Fausto... Johann Wolfgang Goethe

viernes, 27 de agosto de 2010

 





El ensayo que a continuación se presentará, está basado en la gran obra
dramática llamada “Fausto”, cuyo autor es el gran dramaturgo Johann
Wolfgang Goethe. Goethe, escritor alemán, nacido en 1749, es
probablemente el principal autor de las letras alemanas y uno de los
genios universales más completos por la riqueza de sus facultades,
manifestadas en toda complejidad del saber humano. No sólo se destacó en
la escritura, sino que también en una variedad de actividades debido a
su inmenso talento. Su obra, estrechamente ligada a su vida, se reflejó
siempre en ella y da mayor relieve a la figura del hombre, arquetipo del
europeo, que supo expresar, en Fausto, un hito de la mentalidad
alemana. Si asociamos a Goethe con su sociedad actual, sabemos
que sin llegar a condenar los principios de la Revolución Francesa,
expresó disgusto por sus métodos; cuando el nacimiento antinapoleonico
se extendió, se mantuvo distante, mientras que su voluntad reformista
era la de una modificación progresiva y beneficiosa, dirigida por las
capas privilegiadas de la sociedad. Fausto, es la obra que ocupa
gran parte de la larga vida del autor. Es una de las obras maestras de
la literatura alemana y universal. No es sólo una reelaboración de una
leyenda del sabio mago medieval Faust, sino, una alegoría de la vida
humana en todas sus manifestaciones. Desde el punto de vista
argumental y artístico, la obra refleja el impresionante alcance de la
evolución del autor, desde los días rebeldes del período, hasta la
sabiduría sosegada de su madurez. Su énfasis en el derecho y el poder
del individuo para indagar libremente en todos los asuntos humanos y
divinos para descubrir su propio destino, justifica su representación
universal como primera gran obra dentro del espíritu del individualismo
moderno. Fausto, es un personaje semilegendario que hizo un
pacto con el diablo para alcanzar la sabiduría. El inspirador de esta
obra fue Johann Faust, quien fue un universitario que se ganó la vida
con la enseñanza y los conjuros. A medida que viajaba de cuidad en
cuidad, su fama aumentaba y se extendía, y las misteriosas
circunstancias de su muerte, tras haber vendido su alma, confirmaron su
notoriedad. Martín Lutero atribuyó a Faust poderes diabólicos y para
muchos fue un charlatán, mientras que otros sostienen que gozó de la
tutela del arzobispo. En cualquier caso, durante el siglo XVI se
convirtió en el protagonista de cuentos populares. De este modo, el
pacto con el diablo entró en la mitología popular. De esta forma
queremos dar a conocer nuestra hipótesis, la que hemos dividido en tres
conjuntos. El primero, alrededor de Goethe, ya que en la obra podemos
apreciar que cuando Fausto está a punto de acabar con su vida, hacen su
aparición los ángeles, quienes lo detienen. Luego, hace su aparición
Mefistófeles, con el objetivo de desviarlo del camino. Entonces nuestra
pregunta es la siguiente: ¿Por qué Goethe hace participar en la obra
estos elementos religiosos junto a los malignos?, dentro de la misma,
también nos preguntamos: ¿Es Goethe creyente?. Por otro lado,
tenemos la segunda parte de nuestra hipótesis, esta, la obtuvimos
tomando en cuenta al personaje principal del libro, el que en muchas
oportunidades adopta distintas actitudes, a lo largo de la obra, se nos
muestra a un Fausto por momentos cruel, como cuando abandona a su amada,
en otros valeroso y noble. Por lo tanto: ¿Cuál es la verdadera
personalidad de Fausto?, o más bien dicho, ¿Dentro de la obra es posible
encontrar a un Fausto bien definido?. Creemos que estas dos últimas
preguntas son muy complejas, puesto que como lo veremos a lo largo del
trabajo, Fausto se ve enfrentado a variadas situaciones, ante las
cuales, reacciona de distintas formas. Finalmente, la tercera y
última fracción de nuestra hipótesis, consta de sólo una pregunta, la
que también está basada en los sentimientos del protagonista, quien en
los inicios del texto, llega a la conclusión de que toda su lucha por
alcanzar el saber ha sido en vano, entonces: ¿Por qué piensa en el
suicidio?. Creemos que esta es una pregunta muy importante, ya que a
pesar de que puedan ser muy obvias sus razones, queremos adentrarnos más
en el contenido de la obra y relacionarlo netamente con las intenciones
del protagonista. DESARROLLO. La
historia de Fausto comienza en el cielo, donde se encontraban los tres
arcángeles mayores, Miguel, Gabriel y Rafael conversando con “El Señor”
sobre los acontecimientos ocurridos en la tierra. A esta conversación se
incorpora Mefistófeles, quien representa, en esta historia, al mismo
Diablo. El Señor le habla a Mefistófeles sobre Fausto, un hombre que se
sentía muy insatisfecho con sus obras en la tierra, por lo cual quería
quitarse la vida y le dice que quiere salvarlo. Mefistófeles desafía al
Señor y le dice que él hará que Fausto se vaya por el mal camino, hecho
que llevó al inicio del encuentro entre el Diablo y Fausto. Así,
Fausto clama a Mefistófeles y éste hace un trato con él, quien a cambio
de su alma, le ofrece dar juventud y todas las sabidurías existentes a
Fausto, él que ya estaba viejo y se sentía aburrido de todo lo de la
tierra. Mefistófeles lleva a Fausto donde una hechicera, quien le da una
pócima para rejuvenecer. De esta forma, el Diablo quiere demostrarle a
Fausto sus grandes poderes y lo lleva a una caverna, en donde encuentran
a tres hombres, los cuales en su interior, al ver a estos dos
“extraños”, tuvieron la idea de sacarles dinero. Mefistófeles,
conociendo sus pensamientos, se acercó a ellos hasta entablar
conversación. Los invitó a un trago, e hizo que de una perforación que
había hecho en el borde de la mesa, brotara vino. A los momentos
después, se encontraban estos cuatro hombres de rodillas, bebiendo de la
ilusión de Mefistófeles, dándole a conocer a Fausto sus poderes. Luego,
lo llevó donde una mujer hermosa llamada Margarita, e hizo que ésta se
enamorara de él. Fausto, sin querer evitarlo, también comenzó a amarla,
pero ella, quien tenía un alma muy pura, se sentía incomoda ante la
presencia de Mefistófeles y decidió alejarse de Fausto. Mefistófeles,
lleno de ira, mata a Valentín, hermano de Margarita y hace parecer que
la asesina fue ella, por lo cual cae a los calabozos. A pesar de que
está embarazada, Fausto la deja y se va con el Diablo, pero al tiempo
después no soportó saber que ella estaba sufriendo y obliga a
Mefistófeles a que lo lleve a rescatarla. Al llegar a los calabozos,
Margarita sintió pavor de estar nuevamente frente a estos dos hombres y
luego de alzar los rezos al cielo, estos se abren, se escucha una voz
diciendo que está salvada, y se eleva hacia el paraíso. Posteriormente,
ocurren una variedad de acontecimientos, después de los cuales, Fausto
adquiere muchas posesiones y construye un gran palacio donde habitaba
solo él y su conciencia. En este lugar comienza a tener visitas de unos
extraños fantasmas que eran como “almas del mundo”. Se confunde mucho y
comienza a ver toda su vida. De una manera muy confusa, siente deseos
muy extraños, pero en su interior sabía que la muerte estaba tocando su
puerta. Estando éste, al límite de la muerte, entrando a las puertas del
infierno, se abren nuevamente los cielos y de allí se escuchan las
voces celestiales de los ángeles, quienes le anuncian que estaba
salvado. De esta forma, él se eleva a los cielos y allí encuentra a su
amada Margarita, dándole las gracias a la Santísima Virgen por haber
salvado a su querido Fausto. En Fausto, encontramos a un
personaje muy peculiar. Se dice que en nuestra época se está
escenificando el conflicto eterno entre el héroe homérico contra las
gigantescas fuerzas más grandes que él. Fausto en el escenario del
mundo, buscando la felicidad a través del conocimiento absoluto. Esta
gran lucha entre el hombre y la “sociedad mediocrizante” o “la masa”
aparece en los antiguos mitos griegos, en algunos cantares medievales y
hasta en las teorías de Nietzsche. Respecto a los elementos
religiosos; con ellos Goethe incorpora un aire trágico a su obra; un
Fausto a merced de unos dioses que no pueden impedirse el entablar una
suerte de competencia. Si miramos el contexto, Goethe ha sido
fuertemente influenciado por el pensamiento de la ilustración, ha
estudiado a los filósofos que fueron sus contemporáneos y ha explorado
en muchísimas ramas del conocimiento. Goethe es un panteísta (una clase
de secta) y lo expresa con la suficiente delicadeza en su obra como para
pasar desapercibido. Es precisamente aquí en donde juega un papel muy
importante el Espíritu de la tierra (Mefistófeles). En su aparición
Fausto siente miedo al verlo y le pide que se aleje, después se siente
nuevamente fuerte y le dice que son iguales. El Espíritu le dice: “te
asemejas al espíritu que comprendes, no a mí”. En este momento, Fausto
no es capaz de comprender lo que el Espíritu le ha querido decir, algo
que en el transcurso del libro comprenderá. Es por eso que los
encuentros con la naturaleza siempre están llenos de nuevos
conocimientos para Fausto, cada vez que tiene problemas se acerca a la
naturaleza y puede comprender un poco más a aquel Espíritu. Y
este Espíritu es la naturaleza, un sistema de cambios cerrado en sí
mismo. La naturaleza es creadora y siempre se reinventa. Fausto
pertenece a esta naturaleza, pero no es la totalidad de esta. A través
de la obra Fausto entenderá que puede observar, disfrutar y estudiar la
naturaleza, pero que nunca la comprenderá por completo, sino que sólo
algunos de sus componentes. El hecho de haber escogido a Fausto y
a Mefistófeles no quiere decir que Goethe creyera en un dios o que
hubiese separado a la humanidad de esa manera (Fausto quiere mejorar y
convertir a los hombres y Mefistófeles quiere sacarlos del buena
camino), sino que usa estas dos figuras para mostrar la ambigüedad
humana. Los seres humanos somos a veces Faustos y a veces Mefistófeles. Según
la combinación de sucesos en la historia, Goethe es creyente, es un ser
cristiano, pero no católico. Sus ideas de la ilustración y su panteísmo
pasa tan desapercibido en su obra, que nos confunde al leer la
historia, por esto nos surgió la hipótesis sobre su creencia religiosa,
al darnos cuenta que en el contexto que usa, mezcla el sentido religioso
y lo maligno, aprovechando estos dos sentimientos para aclarar como es
que a lo largo de la vida el hombre tiene una gran inseguridad interior. El
ideal renacentista era el del conocimiento total, arte, ciencia,
cosmetología, artes ocultas, teología, un todo. Fausto es la imagen
hecha hombre de este ideal, pero también imagen de la inconformidad del
hombre que busca, el verdadero buscador. Enfrentado a los demonios a
diario, sintetizando esa parte del hombre en Mefistófeles. Parte
integral del hombre. Por otro lado, Fausto es escogido por el
Señor para representar la humanidad y demostrarle a Mefistófeles que el
hombre siempre vuelve al camino del bien. Fausto en momentos
cambiaba de comportamiento súbitamente. Al igual que muchas grandes
obras, esta refleja los problemas de toda humanidad, de todos los
tiempos donde los personajes y vidas se reflejan en nuestra propia
realidad, en cada uno de nuestros entornos. Tanto que Fausto puede
demostrarnos que no somos un sólo YO absoluto y completo, sino que
dentro de nosotros se encuentran las virtudes y desgracias de todos los
tiempos del hombre. De alguna forma se pueden explicar los diferentes
comportamientos, de muchos extremos y tipos dentro de nosotros. De
encontrarnos en una vida espiritual a una vida de libertinaje, si
quieren, en un solo día. En si, Fausto era un hombre muy
“arribista”. Por un lado, sentía que tenía todos los conocimientos del
mundo, pero al mismo tiempo, sabía que le faltaba mucho por conocer. Él,
no lograba encontrar la forma de poder adquirir más conocimientos y
mientras más buscaba, más vacío se sentía en su interior. Es difícil
poder encajarlo en una personalidad definida. Lo más exacto es decir que
él era como todas las personas, es decir, tenía dos lados opuestos.
Dentro de él existía un Fausto bueno, él cual estaba en constante lucha
en contra del Fausto malo, él cual era exaltado en todo momento por
Mefistófeles. Si lo asociamos a nosotros, podemos decir que
Fausto soy yo, Fausto eres tu cuando te dejas llevar por lo fácil, por
lo que no requiere esfuerzo. Fausto somos todos nosotros en el momento
en que descubrimos que estamos atados a una cadena de “principios de
placer”, junto con el miedo de desaparecer como conciencias
individuales. Cuando Mefistófeles se le aparece a Fausto, este
se encuentra en una situación en la que piensa quitarse la vida por
juzgarla como inútil. Aún después de haber estudiado todas las
disciplinas académicas se siente viejo y sin haber hecho ningún aporte a
la humanidad. Por esto mismo recurre a la magia y llama al Espíritu de
la Tierra. Esta es una de las figuras más importantes de la obra y sobre
la cual se construyen muchos de los planteamientos filosóficos de
Goethe. Fausto es consciente de sus imposibilidades, que a la
final son las del hombre, piensa que no sabe nada que pueda mejorar y
convertir a los hombres. No es raro que quiera suicidarse, que quiera
morir a su estado, a su época. Siguiendo el paralelo, el hombre buscaría
morir a su época, anhela un nuevo prototipo, en esas circunstancias,
Mefistófeles, aparece para mostrarle la vida sensual, le incita a pasar
de lo pasivo a lo activo, de lo ideal a lo real. Supongo que
mediadores como el diablo o agentes angelicales aparecen debido al
contexto religioso, la leyenda del Faust aparece a principios del siglo
XVI y la publicación del Fausto de Goethe dos siglos después. La
transición del medioevo a la modernidad. Sólo Mefistófeles habría sido
el redentor, el punto de quiebra que sacara al hombre del oscurantismo
de los siglos de la iglesia. Como ya se manifesto anteriormente,
en la obra se ven representados todos los conflictos humanos, las
necesidades, los instintos, los placeres contra los deberes, la razón y
la moral. El representar todas estas características por medio de
Mefistófeles o con el uso de los ángeles se debe a que simplemente no
hay nada más simbólicamente opuesto que el bien y el mal o Dios y el
Demonio. Es pues en ese contexto en el cual la obra va dirigida
totalmente hacia eso. Al que somos, al porque estamos aquí, que papel
nos corresponde a cada uno desempeñar dentro de este Todo al que
pertenecemos. Por eso, Fausto al querer suicidarse por no encontrar
ninguna respuesta al porque de su vida entra en ese conflicto emocional,
espiritual y mental en que su búsqueda lo lleva a decidir entre sus más
oscuras partes y creencias y elegir que papel o que ideología adoptara
en este mundo. Luego de haber analizado las creencias religiosas
de Goethe, hemos podido demostrar que éste era creyente, aunque queda
claro que no era católico, tenía una peculiaridad para creer en Dios,
pero en sí, tenía el mismo concepto básico que tenemos todos los que
creemos en un ser superior. Por el hecho de que Goethe haya incluido
elementos religiosos a su obra, nos demuestra que poseía cierto temor
hacia Dios, y aunque fuera un poco confuso para nosotros los lectores,
él sabía que estaba escribiendo sobre lo que él creía. A pesar
de que hemos reconocido los elementos que habían en la personalidad de
Fausto, no hemos podido definirlo dentro de una personalidad específica,
pero sí hemos llegado a entenderla y a saber que sí había un Fausto
definido y ese era el hombre que estaba en constante lucha entre sus
sentimientos de búsqueda de la verdad, su verdad. En cuanto a
sus intenciones por acabar con su vida, podemos decir que son
consecuencia de su sentimiento de siempre querer saber más. Llegado
cierto punto de su vida, se dio cuenta de que sabía muchas cosas, tenía
demasiados conocimientos, pero a pesar de esto, él se sentía indigno;
por un lado creía que el saber tanto no le había llenado el alma y por
otro lado, quería ser más sabio aún. Por estas dos causas, su interior
se sentía imposibilitado ante sus sentimientos y, obviamente, eso lo
llevaría a la desesperación y a querer terminar con su vida...

CONCLUSION...

Fausto
es indiscutiblemente una obra universal. Es interesante la idea que el
bien y el mal viven dentro de nuestro ser, y somos nosotros quienes
elegimos que camino seguir.En cuanto al cansancio de Fausto por todo
el conocimiento acumulado es comprensible, ya que llegó al punto de no
interesarse por nada más y estaba decepcionado de saber tanto y aún así
no encontrarse satisfecho o feliz. A nuestro modo de entender,
Goethe al escribir Fausto, creemos que quizás, más que preguntarnos
sobre el hecho de sí es creyente o no, debimos enfocarnos hacia lo
esencial de la obra. El eterno conflicto interno de los humanos. Este
inmenso poema, es ante todo, símbolo, arquetipo. Una alegoría humana
con todas sus implicaciones. Un hombre, a quien su deseo epistemológico
de abarcarlo todo, tenerlo todo, lo llevan, a fin de cuentas, a empeñar
su alma con este fin. Fausto se nos muestra como el hombre atormentado
que, lejos de satisfacerse con el conocimiento intelectual, decide irse
por los derroteros de la magia y, eventualmente, se convierte en
poseedor de la belleza máxima. Después de haber verificado nuestras hipótesis, queremos dar a conocer nuestras opiniones finales del libro. Es
irrefutablemente un drama interesante en la mezcla o en la idea en que
el bien y el mal viven dentro de nuestro ser, y somos nosotros quienes
elegimos que camino seguir. Goethe, al escribir esa obra, trata
en todo momento de resaltar los cuestionamientos internos de cada
persona, aquellas luchas que muchas veces opacan nuestros días, cuando
la razón nos dice algo mientras que nuestro corazón nos dice otra cosa. Y
es así como pasamos grandes etapas de nuestras vidas siguiendo a
nuestras pasiones, que por lo general, son mucho más fuertes que
nuestras razones. En Fausto, está muy claro que muchas veces nos dejamos
llevar por nuestras emociones, las cuales al estar complacidas, dan
muchas más tranquilidad a nuestra vida. Al leer Fausto, podemos
encontrar significados diferentes en épocas determinadas de nuestras
vidas, pero siempre se escapa algo, por lo mismo su mensaje es
indefinido y no se trata simplemente de una obra clásica dentro de un
contexto socio-histórico determinado. Fausto es la expresión de la
naturaleza, un sistema de cambios cerrado en si mismo. Según
nuestro punto de vista, el hombre más feliz es aquel que sabe reconocer
los méritos de los demás, que puede alegrarse del bien ajeno como si
fuera propio. Y vive su vida tanto interior como exterior en forma
coherente. Finalmente, queremos dejar una frase del mismo
dramaturgo J.W. Goethe, la que consideramos que se aplica totalmente al
personaje de Fausto:

“No basta saber, se debe también aplicar... No es
suficiente querer, se debe también hacer”...



“FAUSTO” JOHANN WOLFGANG GOETHE