
Derrota a sus enemigos con gloria y entereza
Dama de hierro que triunfa en la guerra.
Dedicada a todas las doncellas guerreras del mundo...
Almas guerreras...
Si mujer, te negaron las medallas.
Fiel soldado de mil guerras tenidas. ... Ver más
Enfermera de todas las batallas,
sanadora de todas las heridas.
Nos tasaron bebida de tus pechos
portadores de amor y de alimento,
infinitos y cálidos momentos
nos negaron disfrutar en tu lecho.
De tormenta en la noche luz brillante,
como un faro guiaste nuestras vidas,
cual si fueras de acero un firme guante
asidero de temibles caídas.
Hoy te encuentras luchando en otro campo
con la mente partida en mil pedazos,
divididas las fuerzas de tus brazos,
y tu flecha al azar buscando blanco.
Nadie ve los desgarros de tu alma,
solo tú sabes que la duda es mucha,
que interiormente estás en firme lucha
y hay momentos que estrellarías tus armas.
¿Quién aprecia el valor de tus esfuerzos
por luchar en dos campos de combate?
ni sabrán lo que tu alma se debate
pues te sientes culpable de los muertos.
Plántate, piénsalo y escoge guerra.
Se acabaron los tiempos de dominios.
Te obligaron a salir de la cueva
al no ser tu valer reconocido.
No consientas que te lancen migajas
galardones los llevas por derecho,
porque te has recorrido un largo trecho
y a tus pies nadie les curó las llagas.
De tu fuerza, valor, y tu entereza,
¿nadie sabe la autentica razón?
que al volver cada mañana tu puerta
silenciosa hace dos tu corazón...
Creo que cada mujer debe de tener el derecho de escoger el papel que quiere representar (bien sea en el seno de su familia, fuera de ella ó en ambos campos) siendo de la misma forma respetada y valorada por la sociedad...
sábado, 24 de abril de 2010