Los susurrantes vientos del cambio...

domingo, 15 de agosto de 2010

 


Nunca avances con prisa... Camina con lentitud, habla sopesando las palabras... Nunca te dejes llevar por las emociones y jamás permitas que la gente te manipule... Siempre hay otra posibilidad, siempre otro momento, y hay cinco mil millones de personas... Diles que tienes todo el tiempo del mundo, porque lo tienes, er ...es infinito... Recuerda que la más grande sabiduría que puedes alcanzar es la del no hacer... Son los tratos y situaciones que evitas los que te ayudan a conservar energía y permanecer independiente y fuerte... Con cada cosa que te comprometas, aumentarás tu carga...Haga el esfuerzo de quitarse las etiquetas, y tenga presente que no es lo que hace... Usted es el que observa al yo que hace... Usted no es sus relaciones... Sin duda, la corriente de amor que existe entre usted y los integrantes de su círculo inmediato es muy importante, pero no es quien usted es...Usted es un alma individual conectada con el todo, pero no es esa relación que mantiene con el todo... Identificarse con las relaciones proporciona gran frustración porque cada vez que hay un pequeño problema en ellas, como siempre habrá, uno se siente desdichado...Recuerde que es eterno, y eso es inmutable... Mantiene un gran número de relaciones, todas las cuales son importantes, pero llegan y se van como su vida corporal, que va de la nada al aquí y ahora y acaba volviendo a la nada... Es un ir y venir y por lo tanto algo mutable...Deshacerse del pasado implica despojarse de la creencia de que una relación fracasada le convierte a uno en un fracasado... No existen relaciones fracasadas... Con cada persona que entra en su vida y sale de ella se ha procedido a un mutuo compartir de lecciones de vida...Algunos tienen papeles más largos que otros en la representación, pero a la postre, usted volverá a su relación con el absoluto... Nunca tiene que juzgarse a sí mismo de manera negativa por la naturaleza de sus relaciones... Puede aprender de todas ellas, sabiendo que usted es el observador de cuanto ocurre...Usted no es su país, ni su raza ni su religión... Usted es un espíritu eterno, no un estadounidense, chino o africano... Carece de importancia el cuerpo que habite, el punto geográfico al que haya llegado, y la religión en la que crea... En la nada no hay ni budistas, ni católicos ni presbiterianos... Éstas son clasificaciones hechas para distinguirnos los unos de los otros en nuestra forma presente...Estas identidades sólo tienen sentido en el paréntesis de la eternidad que denominamos vida... Rechácela y se identificará con el reino del espíritu... Entonces ya no estará dispuesto a librar las luchas de sus ancestros, que han intentado convencerle de a quién debe odiar y a quién amar... Ya no asumirá la creencia tribal que le hace percibirse como mejor que otros en virtud de su lugar de nacimiento o color de piel...Su pasado le ha transmitido las costumbres de su grupo... Pero usted no necesita estas limitaciones.... Despójese de esa identificación con las etiquetas, y escoja la nueva perspectiva; la conciencia de la unidad... Usted está unido con todas las almas... Su apariencia o lugar de nacimiento carecen de relevancia...Los que aún se encuentran atrapados por esas creencias le llamarán traidor, ingrato... Usted será capaz de darles amor y no tener en cuenta sus acusaciones....En nombre de Dios y de la patria se han hecho las guerras y se ha asesinado a millares de millones de seres humanos... Usted sabe, al igual que todos, que esto es una violación de las leyes de Dios, que es inconsecuente con las enseñanzas de todos los maestros espirituales que alguna vez han caminado.entre nosotros...Sin embargo, la pauta persiste... ¿Por qué? Porque nos aferramos a nuestros pasados como si fueran nuestras identidades... Niéguese a identificarse con las etiquetas del grupo...Verse a sí mismo como un ser espiritual sin etiquetas es una manera de transformar el mundo y alcanzar un lugar sagrado... Comience por tomar la decisión de ser libre despojándose de su pasado... Cuando uno se deshace de su historia sabe que no es ni su nombre, ni su cuerpo, ni su mente, ni su ocupación, ni sus relaciones, ni su identidad étnica o cultural... Así pues, ¿quién es usted? Lo que queda es lo invisible, lo intangible, aquello que constituye el núcleo...


Stuart Wilde, en su sincero y brillante libro, The Whispering Wind of Change (Los susurrantes vientos del cambio)